Ayer falleció Eduardo Galeano. La prensa nos remite a uno de sus libros más leídos, Las Venas Abiertas de América Latina. Lo que parecen omitir los medios es que hace casi un año, el propio Galeano explicó abiertamente que «la realidad cambió, no leería más Las Venas Abieras«.
Personalmente, preferiría recomendar otros de sus libros, como sus cuentos de fútbol. Debemos reconocer que Galeano gozaba de un pluma extraordinaria, aunque muchos liberales estemos en las antípodas de su pensamiento.
Cierro con una referencia a mi propia crítica de las Venas, la que se puede leer en este documento.
Resumiendo, estos son los cinco puntos que intento aclarar en el trabajo.
1. Ha existido una continua política de saqueo desde la época de la Colonia hasta nuestros días.
2. Fue precisamente ese saqueo el que impulsó el mayor desarrollo relativo europeo respecto de Latinoamérica.
3. El orden económico vigente no es la consecuencia de un orden espontáneo, sino un orden generado a través de la planificación central americana, primero con el cuerpo de políticas gubernamentales, y luego con los tentáculos de las empresas multinacionales que saquean a todos los países en los que se introducen.
4. La culpa de nuestros males (pobreza, indigencia, desocupación extendida) es del mundo desarrollado. Nuestra pobreza es la contrapartida de la riqueza de los países centrales.
5. La única forma de interrumpir este proceso y darle esperanza a los pueblos latinoamericanos, es a través de la violencia, expropiando la propiedad privada de los medios de producción a quienes han abusado de él.