Reflexión de domingo: «LIBERALISMO»

HuertaEl liberalismo es una corriente de pensamiento (filosófico y económico) y de acción política que propugna limitar al máximo el poder coactivo del Estado sobre los seres humanos y la sociedad civil. Así, forman parte del ideario liberal la defensa de la economía de mercado (también denominada «sistema capitalista» o de «libre empresa»); la libertad de comercio (librecambismo) y, en general, la libre circulación de personas, capitales y bienes; el mantenimiento de un sistema monetario rígido que impida su manipulación inflacionaria por parte de los gobernantes; el establecimiento de un Estado de Derecho, en el que todos los seres humanos -incluyendo aquellos que en cada momento formen parte del Gobierno- estén sometidos al mismo marco mínimo de leyes entendidas en su sentido «material» (normas jurídicas, básicamente de derecho civil y penal, abstractas y de general e igual aplicación a todos); la limitación del poder del Gobierno al mínimo necesario para definir y defender adecuadamente el derecho a la vida y a la propiedad privada, a la posesión pacíficamente adquirida, y al cumplimiento de las promesas y contratos; la limitación y control del gasto público, el principio del presupuesto equilibrado y el mantenimiento de un nivel reducido de impuestos; el establecimiento de un sistema estricto de separación de poderes políticos (legislativo, ejecutivo y judicial) que evite cualquier atisbo de tiranía; el principio de autodeterminación, en virtud del cual cualquier grupo social ha de poder elegir libremente qué organización política desea formar o a qué Estado desea o no adscribirse; la utilización de procedimientos democráticos para elegir a los gobernantes, sin que la democracia se utilice, en ningún caso, como coartada para justificar la violación del Estado de Derecho ni la coacción a las minorías; y el establecimiento, en suma, de un orden mundial basado en la paz y en el libre comercio voluntario, entre todas las naciones de la tierra. Estos principios básicos constituyen los pilares de la civilización occidental y su formación, articulación, desarrollo y perfeccionamiento son uno de los logros más importantes en la historia del pensamiento del género humano. Aunque tradicionalmente se ha afirmado que la doctrina liberal tiene su origen en el pensamiento de la Escuela Escocesa del siglo XVIII, o en el ideario de la Revolución Francesa, lo cierto es que tal origen puede remontarse incluso hasta la tradición más clásica del pensamiento filosófico griego y de la ciencia jurídica romana. Así, sabemos gracias a Tucídides (Guerra del Peloponeso), como Pericles constataba que en Atenas «la libertad que disfrutamos en nuestro gobierno se extiende también a la vida ordinaria, donde lejos de ejercer éste una celosa vigilancia sobre todos y cada uno, no sentimos cólera porque nuestro vecino haga lo que desee»; pudiéndose encontrar en la Oración Fúnebre de Pericles una de las más bellas descripciones del principio liberal de la igualdad de todos ante la ley.

Por Jesús Huerta de Soto

Madrid, 12 de Octubre de 1998

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Recuerden que el socialismo es imposible

BuchananEl Socialismo parece resurgir de sus cenizas en los últimos días tras la elección legislativa argentina que colocó a Pino Solanas como Senador por la Ciudad de Buenos Aires. Esto generó mucha literatura en Infobae con críticas socialistas al capitalismo y propuestas de cambio.

Mi reacción fue esta nota, recordando que el socialismo es imposible a través de argumentos expuestos por Ludwig von Mises, Friedrich Hayek y James M. Buchanan durante el siglo pasado, como un llamado de atención al socialismo para que responda preguntas que hasta el momento no tienen respuesta.

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Nuevo número de la revista Laissez Faire

LF.phpLa Facultad de Ciencias Económicas de la UFM ha publicado un nuevo número de su revista Laissez Faire. Este, sin embargo, no es un número más. Para mí es un placer aparecer en la tapa junto a mi amigo y colega Nicolás Cachanosky.

El profesor Cachanosky ofrece en este artículo un análisis crítico de la posición de Huerta de Soto contra el free banking, en particular, el argumento de que en ausencia del coeficiente de encaje del 100 %, los bancos tenderán a expandir en forma concertada la oferta monetaria. Siguiendo a Mises-White-Selgin, Nicolás ofrece una serie de argumentos para explicar que bajo un sistema de banca libre, descentralizada, competitiva y con reserva fraccionaria, habría un límite a este tipo de expansión del crédito.

Al respecto, nuestros lectores habituales recordarán que el tema resurgió en el reciente debate con Juan Ramón Rallo (que finalmente Nicolás resumió) acerca de si el descalce de plazos puede generar o no el ciclo económico.

Por mi parte, el artículo que presento es básicamente una breve biografía de Ludwig von Mises que recorre sintéticamente su vida y obra, pero en particular, mi interés pasó por reseñar su Planificación para la Libertad, un libro que afortunadamente ahora se puede obtener en la colección de Unión Editorial.

Además, en este mismo ejemplar, Marco Antonio Del Río R. nos ofrece algunas reflexiones en torno a la obra literaria de Mo Yan; Sarah Skwire nos habla de literatura y economía, relacionando en este caso a Shackespeare con la Teoría de los Sentimientos Morales de Adam Smith. Finalmente, Moris A. Polanco ofrece un aporte sobre ética, con algunas referencias a Milton Friedman y un análisis crítico del concepto de responsabilidad social de la empresa.

El descalce de plazos no es la causa del ciclo económico, parte 3

Como siempre ocurre en estos debates, el intercambio va abriéndose a varios campos relacionados. Aquí, para no perder el foco, me concentraré en el punto original, que el descalce de plazos no es la causa del ciclo económico. En el futuro intentaré volver sobre lo demás.

En esta última réplica de Rallo veo una contradicción que me impide comprender el mensaje de la teoría de la liquidez.

Hayek siempre rechazó que en ausencia de intervención estatal el mercado sea perfectamente estable. Distinguía por ello entre fluctuaciones y ciclos económicos. Las fluctuaciones ocurren por factores endógenos al mercado, ante cambios en las preferencias temporales o ante innovaciones tecnológicas. Los ciclos económicos ocurren por factores exógenos al mercado, concretamente, por la expansión de crédito de la autoridad monetaria que rompe la identidad entre ahorro e inversión, creando un auge insostenible.

Keynes, Marx y los seguidores de ambos, por el contrario, afirman que el ciclo económico es causado por factores endógenos al mercado. No hay espacio aquí para desarrollar las teorías de ambos, pero digamos que es justamente esta inestabilidad la que lleva a Keynes a justificar su intervencionismo y a Marx a sugerir un cambio de sistema.

Soy consciente que Rallo defiende un pensamiento libertario, y en ningún momento quisiera identificarlo con estos otros autores. Más aun, pienso que está haciendo un trabajo increíble en defensa de la libertad. Pero cerré mi anterior post afirmando que “la posición de Rallo tiene un condimento keynesiano importante. El ciclo económico se produce ahora por un factor endógeno del capitalismo.” A lo que Rallo respondió que “La teoría de la liquidez no fortalece la versión keynesiana del ciclo por una razón: porque explica cómo el libre mercado sería capaz de superar esos problemas.”

Aquí veo una contradicción importante que me lleva a concluir que quizás estamos diciendo lo mismo. Si el libre mercado es capaz de superar los problemas del descalce, entonces yo tendría razón en afirmar que el descalce no es la causa del ciclo económico. En todo caso, la teoría de la liquidez debería afirmar que el monopolio de emisión + el descalce, provocan ciclos económicos.

Si por el contrario, Rallo insiste en su posición de que “el descalce general de plazos sí genera el problema, con independencia del marco institucional en el que se dé” (punto 5), entonces fortalece la posición keynesiana de que está en la naturaleza del libre mercado la causa de los ciclos económicos.

En la clasificación de Hayek yo creo que el “descalce” sería un factor más para explicar ciertas fluctuaciones en el mercado libre, pero no para fundamentar los ciclos económicos.

Lo mismo ocurre con las reservas fraccionarias. En un sistema de banca central, la existencia de reservas fraccionarias ayudan a expandir el crédito y causan el ciclo económico. Pero en un sistema de banca libre, la competencia entre bancos emisores y la compensación bancaria evitan que se desencadene el ciclo, como de hecho muestra el caso de Escocia, que funcionó de forma estable con un encaje del 2 %.

De esto se deduce que ni el descalce, ni las reservas fraccionarias son causa del ciclo económico. La causa proviene del monopolio de emisión.

Hay que reconocer que el monopolio de emisión podría no generar ciclos económicos si lograra equilibrar ahorro e inversión, pero dada su naturaleza lo más probable es que Hayek tenga razón al enfatizar el «problema de conocimiento» y Buchanan tenga razón en enfatizar el «problema de incentivos». Resumiendo, lo más probable es que el monopolio de emisión redunde en desequilibrios monetarios.

Insisto entonces en la necesidad de distinguir entre marcos institucionales monetarios. Y el contraejemplo expuesto en mi anterior comentario, se cumple precisamente bajo un sistema de banca libre con reserva fraccionaria. No niego que el descalce puede generar pequeños desequilibrios, y que estos a su vez puedan generar cierto efecto Ricardo en la estructura productiva, pero al estar limitados por la competencia no llegan a causar el ciclo económico.

Rallo dijo que el mercado libre “sería capaz de superar” el problema. Quizás se refería a esto mismo. Y luego en el punto 3 de su réplica agrega que “sí, en banca libre los bancos tienden a aprender que no deben descalzar plazos. Pero… durante un tiempo pueden no haber aprendido la lección (en eso consiste el aprendizaje evolutivo: me equivoco, corrijo, aprendo) y en ese caso se podría dar un ciclo sin bancos centrales.”

Lo único que debo corregir de esta última afirmación es que no habrá “ciclo” en ese proceso de aprendizaje, sino que habrá quiebra de un banco o algunos bancos que operen irresponsablemente. De nuevo, insisto con el mensaje de mi primer post, no es lo mismo la quiebra de un banco que “desequilibrios generalizados”. En un sistema de bancos emisores competitivos como el de Escocia, la caída de un banco no arrastra a todos los bancos del sistema.

En el punto 4 de la réplica, Rallo señala que bajo un sistema de banca libre, “Los bancos se pueden equivocar: es más, pueden descalzar todos ellos en masa el crédito sin que aparezcan saldos negativos en la cámara de compensación interbancaria y sin que ninguno ponga fin a expansión crediticia”. Acepto que los bancos se pueden equivocar. Lo contrario sería un mundo de equilibrio y competencia perfecta. Pero no veo por qué tal cosa ocurriría. Si bien los bancos pueden descalzar, el proceso de competencia haría que aquel banco que se exceda quiebre, pero no arrastrará el sistema completo como decía antes. Aquí es necesario ampliar la explicación para mostrar que tal cosa ocurriría. Rallo acepta que en Escocia no ocurrió pero afirma que podría ocurrir. Yo no veo por qué.

Huerta de Soto afirma algo similar en su libro “Dinero…” utilizando teoría de los juegos, para afirmar que todos los bancos formarían un cártel contra sus clientes. El ejemplo es desafortunado, y el propio Mises lo muestra en La Acción Humana, Cap. 17, sección 11, p. 535, cuando analiza precisamente la libertad bancaria:

¿Qué sucedería si toda la banca privada se asociara y formara un cartel? ¿No es acaso posible que los bancos se confabulen para emitir sin tasa medios fiduciarios? Tal inquietud es absurda. Mientras la intervención estatal no impida a la gente retirar sus saldos, ningún banco puede permitirse arriesgar su buen nombre asociándolo con el de otras entidades de menor crédito. Conviene recordar que el banco dedicado a crear medios fiduciarios se halla siempre en una postura más o menos precaria. El buen nombre es su prenda más valiosa. Cualquier duda acerca de la seguridad y solvencia de la institución puede llevarla a la suspensión de pagos. Para un banco de buena reputación sería una política suicida ligar su nombre al de otras instituciones menos acreditadas. Bajo un régimen de libertad bancaria, la unión de todos los bancos en un cartel implicaría el fin de la banca, lo que, evidentemente, no beneficiaría a ninguna de las instituciones afectadas.

Cierro con las referencias al intercambio completo:

Ravier, El descalce de plazos no es la causa del ciclo económico

Rallo, El descalce de plazos sí es la causa del ciclo económico

Ravier, El descalce de plazos no es la causa del ciclo económico, parte 2

Rallo, El descalce de plazos sí es la causa del ciclo económico (parte 2)

El descalce de plazos no es la causa del ciclo económico, parte 2

Hace unos días subí un post en el que ofrecía algunos argumentos a favor de la hipótesis de que el descalce de plazos no es la causa del ciclo económico. Inmediatamente, Rallo ofreció una réplica sistemática, lo que abrió un diálogo en diversos grupos de redes sociales y blogs que manifiestan el interés que hay en el tema. A continuación intentaré una réplica.

Aclaración previa: Si bien en las redes sociales han surgido defensores de la posición Rothbard-Huerta de Soto, por el momento prefiero concentrarme exclusivamente en la posición Fekete-Rallo (la que incluye por supuesto a otros economistas, especialmente a Gabriel Calzada y José Ignacio del Castillo, con quienes he conversado sobre estos temas en varias oportunidades). Es por ello que dejaremos fuera del análisis a los depósitos a la vista, porque pueden generar confusión. Cuando de aquí en más diga “depósitos”, me referiré especialmente a los depósitos a plazo fijo, en el que el “depositante” pierde la disponibilidad del dinero por el plazo del contrato. Quedará para otro post, extender el análisis incluyendo los depósitos a la vista.

  1. Lo primero en lo que quiero insistir es en el argumento de que el descalce de plazos no es la causa del ciclo económico y para ello puede servir un contraejemplo. Imaginemos que un banco capta un depósito de 10.000 dólares a un año. Imaginemos ahora que el banco presta estos 10.000 dólares a diez años. Se podrá decir que cumplidos los primeros 365 días, el banquero no podrá cumplir su compromiso de devolver el dinero al depositante. Sin embargo, imaginemos que el banquero logra captar el último día del primer año otro depósito por el mismo monto, y nuevamente por un plazo de un año. El primer depositante habrá recibido su dinero, pero ahora hay un segundo depositante que corre el riesgo de perder su capital. Al cierre del segundo año, digamos entonces que el banquero logra captar nuevamente un depósito que le vuelve a permitir cumplir su compromiso. Digamos que esto ocurre una y otra vez hasta que llega el décimo año, y el banco recupera su préstamo inicial de 10.000 dólares, pudiendo cancelar –con ese dinero- el último compromiso.
  2. Nótese que el caso podría extenderse a muchos bancos y muchos depositantes, sin alterar la conclusión. Da igual que tengamos un “depositante” por 10.000 dólares, que 10.000 depositantes de un dólar. Da igual que el valor sea de 10.000 dólares que 10 billones de dólares. Da igual que en lugar de un banco hablemos de diversos bancos.
  3. En el punto 3 de la réplica, coincidimos con Rallo en que “[e]l ciclo es un fenómeno macroeconómico, no microeconómico, y en parte debemos explicar por qué la lógica individual puede conducir a descoordinaciones agregadas. Si todos los ahorradores han invertido a plazos y riesgos superiores a los que están dispuestos a asumir, ¿pueden todos ellos deshacer su posición? No, no pueden…” Nótese, sin embargo, que el contraejemplo muestra que el descalce de plazos no generó ningún problema, ni en el banco individual, ni en cada uno de los depositantes, ni tampoco en el sistema bancario.
  4. Nótese también que no se da aquí un efecto Ponzi, porque no se requieren nuevas “víctimas” recurrentemente para evitar el colapso del sistema. Es cierto que el primer año, el banco cancela su deuda con dinero de otro cliente, pero al cumplirse el décimo año, el banco recupera el depósito inicial, y con ello, cancela todas sus deudas.
  5. Nótese que si el banco tuviera problemas para captar un depósito a tiempo para cumplir su contrato, podrá subir el tipo de interés que paga al “depositante”, y con ello –en la medida que no tenga serios problemas de solvencia- lograría asegurarse la obtención de fondos.
  6. Nótese que el caso imaginario, no es otra cosa que la forma en que la banca ha operado históricamente desde sus inicios.
  7. Nótese que el caso incluye cierta incertidumbre, porque el banquero podría llegar al final del primer año sin captar el o los depósitos suficientes para cumplir su compromiso. Esto sin embargo, no debiera preocuparnos. El banquero ejerce en este sentido la función empresarial, al igual que millones de empresarios que día a día arriesgan capital en cada uno de sus contratos (explícitos o implícitos).
  8. Nótese que nada diferencia al banquero de un dueño de un restaurante que al cierre del período no logró vender los cubiertos suficientes para pagarle a sus empleados. La pregunta que surge entonces es por qué le vamos a exigir a la industria bancaria mayor certidumbre que al resto de las industrias.
  9. Creo que todos coincidimos que el descalce de plazos tendrá distintas consecuencias en distintos marcos institucionales. Quizás ayude en este debate mostrar qué ocurre bajo un sistema de banca libre con reserva fraccionaria, en comparación con un sistema de banca central. El mensaje de Rallo es parcialmente correcto bajo la órbita del banco central (como lo es también el ataque de la posición Rothbard-Huerta de Soto a las reservas fraccionarias), pero no bajo banca libre. Bajo un sistema de banca central, seguramente el “descalce” será mayor, porque los banqueros saben que hay un prestamista de última instancia que ofrecerá la liquidez necesaria para rescatarlos de problemas de iliquidez. Bajo un sistema de banca libre descentralizado y competitivo (White 1984, Selgin 1988, Dowd 1992) tal posibilidad de recurrir a un prestamista de última instancia desaparece, lo que obliga a los banqueros a comportarse más responsablemente. Recordemos que en competencia el éxito de un banco está en construir reputación. Pienso que el descalce de plazos bajo un sistema de banca libre con reserva fraccionaria será más limitado y no causará ciclos económicos, pues se comportaría como de hecho mostramos en el contraejemplo. En tal caso, los bancos no solo “no son los motores de este proceso distorsionador” (Rallo, punto 6), sino que al contrario, intermediando entre ahorristas e inversores, permiten la estabilidad del sistema.
  10. Aplicado al caso de Escocia, los bancos emisores competían unos con otros. El sistema de compensación bancaria justamente obligaba a cada banco a manejarse responsablemente. Si un banco sobre-expandía su oferta de billetes  bancarios rápidamente veía disminuir sus existencias de oro, lo cual lo obligaba a cambiar, o bien, lo conducía a la quiebra (Mises 1949).  Pero de nuevo, la quiebra de un banco, no implica la quiebra del sistema. En el caso escocés, especialmente en la primera etapa, hubo un proceso de prueba y error que dejó algunos  bancos en el camino, pero con el tiempo la reputación de algunos bancos fue construyendo un sistema sólido donde el descalce de plazos no representó un problema.
  11. Nótese que para Rallo (punto 7) “[e]l análisis institucional –que elementos refuerzan o frenan el descalce de plazos– viene después una vez poseemos un sólido análisis económico.” Sin embargo, si coincidimos que el ciclo económico es causado por una “descoordinación generalizada”, y entendemos también –a través del contraejemplo- que el descalce de plazos en sí mismo no genera ese problema, entonces lo que importa es el marco institucional que hace que la descoordinación sea generalizada. Concluyo entonces que es Rallo quien coloca el carro delante del caballo (punto 8).
  12. Resumiendo, coincidimos con Rallo que el problema del ciclo económico está en una descoordinación generalizada. Creo haber mostrado que el descalce de plazos no es la causa de esta descoordinación. Si un banco, en una situación excepcional no consigue financiamiento para cubrir sus baches, ni siquiera aumentando los tipos de interés, entonces debemos estudiar concretamente el caso. Ya dijimos que si el problema es individual, entonces es otro problema. s el caso se generaliza, entonces estamos ante «el problema». Pero “ese” factor exógeno, será la causa del ciclo económico.
  13. Para cerrar, nótese que la posición de Rallo tiene un condimento keynesiano importante. El ciclo económico se produce ahora por un factor endógeno del capitalismo. Rallo no concluye de ello que el Estado deba intervenir para calzar los plazos, pero en lo que concierne a las causas del ciclo, la posición de la teoría de la liquidez parece fortalecer la visión keynesiana (y quizás marxista) sobre la inestabilidad inherente del capitalismo.

Por lo demás, han quedado dos puntos de la réplica de Rallo, no tratados arriba.

  1. El punto 1 me parece algo contradictorio. Por un lado se afirma no enfrentarse a la teoría austriaca tradicional, pero a paso siguiente se la critica. Al margen, como ha señalado Nicolás, es correcto señalar que el mercado funciona con una curva de rendimientos, y no con una única tasa de interés (reconocido en sus escritos por Mises, Hayek, etc.) Pero no es menos cierto que el sistema financiero opera arbitrando esa curva. Pasar de una tasa de interés única (como si toda la curva se moviese en paralelo) a una curva de rendimientos puede dar más insight y detalles, pero no veo porque debe cambiar la teoría.
  2. Dice Rallo: “Es una ilusión (de la que la Escuela Austriaca es en parte culpable) el pensar que existe un solo mercado intertemporal…” En Mises, sin embargo, queda claro que hay tantas tasas de interés originarias como individuos participan en la sociedad, vinculando esta tasa de interés a la preferencia temporal de cada sujeto. Dicho esto, bajo micro-fundamentos adecuados, no veo inconvenientes en afirmar que existe un mercado de fondos prestables –al estilo Garrison- que determina un tipo de interés a partir de la oferta y demanda agregada de ahorros que hay en el mercado.

Documental: En defensa del euro

La semana pasada tuve la oportunidad de participar en el VI Congreso de Economía Austriaca organizado por el Instituto Juan de Mariana en Madrid. El programa fue muy completo al cubrir variados temas y de muy buen nivel en lo que respecta a los panelistas y expositores. Personalmente, tuve la oportunidad de presentar mi trabajo sobre las reformas al sistema monetario y bancario en Hayek, así como actualizarme respecto de las investigaciones que se vienen desarrollando en el viejo continente.

Aquí quiero llamar la atención a lo que fue quizás la presentación más importante del Congreso, dictada por el Dr. Jesús Huerta de Soto acerca de una defensa del euro.

Su presentación tuve unos treinta minutos y cubrió varios puntos, pero el último de ellos, fue precisamente el marcar su posición acerca de la defensa del euro. ¿Cómo es posible que un autor tan crítico del monopolio de la moneda, ahora decida defender el euro?

Invito a los lectores a ver el documental, pero resulta paradójico que un sistema monetario creado por la Unión Europea precisamente como pieza central del Estado de Bienestar, ahora parece revelarse y obligar a la Unión Europea a renunciar a este monstruo de carácter público.

Mi impresión es que la presentación de Huerta de Soto fue en exceso optimista. Abajo explico mis razones.

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Conferencia de Jesús Huerta de Soto en el VI Congreso de Economía Austriaca de Madrid

En este video Jesús Huerta de Soto cierra el VI Congreso de Economía Austriaca del IJM. Abre con una referencia al Papa Francisco, intenta refutar la teoría de la liquidez de Antal Fekete, dedica unas palabras al «verdadero Lincoln» y cierra con su defensa personal del euro. La presentación es en sí misma muy polémica, lo que abre la oportunidad para el debate en cualquiera de estos temas.

LA EDUCACIÓN ECONÓMICA DE LAS EMPRESAS FAMILIARES

130410 Portada Educación Económica.pmdHace un tiempo, difundimos en un post, una parte del extraordinario trabajo que viene desarrollando Fernando Nogales en el campo de la Economía de la Familia al advertir que la teoría económica de la Escuela Austriaca puede resultar en una herramienta fundamental en el manejo de las empresas familiares.

En esta oportunidad, me enorgullece comentar que el mismo Profesor Nogales ha dirigido un proyecto en el que ha reunido a una serie de economistas afines a esta tradición con el fin de escribir un libro rico en conceptos, pero simple en sus enunciados, que permitirá al lector desarrollar un acercamiento a la educación económica que necesitan las empresas familiares.

Acceda abajo al índice completo.

Reseña

Estamos viviendo en España y Europa (y no ha terminado aún), posiblemente la crisis económica más importante de los últimos ochenta años. Muchas empresas han quebrado (no pocas de ellas, empresas familiares), millones de puestos de trabajo se han perdido, cientos de profesionales y empresarios deciden invertir sus esfuerzos fuera del país… ¿Qué está pasando? ¿Por qué las empresas no fueron capaces de prever esta crisis?

En mi experiencia como asesor de empresas familiares he podido comprobar, casi siempre, la buena capacitación que tienen las familias empresarias en los ámbitos de la Contabilidad y Finanzas. Pero de igual modo me ha llamado siempre la atención la poca capacitación que tienen en el ámbito de la Economía, y no solo sus miembros familiares, también sus Consejos de Administración o Directorios (y ello es aún más grave).

El libro que tiene en sus manos es un intento de responder a algunas preguntas como las antedichas. Y lo hace desde un pensamiento económico que está íntimamente ligado al comportamiento intuitivo de las empresas familiares. Me estoy refiriendo al pensamiento representado por la llamada Escuela de Economía Austriaca. A lo largo de sus doscientas páginas, algunos de los más prestigiosos economistas y autores del momento, tanto españoles como hispanoamericanos, analizan y responden a no pocas de las cuestiones que son fundamentales para los empresarios familiares.

En sus páginas profundizará en una variada temática económica que va desde la importancia de la empresa y la figura del empresario en la historia del pensamiento económico, pasando por el estudio de los ciclos económicos y las políticas monetarias que los generan, hasta el análisis y gestión de los patrimonios familiares, de importancia clave para la formación de capitales y su posterior uso para la creación de nuevas empresas familiares.

Participan en el libro María Blanco, Alejandro Gómez, César Martínez Meseguer, Martín Krause, Adrián Ravier, Juan Ramón Rallo, Miguel A. Alonso Neira, Raquel Merino y Miguel Anxo Bastos Boubeta.

Adquiera el libro en Unión Editorial.

Acceda aquí al capítulo 1 del libro: «La importancia de la formación económica en las empresas familiares»

Acceda aquí a un resumen de la información de los autores de los distintos capítulos del libro.

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Adrián Ravier ofrecerá una conferencia magistral en el VI Congreso de Economía Austríaca

Menger_MisesEl VI Congreso de Economía Austriaca que organiza el Instituto Juan de Mariana se celebrará el 22 y 23 de mayo en el Centro Riojano de Madrid, en Calle Serrano nº 25. El evento se completa con Liberacción (la feria del libro liberal) y la Cena de la Libertad el 24 de mayo.

Habrá tres conferencias magistrales a cargo de Gabriel Calzada, Adrian Ravier y Jesús Huerta de Soto.

También presentarán  ponencias Jorge Bueso Merino, Ricardo Emanuel Campos Dias de Sousa, David Howden, Mariano Alierta, Oscar Timón, Rafael García, Sergio Alberich, Carmen González Marsal, Ignacio Andrés Mondéjar, Alejandro Pérez y Soto Domínguez,  Katherine Flórez Pinilla, Adrià Pérez Martí, Rubén Méndez, Raúl Alosilla, Ángel Fernández, Alejandro Romero Reche, David de Bedoya, David García, Martín Sousa, Andrés Casas Soto, Rubén Méndez Reategui y Carlos Fernández.

Aquí pueden consultar el programa de las jornadas.

Procesos de Mercado, Año 2012, Vol. 12, No. 2

PM2012Se ha publicado un nuevo número de la revista europea de economía política PROCESOS DE MERCADO. Destacan las contribuciones de Joseph T. Salerno, Jesús Huerta de Soto y Walter Block, entre los autores más renombrados. También de destacan dos artículos clásicos de Ludwig von Mises y Friedrich Hayek, el primero sobre «El liberalismo y los partidos políticos» y el segundo sobre «El atavismo de la justicia social».

En este ejemplar, además, es un placer para los editores de este blog mencionar los aportes de nuestros hermanos, Iván Cachanosky y Leonardo E. Ravier. Ivan nos aporta un análisis comparativo entre distintos conceptos de eficiencia: «Eficiencia técnica, eficiencia económica y eficiencia dinámica».

Leonardo, por su parte, ofrece una «Carta contra-argumentativa al freebanking con reserva fraccionaria«, la que forma parte de una respuesta personal a un defensor de dicho sistema dentro del seno del Partido de la Libertad Individual (nuevo partido político libertario nacido en 2009 en España). Se escribió con intención de explicar la defensa que dicho partido sostiene desde sus inicios en relación a la exigencia del coeficiente de caja del 100% dentro de las reformas bancarias propuestas en su Programa Político Marco (PPM).

Lamentablemente, con la excepción del artículo de Leonardo, aun no podemos acceder on line al resto de los documentos, pero seguramente estarán disponibles en breve y lo anunciaremos por este medio.

No está demás decir que esta es una nueva oportunidad para abrir el debate en torno a la banca libre con reserva fraccionaria o banca libre con encaje 100 por cien.

– Índice completo de la revista: Dialnet

– Puede adquirir la revista en www.unioneditorial.es