Raíces y evolución del liberalismo de la Escuela Austriaca

Escuela_AustriacaComparto un artículo que escribí para el 9no concurso de ensayos «Caminos de la Libertad», organizado por el Grupo Salinas de México. Allí traté de sintetizar las raíces del pensamiento austriaco, y las cinco etapas que comprenden su historia y su evolución. En otros términos, intenté desarrollar una mirada al pasado, al presente y al futuro de esta tradición de pensamiento.

Este ensayo se propone estudiar las raíces del liberalismo de la Escuela Austriaca, y las distintas etapas evolutivas que surgieron desde su fundación. En este sentido se destacan raíces en los pensadores pre-socráticos de la Antigua Grecia, en Juan de Mariana y la Escuela de Salamanca, en las contribuciones del irlandés Richard Cantillón, en la Fisiocracia y el laissez faire francés, en el pensamiento escocés de Adam Smith, David Hume y Adam Ferguson y en la Escuela Clásica británica que reunió a los “primeros economistas teóricos” a partir del último cuarto del siglo XVIII. Además, podría destacarse con cierto paralelismo cronológico a los autores clásicos de las Ciencias Políticas, que desarrollaron una literatura específica sobre los límites al poder y el control al Leviatán, nutriendo e influenciando los escritos de filosofía política de los autores austriacos. La tradición austriaca, sin embargo, surge como “Escuela” en Viena recién a fines del siglo XIX, tomando en general a 1871 como el año de su fundación. Su máximo esplendor lo alcanza entre la segunda y tercera década del siglo XX especialmente con las contribuciones de Ludwig von Mises y Friedrich Hayek, aunque luego –entre 1940 y 1970- sus autores principales caen en el aislamiento. El resurgimiento de los años 1970 le devuelve a esta Escuela algo de protagonismo, abriendo poco después una etapa de oportunidades para desarrollos modernos en distintos campos de estudio de la economía. Concluimos el trabajo con algunas reflexiones acerca de la actualidad de la Escuela, con mayor presencia de sus seguidores en las universidades y también en revistas científicas.

Acceda aquí al artículo completo.

El ensayo recibió una mención honorífica en el concurso mencionado. En la ocasión Nail Ferguson recibió un premio «Una vida por la libertad«. Aquí las fotos de la premiación. Aquí los ganadores y el acceso a los ensayos finalistas.

Las Leyes Económicas en la Historia del Pensamiento Económico

Quisiera compartir aquí mi última contribución, en este caso en el campo de la epistemología de la economía. Hay tres cuadros en el ensayo que entiendo pueden ser de interés para los lectores de este blog.

¿Qué tratamiento reciben las leyes económicas en la historia del pensamiento económico? ¿Es posible formular leyes económicas? En caso de que la respuesta sea afirmativa, ¿cómo podemos clasificar las leyes económicas? En el reciente homenaje a Joseph Keckeissen escribí un ensayo en el que sintetizo la respuesta de este autor elaborada en su tesis doctoral. El cuadro No. 1 es ilustrativo respecto de su clasificación.

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La influencia del Traité de Say

SayCompartimos a continuación un extracto de la historia del pensamiento económico de Murray Rothbard, acerca de la influencia de Traité de J. B. Say.

En este extracto, se puede comprender el impacto de su obra en toda Europa, pero también en Estados Unidos y hasta en Latinoamérica. Las ideas de Say llegaron incluso a la Argentina, a través de su amigo y colega Destutt de Tracy, quien influenció a Rivadavia.

Rothbard concluye que Say no sólo logró que Adam Smith ganara mayor popularidad de la que ya mismo había generado por sí mismo, sino que incluso lo superó por su influencia post-Cantillón.

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Recuperemos la cosmovisión de los Padres Fundadores

Es un placer informar que Juan Carlos De Pablo es un nuevo miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas.

Jorge Oviedo le ha dedicado una columna a De Pablo en La Nación, donde resume:

Juan Carlos De Pablo tiene una larguísima carrera como economista, profesor, escritor, aunque seguramente es más conocido por su labor en los medios de comunicación. Columnista de este suplemento desde hace dos años, De Pablo popularizó el conocimiento económico desde programas de televisión y su capacidad para simplificar las explicaciones de procesos complejos para el público en general. Parece haber cumplido ampliamente su lema: «Serio, pero no solemne», que es, además, el título de su columna aquí.

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La crisis de la ciencia económica y su «complejidad»

Cada vez más economistas se suman a la crítica a la economía neoclásica. En este caso, Orlando Ferreres, conocido por sus columnas de coyuntura económica y política en el diario La Nación de Argentina, nos sorprende con la siguiente reflexión:

Se requiere producir un cambio radical en la enseñanza de la Economía, pues siendo una ciencia orientada a resolver problemas concretos, está dedicada en gran parte a discutir largamente sobre hechos irrelevantes aunque con mucha pomposidad y poco o ningún provecho concreto, salvo el de ganar concursos en la vida académica autocontenida. Esto ocurre en el momento en que el mundo se desploma por la crisis de las subprime.

Y luego agrega:

Que se requiere un cambio en la manera de enfocar los estudios de Economía, no lo decimos solamente nosotros, sino que de otra manera también lo dice el Presidente de la International Economic Association (IAE), Masahiko Aoki, en su discurso ante los miembros de la entidad en 2008, publicado en marzo de 2009 (Traducción libre mía): «En la ultima década han aparecido estudios sobre experimental economics, behavioural economics, psychological and epistemic game theory entre otras novedades, que han hecho reexaminar algunas de las premisas fundamentales que el economista había aceptado tradicionalmente. Se ha puesto más atención en el rol de varias categorías sociales como el sistema de creencias, la información social, las normas, las leyes y las instituciones. Estas nuevas tendencias emergentes implican dos importantes cambios metodológicos en el análisis de los problemas económicos. Primero un approach trans-diciplinario, es decir que se requiere un diálogo más integrativo y sustantivo y se debe superar el diálogo inter-diciplinario que, en definitiva, no es mas que un mero intercambio basado en charlar y escuchar. Y segundo, todos estos cambios temáticos y metodológicos van a requerir un cambio importante orientado a un approach comparativo».

Lo curioso es que Ferreres copia en su artículo el siguiente gráfico, el que nos recuerda a los admiradores de Hayek sobre un artículo central de 1964 titulado «La teoría de los fenómenos complejos«.

 

En este artículo, Hayek plantea que la física es más sencilla como ciencia que la economía, definiendo el grado de simplicidad o complejidad a través del número de variables que se utilizan en sus modelos abstractos.  Dicho por el mismo Hayek:

Por supuesto, de esta forma los fenómenos físicos pueden alcanzar cualquier grado de complejidad. Sin embargo, cuando analizamos el problema desde el punto de vista del número mínimo de variables distintas que debe poseer una fórmula o un modelo para reproducir las constantes características de estructuras de campos distintos (o para mostrar las leyes generales a las que dichas estructuras obedecen), se hace bastante obvia la complejidad creciente a medida que nos movemos desde los fenómenos inanimados hacia los animados y sociales («más organizados»). […]

Es justamente esta complejidad que caracteriza a las ciencias sociales, lo que debiera llevarnos a establecer límites a la predicción. El propio Hayek lo explica:

No nos debería resultar difícil reconocer las limitaciones similares que afectan a las explicaciones teóricas de los fenómenos de la mente y la sociedad. Me parece que uno de los resultados más importantes alcanzados hasta la fecha en este campo por los trabajos teóricos es la demostración que, regularmente, los eventos individuales dependen de tantas circunstancias concretas que nunca estaremos, de hecho, en una posición tal de identificarlos a todos ellos; y que, en consecuencia, no sólo el ideal de predicción y control debe permanecer en gran parte fuera de nuestro alcance, sino que también permanece ilusoria la esperanza de poder descubrir mediante la observación conexiones regulares entre los
eventos individuales.

La crítica a la economía neoclásica y al abuso de la matemática en economía, ya es una constante, reconocida por muchos. La ciencia económica sufre una transformación, aunque es difícil predecir hacia dónde vamos. Un retorno a la «economía política» parece ser un camino adecuado. Por algo los «clásicos» son «clásicos».