El mundo político suele estar rodeado de un aura de desprestigio. Una nube de corrupción (moral) suele rodear a no pocos partidos políticos. El kirchnerismo es quizás un caso extremo de este problema. Incluso luego de dejar el poder, este movimiento político no ha siquiera intentado limpiar su imagen. Este comportamiento no es necesariamente irracional, se puede ver como un comportamiento orientado a proteger su rent seeking.
Protegiendo al grupo
Pensemos en un partido político como un grupo de bandidos a la Mancur Olson. En la medida que el objetivo del partido político sea extraer rentas (como tantos casos ilustran Acemoglu y Robinson (2013) en Why Nations Fail?), entonces los miembros del partido político tienen interés en que los otros miembros sean team players.
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