Un “amigo” de Marx lo critica, dice que la plusvalía no puede explicar el origen del capitalismo

Hay economistas que aun hoy sostienen la teoría del valor trabajo y que los precios de equilibrio serían, en definitiva, determinados por las cantidades de trabajo socialmente necesarias para producirlos. Es curioso, porque Eugen von Böhm-Bawerk demolió esa teoría hace más de 100 años. En uno de sus trabajos al respecto (Karl Marx y la Conclusión de su Sistema), publicado en 1896 repasa y amplía su análisis desarrollado antes en otras publicaciones.

Bohm Bawerk

Allí presenta un argumento, entre otros, en palabras de Werner Sombart, un economista y sociólogo con bastante simpatía hacia Marx, pero que no puede evitar señalar los problemas del argumento basado en que la “plusvalía” proviene de la porción variable (trabajo) del capital y no de la constante (maquinarias e insumos). Dice Sombart, citado por Böhm-Bawerk:

“El crecimiento nunca ha ocurrido y ocurre en la forma descripta. Si lo fuera se lo encontraría en operación en el caso de una rama nueva de los negocios. Si esta idea fuera cierta, al considerar el avance histórico del capitalismo, uno tendría que pensar que ocuparía primero aquellas esferas en las que el trabajo vivo preponderara y donde, por lo tanto, la composición del capital estuviera por debajo del promedio (poco capital constante y mucho variable), pasando luego lentamente hacia otras esferas, según el grado en que los precios en esas primeras esferas como consecuencia de la sobreproducción. En una esfera que tuviera una preponderancia de medios (materiales) de producción sobre el trabajo vivo, el capitalismo habría conseguido al comienzo una ganancia tan baja, estando limitado a la plusvalía creada por el individuo, que no hubiera tenido incentivo para ingresar en esa esfera. Pero la producción capitalista en el origen de su desarrollo histórico ocurre aun en cierta medida en ramas de la producción de esta última condición, minería, etc. El capital no tendría razón para dejar una esfera de circulación en la cual esté prosperando, hacia una esfera de producción donde no tuviera la expectativa de una ganancia ‘normal’ existente en la actividad comercial previa a toda producción capitalista.”

“En todos los tiempos, más bien temprano que tarde, los capitales se trasladan desde una esfera de producción a otra, siendo la principal causa de ello la desigualdad en las ganancias. Pero esta desigualdad muy seguramente no proviene de la composición orgánica del capital, sino de alguna causa vinculada con la competencia. Aquellas ramas de la producción que hoy florecen más que otras son precisamente aquellas con capital de muy alta composición, como la minería, las empresas químicas, cervecerías, molinos, etc.”

Concluye Böhm-Bawerk:

“Estos comentarios proveerán material para muchas inferencias contra la teoría marxista. Por el momento presento solamente una directamente vinculada con el argumento que es objeto de nuestra investigación: la ley del valor que, se concede, debe renunciar su supuesto control sobre los precios de producción en una economía donde la competencia se encuentra en plena fuerza, no ha ejercido nunca y tampoco nunca lo podrá una influencia real aún en las condiciones primitivas (del capitalismo).

En resumen: ¿cómo puede haberse desarrollado el capitalismo y la revolución industrial si se obtuviera más valor excedente cuanto más trabajo se contratara y no más maquinarias y equipos? En verdad, la inversión en capital es para hacer al trabajo más productivo, para gastar menos esfuerzo por unidad de producto producida, no más. Al hacer al trabajo más productivo, tiende a ser mejor remunerado: los precios de los productos tienden a reducirse, los salarios tienden e incrementarse. La inversión de capital explica el enorme crecimiento de la riqueza desde la llegada del capitalismo y la revolución industrial.

Buscando entender la lógica marxista…

Mises_MarxVuelvo con el blog del profesor Rolando Astarita, porque seguimos intercambiando comentarios que pueden ser interesants para los lectores. Abajo copio mi resumen de los intercambios previos, su respuesta, y mi nueva respuesta. Aunque en el blog, el intercambio siguió un poco más de lo necesario.

Ravier: Tras un nuevo intercambio con el profesor Astarita, me parece que finalmente “entendí” la lógica marxista (hay otras lecturas, por supuesto, como ocurre con todos los clásicos). Intentaré aquí resumirla en términos –excesivamente- ¡simples!, aun sabiendo que puedo ser injusto con el profesor.
Astarita, en su lectura de Marx, define al capitalismo en función de que en cierto territorio haya o no asalariados. Si en Venezuela hay asalariados, eso es capitalismo. ¡Suficiente!
¿Por qué esto es relevante? porque si hay asalariados, según la teoría del valor-trabajo, ¡hay explotación de trabajadores! ¡Hay plusvalía!
¿Cómo podemos evitarlo? Evitando que haya propietarios de los medios de producción. Aquí es relevante que la propiedad privada sobre nuestra casa, auto, o cualquier cosa íntima, NO es el problema. El problema son los medios de producción, porque son la herramienta para extraer plusvalía.
Pero en la práctica, ¿cómo podemos evitar la explotación? Bueno, aquí es importante que el socialismo marxista, a través de Astarita, tiene muy poco que ver con la planificación centralizada que ataca Mises en “El Socialismo” y que resume Huerta de Soto en “Socialismo, cálculo económico y función empresarial”. Marx no propone un gobierno central enorme que planifique una respuesta al problema económico de qué bienes producir y de qué calidad. Marx propone una anarquía en la que la solución al problema económico provenga de los trabajadores. ¿Similar a lo que plantean Rothbard y Hoppe? Bueno, sólo en cierto sentido, porque no es lo mismo (Véase esta nota del propio Hoppe). Astarita explica que la solución práctica viene con la propiedad comunal. Si queremos armar una empresa, el que tenga la idea tendrá que reunirse con los trabajadores y formar una sociedad. Todos reciben el rédito de la empresa, y entonces se elimina el plusvalor, se evita la explotación.

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