Es momento de escuchar otras voces que no sean las de incrementar el gasto público, los impuestos y el endeudamiento
A los que, dentro o fuera del Gobierno, se alarman por los llamados «ajustes» debo decirles que tienen razón en preocuparse, así como cuando se proponen medidas de shock. Ya bastantes ajustes y shocks sufre la población en nuestro medio desde que amanece hasta que se acuesta como para absorber otros reveses.
A partir del golpe fascista del 30 y mucho más desde el peronismo y sus imitadores venimos chocando contra una pared. Es momento de escuchar otras voces que no sean las de incrementar el gasto público, los impuestos, el endeudamiento y mantener la inflación a niveles inaceptables.
El asunto es precisar que si en verdad se quiere aliviar la situación de la gente, es imprescindible engrosar sus bolsillos, para lo cual deben transferirse recursos desde el leviatán, que ha venido saqueando el fruto del trabajo ajeno al acumular funciones incompatibles con un sistema republicano. No se trata entonces de ajustes y shocks adicionales, sino de restituir e incrementar el poder adquisitivo de los gobernados.