El debate entre propiedad privada y propiedad comunal viene de larga data. En la Antigua Grecia por ejemplo, encontramos la ciudad de Atenas y la ciudad de Esparta con ambos sistemas contrapuestos.
Como explica Huerta de Soto Atenas era una ciudad relativamente más liberal y democrática, con una floreciente actividad comercial y artesanal y con un orden espontáneo de cooperación social basado en el respeto e igualdad ante la ley. Eric Roll, autor de la «Historia de las Doctrinas Económicas» explica que entonces existía «la propiedad privada de la tierra, la división del trabajo en grado muy avanzado, el comercio -sobre todo marítimo- y el uso del dinero.»
Frente a Atenas, destaca la ciudad de Esparta, profundamente militarista, y en la cual la libertad individual es prácticamente inexistente, pues todos los recursos se consideran que han de estar subordinados al estado.
Mientras Sócrates y Platón fueron grandes admiradores del estado totalitario de Esparta, Aristóteles se mantuvo alejadro de la propiedad comunal.
Varios estudiosos de la historia del pensamiento destacan en Platón sus ataques a la propiedad privada, su alabanza de la propiedad común, su desprecio por la institución de la familia tradicional, su concepto corrupto de la justicia y su teoría estatista y nominalista del dinero. En suma, su ensalzamiento de los ideales del estado totalitario de Esparta.
Frente a ello, Aristóteles tuvo una mirada opuesta, ofreciendo extraordinarios argumentos en favor de la propiedad privada.
1) La propiedad privada es mucho más productiva, y por tanto facilita el progreso. Los bienes que son poseídos en común por un elevado número de personas reciben poca atención, puesto que la gente tiende a guiarse por su propio interés y descuida cualquier obligación cuyo cumplimiento pueda dejarse a otros. Por contraste, uno presta el mayor interés y cuidado a lo que es de su exclusiva propiedad.
2) uno de los argumentos de Platón para favorecer la propiedad comunal es que ésta supuestamente conduce a la paz social, puesto que nadie envidiará o intentará hacerse con la propiedad del otro. Aristóteles replica que la propiedad comunal conducirá más bien a un conflicto continuo y agudo, puesto que cada cual se quejará de que ha trabajado más duro que los demás y ha obtenido menos que otros que han trabajado poco y se han aprovechado más del fondo común.
3) La propiedad privada está fuertemente implantada en la naturaleza humana: en el hombre, el amor a sí mismo, al dinero y a la propiedad están íntimamente ligados en un afecto natural a la propiedad exclusiva.
4) el gran observador del pasado y el presente que es Aristóteles no deja de apuntar que la propiedad privada ha existido siempre y en todas partes. Intentar imponer la propiedad comunal en la sociedad supondría menospreciar lo que es resultado de la experiencia humana para aventurarse en algo nuevo e inexplorado. Abolir la propiedad privada probablemente acabaría creando más problemas de los que resolvería.
5) sólo la propiedad privada posibilita actuar moralmente, esto es, practicar las virtudes de la benevolencia y la filantropía. Forzar a una propiedad comunal destruiría tal posibilidad.
Adrián,
Primero que nada, mi humilde felicitación, es un placer seguir un blog de pensamiento económico que sea friendly para con los clásicos y el saber filosófico.
Entrando en materia, es verdad que un blog exige cierta síntesis y sencillez en los argumentos y, sin duda, en el marco de la praxis el pensamiento aristotélico parece ofrecer una mejor prospectiva para el análisis pero conviene también atender a los marcos epistemológicos. En ese sentido, no se debe perder de vista que el interés y marco de reflexión platónico es principalmente metafísico. Es indispensable tener esto en cuenta para no hacer extrapolaciones demasiado arriesgadas o anacrónicas; por mencionar un punto: su teoría del dinero aunque más claramente convencionalista que la aristotélica no se identifica con el nominalismo contemporáneo sin más, como tampoco su estatismo (el Platón de Popper en «Sociedad abierta y sus enemigos» no hace mucha justicia a las sutilezas del pensador griego).
Entender los «issues sociales» platónicos exige tener en cuenta su compleja relación entre «imagen» y «realidad».
Aunque no coincido con la orientación general de este paper (el anacronismo de pretender ver si Platón apoyaría o no una economía capitalista, cosa que el autor obviamente afirma que no), esta observación me parece acertada, como muestra de lo que quiero señalar:
«It may appear that Plato is offering a root and branch critique of money, and those who would like to dismiss his theory as wholly irrelevant, if not to the world as such then at least to the world we
in fact live in, would no doubt wish to think he is; but in fact his understanding of money in its relation to reality is much more sophisticated. His position toward money is like his position toward
images in general: they are not bad as such, but only become bad when they substitute for reality. Or to put it more precisely, an image as image, that is, as an expression of what is true, is essentially good; it becomes bad only insofar as it ceases to be image, and presumes to be a reality juxtaposed to the higher reality apparent to the soul. In this sense, Plato is not at all the gnostic dualist he is often claimed to be; his philosophy is, rather, a fundamental critique of
such dualism. With respect to our present theme, we have to keep in mind that money played for him an indispensable role in what he called the true city. But a true city is one the order of which is
determined in the first place by the nature of reality; in such a city, the role of money is essentially limited, because it has its meaning in subordination to the determinate form of nature. As an indirect result of these determinate realities, we may say that money is not only necessary, but also good».
Schindler, D. C. «Why Socrates Didn’t Charge: Plato and the Metaphysics of Money.» Communio: International Catholic Review 36, no. 3 (2009): 394-426, p. 419.
Un saludo y «congrats» por el blog, siempre aprendo un montón!
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Gracias Mario por tu comentario. El post fue más un intento por rescatar la defensa de Aristóteles de la propiedad privada, que de criticar a Platón por su defensa de la propiedad comunal. Al menos eso quise enfatizar en el título.
Pero coincido en que debemos ser cuidadosos en nuestra crítica a Platón. Como nos ha enseñado Gabrie Zanotti la hermenéutica del autor es indispensable para no caer en un análisis equivocado.
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