Un posible significado para el 8N

Copio abajo mi último artículo en EPT.

Cientos de miles de personas salieron a las calles en todo el territorio argentino, y también en algunos puntos del exterior, para protestar en contra del gobierno. Las pancartas ofrecieron variados motivos, enfocados en la inseguridad, la corrupción, los controles cambiarios y, especialmente, el rechazo a la posible reforma de la carta magna para habilitar una nueva reelección de la actual mandataria. Pero cuál es el mensaje de fondo de esta parcialidad que salió a las calles. Me aventuro a ofrecer en este artículo un posible significado.

Ante dos posibles extremos, entre la sociedad abierta y el socialismo, interpreto el 8N como un rechazo del pueblo argentino a la tendencia del gobierno por canalizar la política pública hacia este último sistema.

Veamos entonces algunas diferencias entre estos dos modelos para comprender mejor el mensaje.

En una sociedad abierta, la estrategia de desarrollo es descentralizada. Bajo el respeto por la propiedad privada y la libertad individual, las personas realizan acuerdos voluntarios que dan lugar a cierta coordinación social que hace posible el desarrollo económico. Si entendemos el problema económico como aquel de decidir cuáles son los bienes y servicios que deben ser producidos, en una sociedad abierta cada miembro de la sociedad, con sus propias valoraciones y preferencias, aporta el conocimiento de sus circunstancias de tiempo y lugar.

Bajo el socialismo, la coordinación social se intenta imponer desde arriba, como si la sociedad fuera una gran empresa, con su orden jerárquico, sus estrategias, y sus premios y castigos, asumiendo que el fin de todos los individuos es único y aceptado por todos sus miembros.

En una sociedad abierta, el protagonista es el hombre común, empresario y asalariado, que actúa creativamente intentando solucionar sus propios problemas, con responsabilidad, sabiendo que no hay otra alternativa que forzar su propio destino.

Bajo el socialismo, el protagonista es el gobernante y los funcionarios, que diagraman el futuro del “pueblo”, de acuerdo a su acotado conocimiento. El pueblo juega así un rol pasivo.

En una sociedad abierta, los vínculos de interacción social son de tipo contractual, debiendo cumplir con sus compromisos o enfrentando a la justicia cuando incumplen los contratos.

En el socialismo, prepondera un vínculo de tipo hegemónico, en los que unos mandan y otros obedecen. En el caso de la democracia de masas, las “mayorías” coaccionan a las “minorías”. Las «minorías» no tienen otra salida que alinearse a lo que las «mayorías» pretenden, o abandonar el país.

En una sociedad abierta, prepondera el respeto por el derecho, entendido como una norma abstracta, de contenido general, que se aplica a todos por igual, sin tener en cuenta circunstancia particular alguna. Se trata de la «igualdad ante la ley».

En el socialismo prepondera el mandato o reglamento, surgido del poder organizado, que de manera arbitraria ayuda a unos y afecta a otros, produciendo incentivos para que prepondere lo político, con lealtad al grupo y a su jefe, con respeto por el orden jerárquico y ayuda al  “prójimo conocido”, esto es, el que te vota en campaña.

En la sociedad abierta, el orden espontáneo hace posible la paz social, pues cada acuerdo es voluntario, y por lo tanto, beneficioso para las partes.

En el socialismo, cada política es discrecional y arbitraria, con beneficiados y afectados, lo que abre el conflicto social permanente.

Siempre he coincidido con Frédéric Bastiat, con esta cita que me parece es el mensaje que transmitió el 8N:

«Yo, lo confieso, soy de los que piensan que la capacidad de elección y el impulso deben venir de abajo, no de arriba, y de los ciudadanos, no del legislador. La doctrina contraria me parece que conduce al aniquilamiento de la libertad y de la dignidad humanas.»

El pueblo argentino no desea que fuercen su destino. El pueblo argentino quiere que se respeten sus libertades individuales. El pueblo argentino no seguirá aceptando que el gobierno decida qué se exporta o qué se importa (Guillermo Moreno). Tampoco se aceptará que se le diga en qué moneda debe tener sus ahorros (Anibal Fernández) o que se le mienta con la inflación (Marcó del Pont) o la inseguridad (Nilda Garré). Menos aun soportará que el gobierno quiera planificar “estratégicamente” los sectores claves de la economía (Axel Kicillof), pues cada vez que lo ha hecho, el resultado fue el despilfarro, el déficit, y al monetizarlo, la inflación.

El mensaje para la Presidente es que deje de avalar las atrocidades que muchos de sus funcionarios están realizando en materia de política pública.

5 comentarios en “Un posible significado para el 8N

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  2. Muy clara puntualización Adrián, es muy probable que haya muchas personas que no sepan gran parte de esas diferencias, sino tan solo las sobrevuelan en su diletancia. Es probable que por ese factor luego se entregan al primer discurso que logra tocar sus emociones. Y así vamos matando la capacidades racionales no solo ya para una interpretación correcta de una sociedad abierta, sino para su necesario desarrollo. Saludos!

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  3. Un informe del BM señala que entre 2003/2009 la clase media argentina paso de 9 a 16 millones.
    En un periodo similar el valor de un billete de $100 paso a $30.

    Indudablemente al margen de lo confiable de las cifras y sus componentes resultaq indudable que esto configura un proceso y no un salto repentino.

    La bonanza con pico en 2009 comienza a declinar en 2011 y hace blanco en 2012.

    Pero muchisima gente que ya se sentia clase media, ve que ese supuesto bienestar se le escapa entre los dedos, y piensa que va a estar peor.
    Agreguemos a esto el intratable discurso de la presidente y la desaforada posicion de sus complices.

    Agreguemos a esto que buena parte del pais es claramente estatista (sobre todo los opositores,que votaron todas las aberraciones legales en el Congreso) y ve que una a una las iniciativas socialistoides se derriten.Acaso la mayoria de los jubilados no festejo el fin de las AFJP?
    Sin embargo las concentraciones de septiembre y noviembre traeran consecuencias: un gobierno sin continuidad (como Alfonsin o Menen) necesariamente va a desaparecer.

    Que vendra?. Ninguna sociedad libre en la proxima decada.A lo sumo si tenemos suerte nos alejaremos de Brasil y sus acolitos(Venezuela,Bolivia,Ecuador) y por ahi nos acercamos a un poder mas racional como Chile y Peru o Colombia.

    Cordiales Saludos
    ramon c

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