On the Term ‘Entrepreneur’ and the Conceptualization of Entrepreneurship in the Literature of Classical Economics – Por Petur O. Jonsson

Abstract

Some of the literature on entrepreneurship suggests that the term entrepreneur was first introduced by either Cantillon or Say during the industrial revolution in the 18th and early 19th centuries. This article, by contrast, shows the term and the concept to be far older. Moreover, before the introduction of the term entrepreneur into English, the literature had a variety of other, and in some respect more nuanced, terms for entrepreneurs. Moreover, the article suggests that present-day scholars tend to misread both the pre-classical and the classical economists on the role of entrepreneurial initiative and creativity in the economy and that this has affected the conceptualization of the term in the current literature. In particular, Say’s classical presentation of the entrepreneurial process was, in essence, dialectical and thus his ideas on entrepreneurship cannot be presented properly in the context of the modern-day equilibrium based models of today’s economics.

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Raíces y evolución del liberalismo de la Escuela Austriaca

Escuela_AustriacaComparto un artículo que escribí para el 9no concurso de ensayos «Caminos de la Libertad», organizado por el Grupo Salinas de México. Allí traté de sintetizar las raíces del pensamiento austriaco, y las cinco etapas que comprenden su historia y su evolución. En otros términos, intenté desarrollar una mirada al pasado, al presente y al futuro de esta tradición de pensamiento.

Este ensayo se propone estudiar las raíces del liberalismo de la Escuela Austriaca, y las distintas etapas evolutivas que surgieron desde su fundación. En este sentido se destacan raíces en los pensadores pre-socráticos de la Antigua Grecia, en Juan de Mariana y la Escuela de Salamanca, en las contribuciones del irlandés Richard Cantillón, en la Fisiocracia y el laissez faire francés, en el pensamiento escocés de Adam Smith, David Hume y Adam Ferguson y en la Escuela Clásica británica que reunió a los “primeros economistas teóricos” a partir del último cuarto del siglo XVIII. Además, podría destacarse con cierto paralelismo cronológico a los autores clásicos de las Ciencias Políticas, que desarrollaron una literatura específica sobre los límites al poder y el control al Leviatán, nutriendo e influenciando los escritos de filosofía política de los autores austriacos. La tradición austriaca, sin embargo, surge como “Escuela” en Viena recién a fines del siglo XIX, tomando en general a 1871 como el año de su fundación. Su máximo esplendor lo alcanza entre la segunda y tercera década del siglo XX especialmente con las contribuciones de Ludwig von Mises y Friedrich Hayek, aunque luego –entre 1940 y 1970- sus autores principales caen en el aislamiento. El resurgimiento de los años 1970 le devuelve a esta Escuela algo de protagonismo, abriendo poco después una etapa de oportunidades para desarrollos modernos en distintos campos de estudio de la economía. Concluimos el trabajo con algunas reflexiones acerca de la actualidad de la Escuela, con mayor presencia de sus seguidores en las universidades y también en revistas científicas.

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El ensayo recibió una mención honorífica en el concurso mencionado. En la ocasión Nail Ferguson recibió un premio «Una vida por la libertad«. Aquí las fotos de la premiación. Aquí los ganadores y el acceso a los ensayos finalistas.

Prólogo a «Las primeras burbujas especulativas», de Douglas E. French

FrenchLos hechos históricos se leerán de manera diferente, mientras los marcos teóricos que utilicen los analistas o historiadores sean diferentes. La gran depresión de los años 1930 suele ser un claro ejemplo de esto:
1. El marco analítico keynesiano comprende su naturaleza a través de la inestabilidad del capitalismo.[1]
2. El marco analítico monetarista comprende que hubo fallos de la Reserva Federal en gestionar la política monetaria, apuntando especialmente a la contracción del período 1929-1933.[2]
3. El marco analítico austriaco, por el contrario, comprende que hubo una política crediticia expansiva en el período previo, de 1924 a 1929, que gestó los gérmenes de la crisis al abrir una fase de mala-inversión que se liquidó en el período posterior.[3]

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Resumen 2012 No. 1: La Historia del Pensamiento Económico

Cerramos nuestro segundo año de trabajo en este blog, y nos gratifica haber triplicado el número de visitas de un primer año asombroso! Este resultado puede tener distintas causas, pero sin duda debemos destacar el número de posts publicado durante el año, el que resultó en alguncas críticas constructivas respecto a la alta rotación -o frecuencia casi diaria- de posts que evitaron discusiones más profundas en algunos de los temas planteados. La rotación quizás se reduzca en 2013, pero pensamos que en esta primera etapa del proyecto, el trabajo realizado nos ayuda a recibir una mayor atención de parte de un público que crece tanto en número como en calidad.

Es por eso que en los próximos días subiremos una serie de posts resumiendo el trabajo realizado en este 2012, distinguiendo en temas que no siempre son fáciles de separar: Historia del pensamiento, Escuela Austriaca, Metodología, Microeconomía, Finanzas Públicas, Derecho y Economía, Dinero y Banca, Macroeconomía, Filosofía Política, Políticas Públicas, la coyuntura de Estados Unidos, Europa, Asia, América Latina y Argentina, la actualización de publicaciones en Libros o Journals, los eventos destacados en distintas partes del mundo, los Premios y las entrevistas.

Después de todo, pretendemos que el 2013 de continuidad a muchos de los interrogantes planteados, esperando también que los lectores propongan nuevos temas que sumar al blog.

En la bienvenida al blog, el lector recordará que:

Punto de Vista Económico intenta radicar su énfasis en las ideas y en los pensadores, y en menor medida en datos y estadísticas. El nombre del blog se inspira en The Economic Point of View (1960) de Israel Kirzner, justamente por la relevancia que encontramos en el estudio de las ideas e historia del pensamiento económico.

Es por eso que quisieramos comenzar esta serie de posts con este último tema, recordando la entrevista que hace unos pocos meses Luis Figueroa me hizo acerca del libro «LECTURAS de Historia del Pensamiento Económico, el que presenta la evolución de las ideas desde la Antigua Grecia hasta la actualidad, presentando a aquellas Escuelas de Pensamiento Económico que hoy predominan en el ámbito económico.

Somos conscientes, sin embargo, que este concepto de «Escuela» no está exento de crítica, y es por ello que hemos planteado muy temprano, la pregunta acerca de la actitud que los economistas debiéramos tener ante ellas. Después de todo, ¿Qué distingue una Escuela de Pensamiento de una Secta?

El libro comentado recibió una reseña crítica de Marco Antonio del Río, publicada en la revista Laissez Faire de la UFM, discutiendo el énfasis del libro hacia la obra de Cantillon y el menor espacio relativo recibido por Adam Smith, un punto que desde luego queda abierto: ¿Quién es el padre de la economía? ¿Es Adam Smith? ¿Es Richard Cantillon? ¿o podrían ser alguno de los escolásticos o incluso algún filósofo griego?

Sabemos que las causas de la  gran depresión de los años 1930 sigue siendo un debate abierto, lo mismo que el éxito o fracaso de las políticas económicas aplicadas para salir de la crisis.  Muchos lectores sabrán discernir entre las posiciones de Keynes, Robbins, Anderson, Friedman, Hayek o Rothbard por ejemplo, pero cuántos conocen la posición de Gustav Cassel.

Quienes contribuimos en este blog somos, en general, críticos de la obra de John Maynard Keynes. Pero también hemos intentado profundizar en las diferencias que separan a los propios keynesianos, e incluso hemos intentado una reconciliación con algunas de las ideas de los poskeynesianos.

También hemos abierto el panorama para tratar de actualizar a los lectores con las nuevas corrientes de pensamiento económico, y hemos recordado el centenario del nacimiento de Milton Friedman, un autor que ha contribuido enormemente a la difusión de las ideas de la libertad, pero que es contrario a muchas de las ideas austriacas.

Desde luego la Escuela Austriaca recibió un lugar destacado en el blog, pero para comentar todo ese material, debemos destinar un segundo post.

¿Es Richard Cantillon el Padre de la Economía?

Vuelvo a hacer la misma pregunta, pero ya no referenciando a Adam Smith, sino a Richard Cantillon, con el objetivo de reenfocar el debate.

Tanto en la entrevista de Carlos Rodriguez Braun como en los comentarios que le siguen en el post, quedaba claro que la pregunta es difícil de responder, o incluso puede estar mal planteada (como decía Gabriel Zanotti). En defintiiva, la ciencia se explica precisamente a través de la teoría del orden espontáneo que el propio Adam Smith ayudó a desarrollar, y que es fruto del designo humano, más nunca de la acción humana. Muchas personas han contribuido -antes de Adam Smith- a desarrollar esta ciencia, y su Riqueza de las Naciones, no hizo más que compilar las numerosas aportaciones previas en un volumen único.

En este sentido, no sería un error afirmar que no existe tal cosa como un «padre» para la economía. Sin la colaboración inintencionada de tantos intelectuales destacados en la historia del pensamiento económico, no habríamos tenido nunca la Riqueza de las Naciones, ni el manual más completo que hoy se quiera tomar.

Pero el profesor Rodriguez Braun agrega que el motivo por el cual los economistas caracterizamos a Adam Smith como el Padre de la Economía, es que se supo constituir en un clásico. Y posiblemente en el Primer Clásico. A partir de Adam Smith, los economistas han tomado a su obra como lectura obligatoria. Lo mismo puede decirse de las obras de David Ricardo, John Stuard Mill, Karl Marx, Alfred Marshall o John Maynard Keynes. Todos ellos son clásicos, pero Adam Smith fue el primero.

¿Pero acaso no hay otros clásicos antes de Adam Smith?

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El Essai de Richard Cantillon – Laissez Faire, No. 35

Se ha publicado un nuevo ejemplar de la revista Laissez Faire, editada por Julio Cole.

Recordemos que en el número anterior, se publicó un ensayo sobre los misterios que aun acompañan a la vida y la obra de Richard Cantillon.

En este nuevo número, se publicó la 2da parte de este ensayo, ahora destinado a trabajar sobre el contenido del famoso Essai, que para muchos historiadores del pensamiento económico constituye el primer tratado de economía política.

Incertidumbre y empresarialidad, en Richard Cantillon

Hace un tiempo subí un post sobre las contribuciones epistemológicas en el Essai de Richard Cantillon. Hoy quisiera hacer referencia a la incertidumbre y la empresarialidad, otros dos aspectos donde este autor también realizó aportes.

En la segunda mitad de la parte I, y en particular en el capítulo XIII, Cantillon introduce una de sus más importantes contribuciones a la ciencia económica, y al pensamiento de la moderna Escuela Austríaca, área cuyas principales contribuciones hoy se observan en los trabajos de Joseph Schumpeter, Frank Knight, Ludwig von Mises e Israel Kirzner, entre muchos otros.

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Contribuciones epistemológicas en el Essai de Richard Cantillon

Uno de los principales aspectos delEssai sur la nature du commerce en général, que seguramente impresionará a quien lo lea y esté familiarizado con el análisis económico moderno, son sus contribuciones a la epistemología de la economía.

En toda su obra, Cantillon teoriza a través de una lógica deductiva, de causa y efecto, que el lector podrá observar en la lectura, y que también caracterizó al pensamiento escocés y clásico, desde Adam Smith y David Hume hasta John Stuart Mill y John Cairnes, a la revolución marginal y a la moderna Escuela de Viena, más conocida como Escuela Austríaca de Economía; método científico sólo abandonado a través del método matemático que hoy caracteriza a la Escuela Neoclásica.[1]

Otra característica central de este Essai, que posiblemente lo convierta, siguiendo a Jevons, en “el primer tratado sobre economía”, es que se presentan los tópicos arriba mencionados, y que hacen a distintos ámbitos de la ciencia económica, pero de modo integrado. Cada uno de sus treinta y cinco capítulos, separados en tres partes, tiene relación con el capítulo anterior. Cantillon, con una paciencia asombrosa, presenta los contenidos secuencialmente, jamás adelanta argumentos o hipótesis que no se desprendan de lo dicho previamente. En tal sentido Jevons afirma que:

«El Essai es mucho más que un simple ensayo o recopilación de ensayos inconexos, como los de Hume. Se trata de un estudio sistemático y bien articulado, que en forma concisa abarca la casi totalidad del campo de la Economía, con excepción de los impuestos.» [2]

Es digno de mención, en su segunda parte, cómo comienza analizando una economía de trueque, para luego introducir el dinero, en lo que hoy sería una economía de cambio indirecto. Algo similar podemos decir de la economía internacional, analizando primero, en las partes primera y segunda del Essai, una economía cerrada, para luego pasar a estudiar, en la parte tercera, una economía abierta. Al respecto, en el capítulo VII de la primera parte, señala:

«Evidentemente en las grandes ciudades existen a menudo empresarios y artesanos que viven del comercio exterior, y, por consiguiente, a expensas de los propietarios de tierras en país extranjero: pero hasta ahora me limito a considerar un solo Estado, en relación a su producto y a su industria, para no complicar mi argumento con circunstancias accidentales[3]

Otro aspecto metodológico, al que ya han hecho referencia Hayek y Rothbard, es su utilización del método de abstracción o de construcción imaginaria. Más específicamente, sorprende cómo en la misma página de la última cita, utiliza prematuramente el Ceteris Paribus. Sólo a modo de ejemplo:

«La tierra pertenece a los propietarios, pero sería inútil para ellos si no se cultivase. Cuanto más se la trabaje, en igualdad de circunstancias, mayor será la cuantía de sus productos; y cuando más se elaboran estos productos, siendo iguales todas las cosas, mayor valor poseerán como mercancías.» [4]

Debemos hacer una referencia crítica a las palabras de Schumpeter cuando, luego de relacionar el Suplemento perdido de Cantillon con los trabajos de Petty como padre de la econometría, concluye que “lo verdaderamente importante es el mensaje de investigación econométrica que se desprende del intento de Cantillon, la tesis de que en la base de cualquier ciencia, por ‘teórica’ que sea, tiene que haber cálculos numéricos.[5] Este intento de mostrar a Cantillon como un «positivista» choca con el último párrafo que éste presenta en el capítulo XI de la primera parte de su Essai.

«Sir William Petty, en un breve manuscrito del año 1685, estima esta paridad o ecuación de la tierra y del trabajo como la consideración más importante en materia de aritmética política, pero la investigación practicada por él, un poco a la ligera, resulta arbitraria y lejana de las reglas de la Naturaleza, porque no ha tenido en cuenta las causas y principios, sino tan solo los efectos, lo mismo que ha ocurrido con Mr. Locke, Mr. Davenant y todos los demás autores ingleses que han escrito sobre la materia.» [6]

Cantillon está explicando, a nuestro entender, que estos trabajos empíricos no tienen sustancia sin un previo estudio lógico deductivo, que permita darle cierta causalidad a lo que se observa en la realidad. Este es el mismo error que hoy cometen los positivistas y econometristas cuando pretenden obtener conclusiones teóricas, de carácter universal, sobre la base de cierta evidencia empírica, y sin una teoría apriorística previa, lo que en Cantillon serían “las causas y principios”.[7]

La siguiente cita, seguramente será más ilustrativa en este sentido, viendo como Cantillon habla prematura y explícitamente de “reglas válidas para todos los tiempos”:

«Tanto si el dinero es raro como si es abundante en un Estado, la proporción indicada no variará mucho, porque en los Estados donde el dinero es abundante, las tierras se arriendan a más alto precio, y a un canon más bajo allí donde el dinero es más escaso, regla ésta que siempre se revelará como válida para todos los tiempos[8]

Una última referencia de Cantillon sobre este desafortunado comentario de Schumpeter es el que nos muestra en el capítulo VII de la segunda parte, donde la argumentación empírica o histórica, que rodea todo el Essai, es siempre cualitativa y nunca cuantitativa.

«Se comprende, así, que cuando en un Estado se introduce una respetable cantidad de dinero excedente, este dinero nuevo dé un nuevo giro al consumo, e incluso una nueva velocidad a la circulación, si bien no es posible indicar en qué medida.»[9]

Consideramos que lo dicho es suficiente, para ilustrar que el Essai de Cantillon presenta, quizás sin saberlo y no siempre de forma explícita, algunas novedosas manifestaciones epistemológicas de la economía, en su tiempo, en relación con el actual conocimiento de la filosofía de la ciencia.


[1] Friedrich A. von Hayek explica que Cantillon utiliza consistentemente el término “natural” –unas treinta veces en todo el Essai- para expresar esta relación de causa y efecto o, en otras palabras, como una explicación científica causal. De allí uno puede comprender que este término esté presente incluso en el título del ensayo. Véase Friedrich A. von Hayek, “Richard Cantillon”, The Journal of Libertarian Studies, Vol. VII, No. 2 (Fall 1985), p. 223.

[2] Véase W. Stanley Jevons, Op. cit., p. 212.

[3] Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 38. La cursiva es nuestra.

[4] Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 38. La cursiva es nuestra.

[5] Véase J. A. Schumpeter, Op. Cit., p. 263.

[6] Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 36. La cursiva es nuestra.

[7] El sentido que queremos darle al concepto “apriorista” es el que usualmente utiliza el filósofo Gabriel J. Zanotti. Véase G. J. Zanotti, El método de la economía política, Ediciones Cooperativas, Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Junio de 2004.

[8] Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 87. La cursiva es nuestra.

[9] Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 116. La cursiva es nuestra.