Es increíble ver en Charlottesville, nada menos que en Estados Unidos originalmente la tierra de la libertad, la insignia de la cruz svástica como si no fuera la señal de la muerte y el más horrendo oscurantismo totalitario. Pues eso ocurrió en una ciudad de Virginia en este mes de agosto, una manifestación que vociferaba sobre la “supremacía blanca” que luego se topó con otra de diferentes características. Y lo peor es que el presidente de esa nación dijo ese mismo día que “en los dos bandos había gente muy buena” (“very fine people on both sides”). ¡Como puede decirse que en un grupo que adhiere al nazismo puede haber gente buena, sino más bien monstruos!, cualquiera sea el motivo que se alegue para la marcha y cualquiera sean las circunstancias.
Como es sabido -y lo escribí antes en estos días con el detalle de nombres propios- afortunadamente reaccionaron de manera airada miembros del mismo partido del presidente: militares en actividad indignados con los dichos por su Comandante en Jefe, Senadores, ex presidentes y empresarios que por ello renunciaron al consejo asesor de Trump, además del público en general y miembros de ambas Cámaras del partido demócrata. También los medios del periodismo escrito y televisivo en gran medida se pronunciaron condenando esas expresiones inauditas.