El Gobernador Kicillof nos acaba de regalar un buen ejemplo del «Efecto Lipovetzky»: Crear una ley o regulación que produce el efecto opuesto al deseado.Y habría que agregar, insistir en la ley o regulación a pesar de los repetidos avisos de los economistas.
La toma y usurpación de tierras as actualmente uno de los temas más serios en Argentina. En lugar de hacer cumplir la ley y proteger la propiedad privada, Kicillof decidió pagar la toma de terrenos. Por supuesto, la propuesta no se presenta en estos términos. La nueva iniciativa otorgará subsidios de hasta $50.000 a personas y familiar en extrema vulnerabilidad social con el fin de atender los problemas habitacionales. Estos subsidios, según se informa, no se van a destinar a programas sociales, sino a individuos con el fin de cubrir costos alinentarios y habitacionales. Las familiar que reciban subsidio deberán rendir cuentas de cómo han utilizado los fondos recibidos. Parece que también nos olvidamos que el dinero es fungible.
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