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«Las diferentes escuelas de liberalismo» | Martín Krause U.FPP 2016
Liberales versus libertarios
El cambio ideológico que hubo en la Argentina a partir de 2015, tras el fracaso del kirchnerismo, en reducir la pobreza y resolver otros males como la inflación o el estancamiento económico, no solo ha llevado a Maurico Macri a la Presidencia, sino que además ha dado lugar a nuevas posiciones de filosofía política y económica que contribuyen hoy al debate público.
Liberales y libertarios, que tenían limitado acceso a los medios, hoy reciben una renovada atención, pero no queda claro para la mayoría de los televidentes y los lectores qué diferencia a estas posiciones.
La confusión proviene de una deformación que en Estados Unidos se le ha dado al término «liberal» frente al que utilizamos en América Latina. «Liberal» en Estados Unidos es, por ejemplo, John Rawls, un intelectual cuya obra se utiliza frecuentemente como fundamento de la redistribución del ingreso. Un liberal en América Latina defiende más bien la libertad individual, la economía de mercado, la propiedad privada y el gobierno limitado, por lo que se opone en general a la obra de John Rawls y a los distintos fundamentos que sugieren quitar a unos lo que le pertenece para darles a otros lo que no les pertenece.
Es por ello que en Estados Unidos han creado un nuevo término para denominar a lo que nosotros entendemos como liberal, y es el término libertarian o, en español, ‘libertario’.
El libertario incluiría en Estados Unidos a quienes defienden los cuatro principios recién mencionados, aunque habría una calurosa y abierta disputa respecto del último término, esto es, el gobierno limitado. Los libertarios norteamericanos se podrían dividir entre los libertarios minarquistas, que consideran útil y necesario al gobierno, aunque en funciones limitadas, y los libertarios anarco-capitalistas de propiedad privada, que piensan que es innecesario contar con el ente gubernamental no solo en materia de educación, salud, infraestructura y pensiones, sino también en cuanto a dinero, seguridad y justicia.
La escuela austriaca fundada en 1871 y consolidada en los años 1920 es quizás la más representativa del movimiento libertario, pero no es hasta los años 1970 que surge puertas adentro una línea anarquista que subdivide a su tradición de pensamiento. Es importante notar que los principales pensadores de la tradición como Ludwig von Mises y Friedrich Hayek defendieron una posición liberal o libertaria minarquista, mientras que Murray Rothbard defendió una posición libertaria anarquista.
Es curioso también notar que el Ludwig von Mises Institute, con base en Auburn, Alabama y que fuera creado por el mismo Rothbard junto a Lew Rockwell, le ha dado a esta tradición de pensamiento austriaca una mirada más anarquista de la que el propio Mises defendió a lo largo de su vida.
¿Por qué es importante llamar la atención de los lectores acerca de las diferencias de estos movimientos? Porque el fracaso del kirchnerismo abrió la puerta en la Argentina para un aporte liberal que busque reducir los excesos de la política económica de los años 2003-2015, pero no demanda la Argentina hoy una posición radical anarquista que propone eliminar al Estado.
El debate filosófico que plantea el anarco-capitalismo o anarquismo de propiedad privada es sumamente interesante para los ámbitos académicos, pero distraen y confunden a la opinión pública cuando se plantean ideas extremas en ausencia de un adecuado contexto para estas propuestas. El resultado es un lógico y total rechazo a estas ideas.
Que hoy aparezcan libertarios radicales afirmando que el impuesto es un robo o que todos los políticos son delincuentes contribuye poco, me parece, a los problemas urgentes que debemos resolver.
El liberal o libertario minarquista hace un llamado mucho más oportuno y relevante para la Argentina de hoy, que es, sin ánimo de ser exhaustivo, insistir en terminar con los controles de precios, dejar de monetizar el déficit público, no abusar del endeudamiento, reducir todo lo posible el gasto público o al menos congelar el número de empleados públicos, abrir la economía e integrarla al mundo, respetar la división de poderes y fortalecer las instituciones.
Un ejemplo puede mostrar la diferencia. El liberal sabe que la Argentina tiene que plantearse, como la mayoría de los países del mundo, un nuevo debate acerca del sistema de pensiones, modificar el sistema de reparto. Sin embargo, dado un déficit fiscal consolidado en torno al 8% del PBI, no es oportuno plantear la discusión, porque no hay forma de financiar la transición. Recordemos que cuando Chile planteó la privatización del sistema, acumuló muchos años de superávit fiscal del 5% para garantizar los medios necesarios para que los jubilados y los pensionados del momento pudieran contar con ingresos acordes con los aportes de las décadas anteriores. El mismo menemismo, y en esto tiene responsabilidad Domingo Cavallo, debería comprender que el fracaso de la convertibilidad es en gran parte un problema fiscal que proviene especialmente de no haber pensado una transición para la privatización del sistema de pensiones. De haber continuado con el sistema de reparto, el gobierno no habría tenido déficit fiscal, lo cual hubiera reducido las necesidades de financiamiento externo, con intereses de deuda muchos más bajos, y la situación del país habría sido mucho más sólida para afrontar los shocks externos que fueron el tequila de México en 1995, la crisis asiática de 1997, el default ruso de 1998 o la devaluación de Brasil en 1999. Está claro que el 2001 se pudo haber evitado.
Los libertarios hoy tenemos que plantear un debate inteligente. Hay un espacio para los debates puros que están en el aula, en los congresos académicos y en las revistas especializadas, pero hay otro debate que es el de los medios de comunicación, donde la preocupación está puesta en otros problemas más urgentes. Si Argentina tiene éxito en normalizar su situación institucional y macroeconómica, asemejándose a la situación de países vecinos que integran la Alianza del Pacífico, entonces seguramente surgirán nuevos espacios para discutir otros problemas que hoy lamentablemente están presentes, pero lejanos en la atención que se le puede dar.
Como cierre, me parece que el libertario debe insistir en que el gradualismo está justificado, en la medida en que lo caractericemos como reformismo permanente, pero el problema es que Cambiemos en muchas áreas ha transformado el gradualismo en inacción.
Publicado originalmente en Infobae, el 19 de enero de 2018.
Entrevista en el diario La Prensa. Comentarios sobre el anarquismo, Borges, Marx y el ministerio de Economía
Entrevista en el diario La Prensa, de Buenos Aires: http://www.laprensa.com.ar/458302-Leo-teorias-sobre-si-pueden-existir-sociedades-sin-Estado.note.aspx
NUESTROS ECONOMISTAS, EN LA INTIMIDAD. MARTÍN KRAUSE ABOGA POR UN APARATO PÚBLICO REDUCIDO. VUELVE SIEMPRE A LAS OBRAS DE JORGE LUIS BORGES. NO PUDO TERMINAR “EL CAPITAL”, DE MARX. EL RUGBY, UNA PASIÓN.
1 – ¿Qué libros de economía está leyendo ahora? ¿Suele leer varios libros a la vez?
-Estoy leyendo papers de economía, no libros. En particular, de tres áreas específicas que son la teoría de los juegos, la economía experimental y la sicología evolutiva. Aún más específico, estoy leyendo las últimas contribuciones en estas áreas relacionadas con la provisión voluntaria de bienes públicos, la cooperación y la posibilidad de que se puedan alcanzar órdenes espontáneos sostenibles en el tiempo. Para ponerlos en términos más “agresivos”, estoy leyendo si la más moderna teoría sostiene la idea de que puedan existir sociedades u órdenes sociales voluntarios, sin coacción, es decir, sin estados. En cuanto a libros, leo y vuelvo a leer a Borges, sus libros, sus entrevistas y otros libros sobre él y su obra. Y cada tanto intercalo algún otro autor.
2 – ¿Qué autor nuevo o clásico descubrió últimamente? ¿Por qué motivos lo atrapó?
-Leda Cosmides y John Tooby, un matrimonio que dirige el Center for Evolutionary Psychology en California, quienes han generado un área nueva en las ciencias sociales que, creo, va a revolucionar nuestra ciencia. Sus investigaciones se relacionan, en parte, con la economía de la conducta, por la que recibiera el último premio Nobel Richard Thaler, pero van mucho más allá explicando muchos de esos casos en las conductas como resultados de largos procesos evolutivos.
3 – ¿Podría mencionar un economista de cualquier época que considere injustamente olvidado?
-Eugen von Böhm-Bawerk, austríaco, no solamente fue un gran teórico, que desarmó la teoría del valor-trabajo de Marx y la plusvalía, sentó las bases de la teoría del capital. También fue ministro de Economía del entonces Imperio Austro-Húngaro, uno de los países más libres del momento (fines del siglo XIX).
4 – ¿Algún economista contemporáneo o clásico que le parezca sobreestimado, o que no haya estado a la altura de sus expectativas?
-Joseph Stiglitz. Se dedicó a investigar temas relacionados con la economía de la información pero partiendo de conclusiones erróneas. Nótese que digo que parte de “conclusiones” porque es obvio adónde quiere llegar, a tratar de mostrar que los mercados “fracasan” en la provisión de información, que ésta es un bien público y que el Estado debe cumplir un rol activo para proveerla. Toda ciencia que parte de las conclusiones a las que se quiere llegar no es ciencia sino que es ideología. Otro premio Nobel antes que él, Friedrich A. Hayek ya había mostrado que los mercados son como enormes sistemas de generación y uso del conocimiento y, al contrario, las intervenciones estatales modifican e interfieren las señales.
5 – ¿Hay alguna página web o blog sobre economía que frecuente?
-Bueno, la propia porque la utilizo mucho para las clases que dicto: http://www.bazar.ufm.edu.
6 – Fuera de la economía, ¿qué le gusta leer para relajarse? ¿Lee ficción o sólo ensayos?
-Como dije antes, Borges y más Borges.
7 – ¿Recuerda uno o más libros consagrados que se le resistieran y no haya podido terminar de leer?
-El Capital, de Marx. Hay pocos tan aburridos.
8 – ¿Qué otro economista de cualquier época le hubiera gustado ser, ya sea por su obra o por su vida? ¿Lee biografías de economistas?
-Alguno de los clásicos, como Adam Smith o John Stuart Mill, porque dominaban profundamente varias ciencias sociales: economía, filosofía política, historia, ética.
9 – ¿Admira a alguno de sus colegas? ¿Con quien le gustaría compartir el gabinete en el Ministerio de Economía?
-Nunca quisiera estar en el Ministerio de Economía. Es más, creo que un tal ministerio no debería existir. Solamente el de Hacienda para manejar las cuentas públicas y nada más, nada de ministerios de Producción, o de Agricultura, o de Industria, o de Energía.
10 – ¿Podría recomendar alguna película de economía?
-Serían muy aburridas, pero todas tienen algo de economía porque la economía estudia la acción humana en un entorno de escasez, y siempre vamos a encontrar personajes que de una u otra forma están tomando decisiones “económicas”.
11 – ¿Qué mira en Netflix o en el cable? ¿Le gustan las series? ¿Podría recomendar alguna?
-Rugby o series. De rugby, todo lo que se pueda ver. De las series, son mejores las inglesas que las norteamericanas. Tal vez la mejor sea Black Mirror.
12 – ¿Cuándo supo que quería ser economista? ¿Qué autor le marcó su vocación?
-De a poco. Había cursado varias materias en la UBA pero el verdadero interés vino leyendo historia y casos como el del milagro alemán después de la Segunda Guerra, en particular las reformas implementadas por Ludwig Erhard.
13 – ¿A cuál de sus profesores recuerda con especial cariño?
-Horacio Pericoli. Le discutíamos todo, nunca estábamos de acuerdo, pero nos conocíamos del barrio, yo era amigo de su hermano menor, con quien jugaba al rugby, y podíamos tener una muy buena relación.
14 – ¿Cual cree que es el economista más influyente hoy en día a nivel local o internacional? ¿Tiene usted algún “héroe” en este oficio?
-No. No veo que haya uno que me parezca deslumbrante y por encima de todos los demás.
15-Si no fuera economista, ¿de qué le gustaría trabajar?
-De front man en un grupo de rock.
Última de las tres conferencias sobre la posibilidad del anarco capitalismo: ahora lo que aporta la psicología evolutiva
Último video de las tres conferencias sobre la cooperación voluntaria en la sociedad. La teoría de los juegos repetidos y evolutivos, la economía experimental y la psicología evolutiva proveen argumentos para considerar que una sociedad anarco capitalista sería, al menos teóricamente, posible. Eso no quiere decir que vaya a ocurrir, pero tampoco podemos descartar una evolución hacia tal destino. Aquí entonces la última:
¿Es posible la “mano invisible”? Segunda conferencia: ‘El anarco capitalismo y la economía experimental’
anarco
¿Es posible y sostenible la “mano invisible”? Nuevo video: El anarco capitalismo y la teoría de los juegos
POLÍTICA: AHORA O NUNCA
Entre las varias dificultades que tienen los liberales (clásicos) para dedicarse a la política, está el consejo que Hayek dio: no hacerlo y dedicarse a los think tanks y las tareas académicas. Y que luego eso va a llegar, por una especie de efecto “ondas en un estanque” a la opinión pública y, por último, a los políticos.
Creo que nunca nos hemos puesto a analizar el eslabón faltante en esa cadena de ondas. Los thinks tanks realizan una gran labor de formación. Todos los años, miles y miles de jóvenes pasan por sus seminarios y clases, con excelentes profesores las más de las veces. Y eso es así hace varias (muchas) décadas. Y no pasa nada. O las ondas hayekianas son muy lentas o hay algo que no funciona en la teoría. Me inclino por esto último.
¿Dónde van luego todos esos jóvenes? Por algún motivo no van a los partidos. Si, muchos de ellos lo intentan, tienen un período juvenil al respecto, pero luego………… Primero, la mayoría tienen que comenzar a trabajar en lo suyo, quieren formar una familia, y……………. Pero, segundo, aunque algunos de ellos quisieran seguir, la lógica de lealtades en los partidos políticos es muy diferente a la académica. Un intelectual es en general un recién llegado, un paracaidista total, en un partido político tradicional. Sus dirigentes no confían en él y menos aún en un conjunto de jovencitos irreverentes. Para llegar a ser candidato con posibilidades de entrar, hay que pasar por un sistema de lealtades muy largo, hay que ganarse confianzas. No digo que haya que ceder en principios, pero sí ganar una carrera donde todos quieren ser el primero. Y ello obedece a un juego de ajedrez que NO es inmoral pero es MUY diferente a dar una maravillosa clase sobre las externalidades y el teorema de Coase.
Por ende los círculos hayekianos no llegan. Me dirán: ¿y entonces? Pues entonces hay que estar dispuesto a jugar el juego. No es inmoral hacerlo. Los anarco-capitalistas piensan que sí, lo respeto, porque el poder político de un estado, aunque liberal clásico, es intrínsecamente malo para ellos. Pero los que no pensamos así no podemos decir que entrar a un partido político sea inmoral. Es más: hay que hacerlo, porque los cursos de los think tanks liberales no llegan por ósmosis a los dirigentes tradicionales.
¿Pero quiénes? Aquellos que tengan una auténtica vocación por el poder. Claro, en general los liberales no la tenemos, porque para nosotros, cuanta menos política, mejor. Pero ahora son otros tiempos. Las instituciones ya no existen y la ignorancia de los dirigentes tradicionales es absoluta, y ni que hablar de su inmoralidad. Ahora es el tiempo de entrar. Y si es en los partidos tradicionales, mejor. Y estar dispuesto a jugar las fichas que haya que jugar, cosa que NO es necesariamente inmoral. Se necesita tacto, prudencia, piel dura, objetivos claros, ideas claras. Si, deben ser pocos, pero si los pocos que hay no entran, peor. El poder tiene horror al vacío. Sus espacios son llenados por quien fuere. El poder siempre está. Por eso el poder está lleno de locos y psicópatas, que tienen la personalidad ideal para ser un mármol ante las dificultades de la política. Pero la política no es la única profesión que requiere psicologías especiales, aunque no psicopáticas. Un neurocirujano infantil, por ejemplo, puede ser un santo pero tiene que saber dónde y cómo cortar sin ponerse a llorar. Las circunstancias actuales serán difíciles pero la Europa de la post guerra fue edificada por santos varones que sabían que no podrían darse el lujo de esperar a otra bestia mussoliniana en el poder.
Hay que jugarse, liberales. Hay que entrar. En el pro, en el radicalismo, en el peronismo no kirchnerista, si encuentran alguna forma de soportar la marchita. Pero entren y jueguen el juego. Que yo sea totalmente incapaz de hacerlo no quiere decir que otros no puedan. Es el momento. Aquí y en todo el mundo, es ahora o nunca.
¿Es el gobierno necesario? – Juan Carlos Cachanosky, Martín Krause y Eduardo Marty
Abrimos con este post, una serie de videos que ocuparán toda una semana, en homenaje a Juan Carlos Cachanosky. Qué mejor que escucharlo a él mismo explicar lo que pensaba sobre difíciles preguntas a las que todavía hoy muchos de los que participamos en este blog nos siguen dando vueltas.
¿ERA MISES ANARCO-CAPITALISTA?
Punto 4 de la parte 3 de mi art. “La filosofía política de Ludwig von Mises”, en Procesos de Mercado, Vol. VII, Nro. 2, Otoño 2010.
Para Mises el estado es el aparato social de fuerza y compulsión cuyo fin es proteger los derechos individuales, mientras que el gobierno es el conjunto de personas encargadas de cumplir la función de estado[1]. Esas dos definiciones, aparentemente sencillas, esconden algunas cuestiones que ahora pasamos a considerar.