Usurpación de tierras y «Efecto Lipovetzky»

El Gobernador Kicillof nos acaba de regalar un buen ejemplo del «Efecto Lipovetzky»: Crear una ley o regulación que produce el efecto opuesto al deseado.Y habría que agregar, insistir en la ley o regulación a pesar de los repetidos avisos de los economistas.

La toma y usurpación de tierras as actualmente uno de los temas más serios en Argentina. En lugar de hacer cumplir la ley y proteger la propiedad privada, Kicillof decidió pagar la toma de terrenos. Por supuesto, la propuesta no se presenta en estos términos. La nueva iniciativa otorgará subsidios de hasta $50.000 a personas y familiar en extrema vulnerabilidad social con el fin de atender los problemas habitacionales. Estos subsidios, según se informa, no se van a destinar a programas sociales, sino a individuos con el fin de cubrir costos alinentarios y habitacionales. Las familiar que reciban subsidio deberán rendir cuentas de cómo han utilizado los fondos recibidos. Parece que también nos olvidamos que el dinero es fungible.

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KICILLOF ES IMPREDECIBLE

Kicillos_econoimstasAxel Kicillof, el principal asesor económico de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner, quien hoy es además Ministro de Economía, acaba de señalar orgullosamente que los economistas no aciertan en sus predicciones respecto de las variables fundamentales de la economía argentina. Esto sorprende, por supuesto, a quienes creemos que la certidumbre sería el escenario más deseable.
Lo cierto es que hace algunos años los economistas en general predecimos dificultades económicas crecientes que hoy se manifiestan con claridad en desequilibrios fiscales, monetarios y cambiarios, los que a su vez tienen como consecuencia lógica la recesión –especialmente en la industria que acumula 20 meses de caída continua según el Estimador Mensual Industrial del INDEC-, la inflación –que sigue en niveles elevados, aun cuando haya disminuido un poco producto de la misma recesión- y un nivel de desempleo y pobreza en aumento –que él mismo se niega a medir, pero que alcanzaría a más de un cuarto de la población-. Un balance real de la gestión de Kicillof que acompañó el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner entre 2011 y 2015 mostraría las consecuencias lógicas de las políticas implementadas.
El único aspecto en el que los economistas han fallado es en lo que hace a la política cambiaria, pues muchos estimábamos que durante el verano evitaría el atraso cambiario y devaluaría, como de hecho ya había hecho a comienzos de 2014. Kicillof decidió no devaluar y con ello profundizar la recesión comentada, con su impacto negativo en la industria y en la generación de empleo.

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