El mito del consumo como llave del progreso económico – Por Martín Krause, Nicolás Cachanosky y Adrián Ravier

Muchas visiones económicas, religiosas o políticas no saben qué hacer con el consumo, si condenarlo o aplaudirlo; y muchas terminan haciendo las dos cosas. La discusión sobre el consumo es moderna, porque moderna es la capacidad de consumir, fruto de la Revolución Industrial. Recordemos que a comienzos del siglo XIX el ochenta por ciento de la población mundial era pobre, hoy lo es el veinte por ciento.

Bernard de Mandeville publica en 1714 un libro de alto impacto: La fábula de las abejas; o vicios privados, beneficios públicos. La segunda parte del título presenta su tesis: el libertino genera un beneficio porque «su prodigalidad da trabajo a los sastres, servidores, perfumistas, cocineros y mujeres de mala vida, quienes a su vez dan trabajo a panaderos, carpinteros, etcétera». Asociado con los autores del Iluminismo escocés de la época, es criticado por Adam Smith quien sostiene que es una falacia presentar cada pasión como viciosa. Pero Mandeville plantea su idea de «vicios privados-virtudes públicas» como una crítica a teorías morales basadas en el ascetismo, para las cuales lo virtuoso consiste en satisfacer sólo las mínimas necesidades para sobrevivir. Mandeville sostiene que aquellos «vicios» (todo deseo que vaya más allá de lo mínimo esencial) se convierten en gran virtud al motorizar el mercado.

Ninguno de estos autores considera que satisfacer estas necesidades sea un vicio, sino que muestran que aun cuando esos intereses resulten frívolos, su satisfacción tiene dos efectos: ofrecen oportunidades de trabajo a terceros y para pagar por esos «placeres» esas personas han tenido a su vez que satisfacer las necesidades de la sociedad de la que son parte. Hoy día muchos artistas reniegan del capitalismo sin reparar que es la riqueza que éste ha generado la que permite que existan un mercado y una demanda para la producción de su arte.

Muchos de los críticos que ven el consumo como un mal sostienen teorías económicas según las cuales el consumo es el gran motor de la economía. Por lo tanto, es necesario impulsarlo para que un país crezca. Sin previo aviso el consumo pasa de ser objeto de condena a la gran estrella económica.

Es cierto que el consumo es el fin de toda producción, pero nos resultaría paradójico a nivel individual o familiar pensar que la mejor manera de prosperar es vivir haciendo shopping. Todos tenemos una intuición de que nuestro progreso requiere primero producir (trabajar) para luego poder gastar. Sin embargo, en cuanto a políticas económicas se refiere, parece ser al revés, se puede gastar antes de producir. Esta paradoja se magnifica con una lectura sesgada del producto bruto interno (PBI), que mide el valor monetario de la producción de bienes y servicios finales.

El PBI no considera todas las transacciones de la economía, sólo las de la etapa final de consumo. Cuando se analiza el destino de esa producción surge que dos tercios son asignados al consumo. Si esto es así, y es necesario reactivar una economía, habría que hacerlo en aquello que es lo más importante: el consumo.

Esta lectura es incorrecta por dos motivos. En primer lugar, la fórmula del PBI no muestra los motores de la producción, sino que muestra cómo se decide gastar el ingreso luego de haber sido producido. El PBI muestra el destino que le damos a nuestra producción, no su origen. En segundo lugar, precisamente por su definición, el PBI esconde las etapas previas del proceso de producción, es decir todo lo que ocurre desde que se inició el proceso de desarrollo de la semilla de trigo, pasando por su siembra y cosecha, su transformación en pan y su distribución hasta que llega al consumidor. Si tomamos todas las transacciones en cuenta la situación se revierte: dos tercios del proceso son las etapas previas a la producción del bien o servicio final.

Seguir leyendo en La Nación.

Beneficios de la Especulación y las Críticas al Pro

Según El Cronista Comercial, el Jefe de Gabinete (Marcos Peña) del nuevo Gobierno de Macri habría sostenido «[n]o vamos a ser tolerantes con la especulación», junto a otras frases como que no van a ser «tolerantes con la especulación a costa de la gente» y que van a ser «muy sólidos en que se respeten las cosas que sean razonables.» Según Peña, algunos aumentos de precios observados recientemente obedecen a incertidumbre, pero otros a especulación por la salida del cepo cambiario (restricciones a la compra de USD en Argentina).

De los comentarios de Peña se desprenden algunas confusiones que creo son generales. Pero también aprovecho la oportunidad para hacer un aclaración respecto a varias críticas que he recibido en los últimos días sobre mis reacciones a ciertas expresiones y dichos del gobierno de Macri.

Sigue leyendo

Más Sobre los Fundamentos Financieros del ABCT: Cambio de precio relativo y cambio de ranking

En un post anterior había hecho un resumen sobre los papers que junto a Peter Lewin estamos trabajando sobre los fundamentos financieros de teoría del capital y ciclos económicos. En este post quiero enfocarme en dos puntos en particular que, gracias a al metodología EVA(R), son faciles de mostrar: (1) cambio de ranking de proyectos de inversión y (2) diferencia entre average period of production y roundaboutness. Esto es un resumen de una sección de un tercer paper en el que aún estamos trabajando.

Sigue leyendo

Estados Unidos medirá la Producción Bruta sugerida por Mark Skousen

StructureofProductionA partir de 2014 el Buró de Análisis Económico de los Estados Unidos publicará una estadística macroeconómica austriaca conocida como Producción Bruta o Gross Output, la cual saldrá al público al mismo tiempo que los resultados del Producto Interno Bruto.

Mark Skousen sostiene que

Publicar la Producción Bruta y el Producto Interno Bruto al mismo tiempo será como otro round de Hayek vs Keynes.

La Producción Bruta provee un correcto balance en el proceso de producción-consumo que hace falta en los datos del PIB. Como Steve Landefeld, director de BEA, y los coeditores Dale Jorgenson y Bill Nordhaus dicen: Producción Bruta es la medida natural del sector productivo, mientras que el PIB es apropiado como una medida de bienestar. Ambos son necesarios en un sistema completo de cuentas.

Skousen ha abogado por esta nueva estadística nacional desde que publicó The Structure of Production en 1990. Steve Forbes se refirió a la Producción Bruta como un gran avance en apoyo a la macroeconomía austriaca del lado de la oferta, la cual socava todo el fundamento de la economía keynesiana.

Steve Moore de The Wall Street Journal y Gene Epstein de Barron’s esperan escribir artículos de la Producción Bruta. También la prestigiosa revista The Economist.

Estoy muy emocionado, este es un triunfo personal que tardó casi 25 años en suceder. La mayoría de autores de libros de texto de economía están planeando incluir una sección de Producción Bruta en las próximas ediciones (McConnell, Parkin, Gwartney), y los analistas económicos están empezando a echarle un ojo. Recién recibí un correo de Roger Leroy Miller diciendo que ha añadido una sección de Producción Bruta en su 18ª edición de “Economics Today”. Por supuesto, ya está totalmente desarrollada en mi libro de texto “Economic Logic”, agregó Skousen.

¿Pero qué es la «producción bruta»? En la entrevista que tuve la suerte de compartir con Mark Skousen, él mismo explicaba el concepto. Aquí puede acceder a la entrevista completa, pero abajo copio el extracto traducido.

AR: The Structure of Production [La Estructura de la Producción] (NewYork University Press, 1990) fue su primer libro académico, y se suele describir como un clásico de la Macroeconomía Austriaca moderna. ¿Qué puede encontrar el lector en este libro?

MS: The Structure of Production fue visto como la biblia clandestina de la economía de la Oferta (Supply Side Economics); un renacimiento de la Ley de Say; una herramienta para el análisis financiero; y lo más importante, como un avance Austriaco sobre el Weltanschauung estándar Keynesiano y Monetarista.

Creo firmemente que durante nuestra corta permanencia en esta vida, nos debemos concentrar en avanzar y mejorar el trabajo de otros. ¿Porqué gastar tiempo en actividades que otros están desarrollando de forma satisfactoria? Observé la necesidad de avanzar en base al magistral modelo macroeconómico de Hayek, que se encuentra en Precios y Producción (1931). Los Austriacos necesitaban un modelo macro actualizado que pueda contrarrestar los modelos Keynesianos y Monetaristas en boga en la actualidad. Pensé que los triángulos de Hayek eran un buen lugar para comenzar, pero que eran enteramente teóricos, lo cual era una de las razones por lo que no se popularizaba. En mi trabajo, The Structure of Production (NYU Press, 1990), intenté modernizar los triángulos de Hayek en un modelo universal de una economía en cuatro etapas (recursos, producción, distribución y producto final) que pudiera ser integrado con las estadísticas de ingreso nacional y que pudiera ser testeado empíricamente.

Además del modelo de economía universal de cuatro etapas, el libro introduce una nueva estadística agregada bajo el nombre “Gasto Doméstico Bruto” (Gross Domestic Expenditures – GDE), el cual intenta medir el gasto total en la economía. Muestro que el GDE puede ser fácilmente integrado a un libro de texto de estadísticas de ingreso nacional así como lo está el Producto Bruto Interno (PBI). Se puede ver abajo el diagrama del modelo de la economía de 4 etapas, y la relación entre el GDE y el PBI.

El modelo macroeconómico actual es por naturaleza Keynesiano y comienza por el producto final (PBI), lo cual crea distorsiones acerca de la economía, enfatizando por demás en el consumo a expensas del ahorro y la inversión. Mi modelo “Austriaco” crea el equilibrio adecuado entre la parte de “hacer” y de “utilizar” la economía. Utilizando el GDE, descubrí que el gasto en consumo solo representa el 30% de la economía de los EEUU, no el 70% como comúnmente se informa. Para un mayor detalle se puede ver mi reciente artículo publicado en The Freeman (17 de mayo de 2010) bajo el título:  “Consumer Spending Doesn’t Drive the Economy, Investment Does” [El gasto en consumo no conduce a la economía, la inversión lo hace]

He incorporado el modelo de cuatro etapas y el GDE en mi propio libro de texto, “Economic Logic” [Lógica Económica] (Capital Press, 2000, 2010), y con suerte eventualmente será adoptado en todos los libros de texto. Como Max Planck dijo, “la ciencia progresa funeral a funeral”.

Además busco avanzar en la teoría Austriaca del ciclo económico con la introducción de los Vectores de Demanda Agregada (ADV) y los Vectores de Oferta Agregada (ASV).

Me tomó alrededor de diez años escribir el libro, y recién ahora está logrando cierto reconocimiento. New York University Press recientemente lanzó una edición de bolsillo (paperback) con una nueva introducción (2007). Recientemente fue traducido al polaco.

Lea también aquí un artículo de Skousen sobre Producción Bruta publicado por Forbes.

Videos de Mark Skousen en New Media:

Fuente: El amigo de la Marro, UFM + algunos agregados.

Macroeconomía del capital aplicada

Estimados,

Me pregunto cómo podemos utilizar el modelo gráfico de Roger Garrison sobre la macroeconomía del capital para interpretar la situación actual en Argentina.

Este es el gráfico que muestra el crecimiento de una economía basado en el aumento del ahorro que se canaliza a la inversión y esto expande la frontera de posibilidades de producción (FPP), esto es, aumenta la capacidad instalada de la economía para producir más y generar más ingresos.

Según el gráfico en pantalla la manipulación de la tasa de interés empuja a la economía más allá de la FPP, generando una puja de fondos entre la inversión y el consumo que, lleva al sobreconsumo y a malinversión.
Aunque estoy tentado de señalar que en el caso argentino el empuje es casi totalmente por el lado del consumo (es decir la estructura de la producción se ha acortado y se ha centrado mucho en el consumo), también buena parte de la poca inversión que hay es malinversión ya que no está asignada por señales de precios.

Ahora bien, ¿en qué punto estamos en relación a la FPP? Según datos del INDEC la utilización de la capacidad instalada general es de 76,2%. ¿Significa eso que todavía hay margen para seguir incrementando la producción sin mayores inversiones, que no las hay?

¿O la economía comienza a recalentarse, por cierto, antes del 100% y ya estaría entrando en esa zona de riesgo?

Si lo que vuela es el consumo, es notorio ver que la capacidad instalada en alimentos y bebidas se encuentra en el 66%. O tal vez la explicación es que allí es donde van las pocas inversiones pues es lo que está volando. Por otro lado, en las etapas más alejadas del consumo habría menos inversión y allí veríamos los porcentajes más altos.

Puede ser, por ejemplo en Refinación de petróleo el uso de la capacidad instalada es de 84,4%, pero si se importa crudo entonces este porcentaje no reflejaría el verdadero drama que estaría en la «extracción», no ya en la refinación. Otro porcentaje alto es en industrias metálicas básicas con el 84,8% de uso de capacidad instalada.

En sustancias y productos químicos está cayendo, desde 82% en Enero a 76,5% en Junio.

En fin, perdón por introducir tal vez una discusión más empírica, pero me parece que tenemos un terreno fértil para aplicar la teoría y tratar de entender lo que está pasando. Habría muchas cosas para discutir: ¿en qué medida la tasa de interés es negativa? ¿se consigue alguna financiación a esas tasas? ¿Qué está pasando realmente en la estructura de la producción? ¿Dónde estamos en la FPP?

Espero sus comentarios con interés.
Saludos