Participé hoy de una reunión de profesores de la Escuela de Negocios de la UFM en la que una vez más surgió este interrogante: ¿Los genios, expertos o líderes nacen o se hacen? Yo siempre sostuve que pensar que éstos sólo nacen, nos conduce a cierto riesgo de determinismo, donde no hay causa-efecto, lo cual implicaría cruzarnos de brazos y esperar a ver si somos o no los elegidos. En su lugar, siempre preferí pensar que la dedicación y el esfuerzo producen expertos, genios y líderes, aspecto que hace un tiempo confirmó cierto estudio publicado en el Wall Street Journal.
Pero hoy no quiero deternerme en este estudio, sino en relatar una historia que hace muchos años me contó mi padre, cuando yo era todavía un adolescente, pensando qué hacer de mi futuro, y que posiblemente formó esa vision que aun mantengo.