¿Y si cambiamos la dirección de la coparticipación?

La provincia de Buenos Aires vuelve a plantear dificultades fiscales y las miradas vuelven a estar sobre el Estado Nacional. ¿Por qué ocurre esto? Porque la coparticipación federal de impuestos ofrece unos incentivos perversos, al concentrar el gobierno nacional la recaudación, y los gobiernos provinciales gran parte del gasto. Scioli declaró que recibió menos fondos de lo esperado, y entonces trasladó la responsabilidad sobre el gobierno nacional.

El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner plantea entonces que mirará con lupa los gastos de la provincia de Buenos Aires, lo cual abre un debate central acerca de la autonomía de las provincias.

Analistas políticos han explicado que no ha habido otro gobierno antes del kichnerismo que controle y concentre mayor poder. Y aquí aparece el gran problema: ¿cómo descentralizamos el poder? La respuesta la ofrece Martín Krause en extenso aquí.

Lo que intento plantear en este post es algo ya conocido en la literatura, pero que en la Argentina -salvo en grupos muy pequeños de personas- prácticamente no se discute. Se trata de cambiar la dirección de la coparticipación. En lugar de que la Nación recaude los impuestos y coparticipe a las provincias, la alternativa sería que recauden las provincias y éstas coparticipen a la Nación.

Alguna vez se le consultó a gobernadores por qué no exigían esto, para así recuperar la autonomía, pero la respuesta fue casi unánime. Bajo la coparticipación, casi todas las provincias reciben más dinero, que si recaudaran por sí mismas. Es que este sistema viene acompañado por una redistribución de ingresos en favor del interior del país. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires y fundamentalmente la Provincia de Buenos Aires pierden con la coparticipación, pero el resto de las provincias ganan! El problema es que Buenos Aires justamente concentra la mitad de los pobres que tiene el país. ¿es justa entonces esta transferencia?

Me interesa abrir una discusión con los lectores acerca de lo conveniente o justo de esas transferencias, y sobre los pros y contras de cambiar la dirección de la coparticipación. Se abre la discusión.