
(Este
breve artículo fue escrito en Guatemala el 11 de Marzo de 2004).
Rodea a los libros una áurea de misterio y solemnidad que los convierten en casi inaccesibles, sobre todo para quienes no los escriben. Sin embargo, no es tan así, si bien, como explicaremos, es verdad que tienen cierta participación en cierto misterio.
Un libro surge cuando alguien tiene algo que decir. En ese sentido, un libro no es algo tan diferente a una carta. Como dice Jaime Nubiola, para escribir hay que acostumbrarse a escribir cartas. Una carta consiste, sencillamente, en algo que queremos contar a alguien. Un mínimo orden hay que tener para escribirla. Pues bien, no es tan diferente a escribir un libro. Sencillamente, tratamos de incrementar ese orden, esa sistematicidad, todo lo cual es inútil si no tenemos lo básico: algo que decir. Y para tener algo que decir hay que tener algo que…. Vivir. Un libro es un relato de una experiencia vital. Y una de las experiencias vitales más apasionantes es buscar la verdad. ¿No es acaso apasionante querer contar el resultado?