Por cultura se quiere significar valores, principios y virtudes en dos planos, en primer lugar el autoperfeccionamiento en cuanto a la relación intraindividual y, en segundo lugar, el respeto irrestricto a los modos en que se conduce el prójimo siempre y cuando no lesione igual derecho de terceros, es decir lo interindividual. Lo primero es íntimo y solo responde a la conciencia de cada uno, es el ethos, mientras que lo segundo hace a las relaciones sociales, alude a la moral. Por esto ha dicho bien primero Jeremy Bentham y luego Georg Jellinek que el derecho es un “minimum de ética” ya que esta abarca un campo más amplio pero los marcos institucionales se limitan a pronunciarse por aquella parte que nos vincula con otros y no alude a nuestros actos que hacen referencia a la intimidad de nuestras personas y a las consentidas entre adultos.

Siempre ha habido quejas sobre lo que ocurre en el tiempo presente. Afortunadamente, puesto que es el modo de enderezar las cosas. En modo alguno puede generalizarse y concluir que “todo tiempo anterior fue mejor”, siempre hay mezclas en todas las etapas de bueno, regular y malo. En los tiempos que corren, sin embargo, hay signos que nos deben poner en guardia de posibles decadencias.