Sacerdotes Supremos y Filósofos Humildes: la batalla por el alma de la economía

En esta oportunidad quiero proponer la lectura de este artículo de P. Boettke, C. Coyne y P. Leeson -que afortunadamente está disponible en español-, y abrir el debate. Me parece que las extensiones que pueden surgir de él nos interesarán a quienes participamos de este blog.

Resumen

Este artículo presenta una visión crítica de las pretensiones cientificistas de la economía como ciencia social. Los economistas, argumenta, han dejado de ser los filósofos humildes que fueron algún día y se han convertidos en los sacerdotes supremos de la sociedad moderna. Esta metamorfosis se ha realizado de la mano de las doctrinas keynesianas de control de la demanda, de los análisis costo-beneficio y del debate en torno al socialismo de mercado, aspectos que han tenido consecuencias económicas nefastas. Para que la economía recupere su “alma”, los economistas deberían volver a su rol original de filósofos humildes.

Acceda al artículo completo aquí.

22 comentarios en “Sacerdotes Supremos y Filósofos Humildes: la batalla por el alma de la economía

  1. El problema es que para volver a ser el filósofo humilde, los economistas deben volver verdaderamente a ser filósofos, lo cual implica TERMINAR con las carreras de economía tal como hoy están pensadas, ejecutadas y demandadas.
    ¿Lo soportará el mundo académico y-o el que entra a estudiar economía con el sueño de ser la nueva estrellita del Fondo Monetario?

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  2. Creo que ninguno de los dos. Incluso el economista académico medio encuentra difícil cambiar la estructura de su capital humano luego de años de estudio y preparación. Pero es difícil encontrar motivación a los estudiantes a interesarse por esos problemas. Lamentablemente sigue habiendo mucho énfasis en valorar la virtuosidad matemática antes que el scholar.

    Haciendo una analogía, la estructura formal no está preparada para dar lugar a proyectos de investigación que requieran un gran roundaboutness, años de estudio y profundización.

    En algunos lugares hay un tímido renacimiento de interés por problemas de historia del pensamiento y epistemología, pero es muy difícil encontrar gente preparada para esas disciplinas en economía.

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  3. Toda revolución o transformación, sea del mundo o del marco analítico de una disciplina tiene sus dificultades… sus costos… sus ganadores y perdedores… Podemos encontrar cientos de razones por las cuales esto no ocurrirá, pero esto no significa que no puede ocurrir.
    Mises, por ejemplo, nos decía sobre la revolución industrial: “El sistema fabril evolucionó en continua lucha con innumerables obstáculos. Debió combatir prejuicios populares, antiguas costumbres establecidas, normas y reglamentaciones legales restrictivas.”
    Y, sin embargo, la revolución llegó. Es bueno, sin embargo, que identificamos las dificultades.

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  4. Después de leer el artículo, que tiene un final bastante lúgubre, se me ocurren dos reflexiones:

    1) Esto ha sucedido innumerables veces en la historia de la humanidad, con todas las disciplinas. Es normal, lógico y previsible que el proceso de evolución del pensamiento humano se encuentre en situaciones de desorientación, estancamiento, contramarchas y desviaciones. No está escrito en ningún lado que la evolución del pensamiento en ninguna disciplina sea lineal, continuo, rectilíneo y a velocidad uniforme. La evolución de la ciencia es, esencialmente, un sistema que tiende a ordenarse espontáneamente pero, como el mercado, esa tendencia al orden surge desde situaciones de desequilibrio, no desde la existencia de un sistema de equilibrio perfecto y constante. Por lo tanto, no es ninguna tragedia sino absolutamente lógico y natural que esté ocurriendo lo que los autores describen en el artículo que, insisto, me parece desmedidamente pesimista.

    2) El problema de la auto sobrevaloración de los conocimientos no es un fenómeno que afecte únicamente a la economía sino a muchas otras disciplinas, que también se empantanan por factores similares, tales como los engorros procesales en el campo del derecho, las imprecisiones de diagnóstico en la medicina (hace poco tuvimos un famoso «falso positivo» que es un ejemplo típico en ese sentido), la sobrerreglamentación en general que existe en innumerables ámbitos institucionales, la sobrevaloración de la educación formal, etc, etc, etc. Por lo tanto, no se trata de un problema específico de la economía sino que es un defecto general de nuestra época al cual la economía no está ajena. Naturalmente, esto no quita que tratemos de hacer volver la economía a su dimensión natural, pero entendamos en qué contexto el problema se plantea…

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    • Ok Ale tenés razón. Muy bueno todo lo que decís y la conclusión es: no dramatizar. Pero ello no impide que el verdadero «drama» sea no tener la libertad para ensayar nuevos sistemas…………..

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  5. Yo no creo que haya habido ninguna época de la historia de la humanidad con mayores márgenes de libertad que en el presente. Y si alguna vez la hubo, fue algo efímero, fugaz, casual e insustentable…

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  6. Coincido con Gabriel y Alejandro que no hay que sobredramatizar la situación, es cierto. También es cierto que no hay prescripciones por posiciones políticas como en otras épocas. Pero todo lo que es ajeno al paradigma es susceptible de rechazo automático.

    Si bien lo entiendo, eso no quiere decir que lo comparta. Es la actitud lo que podría mostrar signos de cambio. Pero esto es difícil de esperar cuando se necesita una comprensión y mentalidad más filosófica en una disciplina que considera prácticamente una pérdida de tiempo estudiar su propia historia. Que al especializarse en epistemología de la economía o historia del pensamiento se le denomine «career killer» resume el ambiente académico (al menos en USA) con no poca precisión.

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    • «….Que al especializarse en epistemología de la economía o historia del pensamiento se le denomine «career killer» resume el ambiente académico (al menos en USA) con no poca precisión.»

      Toda la razón !!!

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  7. … y si «el mercado» demanda «malos economistas»… ¿Es la tarea del emprendedor académico producir libros e impartir clases de «mala economia»? o seguir apegado a sus principios y producir economistas con carreras ya truncadas desde el día de graduación?

    Posiblemente, a menos que cambien las preferencias del mercado, el emprendedor de la buena economía tendería a desaparecer. Afortunadamente, los malos resultados de las fórmulas propuestas los economistas Nobel de hoy día, abren una ventana de oportunidad. Cada día hay más y más personas sedientas de libertad y de «buena economia». El único riesgo es que aún estas personas sedientas de libertad y de conocimiento, por estar acostumbradas a la cultura google y a tweets de no más de 150 palabras, no sean capaces de recorrer el camino que es necesario para comprender la película completa.

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  8. Tres aclaraciones respecto a los últimos comentarios.

    1. Alejandro decía que hoy tenemos más libertad que en tiempos pasados. Esto es discutible… según el campo del que se trate. Antes de la Primera Guerra Mundial, por ejemplo, la gente podía entrar y salir de cualquier país sin necesidad de pasaportes y visas. Lo mismo con la entrada y salida de bienes, servicios y capitales. Hoy el mundo está mucho más regulado.

    2. Sobre el mismo punto 1, me parece que aun si ese fuera el caso -de que hoy gocemos mayor libertad que en el pasado- debemos seguir luchando por mantener esos niveles de libertad. Los límites al poder que plantea el liberalismo clásico son una lucha constante por proteger la vida, la libertad y la propiedad de las personas. Si nos dormimos, estamos perdidos.

    3. Me parece que no debemos identificar las ideas de la EA como la buena economía, y todo lo demás, como la mala economía. Mi modo de verlo, es que los austriacos se hacen un tipo de preguntas, y la corriente principal otro tipo de preguntas. Si yo quisiera comprender cómo coordinan los procesos de mercado, entonces la EA me ofrece mejores respuestas. Pero si yo quisiera saber qué nivel de crecimiento económico, de inflación o de tipo de cambio habrá en 2012, entonces los austriacos tienen poco que ofrecer. Quizás puedan señalar los límites de la predicción cuantitativa, pero un banco o empresa puede solicitar predicciones cuantitativas un poco mejor elaboradas, y los austriacos no cuentan con las herramientas técnicas para hacer una interesante predicción. En muchos sentidos, y esto quizás es tema para otro post, los economistas de la corriente principal pueden ayudar a entender ciertas cuestiones que exceden al interés y trabajos de los teóricos de la EA.

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  9. Adrián, eso de que antes de 1914 había más libertad que ahora es muy discutible… Preguntale a las mujeres, por ejemplo… Y si bien es cierto que en esa época había más «liberalismo» en el sentido formal, lo cierto es que fue un fenómeno histórico excepcional, un pico de máxima en la corriente de la historia, después del cual se produjo un lógico reflujo, a partir del cual, posiblemente, en el futuro haya más libertad que en el siglo XIX. Y esa libertad del siglo XIX estaba circunscripta a regiones muy limitadas del planeta. Ahora, la libertad está mucho más extendida geográficamente.

    El proceso histórico tiende siempre a ampliar los márgenes de libertad, dentro de un esquema de picos al alza y a la baja, no es un desarrollo lineal. Ahora, en ciertos sentidos estamos un poco por debajo del pico puntual del siglo XIX (con todas las observaciones que cabría hacerle a ese fenómeno circunstancial) pero eso forma parte del proceso natural de flujo y reflujo…

    Me parece que al artículo original y a los análisis posteriores les falta, en general, perspectiva histórica… En el futuro, seguramente, la tendencia será hacia más libertad que ahora. Y en el futuro del futuro, más libertad aún y así sucesivamente…

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  10. Alejandro, yo no dije que antes de 1914 había más libertad que hoy. Aclaré… «según el campo del que se trate.» El ejemplo que ofrecí es que la inexistencia de pasaportes y visas nos habla de mayor libertad para entrar y salir de distintos países. Y puedo agregar que también depende del país: En Cuba, por ejemplo, la libertad era mayor antes de Fidel Castro, que después.

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  11. Igualmente, entendamos que ese período previo a 1914 fue una excepción histórica, no la regla. Es cierto que en Cuba había más libertad que ahora pero si miramos Asia, Africa, regiones de Europa donde había resabios de feudalismo, creo que en el balance ahora la libertad está mucho más extendida que en aquella época…

    Y ni que hablar si posamos la mirada sobre los efectos de la tecnología sobre la libertad. En aquella época un viaje intercontinental era algo mucho más inaccesible que ahora, cuando uno se puede tomar un avión y viajar a decenas de miles de kilómetros en pocas horas. Podemos mirar «en directo» acontecimientos que suceden lejos de nuestra ubicación física, estamos informados al instante de todo cuanto sucede, internet nos permite acceso a materiales totalmente inaccesibles en aquella época. Todo eso también configura el marco de libertad en el que nos movemos, la libertad no es solo un factor jurídico. Es, más bien, un instrumento operativo y a mí me parece que, en ese sentido, tenemos unas posibilidades que jamás han estado a disposición de los seres humanos…

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  12. Ok, pero me parece que estuvimos discutiendo cosas distintas. El Indice de Libertad Económica que elabora anualmente la Heritage Foundation muestra cómo Estados Unidos o Argentina fueron perdiendo en los últimos años grados de libertad. Esa es la batalla del siglo XXI… lograr liberar los mercados para alcanzar un mayor bienestar. Quedarnos en una comparación sobre la mayor libertad relativa que tenemos hoy frente al feudalismo, pienso, sería un error.
    Lo que sí puede ser útil es tomar ciertos escenarios de la historia para mostrar dónde hubo involución, más que evolución. Es el caso del reemplazo del patrón oro a cambio del papel moneda. Es el cambio de un mundo sin pasaportes, a otro que restringe la libertad de movilidad de la gente. Es el estado pequeño del siglo XIX, frente a un estado que fue creciendo a niveles alarmantes hacia fines del siglo XX.

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  13. Bueno, esos son los desafíos de esta época, por supuesto. Pero son desafíos lógicos, normales, característicos de los que siempre ha habido y habrá en todas las épocas. Para mí, el tono del artículo original es demasiado lúgubre, como si estas cosas no hubieran pasado nunca, como si estuviéramos en presencia de algo trágico cuando, en realidad, no pasa nada extraordinario… Por supuesto que hay cosas para cambiar y mejorar, como las ha habido siempre y como las seguirá habiendo eternamente.

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  14. Tal vez el que tenés demasiadas expectativas seas vos… Yo nunca esperé mucho, tal vez por eso tomo con naturalidad todo lo que sucede

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  15. Puede ser.. Es que, de nuevo, me parece que hay que distinguir los roles del académico y del político. El académico, al menos por un momento, tiene que dejar a un lado las barreras ideológicas o culturales de los problemas que trata e intentanr construir la imagen de la situación ideal que queremos alcanzar. Luego habrá que trabajar en medidas graduales para alcanzar o acercarse a ese ideal.

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  16. Es que no todos los académicos tienen los mismos ideales. Si no existieran diferencias de pensamiento, no existirían los debates académicos y el hecho de que esas diferencias de criterio existan son, en sí mismas, expresiones de que nos movemos en un marco de libertad.

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