Hace falta mayor flexibilidad laboral

Según un reciente estudio del FMI, Argentina fue uno de los países más afectados por la pandemia en términos de pérdida de puestos de trabajo. Como ya es costumbre, hay que aclarar que los efectos en la economía no responden sólo al COVID-19, también responden a las decisiones de cuarentena y obligaciones de suspender actividades comerciales. Según el FMI, en Argentina se destruyó un 9% de los puestos de trabajo, por encima de países como México, Brasil, Estados Unidos, Canadá y España. Es decir, la cuarentena en Argentina pegó más fuerte a la economía que en otros países. Además, el número argentino se encuentra maquillado por medidas como prohibiciones de despidos. La capacidad de recupero en una economía postpandemia depende de la flexibilidad que tenga la economía para recuperarse y adaptarse a las nuevas condiciones de mercado.

Es de esperar que la salida de la pandemia sea un contexto de alta incertidumbre. No sabemos a ciencia cierta que tan rápida va a ser la recuperación de la economía mundial. O qué sectores se van a recuperar más rápido y cuáles más lento. Si contratar empleados es altamente costoso y riesgoso, entonces es de esperar una recuperación más lenta, así como un menor crecimiento a mediano y largo plazo. Todos entendemos este principio, aunque más no sea de manera intuitiva. Por ejemplo, las citas a ciegas desaparecerían si todo encuentro de esta naturaleza implica la obligación de contraer matrimonio. Un mercado laboral flexible ayuda a los trabajadores, dado que implica mayor predisposición por parte de los empleadores a contratar personal.

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Infobae: Argentina Necesita una Reforma Laboral

Columna en Infobae sobre la necesidad de una reforma laboral en Argentina.

Hay varios motivos por los cuales la economía argentina no es competitiva. Un Estado excesivamente grande e ineficiente. Una presión fiscal asfixiante que no vuelve al contribuyente en servicios públicos de calidad. Una economía cerrada y altamente regulada. Y también, un mercado laboral inflexible debido a un marco regulatorio anticuado y contraproducente.

Lamentablemente, los sindicatos argentinos no parecen estar muy predispuestos a flexibilizar el mercado laboral. Un mundo crecientemente más dinámico requiere de un mercado laboral flexible que permita un rápido ajuste a nuevas tecnologías y creciente globalización. A lo largo de la historia, el comercio internacional y los avances tecnológicos han creado empleo y reducido la pobreza a nivel mundial, pero estos beneficios no pueden ser capturados y el mercado laboral impide, en lugar de favorecer, el progreso.

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¿FLEXIBILIZAR O LIBERAR EL TRABAJO? – Por Alberto Benegas Lynch (h)

Aparecieron algunas declaraciones en Francia y en Brasil sobre una eventual “flexibilización” del mercado laboral y en Argentina, frente a varias requisitorias periodísticas los gobernantes niegan la denominada flexibilización pero se declaran a favor de aliviar costos laborales a través de negociaciones sectoriales. En verdad no resulta claro el significado de esas políticas aunque tiende a sacarse de encima ciertas rigideces legales que no permiten arreglos contractuales libres y voluntarios pero, sin embargo, mantienen estructuras autoritarias.

Si se desea contar con  un mercado laboral en el que las partes respeten lo acordado libremente sin intromisiones directas o indirectas de los aparatos estatales y consecuentemente sin interferencias sindicales que en definitiva perjudican a los trabajadores, si se apunta a esto debe liberarse el mercado y no simplemente flexibilizarse.

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Fundación Libertad y Progres: Flexibilización Laboral

La discusión sobre una reforma laboral en Argentina viene ganando importancia en los últimos meses. Desde el gobierno se ha dejado saber que no se va a presentar un proyecto de reforma laboral, sino que la estrategia será hacer acuerdo sectoriales.

Es un buen momento para volver a ver el video de Libertad y Progreso sobre los costos que impone al trabajador la ley laboral argentina.

Flexibilización Laboral y Desempleo de Largo Plazo

Mientras revisaba material del curso de principio de economía, encontré un gráfico que muestra la relación entre rigidez laboral y desempleo de largo plazo. Dados los conflictos en una de las centrales de PepsiCO y la reciente discusión sobre los costos laborales (el «negocio del litigio laboral») me pareció oportuno twittear el gráfico sugiriendo que Argentina debía tener una mayor flexibilización laboral. Difícilmente un enunciado controversial en economía. El motivo es que una barrera a la salida (aumentar costos de despido) es también un costo de entrada (nuevas contrataciones). Nadie entra a donde no le dejan salir…

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Vaca Muerta: flexibilización laboral para volver a crecer [Infobae]

No se trata sólo de Vaca Muerta. Hay millones de proyectos de inversión que hoy no se ejecutan por las reglas de juego existentes, por la alta presión tributaria o por la legislación laboral restrictiva.

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Argentina lleva décadas sin crecimiento. No se trata sólo del estancamiento iniciado en 2011 con la llegada de Axel Kicillof al Gobierno kirchnerista, sino que el problema viene de bastante más atrás. El ingreso por habitante de 2016, por ejemplo, es similar al alcanzado en 1996. ¿Qué pasó con el «crecimiento» ocurrido entre 2003-2008? Fue más un proceso de recuperación del ingreso tras la crisis de 2001-2002 que un crecimiento real que expandiera la capacidad productiva del país. El año 2009 fue de recesión global, 2010 simplemente recuperó aquella caída, y luego la Argentina siguió en una fase cíclica donde un año perdía ingreso para recuperarlos al siguiente, sin expandir realmente la frontera de posibilidades de la producción.

Hay un consenso entre economistas, criticado a veces por quienes son ajenos a esta disciplina, de que no es posible crecer sin ahorro e inversión previa. Y Argentina no atrae inversiones locales y externas por la falta de seguridad jurídica, el cambio continuo en reglas de juego, la alta presión tributaria y la legislación laboral restrictiva, entre varios otros aspectos que habría que tratar en otro lugar.

Vaca Muerta presentaba estos mismos problemas. Un enorme potencial de ingresos que requerían, para explotarse, unas reglas de juego diferentes a las existentes. Claro que el sindicalismo pretende mejores ingresos para los trabajadores que representa, pero en las condiciones existentes Vaca Muerta no recibió inversiones ni generó empleo.

Los actores comprendieron este diagnóstico. Se reunieron en Casa de Gobierno el presidente Mauricio Macri, el secretario de Coordinación de Políticas Públicas, Gustavo Lopetegui; los ministros de Trabajo, Jorge Triaca, y de Energía, Juan José Aranguren; el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez; la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos; el secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Guillermo Pereyra; y su par de los petroleros jerárquicos, Manuel Arévalo. Entendieron que no podían seguir colocando el carro delante de los caballos. Si con estas nuevas reglas de juego, Vaca Muerta empieza a recibir inversiones, ya habrá tiempo más adelante para mejorar los ingresos de los trabajadores y las familias que se acerquen a explotar el potencial del yacimiento.

Vaca Muerta debe tomarse hoy como una lección para recuperar el crecimiento de la Argentina. No se trata sólo de Vaca Muerta. Hay millones de proyectos de inversión que hoy no se ejecutan por las reglas de juego existentes, por la alta presión tributaria o por la legislación laboral restrictiva.

¿Por qué no extendemos estas nuevas reglas de juego a todo el país? Porque hay intereses creados. A diferencia de Vaca Muerta, que era una tierra virgen de privilegios, la Argentina tiene una enorme Unión Industrial compuesta por empresarios que están aferrados a las condiciones existentes. No importa el potencial de ingresos y empleos que podría generarse con otras condiciones más competitivas, si en la situación actual ellos poseen sus ingresos y sus empleos.

La flexibilización laboral es un requisito para el crecimiento y lo ha sido siempre. El concepto ha sido castigado, vapuleado, incomprensiblemente, pero vuelve. Si Argentina quiere volver a crecer, a crecer en serio, debe regresar, primero, el consenso sobre la economía ortodoxa.

Publicado originalmente en Infobae, el 17 de enero de 2017.