En el año 2005 tuve el gusto de conocer a Carlos Bondone, quien con toda cordialidad me explicó su Teoría del Tiempo Económico, que es una re-elaboración de la EA a partir de Menger. Resulta siempre sorprendente escucharla para quienes hemos sido formados en Mises y Hayek, y es un desafío para nuestra capacidad de diálogo académico, pues Bondone tiene sus razones y son dignas de ser escuchadas. Yo consideré siempre un deber de mi ética popperiana abrir a los austríacos al diálogo con este nuevo enfoque, aunque la EA, como paradigma, no tenga predisposición a someterse a una crítica interna que viene nada más ni nada menos que de seguir de modo diferente los pasos de Menger. Así que una vez más, aquí la presentamos -esta vez mediante la reproducción de mi prólogo a su último libro, «Capitalismo y Moneda«-.
«The future is open», como decía Popper, y el debate está abierto.
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CAPITALISMO Y MONEDA, de Carlos Bondone
PRÓLOGO
No es la primera vez que yo, sólo un filósofo, tengo el honor de introducir una obra de economía. Pero cuando lo hago, lo hago precisamente desde esa perspectiva, la filosófica, que da una perspectiva especialmente adecuada a ese “paradigma alternativo” que es la Escuela Austríaca de Economía.
En ese sentido, hay en este libro de Carlos Bondone tres aspectos que quisiera resaltar. Los dos primeros han sido objeto de largas conversaciones con el autor, a quien estoy muy agradecido por la confianza depositada en mi persona.
En primer lugar, la teoría del Tiempo Económico (ya presentada en el primer libro del autor[1]) presenta dos peculiaridades importantes dentro de la Escuela Austríaca. Primero, su mayor simpleza. Eso es algo que siempre llama la atención en el caso de algún tipo de modificación teorética, sobre todo después de los análisis de T. Kuhn sobre la historia de la ciencia. En efecto, el autor se remonta directamente a Menger y, como viaje en otra línea temporal, nos hace partir de vuelta desde allí, tomando al dinero como una mercancía más, sometida a oferta y demanda, considerándola como bien presente, y distinguiendo, desde allí, entre bien presente y bien futuro, asignando a este último al función de crédito. Cuando este último, a su vez, se intercambia en mercado libre, estamos en presencia del crédito económico regular. Decimos “en mercado libre” porque en ese caso se define con claridad la calidad y cantidad del bien económico futuro con que se cancelará la obligación. Cuando ello no sucede, esto es, cuando no se define en el contrato la cantidad y calidad del bien con el que se cancelará la obligación en cuestión, estamos en presencia de crédito económico irregular. Como vemos, es obvia la inclinación del autor por el 100% de reserva, con una salvedad que el lector ya encontrará. A partir de allí, el autor está en condiciones de establecer el error básico de todas las políticas monetarias que, en el siglo XX, han hecho del gobierno el principal autor del crédito económico irregular y, por ende, de las crisis financieras, y no sólo incluso, sino sobre todo, la actual. El autor presenta su teoría del tiempo económico –y esto es muy interesante, y despertará mucho debate- con mayor simplicidad que el camino recorrido por austríacos posteriores.
Esto nos lleva al segundo punto. Como filósofo y epistemólogo de la Escuela Austríaca, no me corresponde juzgar sobre el contenido concreto de las diferencias teoréticas de los miembros de la escuela. Si así lo he hecho en mi última contribución a la epistemología de la Escuela Austríaca[2], coherente actitud debo mantener en este caso. Como epistemólogo, sin embargo, quiero decir que veo a la propuesta de Bondone como dentro del programa de investigación de la Escuela Austríaca, que nunca ha sido un programa homogéneo en cuanto a sus contenidos concretos. Por lo tanto, Bondone es un austríaco que, como muchos de ellos, presenta una propuesta teorética singular dentro del mismo programa de investigación. Eso, desde Kuhn y Lakatos. Desde la ética de la ciencia de K. Popper, esto merece y debería ser debatido y discutido, porque sólo así se enriquecen los contenidos de un programa de investigación. En este sentido, dentro de la Escuela Austríaca, sería deseable una mayor conciencia de la diversidad y riqueza de sus propuestas, y de la necesidad de debatirlas sin “excomuniones” mutuas. Se trata de un programa de investigación, con obvias y ricas diferencias entre sus autores.
Eso, en lo que a la Escuela Austríaca se refiere. De cara a otros programas de investigación, y otras propuestas de política económica, el libro de Bondone no podría ser más oportuno, como todos aquellos que en este momento están tratando de poner luz en este devastador tsunami crediticio que está llevando al mundo a una recesión global. Es en ese sentido que el autor está dentro de la tradición de todos los austríacos, que siempre han denunciado a la intervención del estado en la economía, y especialmente en el mercado crediticio, como la causa de los ciclos de expansión y recesión que Keynes, exactamente a revés que Mises, consideró efecto de un capitalismo “sin control”. Por ello los actuales acontecimientos mundiales, especialmente en EEUU, son doblemente dramáticos. Un drama es ir a toda velocidad hacia un muro de granito, haciendo todo lo posible por evitar la colisión, pero un drama mayor es pisar el acelerador, suponiendo que de ese modo el muro desaparecerá como por encanto. Pues bien: eso es lo que está sucediendo en las actuales circunstancias mundiales. Parte de lo que unifica a los economistas austríacos es su clara conciencia de que la expansión monetaria, por parte de los bancos centrales, produce una etapa de expansión artificial, seguida por la inevitable recesión, mayor en magnitud cuanta mayor haya sido la expansión crediticia anterior. Ello, por supuesto, no es capitalismo ni libre mercado, sino una brutal intervención gubernamental en un aspecto esencial de la economía, como es el mercado financiero y de créditos. No es poca cosa: minimizar el problema es como decir que una persona está bien excepto porque tiene su sistema circulatorio arruinado. Pero el mundo político y teorético actual se empeña en suponer lo contrario, y, con un revival total y completo del keynesianismo (que si es igual a Keynes, es otro debate en el que no me corresponde juzgar) supone que hay que expandir aún más el gasto público y el “crédito irregular”. Las consecuencias de esa insistencia en esa droga crediticia son dignas de una película de ciencia ficción que está comenzando a dejar de serlo. Mises describió en su seminal libro sobre la moneda y el crédito[3] las consecuencias del colapso total del sistema monetario y crediticio. Trasládese ello a nivel mundial y se podría decir que estamos en el comienzo. Gracias a Dios que las predicciones en ciencias sociales son harto falibles….
En ese sentido, la simplicidad y precisión del diagnóstico de Bondone son un servicio inestimable en esta causa de clarificación teorética y práctica. Es, por un lado, una propuesta de debate para los austríacos, pero, por el otro, es una advertencia a nivel mundial, donde Bondone se unifica con el resto de los austríacos y denuncia el error intervencionista que nos está llevando hacia el colapso. Ojalá fueran los inefables dictadorzuelos latinoamericanos el único motivo de preocupación. Es la Reserva Federal, es la ingeniería social, es el socialismo monetario y crediticio de las naciones supuestamente “serias” lo que nos está llevando hacia el colapso. Saludo a este libro de Bondone como una límpida advertencia del problema y una clara propuesta de solución.
Gabriel Zanotti
Buenos Aires, Febrero de 2009.
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[1] Bondone, C.: Teoría de la Relatividad Económica, Distal, Buenos Aires, 2006. Versión inglesa: Theory of Economic Relativity, Buenos Aires, 2007. Une vesión abreviada puede encontrarse en: Bondone, C.: “Teoría de la relatividad económica”, en Libertas (45), 2006, pp. 187-214.
[2] En “Los teoremas de la Economía Política”, en Revista de Análisis Institucional (2008), 2, pp. 27-112.
[3] Mises, L. von: The Theory of Money and Credit [1912], Liberty Fund, 1981.