El Dr. Cavallo responde a dos de los puntos señalados en mi anterior post. A continuación copio sus comentarios. Luego respondo.
Hola Adrián. Me encanta este intercambio contigo. Vamos por parte. Primero sobre las cifras de déficit fiscal. Acabo de subir a mi blog los datos completos que también figuran en el trabajo de Orlando Ferreres: http://www.cavallo.com.ar/wp-content/uploads/2014/11/Cuentas-fiscales.-Fuente-Orlando-Ferrrere.xlsx
Los datos que vos transcribis en tu último comentario no coinciden exactamente con ninguno de los cálculos que aparecen en este cuadro, pero se parecen a los del déficit consolidado del Gobierno Central, el Sistema de Seguridad Social y de las provincias y municipios. Yo me referí al déficit del Gobierno Central, que es el que puede manejar directamente el Ministro de Economía de la Nación. Esa medida no fue déficit sino superávit en todos los años de mi gestión, incluído 1995. Si se agrega el déficit de la Seguridad Social, todavía quedan superávits para 1992 y 1993. El año 1991 indica un déficit, pero por incidencia del primer trimestre, mientras no rigió la convertibilidad. Si se agregan provincias y municipios pero se mantienen como ingresos los originados en privatizaciones, todavía sigue habiendo superávits en 1992 y 1993. Sólo si se excluyen los ingresos por privatizaciones se genera el signo de los datos que vos trasmitís. Sólo el año 1993 es superavitario. Ahora bien, si analizás el orden de magnitud de estos déficits, los midas como los midas, no podés argumentar que fuimos fiscalmente dispendiosos. Todos los años hubo superávit primario, incluído el año de la crisis Tequila. Y , para poner estos datos en perspectiva histórica, te invito a ver el gráfico sobre la evolución del Gasto Público y el déficit fiscal entre 1913 y 2012, que también subí a mi blog:http://www.cavallo.com.ar/wp-content/uploads/2014/11/Gasto-Públoc-y-Déficit-Fiscal-en-perspectiva-histórica.xlsx
Creo que en esta materia, sobran las palabras y los datos.
Con respecto a si soy liberal o Keynesiano, la discusión que planteó Grondona en abril de 1991es engañosa. Plantear al liberalismo como antagónico del Keynesianismo es equivocado. ¿O Keynes no era liberal? En todo caso se podría discutir si soy liberal de la escuela económica austríaca o liberal de la escuela económica Keynesiana. En ese caso yo respondería que tiendo a pensar más como la escuela económica austríaca cuando la economía viene de sufrir alta inflación, estanflación e hiperinflación. Y tiendo a pensar más como la escuela Keyneciana cuando el problema de la economía es la deflación. Si se utiliza el concepto de liberalismo que magistralmente presenta Mario Vargas Llosas en su último artículo en La Nación, creo que no puede decirs que yo no sea liberal.
ranscribo parte del artículo de Vargas llosas: “Como el liberalismo no es una ideología, vale decir, no es una religión dogmática laica, sino más bien una doctrina abierta y en evolución, que en vez de forzar la realidad para que ceda, se acomoda a la realidad, existen entre los liberales profundas discrepancias y las más diversas tendencias. …Esas diferencias de opinión son saludables y útiles, ya que no violan los preceptos básicos del liberalismo, a saber, democracia política, economía de mercado y ladefensa de los intereses individuales por sobre los intereses del Estado. Hay por ejemplo liberales que creen que la economía es el campo donde deben resolverse todos los problemas, y que el libre mercado es la panacea para los problemas, desde la pobreza hasta el desempleo, desde la discriminación hasta la exclusión social”.También he subido a mi blog el artículo completo de Vargas Llosas:http://www.cavallo.com.ar/wp-content/uploads/2014/11/Confesiones-de-un-liberal-latinoamericano-lanacion.com_.pdf
Entre paréntesis, si consideramos que los principios del liberalismo son los que menciona Vargas Llosas, no se entiende que Mariano Grondona haya dicho en abril de 2001, primero, algo que es correcto “Al revés que López Murphy, Cavallo no adhiere a un sistema de pensamiento. No es sistemático, sino pragmático” para luego concluir, equivocadamente: “No se fija principios, sino metas”.
A menos que vos sostengas que los principios del liberalismo son los expuestos por los autores de la escuela austríaca, tal como pareces hacerlo en el párrafo que transcribo: «Mi crítica al Dr. Cavallo es precisamente el no adherir a estos principios que tan claramente han sido expuestos por los autores de la tradición austriaca, y en particular Mises y Hayek. Cuando afirmé en mi primer post que fue desafortunada la imagen del Dr. Cavallo al lado de estos dos autores en la presentación de Iván Carrino, me refería precisamente a esto.”
Invertiré el orden de mi respuesta, para intentar ser más claro. Comenzaré por Vargas Llosa, el liberalismo y Keynes y sólo después retomaré la cuestión fiscal en los 90.
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