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Punto de Vista Economico

"There is only one difference between a bad economist and a good one: the bad economist confines himself to the visible effect; the good economist takes into account both the effect that can be seen and those effects that must be foreseen." Frederic Bastiat

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LOS LIBERALES, JAVIER MILEI Y EL USO DEL LENGUAJE.

Publicado en diciembre 30, 2017 por Gabriel Zanotti

Hacía mucho tiempo que quería escribir esta entrada pero un episodio de público conocimiento en el mundillo liberal argentino –permítanme no definirlo- ha precipitado mi decisión.

Yo siempre he dejado que cada uno siga su camino. Muchos, en cambio, no han hecho eso conmigo pero ello no me ha hecho cambiar de conducta. ¿Conocen alguien que haya sido atacado por mí, criticado ácidamente por mí? Tal vez algunas ironías sobre algunos autores, que no son lo mejor de mi producción, obvio, o algunos que se han sentido ofendidos por mí por el modo en el que contesto –que si largo, que si corto, que si respondo con alguna cita, que si no les respondo, que no les respondo lo que ellos quieren que les responda (este último caso es genial y muy habitual)- pero nunca, a pesar de ello, he intentado molestarlos, son ellos los que se han molestado.

¿Así que qué tengo contra Javier Milei? ¡Nada! Es un excelente economista liberal, que además tiene la característica singular de agarrarse a puteadas con todos los kirchneristas en los programas de televisión para los cuales hay que tener huevos al cubo y nervios de acero. Eso lo ha hecho popular, nos divierte a todos y…… Ok. ¿Es mi camino? No, no sólo porque mi super yo es muy fuerte como para putear así, sino porque no podría aunque quisiera. Y casi nunca he estado en la tele, pero estoy seguro que me pasarían por encima en tres segundos mientras yo comienzo a pensar las implicaciones epistemológicas de lo que me están diciendo. Así que mi camino es uno, el de Javier es otro, y bendita sea la diversidad.

Simplemente, muchas veces me he preguntado si el modo de hablar no es parte misma de lo que se dice, porque hace 24 años que enseño filosofía de la comunicación –una faceta mía desconocida para muchos, excepto en la Universidad Austral, claro- y sé que el medio es el mensaje. Mi manera de explicarlo no es con los textos de McLuhan, sino sencillamente con los juegos de lenguaje de Wittgenstein.

Wittgenstein es el gran autor del giro lingüístico porque se dio cuenta de algo esencial: el lenguaje es acción. El lenguaje no describe la realidad, la hace. NO porque yo diga “torta” y la torta se haga, sino porque el hablar es parte esencial de mundo de la vida humano. Nuestro modo de hablar co-hace la realidad, y por eso las palabras construyen los imperios y los destruyen. Los juegos de lenguaje no son más que lo cultural del hablar (NO en sentido de “culto”), que nunca puede ser neutro de la cultura que lo habita. Por ende es verdad que el lenguaje habla, y al hablar hace o des-hace.

Muchas veces les pido a mis alumnos que vean este gran discurso. Es una de las obras maestras de Chaplin. Les pido que lo vean y luego sigan:

Impresionante, por cierto. Hubiéramos necesitado un liderazgo así.

Sin embargo, el discurso tiene una tensión latente. Lo que dice es hermoso, habla de paz, pero usando el mismo estilo de Hitler. Ello pocas veces se advierte. Y el problema es: ¿hasta qué punto se puede hablar de paz usando el mismo estilo de Hitler? ¿Qué percibirá la audiencia? ¿No estará percibiendo un llamado a la revolución por la paz? Pero, ¿cómo se hace una revolución por la paz que no sea en sí misma violenta?

Esto tiene que ver con el nivel sintáctico-semántico del lenguaje y con su nivel pragmático. Habitualmente pensamos que el lenguaje es sólo lo primero, olvidando que es esencialmente lo segundo. El primer nivel es el texto; el segundo el con-texto. ¿Qué dice el texto sin contexto? Casi nada, “casi” porque es “algo” que pasa de la potencia al acto de sentido sólo con el con-texto, esto es, el nivel de lenguaje que tiene que ver con el sentido que se da entre el que enuncia el mensaje y el que lo recibe.  Porque nadie habla in abstracto, nadie dice “algo”, sino que “alguien dice algo para algo y para alguien”, desde su propio mundo de sentido hacia el otro mundo de sentido.

Por ejemplo, ¿a quién se dirigía Santo Tomás con sus pruebas de la “existencia” (él no usaba esa loca palabra) de Dios? Algunos tomistas aún piensan que se dirigía a los agnósticos. No, se dirigía a San Anselmo, que NO era agnóstico. ¿Y entonces? ¿Cambia la cosa? Claro que cambia. Cambia el sentido de las vías, nada más, ni nada menos. Contexto.

Esencial.

Ahora bien, los modos de lenguaje típicamente argentino-porteños tienen una carga cultural de agresividad que hay que saber manejar y entender con cuidado. Eso quiere decir que si usted recibe a un anglosajón para hacer un negocio y le habla en el mismo juego de lenguaje que Darín usa para hablar en la peli “El secreto de sus ojos” (dije juego de lenguaje, no dije idioma) el horror del pobre anglosajón sería terrible (como sucedió entre el modo de hablar de Wittgenstein y los miembros de la “faculty” de Oxford más o menos en el 20-21) y, por supuesto, adiós su negocio.

Términos que yo no uso nunca, ni en mi vida más íntima, pero que ahora no tengo más remedio que escribir, como boludo, pelotudo, y otras palabras que ni siquiera puedo escribir como ejemplos, combinados con el “che”, “andá”, “hacés”, etc., conforman mensajes con un nivel de agresividad muy alto. Hemos aprendido a manejarlos, a hacer como si nada, sí, pero yo, por ejemplo, que no fui educado en Argentina sino en la casa de mi padre (¿se entiende?) cuando “salgo afuera” no tengo más que tener los “shields on” o de lo contrario no lo soporto.

Ahora bien, frente a eso, el planteo académico es: una doctrina como el liberalismo, que esencialmente un llamado a la paz, la convivencia con los diferentes, la tolerancia del otro, ¿puede usar el juego de lenguaje argentino sin entrar en una contradicción intrínseca?

Me responderán: pero entonces “no llegamos” a la gente.

Allí los liberales (en general) son muy ingenuamente racionalistas. Gente, no se puede llegar a la gente, y el liberalismo no se basa en llegar a la gente. No se puede llegar a la gente (estoy jugando con el lenguaje, sin precisión de otro tipo) porque si por “gente” (ahora lo estoy precisando) entendemos “las masas”, tanto Ortega, como Freud, como Fromm –autores muy poco leídos por los austro-liberales- nos han ensañado que las masas viven en un mar irracional de alienaciones a las cuales no se puede llegar racionalmente. Por eso a esas masas llegan Perón, los Kirchner, los Hitleres, etc., pero no pudo llegar el santo de Alsogaray con su pizarrón y sus razonamientos por televisión. A veces hay estadistas que sí llegan, como un Mandela o un Gandhi, pero porque son excepciones que lo que hacen es una psicoterapia social con su discurso. La política no se puede basar en la espera de esas excepciones milagrosas. El liberalismo se basó en el desarrollo de instituciones fuertes precisamente para moderar, con ese elemento aristocrático, al elemento democrático, y eso fue EEUU. Pero cómo reproducir históricamente la evolución (Hayek) hacia esas instituciones fuertes, limitantes de dictadorzuelos y populachos, es la pregunta del millón y les aseguro que no hay respuestas simples.

La conclusión, por ende, es no desesperarse por llegar a las masas alienadas ni usar para ello juegos de lenguaje contradictorios con nuestro ideario. Y una advertencia para liberales y también para sacerdotes y obispos: su misión es educar, elevar la cultura, no abajarse. Si no se puede, no se puede, pero nadie puede usar el lenguaje de Maradona (NO el médico) para explicar Einstein, ni nadie puede tocar una cumbia para difundir a Mozart.

Ahora bien, esto es sólo mi opinión. A partir de aquí, tratando de acercarme al lenguaje de Javier, a quien todos queremos y respetamos: ¿quién M me creo que soy yo? Tal vez mi opinión es una M y mejor que me la meta en el (….). Dios dirá. Que cada uno siga su camino y en paz. Pero en paz. Por eso, Javier, no lo insultes a Adrián Ravier. Si lo hiciste, pedile disculpas, y si no lo hiciste, aclaralo. Sólo eso. Seguí tu camino, él el suyo, yo el mío, en la diversidad está la riqueza y Dios dirá a largo plazo qué pasa con todos nosotros y con este mundo terrible. Por ahora, te mando un abrazo, lleno de respeto, afecto y agradecimiento por todo lo que hacés para difundir las ideas y jugarte la presión arterial ante la mayoría de estalinistas que inundan la televisión…. Y el mundo.

Publicado en Comentario | Etiquetado comunicación, diálogo, Javier Milei, liberalismo, liberalote, Libertarios, respeto, uso del lenguaje

Editorial de Roberto Cachanosky: cuando el ego te lleva a putear al que piensa diferente a vos

Publicado en diciembre 29, 2017 por Adrián Ravier

En su programa de Radio, Roberto Cachanosky destinó algunos minutos a tratar un tema que circuló bastante en los medios en los últimos días. Estos minutos están destinados a las formas o modos que usamos para comunicar ideas, y a la tolerancia que tenemos que tener para dialogar con el que piensa distinto.

Acceda aquí al programa completo.

Publicado en Comentario | Etiquetado comunicación, diálogo, intolerancia, Javier Milei, medios de comunicación, reputación, respeto, Roberto Cachanosky, tolerancia

Reflexión de domingo: “HACIA UNA FILOSOFÍA CRISTIANA DEL DIÁLOGO”

Publicado en septiembre 13, 2015 por Gabriel Zanotti

Publicado en Sapientia en el año 2000.

  1. Introducción.

Quienes, como el autor de este artículo, se han formado en el tomismo –creo que pocos podrían decir “directamente en Santo Tomás”[1]– no sienten “empatía” por las diversas filosofías del diálogo tan importantes en el siglo XX. Paradójicamente, no hay un buen diálogo entre los diversos tomismos y las diversas filosofías del diálogo. Pero ello es comprensible. Nombremos algunos de los filósofos “dialógicos” más destacados. Una línea muy conocida podría ser la línea Habermas-Apel[2]. Más allá del neokantismo, la habitual interpretación de estos autores como colocando al consenso antes que la misma verdad dificulta obviamente las cosas. Yo pienso que no es esta la clave del pensamiento de estos autores y que si lo es no es lo relevante de ellos, pero mi opinión es irrelevante para lo que que estamos tratando.

Otro caso es Popper. Lo habitualmente interpretado de él es que una especie de relativismo conjeturalista es la base para la importancia que da al diálogo y a la crítica. Me alegro no estar absolutamente solo en pensar lo contrario, sino en muy buena compañía[3], pero, nuevamente, lo importante aquí es comprender que, dado lo difundido de la otra interpretación, el diálogo con Popper no sea sencillo.

Otro caso es la estructura dialógica de la pre-comprensión en Gadamer[4]. A pesar de que sus aportes en este ámbito lo han convertido en todo un clásico al respecto[5], sin embargo, su obvia conexión con Heidegger y el tema del círculo hermenéutico retro-trae la discusión sobre Gadamer a la polémica del sentido de la obra heideggeriana y su compatibilidad o no con  el sentido del esse en Sto. Tomás, polémica ante la cual, esta vez, los diversos tomismos no han sido para nada indiferentes. En la Argentina ha surgido una escuela tomista pro-heideggeriana muy interesante, aunque sus intereses van más bien por el lado metafísico y no tanto por el hermenéutico[6]. Volviendo a Gadamer, es su énfasis en lo histórico, en nuestra opinión, lo que los diversos tomismos temen y/o no saben cómo incorporar a un pensamiento “perenne”. Tal vez la clave es que la metafísica del ente finito de Tomás es el punto de partida de interpretación de lo singular y temporal, pero no puedo siquiera introducirme ahora en ese tema.

Muy relacionado con el punto anterior está la filosofía de E. Husserl, cuyo tratamiento de la esencia, de  la intersubjetividad y de la empatía[7] –no por casualidad Edith Stein hace su tesis sobre este último tema[8]– ofrecen caminos para una filosofía del diálogo, pero esos caminos fueron casi inexplorados por la interminable polémica sobre el supuesto idealismo de su filosofía.

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Publicado en Comentario | Etiquetado autoridad, diálogo, filosofía, Gadamer, Husserl, Popper, Santo Tomás de Aquino, verdad

Reflexión de domingo: “Diálogo entre Popper y Galileo”

Publicado en mayo 18, 2014 por Gabriel Zanotti

Popper2–          Hola ¡!!!!!!!! ¿Qué haces en Viena?

–          Me cansé de Florencia. Más bien, tú qué haces en Viena….

–          Visitando lugares de mi juventud. Entre paréntesis, Don Galileo, siempre es un gusto hablar con usted…

–          Je, no me adule, jovencito. Ustedes los filósofos de la ciencia siempre se hicieron un festín conmigo.

–          Bueno, es comprensible, no? Además usted debe estar muy contento de haberse convertido en un clásico, y no su amigo Maffeo Barberini…

–          Bueno, su posición era más parecida a la suya….

–          De ningún modo. Mi posición era la del cardenal Bellarmino y usted lo sabe.

–          Vamos, Karl, no era un debate epistemológico. El pobre Bellarmino estaba haciendo lo que podía para salvarme la cabeza, fue un consejo táctico, no epistemológico.

–          Puede ser, pero retrospectivamente, si usted hubiera afirmado lo suyo como hipótesis, no sólo hubiera salvado la cabeza sino que su posición en la epistemología hubiera sido la correcta.

–          Vamos, ¿y qué sabe si lo de la hipótesis no era la cuestión de la mera hipótesis matemática de Ossiander?

¿Qué quisiera que hiciera, aparecer como un escéptico instrumentalista, como hizo el pícaro de Copérnico?

–          No puede ser que estemos debatiendo esto de vuelta. Usted sabe bien que no soy instrumentalista, sino realista, pero no hiper-realista, como usted…

–          Esas son sus clasificaciones. Ustedes los filósofos de la ciencia clasifican pero los que hacemos ciencia somos los científicos.

–          No comience a enojarse!!!, que ese temperamento le valió muchos enemigos….

–          Usted tampoco fue precisamente el Gandhi de la filosofía de la ciencia…

–          Vamos, no salgamos de tema. Usted afirmó que podía probar lo suyo…. Craso error…. Se puso la soga al cuello….

–          ¿Otra vez me va a salir con que las conjeturas nunca se prueban? ¿Por qué habló entonces de experimentos cruciales?

–          Y dale. ¿Qué estuvo haciendo todos estos siglos? ¿Leyendo a Lakatos?

–          No, mejor, a Kuhn….

–          Bueno no diga malas palabras. Usted sabe bien que si le hubiera hecho caso a Bellarmino…

–          ¡Y dale! ¿Qué quiere, extraerme de vuelta una confesión?

–          Espere, calmémonos. A ver. Paso por paso. ¿Dijo usted o no dijo que iba a probar lo suyo con el argumento de las mareas?

–          Si…

–          ¿Y no fue ello un error?

–          ¿Lo de las mareas?

–          No, obvio que ya sabemos que las mareas son por otra cosa….

–          ¡Ah!!!!!!!!!!!!!! ¡Lo agarré!!!!!!!!!!! Cómo, Popper, que “ya sabemos que”….?

–          Quiero decir, conjetura corroborada….

–          Ah!!!!

–          Bueno, volvamos, ¿fue un error o no?

–          ¿Lo de las mareas?

–          ¡NOOOO, lo de “probar”!!!!

–          ¡Bueno ok!!!!!!! ¡Puede ser! ¿Contento ya?

–          No es cuestión de contento o no, eso es el mundo 2….

–          Ay Dios………………………………………….

–          ¿Qué, no le gusta lo de los 3 mundos?

–          No, estuve leyendo a Bunge.

–          AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH

–          Calma Karl, ahora es usted el que va a tener un infarto.

–          Bueno, ya no puedo, usted tampoco, recuerde que ahora somos dos clásicos.

–          ¿Los clásicos no mueren?

–          No.

–          Pero son seres humanos, no?

–          Y?

–          Que todos los hombres son mortales………..

–          ¿Qué es esto, Lógica 101? Pensé que debatíamos cosas importantes.

–          Ok, ya me perdí. ¿En qué estábamos?

–          No sé, me perdí también.

–          Bueno, al final, no sé por qué es tan importante mi física, ahora. Creo que tienen otras cosas que resolver.

–          ¿La unificación entre cuántica y relatividad?

–          Sí.

–          No es tanto problema. Los planetas son también nubes de electrones regidos por la mecánica cuántica.

–          ¿Es broma no?

–          Si J

–          Bueno, don Karl, ya me estaba asustando…

–          A veces puedo hacer bromas.

–          Yo también. Si quiere le hago una.

–          ¿Si?….

–          Bueno, que lo mío era finalmente una hipótesis….

–          Bueno, esa sí que estuvo buena…

–          ¿Sabe qué?

–          ¿Qué?…

–          No todo es hipótesis, no?

–          No….

–          ¿No?

–          No claro, nunca fui panconjeturalista…

–          Ya sé….

–          Bueno, es tarde.

–          Si, los mortales deben seguir con sus artículos en los journals.

–          Pobres…

–          Si…

–          Bueno Galileo, siempre es un gusto….

–          Lo mismo jovencito…

–          Un abrazo.

–          Venga.

–          ¿Algún mensajito final?

–          No, yo…. Ya está.

–          Yo también.

–          Ok, vaya con Dios.

–          Y a dónde vamos a ir, genio…. ¡Esa sí que estuvo buena!

Publicado en Comentario | Etiquetado ciencia, diálogo, filósofos de la ciencia, filosofía, Galileo, hipótesis, Imre Lakatos, lógica, Maffeo Barberini, Popper, relatividad, Thomas Kuhn

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