SIN EMPRENDEDORES NO HAY VIDA – Por Alberto Benegas Lynch (h)

ABLNos estamos refiriendo, claro está, a quienes emprenden actividades que apuntan a satisfacer necesidades de sus congéneres. No es esto por pura filantropía sino en interés personal cuando se opera en una sociedad abierta: al resolver los problemas de los demás, en el mercado libre, esto se recompensa con la contrapartida que entregan las personas al ver sus deseos resueltos ya se trate de la compraventa de bienes o de servicios.

Este proceso ha sido originalmente explicado por destacados miembros de la Escuela Escocesa del siglo xviii y elaborados a través de otras contribuciones de peso. No se trata de fabricar “un hombre nuevo” vía el uso de la violencia de los aparatos estatales. Ya hay bastante experiencia de la miseria y las muertes que estos experimentos han creado. Se trata de estudiar la naturaleza humana y comprobar que todos actuamos en nuestro interés personal (lo cual incluye la caridad que es bienvenida y los actos criminales que deben ser combatidos). De este modo es que en un clima de libertad cada uno al satisfacer las necesidades de su prójimo, como queda dicho, se beneficia a si mismo con el producto de la transacción siempre pacífica y voluntaria, mientras el emprendedor está atento a los cambios de preferencias al efecto de dar en la tecla.

Nada garantiza el éxito del emprendedor ya que sus conjeturas sobre lo que aprecian otros pueden estar erradas. De este modo, quien acierta obtiene ganancias y quien yerra incurre en quebrantos. El cuadro de resultados marca el camino, lo cual se diferencia radicalmente de los prebendarios que solo se ocupan de acercarse al poder político para obtener un privilegio en desmedro de los consumidores que deben pagar precios más elevados, obtener calidades inferiores o ambas cosas a la vez.

Gracias a los emprendedores, la civilización cuenta con agua potable, con alimentos, con medicinas, con medios de transporte, con diques y represas, con libros, teatro, vestimenta, equipos, mobiliario y todo lo que atiende las necesidades básicas y las culturales y de confort. Nada hay sin el emprendedor desde al arco y la flecha hasta nuestro días y todo esto a pesar de las regulaciones absurdas y las cargas fiscales de los gobiernos que habitualmente no se limitan a proteger derechos sino a lesionarlos y atropellarlos, estrangulando libertades que son anteriores y superiores a la existencia misma de las estructuras gubernamentales.

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III Congreso de Escuela Austriaca – Instituto von Mises de Brasil

El pasado 12 y 13 de mayo de 2012, el Instituto Ludwig von Mises de Brasil organizó el III Congreso Internacional de Escuela Austriaca, donde participaron Helio Beltrao, Peter Schiff, Jeffrey Tucker y Philipp Bagus, entre otros importantes defendores de la tradición. Difundimos el evento en el blog, pero no pudimos asistir. Quien sí pudo hacerlo fue Federico Tessore, quien incluyó una reseña en el Newsletter Semanal de Inversiones, comentando el evento.

Cuestionando las verdades absolutas

Fue un fin de semana donde nada quedo en pie. Todo fue cuestionado, todo fue puesto a prueba. Pero lo más importante, dos días donde el debate constructivo fue la regla y donde las personas que tenían posiciones antagónicas se esforzaban por entenderse y comprenderse. Enfrentamiento cerrado versus diálogo constructivo.

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