Siempre sostuve que hay tantas «Escuelas Austriacas» como individuos que compongan esta tradición. Seguramente hay muchos consensos entre quienes componen una Escuela, pero difícilmente al profundizar en diversos temas no surjan distancias de un autor a otro. Aquí, desde México, nos llega el aporte de Fernando Arteaga, docotorando en economía en George Mason University y miembro fundador del movimiento libertario en México. Estos comentarios fueron publicados en septiembre de 2012, pero recién ahora pude conocerlos. Abramos el debate, una vez más…
LAS DISTINTAS «ESCUELAS AUSTRIACAS»
Se ha vuelto a poner de moda dentro de la blogosfera económica la discusión sobre cuáles son las características definitorias de la escuela austriaca de economía[1]. La dificultad para llegar a un consenso sobre qué es y qué representa dicha escuela se debe a las diferentes posturas adoptadas; tanto por aquellos que se llaman a sí mismos austriacos como por aquellos críticos que tienden a caricaturizar los postulados austriacos. La cuestión puede parecer banal, pero en esencia es un problema que permea a todo el conocimiento humano y que radica en distinguir qué son, cómo se identifican y cómo surgen los paradigmas científicos.
Hace un par de meses aporté mi granito de arena al sugerir que la distinción principal de la Escuela Austriaca, respecto a otras perspectivas teóricas, residía principalmente en: a) su énfasis en el análisis del capital a partir de una visión Böhm-Bawerkiana; b) su aproximación sistemática que iba más acorde con la economía política clásica que con los procedimientos modernos, más matemáticos y estilizados. Sin embargo, como cualquier tipificación, al hacerla se puede llegar a varios niveles de generalización. Mi clasificación resulta insatisfactoria para aquellos que juzgan que existen otros tantos puntos que se deberían enfatizar para caracterizar correctamente a dicha corriente. Sin embargo, creo yo, cualquier otra aproximación más detallista sería ficticia en tanto que no abarcaría los postulados de la totalidad de economistas que se asumen austriacos. El fin de este pequeño texto, por ende, es identificar los grandes subgrupos dentro de la generalidad austriaca.
Las tres actitudes
La forma más sencilla de proceder para analizar las diferencias teóricas es evaluar las actitudes concretas de los economistas respecto al significado de la Escuela Austriaca en la actualidad. A partir de los recientes debates en internet sobre este tema es posible observar la existencia de tres grupos válidos [2]:
- Los que enfatizan la singularidad de la Escuela Austriaca como corriente del pensamiento económico. Al hacerlo también apuntan que dicho marco conceptual resulta el único apropiado para el análisis económico. Para aterrizar esta idea, sugiero se sitúe al Mises Institute – incluyendo a allegados y colaboradores- como el núcleo de esta posición. Es importante recalcar la influencia de este enfoque en el debate político estadounidense: el político republicano Ron Paul y el grupo Tea Party – de los que hablé aquí– han manifestado en varias ocasiones su visión en términos afines a los de este subgrupo de austriacos. En adelante llamaré a este grupo: rothbardiano puro – ya se verá por qué.
- Los que piensan que la Escuela Austriaca representa un programa de investigación muy importante dentro de la economía, pero que no es el único y que además puede y debe ser complementado por otras perspectivas desde otros programas teóricos. Esta posición puede ser atribuida a la mayoría de académicos y profesionistas que se encuentran ligados a la George Mason University. Dado el contexto, tal enfoque intenta consolidar el “austrianismo” dentro de la tradición ortodoxa neoclásica. En adelante llamaré a este grupo: académico conciliador.
- Por último están aquellos que niegan por completo la existencia de cualquier atributo específico que pueda dotar el “mote” de escuela a los principios austriacos. Para esta posición, los principales fundamentos “austriacos” se encuentran ya asimilados por la ortodoxia. Esta visión es mantenida tanto por el “mainstream” académico como por la “heterodoxia” de izquierda [3] y los argumentos están planteados bajo los mismos términos: 1) la corriente “mainstream” neoclásica ha resultado de un proceso histórico que ha fusionado “lo mejor” de las ideas walrasianas, mengerianas y marshallianas; 2) la Escuela Austriaca resulta ortodoxa en tanto parte de las mismas premisas neoclásicas – marginalismo y subjetivismo metodológico- y redunda en una concepción similar del proceso económico – tendencia natural del mercado hacía el equilibrio. En adelante llamaré a esta posición simplemente como la ortodoxia.