¿Alienados por el consumo y la publicidad? ¡No puedo vivir sin un smartphone! ¿O mejoró mi vida?

El ataque contra el “consumismo” como resultado de un “capitalismo” descontrolado es ya demasiado común. Por ejemplo, el Papa Francisco en su reciente encíclica Laudato Si, dice: “El mundo del consumo exacerbado es al mismo tiempo el mundo del maltrato de la vida en todas sus formas” (230).

Mientras tanto, la consultora Gallup trae una encuesta cuyo comentario titula “Casi la mitad de los usuarios de Smartphones no imaginan su vida sin ellos”. http://www.gallup.com/poll/184085/nearly-half-smartphone-users-imagine-life-without.aspx?utm_source=alert&utm_medium=email&utm_content=morelink&utm_campaign=syndication

“Los smartphones emergieron como un producto de mercado masivo hace menos de una década, y sin embargo, ya un 46% de los usuarios norteamericanos de smartphones tienen lo que podría llamarse “amnesia de Smartphone” ya que no pueden imaginarse sin uno”.

Smartphone

Esto parecería confirmar una visión que sostiene que el capitalismo crea personas “alienadas” por el consumo y la publicidad que les genera necesidades que luego se convierten en demandas incontenibles, las cuales son la base de los beneficios de los capitalistas.

Pero el informe de Gallup dice que los smartphones han cambiado la vida de muchos, para bien:

“Por supuesto, los smartphones no significan solamente compulsión, dependencia y ansiedad. Una probable razón por la que los norteamericanos consideran a los smartphones como una parte integral de sus vidas es que perciben que tienen un impacto positivo. En general, el 70% de los usuarios de smartphones dicen que su celular ha mejorado sus vidas, incluyendo un 24% que cree que las ha hecho mucho mejor. Mientras un cuarto de los usuarios dice que el aparato no la ha mejorado ni empeorado, y solamente un 6% dice que ha empeorado su vida de alguna forma”.

“Como podría esperarse, dar crédito a que el celular ha mejorado la vida es casi universal (86%) entre aquellos que no pueden imaginar su vida sin ellos, y para un 41% de este grupo el smartphone ha hecho su vida mucho mejor”.

En fin, parece que, más que alienados por el consumo, son personas que verdaderamente entienden que esta innovación les ha generado tantos beneficios que ha mejorado sustancialmente sus vidas.

Algo así confirma el mismo informe de Gallup: “Una cosa es cierta: es probable que el vínculo de la gente con sus teléfonos crezca en los próximos años a medida que la penetración de los smartphones se expanda hasta el 100% desde su actual nivel cercano al 70%, y a medida que los teléfonos agreguen aún más aplicaciones y servicios –como Wi-Fi universal, la mejora del control de voz y la capacidad de hacer compras online-, que fortalecen la ‘dependencia’ de los usuarios.”

En Laudato Si, el Papa Francisco carga contra el consumismo. ¿Y qué podemos hacer al respecto?

En la última encíclica del Papa Francisco, “Laudato Si”, relacionada con temas ambientales, el Papa carga contra el consumismo.

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En Junio de 1959, Ludwig von Mises dictó seis conferencias en Buenos Aires. Éstas fueron luego publicadas y las consideramo con los alumnos de la UBA en Derecho. Su segunda conferencia se tituló “Socialismo” y trata ese tema:

“Pero la noción que una forma capitalista de gobierno pueda impedir que la gente se perjudique a sí misma, a través del control de su consumo, es falsa. La idea de un gobierno como una autoridad paternal, como un guardián para todos, es la idea de aquellos que favorecen el socialismo. En los EEUU, hace algunos años atrás, el gobierno intentó lo que fue llamado un ‘noble experimento’- Este noble experimento consistió en una disposición legal convirtiendo en ilegal comprar o vender bebidas alcohólicas. Es totalmente cierto que mucha gente bebe demasiado brandy y whiskey, y que pueden perjudicarse a sí mismos haciendo eso. Algunas autoridades en los EEUU se oponen al fumar. Es cierto que hay mucha gente que fuma demasiado y que fuma a pesar del hecho que sería mejor para ellos no hacerlo. Esto plantea el tema que va más allá de la discusión económica: muestra lo que la libertad significa realmente.

Concedido, es bueno impedir que la gente se perjudique a sí misma bebiendo o fumando demasiado. Pero una vez que Uds. hayan admitido esto, otra gente dirá: ¿Es el cuerpo lo único importante? ¿No es la mente del hombre mucho más importante? ¿No es la mente del hombre el verdadero atributo del hombre, la real calidad humana? Si se le otorga al gobierno el derecho a determinar el consumo del cuerpo humano, determinar si uno debiera fumar o no fumar, beber o no beber, no hay buenas respuestas que pueda dar a la gente que diga: ‘Más importante que el cuerpo es la mente y el alma, y el hombre se perjudica mucho más leyendo malos libros, escuchando fea música y mirando malas películas. Por lo tanto es el deber del gobierno impedir a la gente cometer estas faltas’. Como saben, por muchos cientos de años los gobiernos y las autoridades creyeron que este era realmente su deber. Y esto no pasó solamente en las épocas remotas; no hace mucho tiempo hubo un gobierno en Alemania que consideraba un deber gubernamental distinguir entre las buenas y las malas pinturas, lo cual – desde ya – significaba bueno y malo desde el punto de vista de un hombre que, en su juventud, había fracasado en el examen de ingreso a la Academia de Arte, de Viena; bueno y malo desde el punto de vista de un dibujante de tarjetas postales, Adolf Hitler. Y se volvió ilegal que la gente emitiera otra opinión sobre arte y pintura que la de él, el Supremo Führer.

Una vez que comience a admitir que es un derecho del gobierno controlar su consumo de alcohol, ¿qué puede responder a aquellos que digan que el control de los libros y de las ideas es mucho más importante?

La libertad significa la libertad de cometer errores. Esto es lo que tenemos que comprender. Podemos ser muy críticos con respecto a la manera en que nuestros conciudadanos gastan su dinero y viven sus vidas. Podemos estar convencidos que lo que están haciendo es totalmente insensato y malo pero, en una sociedad libre, hay muchas maneras para que la gente manifieste sus opiniones sobre cómo sus conciudadanos deberían cambiar su forma de vida. Pueden escribir libros; pueden escribir artículos; pueden hacer discursos; pueden hasta incluso predicar en las esquinas si así lo desean – y así lo hacen en muchos países. Pero no deben tratar hacer de policía con otra gente, para impedirles que hagan ciertas cosas, simplemente porque no desean que esta otra gente tenga la libertad de hacerlo.

Esta es la diferencia entre la esclavitud y la libertad. El esclavo debe hacer lo que su superior le ordena que deba hacer, pero el ciudadano libre – y esto es lo que la libertad significa – está en posición de elegir su propia forma de vida. Desde ya, en este sistema capitalista puede haber abusos – y en efecto los hay – que cometan ciertas personas. Es ciertamente posible hacer cosas que no deberían ser hechas. Pero si estas cosas reciben la aprobación de una mayoría de la gente, el que desapruebe siempre tiene una manera de intentar cambiar la mentalidad de sus conciudadanos. Puede tratar de persuadirlos, de convencerlos, pero no puede tratar de forzarlos usando su poder, el poder de la policía del gobierno.”