El diario El Mundo de España juntó a Jeffrey Sachs y William Easterly para entrevistarlos sobre sus contribuciones sobre la pobreza. Mientras Sachs propone continuamente nuevos programas, Easterly piensa que sólo alimentan la burocracia y no ayudan en nada. Un extracto:
Periodista.– Desde el Programa de los Objetivos del Milenio se alega que su sistema es transparente, basado en actuaciones a pequeña escala, y orientado a las necesidades de los países pobres.
Sachs.– Eso se debe a que la actitud tradicional era completamente inaceptable. Necesitábamos un cambio completo. Y es difícil cambiar la forma de funcionar de los gobiernos y las organizaciones. Especialmente cuando han gastado en esta Guerra de Irak tanto tiempo y tantos recursos que deberían haber ido para el desarrollo. Así que éste es un proceso que sigue siendo difícil. Pero hay progresos reales. Hace siete años di un discurso en la Cumbre de Durban pidiendo un Fondo Mundial para Combatir el Sida. En aquel momento no había una sola persona en los países en vías de industrialización que fuera tratada con medicamentos retrovirales apoyados por gobiernos; ahora se ha decidido que todo el que los necesite deberá tenerlos para el año 2010. Antes, la agricultura estaba totalmente abandonada en África; ahora tenemos a las Fundaciones Gates y Rockefeller en alianza para promover una revolución verde en ese continente. Éstas son cosas reales que marcan la diferencia en el terreno. Pero hay que combatir la indiferencia, la incompetencia y la falta de fondos de la llamada comunidad internacional. Porque todavía estamos en un mundo en el que se deja morir a millones de personas.
Easterly : Palabras, palabras, palabras. El Programa de los Objetivos del Milenio está formado por 300 expertos que han producido miles de páginas de documentos explicando lo que hay que hacer para lograr los objetivos. No importa lo que dicen, sino lo que hacen, que es reforzar la burocracia. Ése es mi desacuerdo básico con Sachs. Él cree que para acabar con la pobreza hace falta más burocracia. Los ricos tienen mercados. Los pobres tienen burócratas. Es una mentalidad neocolonial. Es como decir, y disculpe lo políticamente incorrecto de la frase: «Nosotros los blancos sabemos qué es lo mejor para los negros». Y ahora ciertas ONG están entrando en esa dinámica. Primero empezaron bien, centrándose en proyectos concretos, y eludiendo hablar de reducción de la pobreza o de los Objetivos del Milenio. Ésa fue una buena señal… Pero ahora la Fundación Gates está repitiendo los errores de, por ejemplo, Oxfam, al entrar en el terreno del desarrollo, metiéndose en desarrollo agrícola rural. Es un exceso de ambición.
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