El Insituto Juan de Mariana organizó entre el 12 y el 19 de julio del corriente la VIII Universidad de Verano. Basta mirar el programa, los títulos de su conferencia y los nombres de los expositores para confirmar el nivel del evento. A los catedráticos que se repiten en cada Universidad de Verano como Carlos Rodríguez Braun, Miguel Anxo Bastos, Gabriel Calzada y María Blanco, se han sumado invitados extranjeros como Alberto Mingardi de Italia o los argentinos Martín Krause y Walter Castro, además de contar con la presentación del Director del IJM, Juan Ramón Rallo, y otros miembros del instituto.
Personalmente tuve la oportunidad de asistir a esta Universidad de Verano en 2007, y al día de hoy recuerdo con entusiasmo la experiencia. Aquí los lectores pueden acceder a un resumen del seminario que escribí en mi antiguo blog.
Debo decir también que cada año recomiendo a mis alumnos y amigos libertarios que apliquen a las becas que ofrece el instituto y afortunadamente las consiguen. Este año Kevin Orelia de la Universidad Nacional de La Pampa en Argentina y Edgar Ortiz de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala consiguieron la beca y ya me manifestaron que el evento fue extraordinario.
Escribo este post por una consulta que recibí de algunos amigos que tuvieron la oportunidad de asistir al evento. Concretamente, por una afirmación de Juan Ramón Rallo acerca de las sub-escuelas que tiene la tradición austriaca hoy en día.
Actualmente, dentro de la Escuela Austriaca conviven tres sub-escuelas: la ortodoxamente praxeológica (Mises-Rothbard); la subjetiva radical e institucional (Hayek-Lachmann); y la neo-mengeriana (Fekete). Cada una con niveles de desarrollo muy distintos, por supuesto. ¿Alguna corriente más que se os ocurra?» [Juan Ramón Rallo]
Mi impresión general es que es muy difícil definir una clasificación como esta en la que podamos englobar a cada autor de la Escuela Austriaca. Piensen por ejemplo en dónde ubicar a los propios fundadores de la tradición como Carl Menger, Eugen Böhm Bawerk y Wieser y encontrarán problemas. Sigan con el propio Mises, y verán que una lectura detenida nos lleva a enormes dificultades. Tomen a los asistentes del seminario de Mises en Viena y Nueva York y las dificultades continúan. Tomen a los autores más representativos de la tradición austriaca moderna, y aun así, habrá problemas. Finalmente, piense cada uno si puede calzar en alguno de estos tres sub-grupos y el problema persiste. Personalmente, no me sentiría cómodo en ninguno de estos grupos.
Un ejemplo bastante representativo puede ser Jesús Huerta de Soto. Basta leerlo para notar que no calza en ninguno de ellos. En el último Congreso Austriaco que también organizó el IJM se auto-definió contrario al pensamiento de Fekete, pero es claro que si bien sigue a Mises-Rothbard, también tiene una influencia enorme de Menger y Hayek. Puede observarse su trabajo sobre el Methodenstreit para confirmar su influencia de Menger, y también su tesis doctoral sobre el socialismo, para mostrar que su influencia proviene tanto de Mises como de Hayek.
Después de compilar esas 60 entrevistas a autores representativos de la tradición [La Escuela Austriaca desde Adentro, Vol. 1, 2 y 3], mi impresión es que no se los puede englobar en dos o tres ramas solamente. Tiendo a pensar que hay tantas «escuelas austriacas» como autores tiene la tradición, porque lo cierto es que no hay dos autores que piensen igual.
Dicho esto, específicamente sobre esta sub-división, me cuesta pensar qué es una línea Mises-Rothbard. Uno y otro pensaban distinto en muchísimos temas, a saber, su filosofía, su metodología, su teoría monetaria o su filosofía política. La línea Mises-Rothbard es lo que Rothbard tomó de Mises, dejando de lado todo lo que no le gustaba. Independientemente que el enfoque sea una mala lectura de Mises, o un enfoque superador de Mises, las contradicciones existen, por más que muchos deseen ignorarlas.
Más aun, Hayek y Lachmann… porque Hayek claramente no califica como subjetivista-radical. Creo que Ivo Sarjanovic lo dejó claro en aquel ensayo de 1989 titulado «El mercado como proceso: dos visiones alternativas«.
Sobre la tercera línea, no puedo opinar por desconocimiento, pero debo aclarar que los austriacos debemos celebrar el desarrollo de nuevos enfoques. El esfuerzo de Fekete y de Rallo de ir más allá de lo conocido y aceptado dentro de la tradición, es una nueva oportunidad para replantear los cimientos del enfoque.
Finalmente mi sugerencia para los lectores de este blog y para los jóvenes que se acercan a la tradición es que cada uno haga su propia sumatoria de aportes que tomen de diversos autores, más allá de que esto los conduzca a un enfoque particular, individual, y que poco les importe si este producto final califica o no de austriaco, en la medida que ustedes se sientan cómodos con él. Si no aceptan esto, estarán aceptando que otros piensen por ustedes, y no serán más que ovejas que persiguen al profesor elegido.
Al respecto, cada vez estoy más cerca del pensamiento de Milton Friedman y Carlos Rodriguez Braun en que sólo distinguen entre buena y mala economía, y se sienten incómodos de pertencer a una escuela o tradición. Ya no sabemos qué es austriaco (aunque haya diez elementos que nos identifique), y me parece que fuera de la tradición hay mucho que puede enriquecer nuestra lectura del mundo.
Dicho esto, sólo me queda compartir un extracto de una entrevista a Walter Block de 1999, que también tradujimos para el libro mencionado. Si bien disiento tambíén con esta sub-división, servirá para responder a la pregunta inicial.
AEN: ¿Había varios grupos austriacos desarrollándose a comienzos de los ’70?
Block: No al principio. Yo tenía la edad suficiente como para ir al último encuentro del seminario de Mises. Era claro que el movimiento austriaco así como lo conocemos hoy estaba en sus inicios. Se trataba sólo de Murray Rothbard. También de Israel Kirzner pero, de acuerdo a mi conocimiento, él no era considerado austriaco. Por ejemplo, yo conocía a Aaron Levine, uno de sus estudiantes, quien en ese momento estaba enseñando en “Yeshiva University” y me dijo que nunca había oído a Kirzner mencionar a Mises.
Recuerdo que con Walter Grinder fastidiábamos a Kirzner para fuera más abierto respecto de sus ideas. Exasperado, finalmente, nos preguntó qué era lo que queríamos que hiciera. Nuestra respuesta fue drástica. Sugerimos que trajera a Ludwig Lachmann de Sudáfrica como profesor visitante. Lachmann había escrito un buen libro sobre la teoría del capital y pensé que podía ser un buen docente. Pero resultó ser que Lachmann tenía algunas ideas extrañas. Era bueno en lo que se refiere al capital pero era un discípulo de G.L.S. Shackle y eso, básicamente, implicaba rechazar la idea de “ley económica”. Para Lachmann el movimiento austriaco era sinónimo de nihilismo metodológico.
Esto era una gran diferencia respecto a Mises quien creía que la economía era una ciencia, no una que se estudiara con los métodos de la ciencia física, pero ciencia al fin, con proposiciones axiomáticas, una estructura formal y aplicabilidad universal. Lachmann se convirtió en el principal fracaso de la influencia de Rothbard, y desvió a muchos buenos pensadores hacia un camino que demostró ser claramente estéril. La mayoría de sus seguidores no han cambiado el tema en veinte años. En ese entonces hablaban incesantemente acerca de las ventajas de negar la utilidad conceptual de la noción de equilibrio, y aún hoy siguen diciendo lo mismo.
Desde mi punto de vista, hay ahora 3 grupos de austriacos. Está el grupo racional de Mises-Rothbard que es totalmente consistente. Tiene una visión global y una amplia perspectiva de la aplicabilidad de la ciencia. Este grupo trabaja en una amplia variedad de proyectos y produce una cantidad impresionante de material. Es un grupo que está en rápido crecimiento a través de sus journals, seminarios y reuniones profesionales.
Luego, está el grupo de Hayek-Kirzner, el cual tiene una visión más restringida de la Escuela Austriaca. Para ellos los aportes de la economía austriaca se limitan a un número reducido de puntos, en gran parte ciertos, acerca del funcionamiento de la economía de mercado. No ofrece un modelo alternativo y radical sino que sugiere formas más productivas en las que los economistas pueden trabajar de forma más cercana a la realidad.
No considero que la contribución austriaca se limite al subjetivismo, la empresarialidad y el proceso de mercado. No obstante ello, estas personas hacen un buen trabajo. El “Quarterly Journal of Austrian Economics” está abierto a contribuciones de estos dos grupos por lo que puede decirse que la postura editorial es ecuménica, aun cuando los editores pertenecen todos al primer grupo.
Por último, están los Lachmannianos quienes toman únicamente el subjetivismo y lo llevan hacia direcciones que entran en conflicto con la economía austriaca e incluso con la idea de pensamiento coherente. Por ejemplo, este grupo reavivó la hermenéutica unos pocos años atrás. Estas personas han dilapidado una enorme cantidad de recursos en el intento de redefinir la economía austriaca pero creo que hoy todos reconocen que este camino no conduce a ninguna parte. Para los estudiantes es sin dudas un agujero negro, tanto teórica como profesionalmente.
Volviendo a la pregunta, no se cuándo estos grupos tomaron conciencia de sí mismos. El hecho es que tanto Kirzner como Lachmann y Rothbard dictaron conferencias en un congreso en Vermont en el año 1974. Al tiempo, sus contribuciones aparecieron en un libro que, en ese momento, parecía estar bien integrado. Pero mirando hacia atrás es fácil ver que ya estaban surgiendo divisiones. Uno puede ser partícipe de la historia cuando esta se construye y no ser plenamente consciente de ello.
Hace unos días me hacían la misma pregunta en un grupo en Facebook. Dejo debajo mi comentario de entonces:
«Posiblemente la EA sea lo suficientemente heterogénea para poder distinguir corrientes internas que no estén sujetas a debates de interpretación. Por ejemplo, me resulta mucho más cercano un «Mises-Hayek» que un «Mises-Rothbard. O, ¿por qué «Hayek-Lachmann» y no «Mises-Hayek-Kirzner»? En cuanto a la «Nueva EA,» no tengo en claro cuales son los aportes centrales. Principalmente por que no me resulta fácil encontrar papers al respecto. Sólo puedo decir que, de lo que he visto, creo que se sugieren diferencias mayores a las reales.
En principio veo más diferencias de actitud, que diferencias de un claro pensamiento diferenciador. Algunos autores y grupos, por ejemplo, son más abiertos y predispuestos al diálogo. Otros más cerrados y menos predispuestos al diálogo.
Las diferencias son menores si nos enfocamos en las contribuciones académicas. ¿Dónde están los papers en journals (que no sean editados por ellos mismos) de la llamada sub-escuela «Rothbard-Mises» o de la «NEA»? ¿O los libros publicados por editoriales académicas, y no por sus propios institutos? No quiero decir que otras maneras de difundir trabajo no sean respetables, inconvenientes o no deban hacerse; todo lo contrario. Pero en lo que respecta a autores de la EA que activamente participan del mundo académico tal cual lo hacían Menger, Bohm-Bawerk, Mises, Hayek y Kirzner, no veo una diferencia tan clara más allá de debates propios de un programa de investigación que aún es progresivo.
En lugar de autores, me resulta, quizás más claro separar por posturas. Por ejemplo, anarco-capitalistas (Rothbard/Hoppe) o liberales clásicos (Mises/Hayek). Banca Libre (Mises/White/Selgin) Banca con encaje 100% de reservas (Rothbard/Hoppe/Block/Huerta de Soto), etc.»
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Para dar un poco de contexto respecto al post de Adrian, cuando hablo de diferencias o no-diferencias lo hago en sentido de que permitan separar escuelas, no en el sentido de que no haya diferencias en absoluto.
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Este punto del comentario de Nicolás me parece muy importante:
«En lugar de autores, me resulta, quizás más claro separar por posturas. Por ejemplo, anarco-capitalistas (Rothbard/Hoppe) o liberales clásicos (Mises/Hayek). Banca Libre (Mises/White/Selgin) Banca con encaje 100% de reservas (Rothbard/Hoppe/Block/Huerta de Soto), etc.”
Tomando tema por tema, quizás se pueda ir agrupando a los seguidores de la tradición en una posición u otra. Sin atender a estas diferencias entre temas, es muy difícil que dos austriacos piensen «completamente igual».
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Reblogueó esto en Divagaciones ¿irreales?.
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Excelente aporte Adrián!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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A veces da la sensación de que estas discusiones por pertenecer a una corriente u otra tienen más que ver con un problema de vanidades personales que de reales diferencias conceptuales. Estoy leyendo en detalle sobre la diferencia entre misianos y hayekianos y si bien es cierto que hay algunos matices (que cualquiera los ve con solo leer a los diferentes autores) existe, sobre todo en los misianos, un exceso de celo en recalcar las diferencias en lugar de reconocer los matices como aportes enriquecedores… Esto de dividir demasiado en subescuelas no es bueno porque bloquea la posibilidad de incorporar aportes provenientes de diferentes orígenes, para terminar encerrándose y valorándose solo lo que dicen los talibanes del sector al que uno pertenezca.
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Recientemente se debatió este tema en la página de Rallo en facebook, y se publicaron estos tres papers, que yo aún no he tenido tiempo de leer, pero que los dejo por si aportan algo:
Haz clic para acceder a scientific%20realism%20and%20austrian%20explanation.pdf
Haz clic para acceder a articles%5CAEFNewAustrianEconomicsManifesto.pdf
Haz clic para acceder a 2008,%20Filosofia%20y%20metodologia%20de%20la%20economia.pdf
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Muy buen post D. Adrián, muy interesante.
Pues, si hay algo que caracteriza a la EA, es que siempre ha sido una escuela de pensamiento muy abierta. Hay numerosos matices entre sus principales autores, y esto, lejos de ser un incoveniente, yo pienso que es una de sus principales ventajas respecto a las demás escuelas.
A la gente, por regla general, le encanta clasificar. El «etiquetado» ahorra el esfuerzo que supone pensar.
Yo creo que el intento de clasificar creando subgrupos dentro de la corriente «austriaca» es una pérdida de tiempo. Sólo en teoría monetaria, se podría decir que hay tantas aportaciones diferentes como seguidores tiene esta tradición …
🙂
Como dicen los que saben, hay que leerlo todo y de todos (sean austriacos o no), y por supuesto, siempre con espíritu crítico. Hasta de Keynes se pueden sacar buenas ideas (por lo general, fuera del campo económico …).
Yo sí me considero seguidor de la tradición austriaca, y con ello no quiere decir que vaya a rechazar de plano ideas/aportaciones de no austriacos. Que aparezcan o se incorporen nuevos matices que enriquezcan esta tradición es lo característico de la EA.
Los debates garantizan el desarrollo y el avance científico.
Un saludo
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De acuerdo, pero me pregunto si hablar de «buena y mala economía» no abre la puerta a que la crítica venga por el lado de buena y mala para qué?
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Perdón Diego! No entendí!
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buena para los ricos? mala para los pobres? buenas para el proletariado? buena para quiénes?
(obvio no estoy de acuerdo…pero es una comentario común).
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Gracias Diego! Ahora entiendo! Me parece que las discusiones científicas en economía deben girar en torno a descubrir cuál es la buena economía y cuál es la mala economía. En las contribuciones de un mismo autor se pueden encontrar ambas, por ello hay que tener una actitud abierta para con los científicos sociales, independientemente de que pertenezcan a una y otra tradición.
Luego, está claro que los seguidores de este blog pensamos -en general- que el libre mercado no sólo beneficia a los ricos, sino también -y fundamentalmente- a los pobres. En aquel punto de Rawls sobre el velo de la ignorancia, mi impresión es que la mejor forma de salir de una situación de extrema pobreza es bajo una sociedad libre, tanto por incentivos, como también por las oportunidades que se generan.
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Con todo respeto, talvez no procede una taxonomía dentro de la Tradición Austriaca o grandes bloques o grupos de posiciones. Precisamente los argumentos de igualdad se basan en la dispersión del conocimiento y en el carácter diferente e irrepetible de cada ser humano; he allí la regularidad del fenómeno. En tal caso, cada uno constituiría una corriente o bloque posicional dentro de la Escuela. Lo que nos iguala son nuestras diferencias y desigualdades. Agréguese entonces al análisis, a los que pretenden diferenciar subcorrientes dentro de la Escuela Económica Austriaca y a los que pretenden no diferenciar subcorrientes. Lo único que sí podemos afirmar, es que los economistas de esta Escuela, promueven, vivencian y se regocijan en la libertad.
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