Entrevista en el programa radial Cafe, Finanzas y Reflexiones

El día miércoes 13 de abril, participé unos 10 minutos con una entrevista en el programa radial Cafe, Finanzas y Reflexiones. Conversamos sobre lo que puede esperar el campo para 2017, sobre la problemática de La Pampa con Mendoza por el Río Atuel, y sobre la falta de Federalismo (la concentración de recursos y de poder que hay hoy a nivel Nacional en la Argentina) y cómo afecta esto a las economías regionales. Los interesados en esta sección pueden escuchar el intercambio a partir del minuto 47 del siguiente video.


Ley de Hidrocarburos… más concentración de poder!

HidrocarburosLa Constitución Nacional Argentina define al país como una nación democrática, republicana y federal. Federal, en el sentido de que cada provincia sea autónoma, se rija por su propia constitución, pero respete a la vez la constitución nacional.
Hace tiempo que se observa en Argentina un reclamo hacia la clase política. Necesitamos recuperar el federalismo. Necesitamos que nuestros gobernadores dejen de ser pasivos, alineados al poder central, y más bien jueguen un rol activo para atender los problemas locales.
El gobierno federal, central, es quien cobra todos los impuestos y coparticipa algunos, dejando luego una enorme discreción en el manejo de fondos para asistir a aquellos gobernadores alineados al poder, o bien, invertir en aquellas provincias donde el caudal de votos apoyó la elección del candidato vencedor. El poder legislativo no queda exento de estas formas, lo que se manifiesta en el actuar de los senadores provinciales quienes muchas veces se ven obligados a votar por leyes que jamás habrían apoyado si no fuera porque el bienestar de sus representados está en juego en ese manejo discrecional de los fondos. A casi nadie en la clase política de esta “década ganada”, le pareció conveniente ser calificado como “oposición”.
La Ley de Hidrocarburos, que ofrece un nuevo régimen petrolero y que fuera recientemente aprobada por Diputados, habrá que analizarla con detenimiento, pero puede concluirse que es un nuevo golpe a la necesaria descentralización de poder y al federalismo.
Es cierto que reconoce el dominio del subsuelo a las provincias, pero define un marco regulatorio único para todo el país y reduce las regalías a un máximo del 12 % por la explotación de recursos en sus propios subsuelos.
Se sabe que la Ley no apunta a otra cosa que a regular las explotaciones futuras de Vaca Muerta, lo que podría garantizarle al poder central de próximos gobiernos una cantidad de recursos y de poder exento de límites y propenso a seguir alineando a la clase política.
Ya en otra nota expliqué este peligro, considerando a “Vaca Muerta” como una posible “Enfermedad Holandesa”. No olvidemos que el petróleo en los países árabes o en Venezuela está lejos de ser una bendición para el pueblo, y más bien, enrqiuece a unos pocos. Los peligros se incrementan con la aprobación de esta Ley, ya que lamentablemente Argentina está tomando un camino similar al de aquellos países. Argentina se merece  un debate profundo acerca de qué hacer con «nuestro» petróleo, y Noruega puede ofrecernos algunas lecciones.

Reflexión de domingo: «Provincias pobres y provincias ¿ricas?»

Aporte fiscal neto y pobreza

Compartimos a continuación una nota de Orlando Ferreres donde se analiza la estructura de la pobreza en Argentina. ¿Cuáles son las provincias más pobres? ¿Cuáles son las provincias que más riqueza transfieren? ¿Ayudaron décadas de transferencias a mejorar la situación de estas provincias pobres? El gráfico habla por sí mismo, pero recomendamos leer el artículo para comprender la metodología del estudio y observar algunas conclusiones fundamentales presentadas por Ferreres.

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Provincias y Nacion. ¿Soberania Dada Vuelta?

Comparto la nota de ayer en Economía Para Todos sobre la falta de federalismo en Argentina.

Entre los problemas institucionales de la política Argentina, la falta de un genuino federalismo es uno de los más importantes. El presidente, casi un Rey, se encuentra en términos de poder político sobre las provincias.

Este esquema unitario es contrario al federalismo donde son las provincias las soberanas y el gobierno nacional es una delegación, y no un mandatario, de los gobernadores. ¿Acaso llegar a Presidente no es el máximo rol al que un político puede aspirar? No deja ser un sistema peligroso… cuanto más poder político mayor es la capacidad de daño.

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Resumen 2012 No. 9: Filosofía Política

Mises_HayekEn este campo de estudio me parece oportuno comenzar con las 5 conferencias que Gabriel Zanotti ofreció en la UFM sobre la Filosofía Política de Ludwig von Mises. Después de todo, en este blog hemos trabajado bastante una pregunta normativa que permanece abierta: ¿Es el gobierno necesario? O en otros términos,  ¿Qué debe hacer el Estado? Sin duda Mises, ofreció algunas respuestas interesantes a esta preguntas.

Algunos autores acusan al anarcocapitalismo de constructivista y argumentan que el Estado es justamente el resultado de los órdenes espontáneo. Otros, sin embargo, observan al anarcocapitalismo y al liberalismo clásico, como dos caras de una misma moneda. Después de todo, ambos programas de investigación se deben preocupar por limitar al poder, incluso como medio para llegar al anarquismo.

Para aquellos que piensan en la anarquía como una posibilidad, deben enfrentarse a algunos «hard cases», o casos difíciles, que son el de la justicia, la seguridad y la defensa, y aquí nos concentramos en el caso de la policía y el anarquismo. Un caso que también puede dar lugar a dudas es el de la planificación urbanística, el que tratamos con una entrevista a Gonzalo Melián en la UFM.

Desde ya que esta preocupación por la justificación del Estado no es monopolio de los austriacos. Por ello, prestamos atención también al Public Choice, con las contribuciones de Buchanan y Gordon Tullock, entre otros. Nos preocupó también una posible reconciliación entre Hayek y Buchanan en un elemento clave, y hasta una posible contradicción entre el pensamiento de Jorge Luis Borges y el Public Choice.

En cuanto a la posibilidad práctica de evolucionar hacia una sociedad libre, nos interesamos por las ciudades libres, y en especial por el caso concreto de Honduras, el que podría replicarse en otras ciudades y dar lugar al voto con los pies. Dadas las dificultades legales por independizar un territorio de las normas de un país, algunos autores incluso han planteado para el futuro la posibildad de construir estas ciudades libres en el Oceano.

En el plano de la estrategia, nos preguntamos cuál es el mejor modo de trabajar en hacer posible el sueño liberal, donde tuvimos una importante participación de los lectores.

Abandonando ahora el plano normativo, nos preocupó el Estado de Bienestar Europeo, y discutimos el éxito que en general se sugiere para el caso de Suecia. Para el caso argentino, tratamos el caso del federalismo y la coparticipación de impuestos, en búsqueda de cierta correspondencia fiscal y descentralización del poder. Incluso propusimos cambiar la dirección de la coparticipación, y en lugar que el gobierno central coparticipe a las provincias, que las provincias coparticipen al gobierno central.

Planteamos casos de políticas públicas como la privatización del fútbol y discutimos el mito de que los gobiernos deban contar con un banco propio. Difundimos un documental sobre las regulaciones en el ámbito de la educación, y por supuesto trabajamos el tema de la pobreza, y una lectura austriaca y del Public Choice sobre el desarrollo.

La coparticipación federal y la correspondencia fiscal

Dada la precariedad de las cuentas públicas, existe consenso en la necesidad de abrir un diálogo acerca de cambios a la coparticipación federal de impuestos. Son pocos, sin embargo, los estudios que proponen una verdadera modificación del sistema. En su lugar, se promueven distintas formas de redistribuir los ingresos, ignorando la pregunta primordial: ¿Por qué continuar con la coparticipación? ¿Por qué no retornar a un federalismo real, basado en el principio de correspondencia fiscal?

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¿Y si cambiamos la dirección de la coparticipación?

La provincia de Buenos Aires vuelve a plantear dificultades fiscales y las miradas vuelven a estar sobre el Estado Nacional. ¿Por qué ocurre esto? Porque la coparticipación federal de impuestos ofrece unos incentivos perversos, al concentrar el gobierno nacional la recaudación, y los gobiernos provinciales gran parte del gasto. Scioli declaró que recibió menos fondos de lo esperado, y entonces trasladó la responsabilidad sobre el gobierno nacional.

El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner plantea entonces que mirará con lupa los gastos de la provincia de Buenos Aires, lo cual abre un debate central acerca de la autonomía de las provincias.

Analistas políticos han explicado que no ha habido otro gobierno antes del kichnerismo que controle y concentre mayor poder. Y aquí aparece el gran problema: ¿cómo descentralizamos el poder? La respuesta la ofrece Martín Krause en extenso aquí.

Lo que intento plantear en este post es algo ya conocido en la literatura, pero que en la Argentina -salvo en grupos muy pequeños de personas- prácticamente no se discute. Se trata de cambiar la dirección de la coparticipación. En lugar de que la Nación recaude los impuestos y coparticipe a las provincias, la alternativa sería que recauden las provincias y éstas coparticipen a la Nación.

Alguna vez se le consultó a gobernadores por qué no exigían esto, para así recuperar la autonomía, pero la respuesta fue casi unánime. Bajo la coparticipación, casi todas las provincias reciben más dinero, que si recaudaran por sí mismas. Es que este sistema viene acompañado por una redistribución de ingresos en favor del interior del país. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires y fundamentalmente la Provincia de Buenos Aires pierden con la coparticipación, pero el resto de las provincias ganan! El problema es que Buenos Aires justamente concentra la mitad de los pobres que tiene el país. ¿es justa entonces esta transferencia?

Me interesa abrir una discusión con los lectores acerca de lo conveniente o justo de esas transferencias, y sobre los pros y contras de cambiar la dirección de la coparticipación. Se abre la discusión.