Liquidez bancaria y letras reales: Comentario de D. Fernández Méndez

Daniel Fernández Méndez nos envía su propio aporte al debate que están manteniendo en estos días Nicolás Cachanosky y Juan Ramón Rallo. Lo compartimos a continuación.

Nicolas Cachanosky has published recently an article criticizing the Real Bills Doctrine. The debate started with Rallo interviewing White in Juan de Mariana´s Institute. Later White criticized the Rallo´s point of view held in the interview here. Rallo rejoinder to White´s points can be found here. So far the last contribution to the bilateral debate was on White´s side here. So Nicolas is the last adherent to the controversy. I will answer the different critiques made by Nicolas in his article.

a. Banks manage flows not stocks.

Maturity mismatch is still a problem in flow terms. The saving flows materialize in a stock of capital. Banks receive saving flows and allocate them in capital structures through lending to producers. The maturity profile of the capital structure influence their composition (it is clear that it´s not the same a capital structure oriented towards long term capital as the housing market than having an agricultural or commodity oriented economy). Long term capital stocks hasn´t the ability to produce income flows at short notice. So finally stocks matters.

In fact, flows are transformed into stocks that in turn, produce another flows in the future. This is nothing else that the process of capitalization of an economy. Savings (flows) are transformed in certain kind of wealth (capital) that produce another kind of flow (income). As Rallo points out, stocks are nothing else than the present value of future flows.

The key point here is if the expected flows of both, producers and savers are aligned with current flows. As we are going to argue below, the maturity mismatch causes misalignment between them.

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LA TEORÍA DE LA BANCA LIBRE FRENTE A LA DOCTRINA DE LAS REAL BILLS [traducción]

White_RalloHace unos días publicamos en este blog una entrada con un video que contenía una conversación entre Lawrence H. White y Juan Ramón Rallo acerca de la doctrina de las Real Bills o letras reales. Ahora el profesor White agregó un análisis escrito en el blog Alt-M, donde explica que el análisis del profesor Rallo difiere de lo que otros autores han definido como la doctrina del Real Bills, sorteando con ello varias de las críticas que en general se le asigan a la misma. Al mismo tiempo, el profesor White rescata que en esta particular defensa de la doctrina de las letras reales hay una correcta defensa de la banca libre con reserva fraccionaria, así como una certera crítica a la banca libre con coeficiente de caja del 100 por cien que han defendido autores como Murray Rothbard o Jesús Huerta de Soto. Sobre el final, sin embargo, el profesor White señala aspectos críticos de la teoría de Antal Fekete-Rallo que vale la pena considerar. Dado que este debate puede atraer a lectores hispano-parlantes que no leen el inglés con facilidad, aquí he traducido el análisis del profesor White al español (aunque no está carente de errores).

Aquí la versión original en inglés. Abajo la traducción al español.

LA TEORÍA DE LA BANCA LIBRE FRENTE A LA DOCTRINA DE LAS REAL BILLS (LETRAS REALES)

Por Lawrence H. White

La “doctrina de los real-bills (letras reales)” fue rotundamente rechazada por los teóricos monetarios de la posguerra, tanto desde la perspectiva de Chicago como la Austriaca (Lloyd Mints 1945, Ludwig von Mises 1949). Pero George Selgin (1989) tenía razón al advertirnos que “sería un error pensar que la doctrina de los real-bills es un “caballo muerto”, porque “los caballos muertos de la teoría económica tienen la costumbre de repente de brotar de nuevo a la vida”

En los últimos años, el prominente economista Thomas Sargent (2011) ha declarado que en el debate sobre los regímenes monetarios alternativos, “La doctrina de los real bills está viva y bien hoy”. Más recientemente, el joven economista español Juan Ramón Rallo, líder de la Escuela de Negocios OMMA y el Instituto Juan de Mariana en Madrid ha defendido proposiciones que se identifican con la doctrina de las letras reales. Rallo se basa en los escritos de Antal Fekete, que ha estado avanzando en lo que él llama la “doctrina de los real bills de Adam Smith” durante más de 20 años. Tuve el placer de dialogar en el escenario con el profesor Rallo en Madrid este verano, donde discutimos los aspectos de la doctrina. Afortunadamente, lo que Rallo en realidad defiende está libre de las deficiencias de las versiones habituales de la doctrina de las letras reales.

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Conversation on free banking theory between Larry White and Juan Ramón Rallo

White_Rallo«El descalce de plazos no es la causa del ciclo económico» se tituló un post que escribí hace casi 2 años, un 19 de septiembre de 2013. El post recibió una respuesta inmediata de Juan Ramón Rallo, y a partir de allí siguieron otros.

 

Ravier, El descalce de plazos no es la causa del ciclo económico.

Rallo, El descalce de plazo sí es la causa del ciclo económico.

Ravier, El descalce de plazos no es la causa del ciclo económico (Parte 2).

Rallo, El descalce de plazo sí es la causa del ciclo económico (Parte 2).

Ravier, El descalce de plazos no es la causa del ciclo económico (Parte 3).

Rallo, El descalce de plazo sí es la causa del ciclo económico (Parte 3).

de Bedoya, Mi pequeña aportación al debate Rallo v. Ravier.

Cachanosky, Ciclos económicos y descalce de plazos (resumen).

Al poco tiempo, se sumó otro capítulo en este interesante debate cuando George Selgin visitó Madrid: Banca Libre: el remedio contra los ciclos económicos.

Aquí se suma un nuevo capítulo al debate, con la visita de Lawrence H. White a Madrid en julio de 2015, y este video que muestra su conversación con Juan Ramón Rallo. El intercambio vale la pena, y creo que todos los que estamos interesados en estos temas lo estábamos esperando. Imagino que será un aporte más en la construcción de la teoría de la liquidez que incluye los trabajos de Adam Smith, Carl Menger, Antal Fekete y el trabajo de catedráticos españoles como José Ignacio del Castillo o el mismo Juan Ramón Rallo, quienes desde hace varios años vienen trabajando en ello.

En este video el mismo Rallo comenta que está trabajando en esta teoría, que de alguna manera se inspira en el trabajo de banca libre elaborado por el profesor White. Una vez elaborado no cabe duda que el debate entre la banca libre con encaje fraccionario y la banca libre con encaje 100 por cien, pasará a tener una tercera opción que agregarán valor a la moderna Escuela Austriaca.

El descalce de plazos no es la causa del ciclo económico, parte 3

Como siempre ocurre en estos debates, el intercambio va abriéndose a varios campos relacionados. Aquí, para no perder el foco, me concentraré en el punto original, que el descalce de plazos no es la causa del ciclo económico. En el futuro intentaré volver sobre lo demás.

En esta última réplica de Rallo veo una contradicción que me impide comprender el mensaje de la teoría de la liquidez.

Hayek siempre rechazó que en ausencia de intervención estatal el mercado sea perfectamente estable. Distinguía por ello entre fluctuaciones y ciclos económicos. Las fluctuaciones ocurren por factores endógenos al mercado, ante cambios en las preferencias temporales o ante innovaciones tecnológicas. Los ciclos económicos ocurren por factores exógenos al mercado, concretamente, por la expansión de crédito de la autoridad monetaria que rompe la identidad entre ahorro e inversión, creando un auge insostenible.

Keynes, Marx y los seguidores de ambos, por el contrario, afirman que el ciclo económico es causado por factores endógenos al mercado. No hay espacio aquí para desarrollar las teorías de ambos, pero digamos que es justamente esta inestabilidad la que lleva a Keynes a justificar su intervencionismo y a Marx a sugerir un cambio de sistema.

Soy consciente que Rallo defiende un pensamiento libertario, y en ningún momento quisiera identificarlo con estos otros autores. Más aun, pienso que está haciendo un trabajo increíble en defensa de la libertad. Pero cerré mi anterior post afirmando que “la posición de Rallo tiene un condimento keynesiano importante. El ciclo económico se produce ahora por un factor endógeno del capitalismo.” A lo que Rallo respondió que “La teoría de la liquidez no fortalece la versión keynesiana del ciclo por una razón: porque explica cómo el libre mercado sería capaz de superar esos problemas.”

Aquí veo una contradicción importante que me lleva a concluir que quizás estamos diciendo lo mismo. Si el libre mercado es capaz de superar los problemas del descalce, entonces yo tendría razón en afirmar que el descalce no es la causa del ciclo económico. En todo caso, la teoría de la liquidez debería afirmar que el monopolio de emisión + el descalce, provocan ciclos económicos.

Si por el contrario, Rallo insiste en su posición de que “el descalce general de plazos sí genera el problema, con independencia del marco institucional en el que se dé” (punto 5), entonces fortalece la posición keynesiana de que está en la naturaleza del libre mercado la causa de los ciclos económicos.

En la clasificación de Hayek yo creo que el “descalce” sería un factor más para explicar ciertas fluctuaciones en el mercado libre, pero no para fundamentar los ciclos económicos.

Lo mismo ocurre con las reservas fraccionarias. En un sistema de banca central, la existencia de reservas fraccionarias ayudan a expandir el crédito y causan el ciclo económico. Pero en un sistema de banca libre, la competencia entre bancos emisores y la compensación bancaria evitan que se desencadene el ciclo, como de hecho muestra el caso de Escocia, que funcionó de forma estable con un encaje del 2 %.

De esto se deduce que ni el descalce, ni las reservas fraccionarias son causa del ciclo económico. La causa proviene del monopolio de emisión.

Hay que reconocer que el monopolio de emisión podría no generar ciclos económicos si lograra equilibrar ahorro e inversión, pero dada su naturaleza lo más probable es que Hayek tenga razón al enfatizar el «problema de conocimiento» y Buchanan tenga razón en enfatizar el «problema de incentivos». Resumiendo, lo más probable es que el monopolio de emisión redunde en desequilibrios monetarios.

Insisto entonces en la necesidad de distinguir entre marcos institucionales monetarios. Y el contraejemplo expuesto en mi anterior comentario, se cumple precisamente bajo un sistema de banca libre con reserva fraccionaria. No niego que el descalce puede generar pequeños desequilibrios, y que estos a su vez puedan generar cierto efecto Ricardo en la estructura productiva, pero al estar limitados por la competencia no llegan a causar el ciclo económico.

Rallo dijo que el mercado libre “sería capaz de superar” el problema. Quizás se refería a esto mismo. Y luego en el punto 3 de su réplica agrega que “sí, en banca libre los bancos tienden a aprender que no deben descalzar plazos. Pero… durante un tiempo pueden no haber aprendido la lección (en eso consiste el aprendizaje evolutivo: me equivoco, corrijo, aprendo) y en ese caso se podría dar un ciclo sin bancos centrales.”

Lo único que debo corregir de esta última afirmación es que no habrá “ciclo” en ese proceso de aprendizaje, sino que habrá quiebra de un banco o algunos bancos que operen irresponsablemente. De nuevo, insisto con el mensaje de mi primer post, no es lo mismo la quiebra de un banco que “desequilibrios generalizados”. En un sistema de bancos emisores competitivos como el de Escocia, la caída de un banco no arrastra a todos los bancos del sistema.

En el punto 4 de la réplica, Rallo señala que bajo un sistema de banca libre, “Los bancos se pueden equivocar: es más, pueden descalzar todos ellos en masa el crédito sin que aparezcan saldos negativos en la cámara de compensación interbancaria y sin que ninguno ponga fin a expansión crediticia”. Acepto que los bancos se pueden equivocar. Lo contrario sería un mundo de equilibrio y competencia perfecta. Pero no veo por qué tal cosa ocurriría. Si bien los bancos pueden descalzar, el proceso de competencia haría que aquel banco que se exceda quiebre, pero no arrastrará el sistema completo como decía antes. Aquí es necesario ampliar la explicación para mostrar que tal cosa ocurriría. Rallo acepta que en Escocia no ocurrió pero afirma que podría ocurrir. Yo no veo por qué.

Huerta de Soto afirma algo similar en su libro “Dinero…” utilizando teoría de los juegos, para afirmar que todos los bancos formarían un cártel contra sus clientes. El ejemplo es desafortunado, y el propio Mises lo muestra en La Acción Humana, Cap. 17, sección 11, p. 535, cuando analiza precisamente la libertad bancaria:

¿Qué sucedería si toda la banca privada se asociara y formara un cartel? ¿No es acaso posible que los bancos se confabulen para emitir sin tasa medios fiduciarios? Tal inquietud es absurda. Mientras la intervención estatal no impida a la gente retirar sus saldos, ningún banco puede permitirse arriesgar su buen nombre asociándolo con el de otras entidades de menor crédito. Conviene recordar que el banco dedicado a crear medios fiduciarios se halla siempre en una postura más o menos precaria. El buen nombre es su prenda más valiosa. Cualquier duda acerca de la seguridad y solvencia de la institución puede llevarla a la suspensión de pagos. Para un banco de buena reputación sería una política suicida ligar su nombre al de otras instituciones menos acreditadas. Bajo un régimen de libertad bancaria, la unión de todos los bancos en un cartel implicaría el fin de la banca, lo que, evidentemente, no beneficiaría a ninguna de las instituciones afectadas.

Cierro con las referencias al intercambio completo:

Ravier, El descalce de plazos no es la causa del ciclo económico

Rallo, El descalce de plazos sí es la causa del ciclo económico

Ravier, El descalce de plazos no es la causa del ciclo económico, parte 2

Rallo, El descalce de plazos sí es la causa del ciclo económico (parte 2)

El descalce de plazos no es la causa del ciclo económico, parte 2

Hace unos días subí un post en el que ofrecía algunos argumentos a favor de la hipótesis de que el descalce de plazos no es la causa del ciclo económico. Inmediatamente, Rallo ofreció una réplica sistemática, lo que abrió un diálogo en diversos grupos de redes sociales y blogs que manifiestan el interés que hay en el tema. A continuación intentaré una réplica.

Aclaración previa: Si bien en las redes sociales han surgido defensores de la posición Rothbard-Huerta de Soto, por el momento prefiero concentrarme exclusivamente en la posición Fekete-Rallo (la que incluye por supuesto a otros economistas, especialmente a Gabriel Calzada y José Ignacio del Castillo, con quienes he conversado sobre estos temas en varias oportunidades). Es por ello que dejaremos fuera del análisis a los depósitos a la vista, porque pueden generar confusión. Cuando de aquí en más diga “depósitos”, me referiré especialmente a los depósitos a plazo fijo, en el que el “depositante” pierde la disponibilidad del dinero por el plazo del contrato. Quedará para otro post, extender el análisis incluyendo los depósitos a la vista.

  1. Lo primero en lo que quiero insistir es en el argumento de que el descalce de plazos no es la causa del ciclo económico y para ello puede servir un contraejemplo. Imaginemos que un banco capta un depósito de 10.000 dólares a un año. Imaginemos ahora que el banco presta estos 10.000 dólares a diez años. Se podrá decir que cumplidos los primeros 365 días, el banquero no podrá cumplir su compromiso de devolver el dinero al depositante. Sin embargo, imaginemos que el banquero logra captar el último día del primer año otro depósito por el mismo monto, y nuevamente por un plazo de un año. El primer depositante habrá recibido su dinero, pero ahora hay un segundo depositante que corre el riesgo de perder su capital. Al cierre del segundo año, digamos entonces que el banquero logra captar nuevamente un depósito que le vuelve a permitir cumplir su compromiso. Digamos que esto ocurre una y otra vez hasta que llega el décimo año, y el banco recupera su préstamo inicial de 10.000 dólares, pudiendo cancelar –con ese dinero- el último compromiso.
  2. Nótese que el caso podría extenderse a muchos bancos y muchos depositantes, sin alterar la conclusión. Da igual que tengamos un “depositante” por 10.000 dólares, que 10.000 depositantes de un dólar. Da igual que el valor sea de 10.000 dólares que 10 billones de dólares. Da igual que en lugar de un banco hablemos de diversos bancos.
  3. En el punto 3 de la réplica, coincidimos con Rallo en que “[e]l ciclo es un fenómeno macroeconómico, no microeconómico, y en parte debemos explicar por qué la lógica individual puede conducir a descoordinaciones agregadas. Si todos los ahorradores han invertido a plazos y riesgos superiores a los que están dispuestos a asumir, ¿pueden todos ellos deshacer su posición? No, no pueden…” Nótese, sin embargo, que el contraejemplo muestra que el descalce de plazos no generó ningún problema, ni en el banco individual, ni en cada uno de los depositantes, ni tampoco en el sistema bancario.
  4. Nótese también que no se da aquí un efecto Ponzi, porque no se requieren nuevas “víctimas” recurrentemente para evitar el colapso del sistema. Es cierto que el primer año, el banco cancela su deuda con dinero de otro cliente, pero al cumplirse el décimo año, el banco recupera el depósito inicial, y con ello, cancela todas sus deudas.
  5. Nótese que si el banco tuviera problemas para captar un depósito a tiempo para cumplir su contrato, podrá subir el tipo de interés que paga al “depositante”, y con ello –en la medida que no tenga serios problemas de solvencia- lograría asegurarse la obtención de fondos.
  6. Nótese que el caso imaginario, no es otra cosa que la forma en que la banca ha operado históricamente desde sus inicios.
  7. Nótese que el caso incluye cierta incertidumbre, porque el banquero podría llegar al final del primer año sin captar el o los depósitos suficientes para cumplir su compromiso. Esto sin embargo, no debiera preocuparnos. El banquero ejerce en este sentido la función empresarial, al igual que millones de empresarios que día a día arriesgan capital en cada uno de sus contratos (explícitos o implícitos).
  8. Nótese que nada diferencia al banquero de un dueño de un restaurante que al cierre del período no logró vender los cubiertos suficientes para pagarle a sus empleados. La pregunta que surge entonces es por qué le vamos a exigir a la industria bancaria mayor certidumbre que al resto de las industrias.
  9. Creo que todos coincidimos que el descalce de plazos tendrá distintas consecuencias en distintos marcos institucionales. Quizás ayude en este debate mostrar qué ocurre bajo un sistema de banca libre con reserva fraccionaria, en comparación con un sistema de banca central. El mensaje de Rallo es parcialmente correcto bajo la órbita del banco central (como lo es también el ataque de la posición Rothbard-Huerta de Soto a las reservas fraccionarias), pero no bajo banca libre. Bajo un sistema de banca central, seguramente el “descalce” será mayor, porque los banqueros saben que hay un prestamista de última instancia que ofrecerá la liquidez necesaria para rescatarlos de problemas de iliquidez. Bajo un sistema de banca libre descentralizado y competitivo (White 1984, Selgin 1988, Dowd 1992) tal posibilidad de recurrir a un prestamista de última instancia desaparece, lo que obliga a los banqueros a comportarse más responsablemente. Recordemos que en competencia el éxito de un banco está en construir reputación. Pienso que el descalce de plazos bajo un sistema de banca libre con reserva fraccionaria será más limitado y no causará ciclos económicos, pues se comportaría como de hecho mostramos en el contraejemplo. En tal caso, los bancos no solo “no son los motores de este proceso distorsionador” (Rallo, punto 6), sino que al contrario, intermediando entre ahorristas e inversores, permiten la estabilidad del sistema.
  10. Aplicado al caso de Escocia, los bancos emisores competían unos con otros. El sistema de compensación bancaria justamente obligaba a cada banco a manejarse responsablemente. Si un banco sobre-expandía su oferta de billetes  bancarios rápidamente veía disminuir sus existencias de oro, lo cual lo obligaba a cambiar, o bien, lo conducía a la quiebra (Mises 1949).  Pero de nuevo, la quiebra de un banco, no implica la quiebra del sistema. En el caso escocés, especialmente en la primera etapa, hubo un proceso de prueba y error que dejó algunos  bancos en el camino, pero con el tiempo la reputación de algunos bancos fue construyendo un sistema sólido donde el descalce de plazos no representó un problema.
  11. Nótese que para Rallo (punto 7) “[e]l análisis institucional –que elementos refuerzan o frenan el descalce de plazos– viene después una vez poseemos un sólido análisis económico.” Sin embargo, si coincidimos que el ciclo económico es causado por una “descoordinación generalizada”, y entendemos también –a través del contraejemplo- que el descalce de plazos en sí mismo no genera ese problema, entonces lo que importa es el marco institucional que hace que la descoordinación sea generalizada. Concluyo entonces que es Rallo quien coloca el carro delante del caballo (punto 8).
  12. Resumiendo, coincidimos con Rallo que el problema del ciclo económico está en una descoordinación generalizada. Creo haber mostrado que el descalce de plazos no es la causa de esta descoordinación. Si un banco, en una situación excepcional no consigue financiamiento para cubrir sus baches, ni siquiera aumentando los tipos de interés, entonces debemos estudiar concretamente el caso. Ya dijimos que si el problema es individual, entonces es otro problema. s el caso se generaliza, entonces estamos ante «el problema». Pero “ese” factor exógeno, será la causa del ciclo económico.
  13. Para cerrar, nótese que la posición de Rallo tiene un condimento keynesiano importante. El ciclo económico se produce ahora por un factor endógeno del capitalismo. Rallo no concluye de ello que el Estado deba intervenir para calzar los plazos, pero en lo que concierne a las causas del ciclo, la posición de la teoría de la liquidez parece fortalecer la visión keynesiana (y quizás marxista) sobre la inestabilidad inherente del capitalismo.

Por lo demás, han quedado dos puntos de la réplica de Rallo, no tratados arriba.

  1. El punto 1 me parece algo contradictorio. Por un lado se afirma no enfrentarse a la teoría austriaca tradicional, pero a paso siguiente se la critica. Al margen, como ha señalado Nicolás, es correcto señalar que el mercado funciona con una curva de rendimientos, y no con una única tasa de interés (reconocido en sus escritos por Mises, Hayek, etc.) Pero no es menos cierto que el sistema financiero opera arbitrando esa curva. Pasar de una tasa de interés única (como si toda la curva se moviese en paralelo) a una curva de rendimientos puede dar más insight y detalles, pero no veo porque debe cambiar la teoría.
  2. Dice Rallo: “Es una ilusión (de la que la Escuela Austriaca es en parte culpable) el pensar que existe un solo mercado intertemporal…” En Mises, sin embargo, queda claro que hay tantas tasas de interés originarias como individuos participan en la sociedad, vinculando esta tasa de interés a la preferencia temporal de cada sujeto. Dicho esto, bajo micro-fundamentos adecuados, no veo inconvenientes en afirmar que existe un mercado de fondos prestables –al estilo Garrison- que determina un tipo de interés a partir de la oferta y demanda agregada de ahorros que hay en el mercado.

El descalce de plazos no es la causa del ciclo económico

cicloVarios lectores nos han consultado a los editores de este blog qué pensamos acerca de la teoría de la liquidez de A. Fekete y J.R. Rallo. Lo que escribo aquí no es “nuestra posición”, sino un comentario mío, individual, incluso escrito con algo de apuro, acerca de un punto central de esta teoría, la que esperamos estudiar y comentar más adelante y de un modo más general, cuando el tiempo nos permita profundizar mejor en ella.

Lo primero que quiero destacar es que no debemos confundir el ciclo económico, con la quiebra de uno o unos pocos bancos. Son cosas distintas. Un banco puede quebrar por cientos de causas distintas, y posiblemente el campo de la administración financiera o la administración bancaria ayude a ofrecer fundamentos sobre estos errores que un banquero puede cometer.

Una de esas causas podría ser el descalce de plazos. Si un banco toma “depósitos” (que para nosotros son préstamos) a un año, y luego los presta a veinte años, puede ocurrir que el “descalce” conduzca al banco a la quiebra.

Pero la administración financiera nos enseña que debemos distinguir un problema “financiero” de un problema de “solvencia”. Si el problema es de “liquidez” pero el banco es solvente, entonces muchos otros bancos podrán prestar dinero a este banco en problemas para que pueda cumplir sus contratos y evitar la quiebra. Deberá pagar un interés por esos préstamos que sanean su problema financiero, pero el banco tiene respaldo con el que cumplir sus contratos.

Si por el contrario el banco tiene un problema financiero, pero además tiene un problema de solvencia, entonces pocos o ningún banco querrá comprometer su patrimonio ofreciendo créditos al primero, dado que estaría arriesgando su propio capital o el de sus clientes y comprometería con ello su situación patrimonial y su reputación.

Dicho esto, tomemos el sistema monetario y bancario que tomemos, siempre habrá descalce de plazos, pero no siempre será un problema.

Por ejemplo, el famoso ejemplo de Escocia que estudia Larry White (1984) explica que durante más de un siglo hubo estabilidad monetaria y bancaria bajo un sistema de banca libre, en el que varios bancos emisores de forma competitiva y descentralizada podían emitir sus propios billetes bancarios respaldados en oro. ¿Por qué este sistema era estable? Brevemente, porque existía un sistema de compensación bancaria que permitía evidenciar si un banco tenía una mala performance en la administración de su empresa.

¿Había descalce de plazos entonces? Seguramente, pero si el “descalce” tomaba una magnitud que comprometía el patrimonio del banco, entonces este quebraba, sin perjudicar al resto del sistema. Esto en sí mismo no era un ciclo económico, sino una quiebra de una empresa individual que manejó mal su patrimonio.

Decir que en la crisis subprime el problema fue el descalce de plazos, puede ser correcto si nos quedamos en el plano del arte de la administración bancaria, pero no lo es desde un punto de vista económico. ¿Qué quiero decir con esto? Que corresponde a un auditor contable explicar las razones por las cuales un banco quebró, pero corresponde a los economistas explicar las razones por las cuales todos o casi todos los bancos fallaron al mismo tiempo. Si en la crisis subprime el descalce de plazos fue global y además tomó una magnitud inmanejable, debe haber una causa institucional que lo generó, a saber, el monopolio de emisión. Esa explicación es la que debemos atender los economistas.

Cuando Rothbard-Huerta de Soto y White-Selgin discuten acerca de “la causa” del ciclo económico, no están trabajando en el plano de la administración bancaria, sino en este marco institucional. Los primeros concluyen que el problema es la reserva fraccionaria. Los segundos concluyen que el problema no puede ser la reserva fraccionaria sino el monopolio de emisión. La discusión sigue y en ese plano seguimos trabajando.

Aquí Rallo ofrece otra respuesta, pero en mi opinión no compite con estas otras dos, porque lo hace desde un plano diferente.

Valoro el trabajo que viene desarrollando Rallo durante estos últimos años precisamente porque está conectando dos áreas que hasta el momento no se comunicaban. Sin duda, los intelectuales de ambas pueden aprender unos de otros, pero concretamente sobre el tema del título de este post, me parece que el descalce de plazos no es la causa del ciclo económico. El descalce de plazos (generalizado y de magnitud) es más bien la consecuencia de un marco institucional inadecuado sobre el que tenemos que seguir trabajando.

¿Cuántas sub-escuelas tiene la tradición austriaca?

EAdesdeAdentroEl Insituto Juan de Mariana organizó entre el 12 y el 19 de julio del corriente la VIII Universidad de Verano. Basta mirar el programa, los títulos de su conferencia y los nombres de los expositores para confirmar el nivel del evento. A los catedráticos que se repiten en cada Universidad de Verano como Carlos Rodríguez Braun, Miguel Anxo Bastos, Gabriel Calzada y  María Blanco, se han sumado invitados extranjeros como Alberto Mingardi de Italia o los argentinos Martín Krause y Walter Castro, además de contar con la presentación del Director del IJM, Juan Ramón Rallo, y otros miembros del instituto.

Personalmente tuve la oportunidad de asistir a esta Universidad de Verano en 2007, y al día de hoy recuerdo con entusiasmo la experiencia. Aquí los lectores pueden acceder a un resumen del seminario que escribí en mi antiguo blog.

Debo decir también que cada año recomiendo a mis alumnos y amigos libertarios que apliquen a las becas que ofrece el instituto y afortunadamente las consiguen. Este año Kevin Orelia de la Universidad Nacional de La Pampa en Argentina y Edgar Ortiz de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala consiguieron la beca y ya me manifestaron que el evento fue extraordinario.

Escribo este post por una consulta que recibí de algunos amigos que tuvieron la oportunidad de asistir al evento. Concretamente, por una afirmación de Juan Ramón Rallo acerca de las sub-escuelas que tiene la tradición austriaca hoy en día.

Actualmente, dentro de la Escuela Austriaca conviven tres sub-escuelas: la ortodoxamente praxeológica (Mises-Rothbard); la subjetiva radical e institucional (Hayek-Lachmann); y la neo-mengeriana (Fekete). Cada una con niveles de desarrollo muy distintos, por supuesto. ¿Alguna corriente más que se os ocurra?» [Juan Ramón Rallo]

Mi impresión general es que es muy difícil definir una clasificación como esta en la que podamos englobar a cada autor de la Escuela Austriaca. Piensen por ejemplo en dónde ubicar a los propios fundadores de la tradición como Carl Menger, Eugen Böhm Bawerk y Wieser y encontrarán problemas. Sigan con el propio Mises, y verán que una lectura detenida nos lleva a enormes dificultades. Tomen a  los asistentes del seminario de Mises en Viena y Nueva York y las dificultades continúan. Tomen a los autores más representativos de la tradición austriaca moderna, y aun así, habrá problemas. Finalmente, piense cada uno si puede calzar en alguno de estos tres sub-grupos y el problema persiste. Personalmente, no me sentiría cómodo en ninguno de estos grupos.

Un ejemplo bastante representativo puede ser Jesús Huerta de Soto. Basta leerlo para notar que no calza en ninguno de ellos. En el último Congreso Austriaco que también organizó el IJM se auto-definió contrario al pensamiento de Fekete, pero es claro que si bien sigue a Mises-Rothbard, también tiene una influencia enorme de Menger y Hayek. Puede observarse su trabajo sobre el Methodenstreit para confirmar su influencia de Menger, y también su tesis doctoral sobre el socialismo, para mostrar que su influencia proviene tanto de Mises como de Hayek.

Después de compilar esas 60 entrevistas a autores representativos de la tradición [La Escuela Austriaca desde Adentro, Vol. 1, 2 y 3], mi impresión es que no se los puede englobar en dos o tres ramas solamente. Tiendo a pensar que hay tantas «escuelas austriacas» como autores tiene la tradición, porque lo cierto es que no hay dos autores que piensen igual.

Dicho esto, específicamente sobre esta sub-división, me cuesta pensar qué es una línea Mises-Rothbard. Uno y otro pensaban distinto en muchísimos temas, a saber, su filosofía, su metodología, su teoría monetaria o su filosofía política. La línea Mises-Rothbard es lo que Rothbard tomó de Mises, dejando de lado todo lo que no le gustaba. Independientemente que el enfoque sea una mala lectura de Mises, o un enfoque superador de Mises, las contradicciones existen, por más que muchos deseen ignorarlas.

Más aun, Hayek y Lachmann… porque Hayek claramente no califica como subjetivista-radical. Creo que Ivo Sarjanovic lo dejó claro en aquel ensayo de 1989 titulado «El mercado como proceso: dos visiones alternativas«.

Sobre la tercera línea, no puedo opinar por desconocimiento, pero debo aclarar que los austriacos debemos celebrar el desarrollo de nuevos enfoques. El esfuerzo de Fekete y de Rallo de ir más allá de lo conocido y aceptado dentro de la tradición, es una nueva oportunidad para replantear los cimientos del enfoque.

Finalmente mi sugerencia para los lectores de este blog y para los jóvenes que se acercan a la tradición es que cada uno haga su propia sumatoria de aportes que tomen de diversos autores, más allá de que esto los conduzca a un enfoque particular, individual, y que poco les importe si este producto final califica o no de austriaco, en la medida que ustedes se sientan cómodos con él. Si no aceptan esto, estarán aceptando que otros piensen por ustedes, y no serán más que ovejas que persiguen al profesor elegido.

Al respecto, cada vez estoy más cerca del pensamiento de Milton Friedman y Carlos Rodriguez Braun en que sólo distinguen entre buena y mala economía, y se sienten incómodos de pertencer a una escuela o tradición. Ya no sabemos qué es austriaco (aunque haya diez elementos que nos identifique), y me parece que fuera de la tradición hay mucho que puede enriquecer nuestra lectura del mundo.

Dicho esto, sólo me queda compartir un extracto de una entrevista a Walter Block de 1999, que también tradujimos para el libro mencionado. Si bien disiento tambíén con esta sub-división, servirá para responder a la pregunta inicial.

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Conferencia de Jesús Huerta de Soto en el VI Congreso de Economía Austriaca de Madrid

En este video Jesús Huerta de Soto cierra el VI Congreso de Economía Austriaca del IJM. Abre con una referencia al Papa Francisco, intenta refutar la teoría de la liquidez de Antal Fekete, dedica unas palabras al «verdadero Lincoln» y cierra con su defensa personal del euro. La presentación es en sí misma muy polémica, lo que abre la oportunidad para el debate en cualquiera de estos temas.

Que es la Real Bills Doctrine?

La Real Bills Doctrine (RBD) es un tema que surge recurrentemente, de una u otra forma, en diversas discusiones sobre temas monetarios y de política monetaria. Pero, ¿qué es y cómo funciona? ¿Es o no es compatible con sistemas alternativos de banca central o banca libre? Es, en definitiva, ¿la RBD una institución monetaria o una sugerencia de política monetaria? La RBD tiene también influencias recientes de la mano de Antal Fekete.

Si bien no conozco en profundidad la literatura de la RBD, recientemente varios me han preguntado en más de una ocasión en qué consiste, por lo que trataré de hacer un resumen de sus puntos centrales. Para una discusión más detallada recomiendo Selgin (1989).

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