Globalización y Globalización

Últimamente se nota un acuerdo entre nacionalistas católicos, conservadores y libertarios, liberales clásicos y paleo-libertarios y lo que fuere-libertarios 😊 en criticar a un poder unificado, global, de los organizamos internacionales y la imposición forzada de sus políticas a las soberanías nacionales.

Como he dicho ya varias veces, son las nuevas circunstancias históricas las que están produciendo estas alianzas y, también, cierta confusión.

Hay una mentalidad anti-globalista que viene del nacionalismo católico de los años 30. En ese entonces, y luego también en los 70 del lado de cierta derecha, los poderes globales tenían y tienen que ver con cierta conspiración “judeo-masónica-liberal” para dominar al mundo, que estaba en íntima relación por supuesto con el capitalismo liberal y las grandes empresas multinacionales. Los liberales en ese entonces, con nuestra defensa de la inversión extranjera y el capitalismo liberal, que incluía por supuesto al libre comercio internacional (con arancel cero), estábamos del otro lado.

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«La globalización como orden espontáneo»: Entrevista con Alvaro Zicarelli

Comparto a continuación la entrevista que Alvaro Zicarelli me hizo en su programa «Estado del Mundo» acerca de este libro, La globalización como orden espontáneo, publicado en Unión Editorial, en Madrid y Buenos Aires.

Repasamos qué es un orden espontáneo y su distinción con los órdenes creados; respondo por qué pienso que la globalización es un orden espontáneo; hablamos también de la ingeniería social, de la necesidad de «des-industrializar la Argentina», del nacionalismo y la «cultura alambrada», de la «justicia sin estado» que hoy surge con el arbitraje internacional privado, entre otros temas.

Acceda aquí a la entrevista.

Acceda aquí al libro.

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Comercio internacional: de ventajas absolutas, a relativas, ¿Krugman aporta en el camino a Mises?

Los alumnos de International Business and Trade, de la Maestría en Entrepreneurship del Swiss Management Center leen el apartado C, del Informe Mundial de Comercio de la OMC para el año 2008.

Lo interesante de ese apartado es que presenta una resumida (aunque para ellos no tanto) visión de la evolución de la teoría del comercio internacional. Aunque comienza tratando el tema desde una perspectiva “normativa”, esto es, ver si un comercio más libre es beneficioso, trata la teoría que es descriptiva y que señala que, precisamente, eso es lo que ocurre.

En cierta forma es curioso que se siga discutiendo sobre esto luego de más de 200 años. Cualquiera de nosotros aceptaría como beneficioso un intercambio que hiciéramos voluntariamente con un amigo o vecino. No hay mayor diferencia si el vecino o amigo se encuentra en otro país, esa circunstancia no cambia la esencia del intercambio.  Pero, por supuesto, en materia de política todo es muy diferente y la simple existencia de una frontera modifica un intercambio que busca realizar entre alguien en Río de Janeiro y San Pablo a diferencia del mismo intercambio entre uno en Porto Alegre y otro en Santa Cruz de la Sierra.

En definitiva, el derrotero de la teoría del comercio internacional parece encontrarse todo reducido a la presentación del principio que hiciera Mises bajo el nombre de “Ley de Asociación”, es decir, las ventajas que provienen de la división del trabajo y de los intercambios.

En una época en la cual predominaban los argumentos “mercantilistas”, quienes pensaban que el país más “fuerte” era el que poseía más oro o metales preciosos, Adam Smith se presenta para señalar esa verdad básica: que no es más rico el país que tiene más oro sino el que produce más bienes y servicios. El oro, o cualquier otra moneda, es solamente un medio de intercambio, para obtener aquellos bienes o servicios que necesitamos.  Adam Smith también presentó la teoría de las ventajas absolutas.

Dice el informe:  “Existen dos leyes de la ventaja comparativa: la “positiva”, que predice lo que cabe prever que hagan los países, y la “normativa”, que sugiere lo que deberían hacer. La versión positiva predice que, si un país puede comerciar, exportará mercancías en las que tenga una ventaja comparativa. La normativa sugiere que si un país puede comerciar, obtendrá beneficios de la especialización”.  Para el informe, las diferencias entre los países son de tecnología o en la dotación de recursos (modelo Heckscher-Ohlin). Curiosamente, aparece aquí Paul Krugman con la teoría que le permitiera luego ganar el Premio Nobel, bien diferente de sus opiniones en el New York Times:

“Dado que los modelos tradicionales sobre el comercio no parecían aptos para explicar los fenómenos que se han descripto ut supra, resultaba necesaria una “nueva” teoría sobre el comercio. El modelo de la competencia monopolística de Krugman es tal vez el enfoque más conocido, aportando una teoría sencilla y, no obstante, convincente, de las razones por las que países similares (en cuanto a la tecnología y las dotaciones) se benefician de comerciar entre sí y de que una parte importante de ese comercio pueda tener lugar en las mismas ramas de producción. En el modelo de Krugman son fundamentales dos hipótesis básicas, que pueden observarse con facilidad en el mundo real, a saber: “rendimientos crecientes a escala” y “la preferencia del consumidor por la variedad”.

Pero incluso este modelo de Krugman ha sido superado en la dirección de Mises. Bajo el título “Novedades recientes: los beneficios de la productividad”, el informe presenta una subsección titulada “Las diferencias entre las empresas tienen importancia”, donde se consideran teorías que señalan que estas diferencias que promueven los intercambios hay que bajarlas de los países a las industrias (lo que hizo Krugman) y luego a nivel de las empresas.  Y Mises diría, por supuesto, y esto llega hasta el nivel de los individuos, es el principio básico de Adam Smith: los beneficios de la división del trabajo y los intercambios.

Entrevista a Adrian Ravier: La globalización como un orden espontáneo

En los últimos días hemos subido al blog tres entrevistas a Adrian Ravier sobre distintos libros (Lecturas de Historia del Pensamiento Económico, La Escuela Austriaca desde Adentro, En Busca del Pleno Empleo).

Aquí ofrecemos el acceso a la cuarta y última entrevista de esta serie de publicaciones de Adrian Ravier. En este caso, la entrevista es sobre su último libro: «La globalización como orden espontáneo«.

Aquí el video a la entrevista completa.

Aquí información completa del libro publicado en Unión Editorial.

Resumen: Definiremos “globalización” como aquel proceso que surge espontáneamente en el mercado y que actúa desarrollando una progresiva división internacional del trabajo, eliminando restricciones a las libertades individuales, reduciendo costos de transporte y de comunicación e integrando progresivamente a los individuos que componen la “gran sociedad”. Ubicaremos el origen de este proceso en paralelo con el nacimiento del comercio, que algunos estudios arqueológicos sitúan en la era paleolítica, hace unos 30.000 años. La “ingeniería social” estatista siempre intentó detener el proceso, o al menos limitarlo, pero el mismo se refuerza durante el descubrimiento de América, también con la primera y segunda Revolución Industrial, y nuevamente en el último medio siglo con la era digital. El proceso de globalización viene acompañado con un dinamismo único, derribando fronteras, afectando el “nacionalismo” que caracteriza a los diferentes pueblos de los Estados-Nación, y hasta ofreciendo la consideración de una “justicia sin estado”, donde el arbitraje privado toma un lugar privilegiado. El autor ofrece en este libro un estudio multidisciplinar del proceso, apoyándose sobre la tradición del orden espontáneo que caracteriza a la escuela escocesa (Adam Ferguson, David Hume y Adam Smith) y a los teóricos de la Escuela Austriaca, en particular a Carl Menger y Friedrich Hayek.