Copio a continuación un extracto de la entrevista a Hans Hermann Hoppe publicada en el Austrian Economic Newsletter del Mises Institute (primavera de 1998).
ENTREVISTA A HANS HERMANN HOPPE
[…]
AEN: ¿Fue Mises mejor que los liberales clásicos en la pregunta sobre el estado?
Hoppe: Mises creía que era necesario tener una institución que suprimiese a esas personas que no podían comportarse de manera apropiada en la sociedad, personas que fuesen un peligro porque robasen y matasen. Llamaba a esta institución gobierno.
Pero tenía una idea particular de cómo el gobierno debía funcionar. Para chequear su poder, cada grupo y cada individuo, de ser posible, debe tener el derecho de secesión del territorio del estado. Llama a esto el derecho a la autodeterminación, no de las naciones como en la Liga de las Naciones decía, pero de villas, distritos y grupos de cualquier tamaño. En Liberalism [Liberalismo] y Nation, State, and Economy [Nación, Estado y Economía], eleva la secesión a un principio central del liberalismo clásico. Si fuera posible dar este derecho de autodeterminación a cada individuo o persona, dice, debería ser realizado. Entonces, el estado democrático se convierte, para Mises, en una organización voluntaria.
AEN: Usted ha sido un fuerte crítico de la democracia.
Hoppe: Sí, a como el término es usualmente entendido. Pero bajo la particular definición de democracia de Mises, el término significa autorregulación o autogobierno en su sentido más literal. Todas las organizaciones en la sociedad, incluido el gobierno, deben ser el resultado de transacciones voluntarias.
En cierto sentido se podría decir que Mises estaba cercano al anarquismo. Si se frenó antes de afirmar el derecho a la secesión individual, fue solo por lo que consideraba una cuestión técnica. En la democracia moderna, exaltamos el método de la regla de la mayoría como el medio de elegir los gobernantes de un monopolio compulsivo de impuestos.
Mises frecuentemente hacía una analogía entre el voto y el mercado. Pero era muy consciente de que votar en el mercado significa votar con tu propio dinero. El peso de tu voto es acorde con el valor de tu productividad. En el plano político, uno no vota con su propiedad; se vota sobre la propiedad de todos, incluida la de uno. Las personas no tienen votos de acuerdo al valor de su productividad.
AEN: Sin embargo Mises ataca el anarquismo sin lugar a dudas.
Hoppe: Su objetivo aquí son los izquierdistas utópicos. Ataca su teoría de que el hombre es lo suficientemente bondadoso como para no necesitar una defensa organizada contra los enemigos de la civilización. Pero esto no es lo que el anarquista de la propiedad privada cree. Por supuesto, los asesinos y el robo existen. Es necesaria una institución que mantenga estas personas a raya. Mises llama a esta institución gobierno, mientras que las personas que no desean un estado en absoluto sostienen que los servicios esenciales de defensa pueden ser mejor provistos por firmas en el mercado. Podemos llamar a estas firmas gobiernos si queremos.
[…]
En la accion humana Mises es categoricamente anti-anarquista, considerando a los que simpatizan por esa modalidad politica como ingenuos.
Mises es muy claro al respecto, creo que se puede avanzar sobre esas ideas, pero no me parece razonable hacerle decir cosas que nunca dijo
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Coincido!
Puede resultar útil agregar una cita de Gabriel Zanotti en su profundo estudio sobre la filosofía política de Mises.
Texto completo aquí:(https://puntodevistaeconomico.files.wordpress.com/2012/07/zanotti-g-filosofc3ada-polc3adtica-de-mises-pm-vol-7-no-2-109-146.pdf).
En la sección sobre Estado y Gobierno explica:
[…] Para Mises el estado es el aparato social de fuerza y compulsión cuyo fin es proteger los derechos individuales, mientras que el gobierno es el conjunto de personas encargadas de cumplir la función de estado.
Esas dos definiciones, aparentemente sencillas, esconden algunas cuestiones que ahora pasamos a considerar. Primero, siempre nos llamó la atención positivamente que Mises destaque que la fuerza y la coacción forman parte de la naturaleza misma del estado. Respetamos y no negamos todas aquellas filosofías políticas donde el estado es la autoridad legítima encargada del bien común, donde la fuerza no es el elemento esencial, pero en el estado-nación contemporáneo, la autoridad política legítima tiene, tal vez no como «esencia» pero sí como «accidente propio» el uso de la fuerza. Si no se entiende esto, no se entiende la diferencia entre cualquier autoridad legítima y la autoridad del estado en un orden constitucional. Siempre cabe recordar, por ello, que un poder político ilegítimo no tiene, según la clásica analogía de San Agustín, ninguna diferencia con una banda de ladrones, y habría que analizar cuidadosamente qué poder político en la historia se salva de tan interesante comparación.
Ahora bien, si la fuerza es, moralmente, siempre el último recurso (supuesto moral que no creo que sea exclusivo de una mentalidad liberal…. ¿O no?), es comprensible que la legitimidad del estado requiera siempre una cuidadosa justificación. En el caso de Mises, es ese «fin» del estado (custodiar las libertades) el que le da dicha justificación, colocándose en ese sentido en una posición diferente a la del anarco-capitalismo (posición que reitera claramente en La Acción Humana). Ante esto, y comprensiblemente, algunos libertarios han destacado que el mismo Mises aclara su acuerdo con el derecho a la auto-determinación, no tanto de «los pueblos» sino de los individuos frente a una instancia administrativa. Llevado hasta sus últimas consecuencias, es verdad, ello sería incompatible con el estado liberal clásico que Mises apoyaba. Pero Mises nunca llegó a esas últimas consecuencias, y es inútil forzar sus textos al respecto.
Queda como una tensión dentro de su pensamiento, posiblemente porque, a pesar de su prédica anti-belicista, el derecho a la defensa ante las agresiones totalitarias —que tiene mucho que ver con la historia de su vida— nunca le dejó dar ese paso conceptual con claridad. […]
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A ello cabe agregar una ponderacion que hace Panebianco (El poder, el Estado y la libertad) sobre el mayor realismo de Mises, comparado con otros pensadores liberales, sobre el estado y el gobierno.
Mises no rescata en La Accion humana a la democracia como «un sistema de autoregulacion «, no era tan optimista. El la valora por tener dos virtudes: 1º) por permitir un recambio pacifico de autoridades; y 2º) permite que las decisiones politicas cuenten con un aval mayoritario, ya que si asi no fuera no habria posibilidad de una politica estable.
Y en ese esquema destaca el peligro siempre latente, e imposible de erradicar, de que esas mayorias avasallen derechos de las minorias. Con lo cual, se da la llamada «paradoja de la fuerza» que refiere Panebianco, la libertad no puede susbsitir sin un reaseguro de una fuerza ejercida con aval mayoritario, y al mismo tiempo esa muleta es uno de sus principales peligros
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No creo que Mises lo considerara una «cuestión técnica» como dice Hoppe:
En Liberalismo – Según la Tradición Clásica, p.129:
El derecho de la autodeterminación del que hablamos no es el derecho a la autodeterminación de las naciones, sino más bien el derecho a la autodeterminación de los habitantes de cualquier territorio que tengan el tamaño suficiente para formar una unidad administrativa independiente. Si de alguna manera se pudiera conceder este derecho a la autodeterminación de cada persona individual, se tendría que hacer.
Aquí se recopilan sus citas en torno a ello, http://austroanarquistas.com/?p=8355, que la pasaron los chicos del Mises Hispano.
El individuo, según Mises, lo que tiene es derecho a irse a otra unidad administrativa:
En Nación, Estado y Economía, p. 34:
Ninguna persona o grupo de personas deben ser retenidos contra su voluntad en una asociación política en la cual no quieren participar.
Pero no veo que conciba que haya 7 billones de unidades anarco-capitalistas (yo tampoco)… Hasta en las comunidades privadas hay gobierno…
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Mises era un hombre demasiado realista, tenía los pies muy bien apoyados sobre la tierra, como para ser anarcocapitalista. No sería consecuente con el modo de pensar de Mises creer que el anarcocapitalismo fuera posible
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Estoy de acuerdo con mi cita 🙂
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Los comentarios me parecen desacertados sobre la supuesta «ingenuidad» o estarle atribuyendo a Mises ideas que no tenía y así extrapolar conclusiones que Mises tampoco tuvo. Veamos, lo que es necesario en el orden social es una aseguradora de cumplimiento de la ley. Un punto que aceptan liberales clásicos y anarquistas de propiedad privada.
La diferencia únicamente radica en que para los primeros esa aseguradora no se elige, viene determinada por quién sabe qué motivos, y para los segundos esa aseguradora puede ser escogida como cualquier otro servicio en el mercado.
Lo que indica Hoppe es que Mises no elabora ninguna objeción a la segunda forma de ver la coercibilidad de la ley, y su defensa de la secesión esboza con matices (que son los del liberalismo clásico) una defensa similar a la de una sociedad con gobiernos en competencia por clientes.
Entonces, tampoco se puede decir que sus ideas sean una negación del anarquismo (entendido como ya se ha explicado, las palabras no contienen necesariamente un único significado). Simplemente, siguiendo a Hoppe, pudiéramos decir que las ideas de Mises sobre el orden social mantuvieron una contradicción conceptual a ese nivel (el estado liberal centinela de la libertad versus el derecho anarcoide a secesionarse del estado).
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Gracias Fabricio! Tu comentario da en la tecla porque volvemos sobre el debate que quería plantear. Mi impresión es que Hoppe des-contextualiza a Mises. Toma el punto de la secesión y lo fuerza para encontrar un paralelismo innecesario entre sus ideas y el pensamiento de Mises. Habría mucho para decir, pero basta repasar el artículo de Gabriel Zanotti que linkeamos arriba para ver las diferencias entre ambos autores.
Esta no es una crítica menor, porque el Mises Institute -con todo el significado que tiene en la EA moderna- ha tomado el nombre de un autor (Ludwig von Mises), para difundir las ideas de otros (Murray Rothbard)
En la presentación de este libro agregué otras más [http://www.youtube.com/watch?v=7cYZbJwhH0c]
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yuaustro se me adelanto con las citas que tenia en mente.
Creo que Hoppe lee incorrectamente a Mises en el punto de la secesión. El hecho que Mises se haya referido a los «anarquistas utópicos» en lugar de a los «anarco-capitalistas» no lo hace «anarco-capitalista», menos aún cuando sus opiniones sobre el legítimo rol del gobierno son claras. Para Mises (estemos o no de acuerdo), el estado no es un «mal necesario», es un ente «necesario», incluso si no es, ni puede ser, perfecto.
Quizás la alternativa anarco-capitalista sea viable. Soy escéptico, pero bien puede ser el caso. Así y todo me cuesta ver en Mises (se esté de acuerdo o no) una posición anarco-capitalista, una posición encaje 100%, una posición a priori extrema, en fin… como dice Adrián, posiciones claras en Rothbard y el LvMI pero difíciles de encontrar en Mises.
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Siempre que sale este tema, hago referencia a un gran pensador español, Dalmacio Negro Pavón, cuyos libros y ensayos, cosidero que son de obligada lectura.
Sobre la anarquía, en palabras de este autor «… todo defensor de la libertad individual debe ser antiestatista, pero nunca ajeno a la realidad del ser humano.»
Les dejo un artículo muy interesante de José Carlos Herrán -> http://www.juandemariana.org/comentario/4780/anarquia/poder/
Un saludo a todos y muchas gracias a los cuatro (D. Gabriel, D. Adrian, D. Nicolás, D. Martín) por este gran blog siempre tan interesante.
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Gracias Mario por tus comentarios y por compartir este artículo. Me quedo con este párrafo, que puede abrir debate con muchos de nuestros lectores:
«El anarquismo, lejos de la utopía o su nimia versión colectivista, se ha convertido en una forma extremadamente sencilla y aparentemente ingenua de atacar al estatismo. Pero su sencillez extrema no es virtud sino demérito que impide en demasiadas ocasiones profundizar en aspectos fundamentales del estudio social. Sin una buena teoría económica quizá nada tenga sentido. Complementario, y nunca ineludible, es el manejo de sendas teorías política y jurídica equivalentes en acierto y calidad. Sin entender el Derecho o el proceso político, no tiene sentido elucubrar sobre fascinaciones ácratas sometidas a un lastre teórico insoportable: obviar el estudio del tipo de reglas que gobiernan y disciplinan la conducta, su origen y calidad cambiante, o de las reglas que soportan el orden político, sometido, en términos científico sociales, a la meridiana distinción abstracta, y también práctica, entre Estado y Poder público (o cosa pública).»
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¿Por qué será que nos preocupa tanto (me incluyo) lo que Mises pensaba?
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Esta es una pregunta que da para un post. Me parece que coincidimos que sin Mises hoy no habría Escuela Austriaca. Pero lo más importante, es que las distintas vertientes austriacas modernas (Hayek, Machlup, Rothbard, Lachmann, etc), encuentran en Mises un tronco común como punto de partida. El «diálogo» que las distintas vertientes necesitan desarrollar para ir limando diferencias, debe partir necesariamente de ese tronco común o punto de partida, y entonces se vuelve fundamental analizar la interpretación que cada autor ha hecho de los escritos fundamentales de Mises.
Dicho esto, me parece poco fértil señalar que tal cosa es correcta o no, «si lo dijo Mises». Me parece que esta actitud no refleja el espíritu de quienes indagan en Mises la interpretación «correcta» de sus escritos.
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