PROMEDIOS Y AGREGADOS EN ECONOMIA – Louis M. Spadaro (Libertas No. 4 – ESEADE – mayo de 1986)

En una digresión interesante, aunque aparentemente desatendida, el profesor Hayek ha observado que «ni los agregados ni los promedios actúan uno sobre otro y resultará imposible establecer entre ellos las mismas conexiones de causa y efecto que podemos establecer entre los fenómenos individuales, los precios individuales, etc. Incluso hasta me animaría a afirmar que, desde la naturaleza misma de la teoría económica, los promedios no constituyeron nunca un eslabón de su razonamiento […]».1

Ahora bien, toda duda seria con respecto a la validez de agregados y promedios es una daga que apunta al corazón de una buena parte de la investigación empírica y el análisis estadístico actuales de la economía. Por lo tanto, requiere que se la siga de manera atenta y sistemática, aun cuando ello implique, según algunos empíricos dedicados, una molesta interrupción de la actividad de «primera línea» de la medición con el mero propósito de un debate «teórico» sobre temas metodológicos.2 Sin embargo, es tal nuestra animosa marcha contemporánea sobre datos objetivos que cuando alguien comienza a sospechar que se puede haber hecho un giro equivocado en algún punto anterior casi naturalmente se siente culpable por abrigar este pensamiento traidor y, si en verdad lo pone de manifiesto, debe esperar que se lo considere como un obstruccionista meditativo rodeado de hombres de acción.

Pero la metodología no debería necesitar disculpa alguna. En primer lugar, toda persona comprometida con las políticas y la «economía planificada» debería ser la menos capaz de negar la necesidad de una «ciencia económica planificada». En segundo lugar, tal como lo demostrará una pequeña reflexión, es tan grande la proporción de datos que se acumulan, en la actualidad, en forma de agregados y promedios3 que sería, evidentemente, antieconómico ignorar una posibilidad que, de ser cierta, viciaría ampliamente su utilidad.4 Tampoco puede la economía sortear esta dificultad apoyándose metodológicamente en las ciencias físicas. Por un lado, en modo alguno se ha establecido que éstas puedan hacer otra cosa que un uso tentativo e hipotético de la deducción estadística y del razonamiento probabilístico; por el otro, y aunque pudieran hacerlo, no se deduciría necesariamente que el tipo de problema que plantea la economía puede estar sujeto al mismo tratamiento.5 El hecho de que las implicancias del concepto de «ley» en las ciencias naturales excluyen la aplicabilidad a las ciencias sociales ha sido puntualizado por muchos 6 como para necesitar aquí un debate adicional del tema. Nuestra tarea actual no consiste en discutir los amplios aspectos metodológicos e, incluso, filosóficos de la ciencia económica, pese a lo importantes e interesantes que, sin lugar a dudas, son sino en concentrarnos en la tarea relativamente modesta de averiguar algunas de las características de los promedios y de los agregados que los investigadores de nuestro campo pueden haber omitido considerar, y de intentar clarificar algunas de las implicancias de su uso, teniendo en cuenta que este uso constituye una parte tan integral de la investigación empírica.

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Rolando Astarita sobre nuestra nota, Marx y Keynes

Tiempo atrás hemos mantenido en nuestro blog un espacio de debate junto a Rolando Astarita, quien es un experto en la obra de Marx y Keynes. También hemos compartido en algunas oportunidades, posteos de su blog.

En esta oportunidad, sólo queremos compartir un correo electrónico que nos compartió tras leer la nota de reciente publicación en La Nación, donde curiosamente muestra una sintonía muy clara y cercana para con nuestras afirmaciones. Su visión sobre el tema del artículo, desde una lectura marxista y keynesiana, imagino será de interés para nuestros lectores.

(Desde luego su correo se comparte con su autorización)


Estimado Adrián, leí con mucha atención la nota que publicaste en La Nación, junto a N. Cachanosky y M. Krause. Me motiva a escribir algo en el blog sobre el asunto.
Estoy totalmente de acuerdo en que si se toma el VBP tendremos otra visión de la economía de conjunto. En particular porque el rol de la inversión pasa a primer plano. Pienso que esto también aparece muy claro en los esquemas de reproducción de Marx. Precisamente, cuando estudié Macro (de forma autodidacta y con los manuales usuales), me costaba entender, dada mi formación marxista, por qué no se tomaban en cuenta todas las etapas del proceso productivo.
Algunas cuestiones más: quisiera insistir en que si bien Keynes puso mucho énfasis en el consumo, también dio importancia crucial a la inversión. De hecho, sostuvo que era la clave del ciclo económico. Además, dio mucha importancia a la rentabilidad del capital (en su esquema, eficiencia marginal del capital menos interés). La idea, planteada por muchos economistas K, de que basta estimular el consumo para que haya inversión, no tiene nada que ver con Keynes. Keynes, además, tuvo en cuenta la curva de oferta.
Ligado a lo anterior, en Economía parece haber dos polos: los que dicen que la oferta genera automáticamente, y siempre, su correspondiente demanda, (ley de Say en su versión más fuerte). Y los que dicen que basta con que haya demanda (sea por consumo o gasto público) para que haya oferta. Estos últimos formulan, de hecho, una especie de ley de Say «al revés». Pienso que Marx, en ese sentido, no rechaza todas las afirmaciones de la ley de Say. Por ejemplo, la idea de que si un país consume más de lo que produce, su economía es inviable. Es increíble que haya que recordar esto a muchos «keynesianos bastardos». Marx pensaba que se trataba de una trivialidad, pero adquiere importancia.
Por último, en el enfoque marxista el énfasis en la inversión (en realidad, acumulación del capital) es incluso mayor de lo que ustedes ponen en la nota. Es que en Marx el consumo depende centralmente de la reinversión de capital. Si el capital no invierte, no hay pago de salario, ni generación de plusvalía; Por lo tanto no puede haber consumo obrero, ni consumo capitalista, ni gasto del Estado (que se financia con impuestos que son plusvalía).
Un cordial saludo y felicitaciones por la nota.
Rolando

GDP vs GDE. Los aportes de Mark Skousen y César Paliacura

20141118_125250Siguiendo con las ponencias del V Congreso de Economía Austriaca en Rosario, nos toca ahora revisar el aporte de Mark Skousen. El punto ya lo hemos tratado aquí y aquí.

Se trata de ofrecer una medida alternativa al Producto Bruto Interno (PBI o en inglés GDP).

En lugar de medir sólo el valor agregado, Skousen propone medir el Gasto Doméstico Bruto (o en inglés GDE), es decir, la suma de gastos que las empresas generan en las distintas etapas del proceso productivo.

En la imagen de arriba, Skousen responde a la primera pregunta que surge entre aquellos que escuchan esto por primera vez: ¿No estaríamos duplicando la contabilidad? Su respuesta: depende de lo que se quiera medir. El PBI mide el valor agregado. El GDE mide cómo llegamos allí. Nos recuerda que el proceso productivo requiere de salarios, rentas, intereses, bienes de capital, etc.

Medido de esta manera, también llegamos a dos conclusiones asombrosas. En primer lugar, si analizamos la dinámica comparada del GDP y el GDE en la crisis de 2008 de EEUU, se observa que la volatilidad de esta última es mayor, y que la crisis es más profunda.

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Cómo Interpretar Consumo y PBI

Hace varios días que tenía este post por escribir, pero el final de semestre me ha tenido bastante ocupado.

Aumentar el consumo (C) [o el gasto publico (G)] es casi religión en el ámbito de las políticas públicas como medio para aumentar el nivel del PBI. Esto se sigue de la relación contable donde PBI (Y) = C + I (inversión) + G + NX (exportaciones netas, X-M). Sin embargo, no se sigue de esta representación que todo aumento en C corresponda a un aumento en Y (lo mismo aplica para las otras variables del lado derecho de la ecuación contable.)

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Estados Unidos medirá la Producción Bruta sugerida por Mark Skousen

StructureofProductionA partir de 2014 el Buró de Análisis Económico de los Estados Unidos publicará una estadística macroeconómica austriaca conocida como Producción Bruta o Gross Output, la cual saldrá al público al mismo tiempo que los resultados del Producto Interno Bruto.

Mark Skousen sostiene que

Publicar la Producción Bruta y el Producto Interno Bruto al mismo tiempo será como otro round de Hayek vs Keynes.

La Producción Bruta provee un correcto balance en el proceso de producción-consumo que hace falta en los datos del PIB. Como Steve Landefeld, director de BEA, y los coeditores Dale Jorgenson y Bill Nordhaus dicen: Producción Bruta es la medida natural del sector productivo, mientras que el PIB es apropiado como una medida de bienestar. Ambos son necesarios en un sistema completo de cuentas.

Skousen ha abogado por esta nueva estadística nacional desde que publicó The Structure of Production en 1990. Steve Forbes se refirió a la Producción Bruta como un gran avance en apoyo a la macroeconomía austriaca del lado de la oferta, la cual socava todo el fundamento de la economía keynesiana.

Steve Moore de The Wall Street Journal y Gene Epstein de Barron’s esperan escribir artículos de la Producción Bruta. También la prestigiosa revista The Economist.

Estoy muy emocionado, este es un triunfo personal que tardó casi 25 años en suceder. La mayoría de autores de libros de texto de economía están planeando incluir una sección de Producción Bruta en las próximas ediciones (McConnell, Parkin, Gwartney), y los analistas económicos están empezando a echarle un ojo. Recién recibí un correo de Roger Leroy Miller diciendo que ha añadido una sección de Producción Bruta en su 18ª edición de “Economics Today”. Por supuesto, ya está totalmente desarrollada en mi libro de texto “Economic Logic”, agregó Skousen.

¿Pero qué es la «producción bruta»? En la entrevista que tuve la suerte de compartir con Mark Skousen, él mismo explicaba el concepto. Aquí puede acceder a la entrevista completa, pero abajo copio el extracto traducido.

AR: The Structure of Production [La Estructura de la Producción] (NewYork University Press, 1990) fue su primer libro académico, y se suele describir como un clásico de la Macroeconomía Austriaca moderna. ¿Qué puede encontrar el lector en este libro?

MS: The Structure of Production fue visto como la biblia clandestina de la economía de la Oferta (Supply Side Economics); un renacimiento de la Ley de Say; una herramienta para el análisis financiero; y lo más importante, como un avance Austriaco sobre el Weltanschauung estándar Keynesiano y Monetarista.

Creo firmemente que durante nuestra corta permanencia en esta vida, nos debemos concentrar en avanzar y mejorar el trabajo de otros. ¿Porqué gastar tiempo en actividades que otros están desarrollando de forma satisfactoria? Observé la necesidad de avanzar en base al magistral modelo macroeconómico de Hayek, que se encuentra en Precios y Producción (1931). Los Austriacos necesitaban un modelo macro actualizado que pueda contrarrestar los modelos Keynesianos y Monetaristas en boga en la actualidad. Pensé que los triángulos de Hayek eran un buen lugar para comenzar, pero que eran enteramente teóricos, lo cual era una de las razones por lo que no se popularizaba. En mi trabajo, The Structure of Production (NYU Press, 1990), intenté modernizar los triángulos de Hayek en un modelo universal de una economía en cuatro etapas (recursos, producción, distribución y producto final) que pudiera ser integrado con las estadísticas de ingreso nacional y que pudiera ser testeado empíricamente.

Además del modelo de economía universal de cuatro etapas, el libro introduce una nueva estadística agregada bajo el nombre “Gasto Doméstico Bruto” (Gross Domestic Expenditures – GDE), el cual intenta medir el gasto total en la economía. Muestro que el GDE puede ser fácilmente integrado a un libro de texto de estadísticas de ingreso nacional así como lo está el Producto Bruto Interno (PBI). Se puede ver abajo el diagrama del modelo de la economía de 4 etapas, y la relación entre el GDE y el PBI.

El modelo macroeconómico actual es por naturaleza Keynesiano y comienza por el producto final (PBI), lo cual crea distorsiones acerca de la economía, enfatizando por demás en el consumo a expensas del ahorro y la inversión. Mi modelo “Austriaco” crea el equilibrio adecuado entre la parte de “hacer” y de “utilizar” la economía. Utilizando el GDE, descubrí que el gasto en consumo solo representa el 30% de la economía de los EEUU, no el 70% como comúnmente se informa. Para un mayor detalle se puede ver mi reciente artículo publicado en The Freeman (17 de mayo de 2010) bajo el título:  “Consumer Spending Doesn’t Drive the Economy, Investment Does” [El gasto en consumo no conduce a la economía, la inversión lo hace]

He incorporado el modelo de cuatro etapas y el GDE en mi propio libro de texto, “Economic Logic” [Lógica Económica] (Capital Press, 2000, 2010), y con suerte eventualmente será adoptado en todos los libros de texto. Como Max Planck dijo, “la ciencia progresa funeral a funeral”.

Además busco avanzar en la teoría Austriaca del ciclo económico con la introducción de los Vectores de Demanda Agregada (ADV) y los Vectores de Oferta Agregada (ASV).

Me tomó alrededor de diez años escribir el libro, y recién ahora está logrando cierto reconocimiento. New York University Press recientemente lanzó una edición de bolsillo (paperback) con una nueva introducción (2007). Recientemente fue traducido al polaco.

Lea también aquí un artículo de Skousen sobre Producción Bruta publicado por Forbes.

Videos de Mark Skousen en New Media:

Fuente: El amigo de la Marro, UFM + algunos agregados.

Midiendo el crecimiento económico de Argentina

ucema_logoAriel Coremberg presentará el próximo 26 de septiembre a las 12 del mediodía en UCEMA (Av. Córdoba 274, Ciudad de Buenos Aires) un artículo en el que se propone medir el verdadero crecimiento económico de la Argentina desde 1993 a la fecha.

Concretamente, dice el Abstract,

El propósito del paper es presentar una revisión exhaustiva a 4-5 dígitos de la CIIU de la metodología del PIB argentino para reproducir las series desde 1993; mediante las mismas fuentes y metodología utilizadas durante 25 años hasta el 2007.

La serie reproducible ARKLEMS muestra un crecimiento menor que la serie oficial. Pero al contrario de varios mitos, la brecha no está relacionada con la deflación mediante índices de precios sesgados sino con el abandono de la metodología tradicional de las cuentas nacionales argentinas.

El trabajo demuestra que si bien Argentina presentó importante dinamismo durante el reciente episodio de crecimiento, este fue similar al período 1990-1998. De su comparación internacional, surge que Argentina no fue el campeón del crecimiento de América Latina.

Imagino que puede ser de interés para nuestros lectores residentes en Buenos Aires, asistir a esta presentación.

Acceda aquí al trabajo completo.

Acceda aquí al listado completo de seminarios gratuitos que se impartirán en UCEMA.

Stiglitz y las cuentas nacionales: ¿Necesitamos estadísticas «para conducir la economía»?

StiglitzAl igual que Paul Krugman, Joseph Stiglitz es uno de los pocos economistas internacionales que ven con aprecio lo que hace el gobierno en materia de política económica en la economía argentina. En este caso, sin embargo, Stiglitz criticó al gobierno por manipular las cifras oficiales.

«No se puede dirigir la economía si no tenés estadísticas adecuadas. Es como conducir un auto sin podómetro. No querés hacer eso.»

De ahí surge una pregunta: ¿Necesitamos estadísticas «para conducir la economía»? Esto me recuerda a una cita de Jacques Rueff, quien insistió en que no deben desarrollarse estadísticas del sector externo «puesto que constituyen una tentación para los gobiernos de intervenir, en lugar de permitir las ventajas que proporciona la libertad.»

Consulto a los lectores: ¿Qué función tienen las cuentas nacionales? ¿En qué sentido son útiles, y en qué sentido no lo son? ¿Es una función del Estado proveer estas estadísticas «oficiales»?

Este artículo de Alberto Benegas Lynch (h) nos da algunas respuestas.