Publicado originalmente en La Ilustración Libertal, No. 13-14
Con la reproducción de este ensayo de Robert Nozick, La Ilustración Liberal quiere brindar un homenaje a este lúcido filósofo norteamericano recientemente fallecido. Una versión anterior del mismo se ofreció como parte de una serie de conferencias en Trinity College, Connecticut. Esta versión (revisada) se presentó para su publicación en 1984 en el volumen de ensayos que recogía esa serie de conferencias pero, accidentalmente, fue el primer manuscrito lo que se publicó en The future of Private Enterprise, ed. Craig Aronoff et al. (Atlanta, Georgia State University Business Press, 1986). Hay una edición en español incluida en la obra de Robert Nozick Puzzles socráticos, ed. Cátedra, 1997, Madrid.

Es sorprendente que los intelectuales se opongan de tal modo al capitalismo. Otros grupos de estatus socioeconómico comparable no muestran el mismo grado y medida de oposición. Estadísticamente, por tanto, los intelectuales constituyen una anomalía.
No todos los intelectuales están en la izquierda.. Como ocurre con otros grupos, sus opiniones se extienden a lo largo de una curva. Pero en su caso, la curva se desvía y se tuerce hacia la izquierda política. La proporción exacta de lo que denominamos anticapitalista depende de cómo se fijen los límites: de cómo se interprete la postura anticapitalista o de izquierdas y de cómo se distinga al grupo de los intelectuales. Las proporciones pueden haber cambiado algo en los últimos tiempos, pero por término medio los intelectuales se sitúan más a la izquierda que los que tienen su mismo estatus socioeconómico. ¿Por qué?
No entiendo por intelectuales a todas las personas inteligentes con cierto nivel de educación, sino a aquellos que, por vocación, tratan con las ideas, según se expresan en palabras, moldeando el flujo de palabras que otros reciben. Estos forjadores de palabras incluyen a los poetas, novelistas, cánticos literarios, periodistas de diarios y revistas y numerosos profesores. No incluyen a aquellos que primordialmente crean y transmiten información formulada cuantitativa o matemáticamente (los forjadores de números) o los que trabajan con medios visuales, pintores, escultores, cámaras. Contrariamente a los forjadores de palabras, la gente que se dedica a estas profesiones no se opone al capitalismo de un modo desproporcionado. Los forjadores de palabras se concentran en ciertos ámbitos ocupacionales: las instituciones académicas, los medios de comunicación de masas, la administración.
