Las declaraciones de los foros, que cuentan con diversas representaciones (salvo excepciones) suelen ofrecer resoluciones “lavadas” que conformen a todos los miembros firmantes. Sin embargo, en el G20 organizado por Argentina, la resolución tuvo un momento bastante concreto a la hora de criticar a las criptomonedas.
Los titulares de los bancos centrales y los ministros de finanzas de los países miembros reconocieron que el Bitcoin (y afines) ha logrado instalarse, por lo que pasaron de la subestimación a la agresión.
En el punto dedicado a las criptomonedas, el texto comienza reconociendo las virtudes de la innovación, pero termina asociando a “los cripto-activos” con el mundo del lavado de dinero y el narcotráfico:
“Reconocemos que las innovaciones tecnológicas, incluyendo aquellas subyacentes a los cripto-activos, tienen el potencial de mejorar la eficiencia y hacer más inclusivo el sistema financiero y a la economía en su conjunto. Sin embargo, los cripto-activos carecen de los principales atributos que tienen las monedas soberanas y pueden generar ciertas inquietudes en cuanto a la protección de los consumidores e inversores, la integridad de los mercados, la evasión impositiva, el lavado de dinero, y el financiamiento al terrorismo”.
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