Imaginando un eventual gobierno de Scioli

A principios de mayo pasado publiqué una nota imaginando la política económica de un eventual gobierno de Mauricio Macri y el PRO. Hoy me propongo hacer lo mismo con el otro candidato a presidente que lidera las encuestas, aunque la información en este caso es más limitada.

Daniel Scioli ha intentado en los últimos años alinearse en su discurso con el modelo kirchnerista, aunque al evaluar su gobierno en la provincia de Buenos Aires, o los comentarios y las entrevistas que han ofrecido sus asesores, se puede advertir cierta confrontación con el kirchnerismo puro, que es en definitiva lo que provoca cierta desconfianza aun entre sus propios seguidores.

Sostenemos aquí que la política económica de Scioli estaría en una posición intermedia entre la que representa Axel Kicillof, como continuidad de la política económica actual, frente a los comentarios de sus asesores, y en particular del consultor Miguel Bein y el expresidente del Banco Central Mario Blejer, que es, en definitiva, corregir los desequilibrios y tomar un nuevo rumbo.

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Keynes y las contradicciones del kirchnerismo [Infobae]

KeynesAsumamos por un momento que Keynes tenía razón y en la fase de crisis se requiere estimular la demanda agregada. Asumamos también que Krugman tiene razón y Argentina ha sido un caso exitoso para recuperarse de la crisis del 2001 bajo esta política keynesiano. Asumamos además que Kicillof tiene razón en «volver a Keynes», y la economía está en pleno empleo desde 2010. Dicho todo esto, ¿para qué se siguen aplicando políticas de demanda keynesianas? Desde 2011 el propio Keynes sugeriría aplicar políticas clásicas ortodoxas que ayuden a atraer inversión para expandir la capacidad productiva. Ese capítulo, Kicillof -experto en Keynes- se lo salteó!

A continuación expando esta idea en un artículo publicado en Infobae.

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Lo que Cristina ocultó

CFKEn su último discurso ante la Asamblea Legislativa, la Presidente habló más de tres horas para ofrecer un balance de su gestión y la de su marido, dejando cuantiosos datos y estadísticas sobre el período 2003-2015 y arrojando reflexiones polémicas que no son ajenas a la opinión pública.

Fue un discurso extremadamente positivo, un relato que se encuentra muy lejos de la realidad que vivimos los argentinos, pero en la que la Presidente realmente cree. No quiere decir esto que los datos arrojados sean todos falsos, pero sí debemos decir que hubo “cuestiones fundamentales” que se ignoraron voluntariamente, y reconocerlas posiblemente nos arrojen un balance menos positivo que el enunciado.

1. La sustentabilidad de los planes sociales

Recuérdense por ejemplo los numerosos planes sociales que se implementaron en estos años, como el plan progresar, el plan procrear o la asignación universal por hijo, además de ampliar los subsidios en todos los servicios públicos y extender el número de jubilados y pensionados hasta el total de personas en edad pasiva. Discutir estos aspectos del modelo puede ser visto como un gesto de insensibilidad, pero lo que preocupa hoy a la población no son los planes en sí mismos, sino su sustentabilidad. La expansión de planes es la expansión del gasto público que hoy lleva a la Argentina a un déficit fiscal del 6 o 7 % anual, que promete seguir creciendo en este último año de gestión, y que sólo encuentra financiamiento en su monetización.

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