El último post nos fue llevando hacia un tema sensible y fundamental como son los valores. En este sentido pienso que aun entre los liberales o libertarios no hay un acuerdo básico de cuáles son los principios éticos que defendemos.
En el siguiente video, Fredy Kofman resume lo que él entiende por el principio de no agresión. Me pregunto si los liberales clásicos, al aceptar un estado mínimo, rompen este principio y qué implicancias tiene ello.
¿Es aplicable el principio de no agresión si no hay consenso sobre los valores éticos/morales? Creo que este es uno de los grandes problemas. El principio de no agresión como argumento me parece que presupone el problema de grupos heterogéneos resuelto.
El artículo de Kukathas ilustra este problema. «Two Constructions of Libertarianism.»
http://libertarianpapers.org/2009/11-two-constructions-of-libertarianism/
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El problema del estado mínimo sigue siendo los impuestos los cuales, como su mismo nombre lo indica, deben exigirse por la fuerza. Para que un estado mínimo pudiera ser compatible con el principio de no agresión debería financiarse mediante contribuciones voluntarias y también cualquier individuo (o grupo de individuos) debería de tener el derecho de sesecionarse políticamente del Estado.
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El tema es fascinante e importante. Algunas preguntas que me parece relevante que nos hagamos y que conducen a meditar más profundamente sobre este tema son las siguientes:
1) Qué otras formas de cuasi-agresión existen? Es clara y libre de ambiguedades la línea distintiva que define la agresión física de la que no lo es? Podrán haber diferencias de opinión respecto al concepto de agresión? Cómo dificulta su implementación dichas diferencias de opinión?
2) Psicológicamente, qué conduce a las personas a sentirse agredidas? Solo la agresión física? Es ésta última la única forma de agresión relevante? En la formación de sociedades, y en las consideraciones éticas, podemos excluir o ignorar todas las demás formas de pseudo-agresión?
3) Si es ético defendernos de agresiones físicas o hacia nuestra propiedad, pregunto: solo podemos defendernos en forma individual o podemos formas grupos para defendernos de ataques iniciados por otros? Quién pagará por los costos de dicha unión de defensa? En qué momento dicha unión, y la necesidad de compartir costos, se vuelve un «gobierno» coercitivo?
Elinor Ostrom tienen ideas sumamente interesantes al respecto. Según parece el problema no es tanto cuando los acuerdos a usar un ente coercitivo surgen de ABAJO hacia ARRIBA, es decir, surgen producto de las reglas y costumbres de los grupos de personas cooperando para administrar ciertos recursos. Muchos problemas se dan cuando los mecanismos coercitivos son impuestos de afuera. Adicionalmente, el concepto de interacciones policéntricas también es interesante y podría ser una forma relativamente pacífica de coordinar distintos grupos de personas con sus respectivas reglas y entes de monitoreo.
4) En qué momento el nivel de diferencias en creencias culturales dentro de un grupo de personas empieza a generar un nivel tan alto de agresión iniciada por otros, que se torna sumamente caro el estarse defendiendo continuamente? O puesto de otra manera, qué nivel de «educación» se necesita en una sociedad para que el nivel de actos de agresión iniciados por otro sean tan bajo que no desvirtúa a dicha sociedad y evita que caiga en un ciclo de costosa defensa perpetua?
5) Y una pregunta un tanto más a nivel biológico, pero que conduce a algunos puntos intrigantes: Por qué el principio de agresión aplica solo al Homo Sapiens, HS? Cuáles son los argumentos específicos que hacen que dicho principio solo aplique al HS y por ende es inmoral agredir o quitarle la propiedad a otros HS, pero no hay problema si agredimos a otros seres NO humanos? Qué tan NO HUMANO tienen que ser algo para que ya no se le considere que entra en la consideración del principio de la no agresión? En donde se traza la línea de a quiénes aplica dicho principio? Cuáles son los rasgos para decidir qué ser vivo entra y que no?
COMENTARIO AL MARGEN: si meditan sobre los rasgos que hacen que el principio de agresión sea solo aplicable al Homo Sapiens, verán que surgen una serie de situaciones marginales sumamente interesantes y que hacen que no sea tan evidente (al menos no para mi, jejej) establecer cuáles son esos rasgos que hacen que el principio de agresión sea específico de humanos.
Saluditos,y por cierto, aprovecho para desearles un feliz año 2012!!!
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Yo mismo he elaborado un ppio. «cristiano» de no agresión (http://www.hacer.org/pdf/Zanotti11.pdf) así que estoy MUY de acuerdo. «Pero», no sólo todo ppio debe aplicarse con prudencia a las circunstancias históricas vigentes, sino que ningún anarco-capitalista ha contestado mi ejemplo del country. Lo resumo. Nace en una «free city», administrada como un country, todo con libre contrato, el nieto de alguien que compró la propiedad por 1ra vez. El nieto no está de acuerdo con pagar las expensas que LIBREMENTE su abuelo había acordado. ¿So? ¿Se le están «imponiendo» al nieto las expensas si amablemente se le dice que, entonces, debe dejar la propiedad de acuerdo al reglamento LIBREMENTE firmado por los propietarios originales? ¿Y qué diferencia hay con un estado liberal clásico que tenga derecho a la emigración y que haya sido así fundado?
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Hola Gabriel, si, es precisamente el tipo de situaciones que ha estudiado Elinor Ostrom y es donde les mencionaba que hace ver la importancia de crear sistemas de monitoreo de abajo hacia arriba, en grupos pequeños y policéntricos. Curiosamente este tipo de «contrato social» se observa cuando es dificil delimitar la propiedad física en el uso de cierto recurso. Un caso simpático es la comunidad de Torbell en Suiza.
Mi argumento es que en grupos pequeños y de relaciones policéntricas quizás sea posible reducir los niveles de «agresión» a puntos muy bajos. Me da la impresión que mientras más grande (mas comunidades y personas abarca) el ente de monitoreo o gobierno, mas alta será la probabilidad de que se den actos de agresión, es decir, de que se den violaciones al prinicpio de no agresión.
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Por cierto, olvidé mencionar que algo que genera dificultades para evitar «conflictos» en grupos grandes y diversos de personas, o bien, genera la necesidad de algún mecanismo de monitoreo, es la gran variedad de tipos de propiedad que existen, muchas de las cuáles no siempre es posible delimitarlas claramente o asignarlas a un único o grupo pequeño de propietarios.
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Pero entonces todo es una cuestión de grado. Con lo cual la dicotomía «me están agrediendo o no», se deshace y con ello el argumento central del anarcocapitalismo.
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Si Gabriel, esa es la gran duda que a mi me queda también. Sin embargo, sí creo que hay cierta inconsistencia si se es libertario y se ve a la coerción como inmoral, pero se termina aceptando un gobierno mínimo que pueda usar la agresión para obtener los recursos necesarios para defendernos. El problema, como lo veo, no es defendernos, si no extraer a la fuerza los recursos necesarios para ello, jeje. Esto es un conundrum sumamente interesante.
Sin embargo, aceptar dicha inconsistencia, no quiere decir que sea fácil encontrarle la solución substituta al gobierno mínimo. Quizás resulte prudente ver a la existencia de un gobierno (entre otros argumentos), como un subsituto imperfecto al monitoreo y la resolución de conflictos cuando hacerlo a nivel privado aun resulta costoso para una buena parte de los miembros de cierta sociedad.
Tengo la esperanza que, dentro del razonamiento de los liberales clásicos, se esté cometiendo errores de omisión (como bien diría Peter Boettke) y que ahora, al considerar ciertas innovaciones contemporáneas, se estén reduciendo considerablemente los costos de resolución de conflictos y defensa a nivel privado. Por ejemplo, las redes sociales pueden hacer más efectivo el ostracismo y la reputación, wiki-leaks y similares podrían sacar a florecer abusos de poder , juntas directivas en organizaciones de propiedad dispersa podrían crear redes policéntricas que permitan experimentar con distintos tipos de «governance» privados y las cámaras digitales (tanto personales como en lugares concretos) podrían reducir los costos del monitoreo. Similarmente Hoppe sugiere formas en que las empresas de seguros podrían tener los incentivos para dar el servicio de defensa.
Estos y otros recursos nuevos que sean inventados podrían ser substitutos costo-efectivos a los roles del gobierno que eventualmente podrían ayudar a que prevalezca en forma más natural el principio de no agresión. De igual forma, se necesita reducir los costos de movilidad y de cambio de contexto institucional y las ciudades libres podrían ser una interesante alternativa. Quizás algo de los recursos tecnológicos mencionados en el párrafo anterior también podrían ayudar a que funcionen dichas ciudades. En esta línea, creo que es importante que no exista solo una ciudad libre, si no varias para que así se pueda dar dicha movilidad que les permita a las personas migrar fácilmente al orden institucional espontáneo que más se adecue a su estilo de vida.
Entonces, para resumir, me parece interesante que meditemos si la existencia de un gobierno mínimo obedece a que los liberales clásicos quizás nunca consideraron posible que los costos de la resolución de conflictos a nivel privado algún día podría llegar a ser de muy bajo costo. No estoy diciendo que hoy seguro sea ya así, pero quizás estemos empezando a ver los primeros indicios de dicha posibilidad.
Claro, acá emergen dos grandes retos:
1) Cómo hacer para que algo que empiece siendo un gobierno mínimo, no crezca y/o sea capturado por grupos de interés que desvirtúen su funcionamiento mientras llegan dichas innovaciones o que incluso terminen retrasando el surgimiento de las mismas?
2) Cómo movernos de un hoy con gobiernos grandes, a un gobierno mínimo y hasta eventualmente dejar de necesitarlo?
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Muy buenos los dos puntos finales. Algo he trabajado sobre ellos. Voy a ver si posteo algo más adelante.
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Rothbard define agresión como el inicio del uso de o amenaza del uso de violencia física contra la persona o la propiedad de alguien más. Naturalmente, esto excluye otros tipos de amenaza como «abandonarte» o «contarle algo tuyo a alguien». También excluye actos de omisión, dejar de hacer algo, la definición se refiere a un acto positivo (que existe), realizado por alguien contra la persona o la propiedad de otro. Personalmente creo que la definición es clara y no admite ambiguades.
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De vuelta, si releés mi ejemplo vas a ver que no vas a poder definir si el nieto en cuestión sufre agresión o no.
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El principio de no agresión está en el cento de debate entre liberales clásicos y anarcocapitalistas. La filosofia politica no es mi área de especialización, pero pienso que en el ideal estaria de acuerdo en que se eliminen las transferencias involuntarias de unos sujetos a otros. Es decir que en el ideal cada individuo vive de aquello que produce, o de aquellos que otros producen y voluntariamente le transfieren.
Mi duda -compartida con lo que dice Gabriel- es la siguiente: Imaginemos que vivo en un edificio y mis vecinos deciden pintar el frente. Yo puedo oponerme pero si soy el único, el frente del edificio finalmente se pintará y todos deberemos contribuir en el pago del gasto. ¿Es esto una agresión a mi persona? En principio sí, porque yo no quiero destinar mi dinero a este gasto y sin embargo se me impone contribuir con él. Pero se podrá argumentar que no, dado que al comprar el departamento éste estaba sujeto a un contrato de copropiedad que explicita que cada gasto puede llevarse adelante con un % mínimo de acuerdo, y luego prorrateando el gasto en los dueños de las distintas unidades del edificio.
¿Puede en una sociedad libre evitarse completamente la coacción? Mi impresión es que no. Aun si vamos a countries donde voluntariamente fijamos un estatuto o contrato de copropiedad, habrá expensas que pagar por los espacios comunes, y estos gastos deberán ser cubiertos por todos los vecinos. Puede ocurrir que uno participe de la elaboración del estatuto original y esté plenamente de acuerdo con el mismo, pero tarde o temprano la unidad, casa o departamento, llegará a manos de hijos o nietos, y estos pueden no aceptar alguna de las cláusulas del contrato original de copropiedad. ¿Puede comenzarse de cero con un nuevo contrato? Pues no… y aun si los vecinos lo propusieran difícilmente pueda alcanzarse un nuevo acuerdo por unanimidad.
Las ciudades estado o las ciudades modelo tienen el mismo problema. Aquellos que participan en la elaboración de su constitución podrán vivir bajo unas normas que eligieron pero luego las propiedades serán transferidas a otras personas que no necesariamente aceptarán las normas establecidas por otros.
Mi impresión entonces es que el máximo que podemos alcanzar es limitar el poder del administrador para fijar los gastos de consorcio y fijar reglas que regulen la política económica del gobierno. La constitución, la división de poderes o el federalismo, son ejemplos. En este último caso se trata de descentralizar el poder en varios gobiernos.
En este sentido, quizás el máximo que podemos pedir en un país como la Argentina es que se elimine el gasto nacional y provincial en educación, salud, etc, y se reduzca a un gasto municipal. Cada municipio votará democráticamente por un nivel de gastos comunes acorde a los valores y preferencias de los vecinos y se intentará evitar las transferencias de un municipio a otro. Aquel que no esté de acuerdo entonces con el nivel de impuestos-gasto que se le impone en un municipio, podrá mudarse a otra ciudad, donde dicho ratio sea más consistente con aquel que él desea.
Pero aun con esto, no logramos eliminar el principio de no agresión, en el modo definido por Fredy Kofman. Rothbard y los anarcocapitalistas plantean un debate interesante, pero mi impresión es que el ideal es inalcanzable. No es posible que se cumpla el principio de no agresión en una sociedad libre donde interactúan millones de individuos.
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Y si los otros copropietarios tienen libertad de pintar el frente de su edificio, ¿tu oposición no es una «agresión» a sus libertades? ¿Dónde reside el derecho, en la oposición de uno o en el derecho de pintar el edificio del resto? Buchanan en The Limits of Liberty se preocupa por este problema.
De allí que me da la sensación que el principio de no agresión presupone un acuerdo común ético y sobre dónde caen los derechos de propiedad. Es decir, asume que el problema de fondo a resolver del anarcocapitalismo ya se encuentra resuelto. El problema es cuando no hay acuerdo sobre cuándo hay violación de derechos, esto no creo que pueda resolverlo el principio de no agresión.
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Precisamente por ello es que en mi argumentación no elimino la posibilidad de agresiones y/o pseudo agresiones y por ende conflictos. Dichas pseudo agresiones podrían deberse a ambiguedad en el concepto en sí, diferencias culturales, externalidades, propiedades comunes, free-riders, etc. Es decir, motivos para que hayan conflictos hay muchos. No obstante, mi impresión es que con el tiempo cada vez están surgiendo más formas costo efectivas de poder resolver dichos conflictos en forma privada. Por ejemplo, la atomización del gobierno a través de entidades policéntricas (Juntas Directivas, Asociaciones de Vecinos, Clubs, etc) ayuda a que los grupos de personas que se tengan que poner de acuerdo sobre ciertos asuntos sean más pequeños y por ende sea más probable acercarse a situaciones de decisión unánime y así reducir la cantidad de «agresiones» o «decisiones coercitivas» que se tienen que tolerar para vivir en sociedad (Buchanan).
Por otro lado, admito que el minirquismo podría ser una etapa previa necesaria para proteger la propiedad y la vida y así contribuir a que surjan las innovaciones y tecnologías que permitan eventualmente moverse a un contexto anarco capitalista. Como dije, en dicho contexto una pregunta es cómo hacer para que una vez establecido un minarquismo, el gobierno no tienda a ser capturado por grupos de interés que desvirtúen su función. Tarea no fácil!
Tampoco descarto la posibilidad de especificidad en espacio y tiempo donde ciertos grupos de personas deciden que es costo efectivo «tolerar» altos niveles de coerción para ciertos asuntos o decisiones y optan por tener Juntas Directivas que fácilmente podrían catalogarse como gobiernos convencionales o incluso quizás Repúblicas, jeje. Lo fundamental en toda esta amalgama y formas de «governance» es el tener las libertades y facilidades logísticas para poder votar con los piés.
Observar que en mis argumentos estoy razonando como ingeniero evolutivo (por llamarlo de alguna manera), no como filósofo, jaja. Más Hayekianamente dirían algunos.
En resumen, y me atreveré a hacer una predicción: me parece que en el futuro la tasa de experimentos anarco-capitalistas por unidad de tiempo debería ir en ascenso. Veré si puedo conseguir un poco de datos sobre esto. Además poco a poco deberíamos observar que la tasa de agresiones y/o pseudo agresiones va en descenso. En esta línea, Steven Pinker ha encontrado evidence de esto último, aunque él si parece atribuirselo en buena parte a la existencia de un Gobierno convencional. Les dejo el link de dicha plática: http://www.youtube.com/watch?v=ramBFRt1Uzk
Quizás el principio de no agresión sea una consecuencia y no una causa. Veremos que depara el futuro!
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Justamente este es el problema epistemológico de los anarocapitalistas basados en Rothbard. No adminten que toda noción, en ciencias sociales (y según Popper en ciencias naturales también) tiene in INEVITABLE margen de ambiguedad, porque las definiciones fenomenológicas de lo intersubjetivo no pueden ser nunca cerradas sino abiertas por su margen de historicidad. O sea, hay que combinar mucho Husserl con Gadamer para este punto.
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