JAMES MC GILL BUCHANAN (1919 – 2013) – Por Juan Carlos de Pablo

Buchanan2Juan Carlos de Pablo me envió este artíulo con una biografía de Buchanan, y me autorizó a compartirlo con nuestros lectores. Sugiero su lectura, aun a quienes ya conocen su obra.

Publicado originalmente en Juan Carlos De Pablo, CONTEXTO; Entrega N° 1.223; Enero 14, 2013.

Nació en Murfreesboro, Tennessee, Estados Unidos. “Mi familia es de origen escocés-irlandés. Llegaron a Estados Unidos provenientes de Irlanda del Norte, a donde un siglo antes habían migrado desde Escocia… En un sentido muy real, me crié como miembro de un grupo derrotado en una guerra [la Guerra Civil] que era recordada por mis abuelos” (Buchanan, 2000). “Nací en la pobreza agrícola rural de la parte superior del sur. Mi familia era pobre, pero en el condado era importante. Mi padre hizo de todo: fue granjero, carpintero, veterinario, aislador y operador de máquinas. Mi madre fue mi maestra (con sus enseñanzas en casa, avancé 2 grados en la escuela primaria)… Me asignaron el rol de suceder a mi abuelo, pero la Gran Depresión términos con los sueños. Mi educación en el college fue no sistemática sino estocástica” (Buchanan, 1986). Esto “muy probablemente contribuyó a dotarlo de una visión del mundo que incluye una desconfianza hacia el Estado, el cual era manejado por quienes habían ganado la guerra, y a aceptar la concepción de que ese Estado era poco más que un recaudador de impuestos” (Bara, 2002).

A veces se vuelve a las fuentes. “No soy realmente un granjero. Volví a vivir en un ambiente rural buscando espacio y privacidad. Por eso compré una cabaña que tiene como 100 años, y comencé a ponerla en condiciones. Seguí comprando tierra. Cada escalón que subo en busca de mi genuina autosubsistencia es un gran cambio para mí. Si puedo encender leña en el hogar de mi casa no dependo de la electricidad, y lo mismo ocurre con mi bomba de agua. No cultivo la tierra como explotación, aunque produzco mis frutas y hortalizas” (Buchanan, 1995).

“Cuando terminé el college, tenía 3 alternativas: enseñar en una escuela, ganando u$s 65 mensuales; emplearme en un banco, ganando u$s 75 mensuales; o aceptar una beca en la universidad de Tennessee, de u$s 50 mensuales. Elegí la tercera. Durante el primer año no aprendí nada de economía, pero sí de mujeres y de whisky, lo cual también es importante para la educación” (Buchanan, 1986).

Durante la Segunda Guerra Mundial prestó servicios en la marina. “Desde 1940 me autodenomino `economista’, como indican mis papeles militares… Luego de 4 años de exitosa, interesante, excitante y fácil vida cumpliendo deberes militares en el Pacífico, ingresé a la universidad de Chicago” (Buchanan, en Breit y Spencer, 1995), donde se doctoró en 1948.

“De haber conocido de antemano el carácter ideologizado de la universidad de Chicago, probablemente hubiera estudiado en otro lado… Cuando llegué a dicha universidad era un libertario socialista, siempre estuve en contra del Estado, del gobierno y del establishment… 6 semanas después de haber comenzado a tomar el curso que dictaba Frank Hyneman Knight me había convertido en un celoso propagandista del orden del mercado… Knight se convirtió en mi modelo” (Buchanan, 1986). “No era un profesor sistemático. Era dramáticamente diferente a Milton Friedman. Siempre en la búsqueda de ideas, con ganas de quitarle a todo el carácter sacrosanto. No era un pensador listo ni brillante… también me unía a él que ambos habíamos nacido en el campo, y que los 2 apreciábamos la independencia que existe en la vida rural” (Buchanan, en Breit y Spencer, 1995).

Al finalizar sus estudios en Chicago, “de casualidad leí la tesis doctoral de John Gustav Knut Wicksell (Wicksell, 1896). Tuvo un efecto dramático sobre mí. Wicksell decía que si le aplicábamos el test de eficiencia al sector público, sólo la regla de la unanimidad podía utilizarse en las decisiones públicas… Desde entonces me propuse traducir su contribución al inglés (cosa que logré en 1958)” (Buchanan, 1986). “Muchas de mis contribuciones son, en realidad, reiteraciones, elaboraciones y extensiones de las cuestiones abordadas por él” (Buchanan, 1987). “En la pared de mi oficina tengo 2 retratos, los de Knight y de Wicksell” (Buchanan, 1986).

Su tercera gran influencia surgió en 1955-1956, cuando pasó el año académico en Perugía y en Roma, Italia, donde “se familiarizó, entre otros, con los trabajos de Maffeo Pantaleoni, Antonio Di Viti De Marco y Luigi Einaudi” (Atkinson, 1987). “En vez de la política idealizada, me encontré con los políticos como actores de la política. Ese año fue importante porque fui expuesto a un ambiente histórico y cultural distinto del de Estados Unidos” (Buchanan, 1986). “Mi visita a Italia me sirvió para introducir mucho escepticismo en mi pensamiento” (Buchanan, 1995).

Enseñó en las universidades de Tennesseee, entre 1948 y 1951; de Florida, entre 1951 y 1956; de Virginia, entre 1956 y 1968; de California, entre 1968 y 1969; en el Instituto Politécnico de Virginia, entre 1969 y 1983; y en la George Mason a partir de 1983. “Uno de los atractivos de Virginia era la atmósfera singular y la geografía: los profesores estábamos ubicados uno al lado del otro, y en constante contacto” (Buchanan en Steelman, 2004). “Lo de `Escuela de Virginia’ fue acuñado por Mancur Olson” (Buchanan, 1995).

“Inicialmente sus ideas no tuvieron buena acogida, pero él perseveró desde su puesto de `oscuro profesor’, como alguna vez fue calificado” (Bara, 1987). Puedo aportar que cuando visitó Harvard, en 1967 o 1968, poquísimos asistimos a su presentación (yo, seguramente, para semblantearlo). También recuerdo que Otto Eckstein, quien dirigía el seminario, lo despidió con estas palabras (cito de memoria): “Buchanan será muy criticado, pero hay que tomarlo en serio”. “Siempre hubo tensión entre él y el establishment del Este. Buchanan siempre rechazó las propuestas de trabajo de las más famosas universidades del Este y no `ascendió’ hacia el norte más allá de Virginia” (Bara, 2002).

Junto con Gordon Tullock, en 1962 fundó la Sociedad de la Decisión Pública (Public Choice Society).

Entre 1984 y 1986 presidió la Sociedad Mont Pelerin.

Era académico correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Argentina. Distinción que también tienen Carlos Rodríguez Braun, Andrew Mas Colell y Salvador Barberá (España), Rodolfo Manuelli (Estados Unidos), Juan Carlos Blanco y Enrique Arocena Olivera (Uruguay) y Morris Franklin Delano Teubal (Uruguay).

“Por el desarrollo del enfoque contractualista y constitucionalista, aplicado al proceso decisorio económico y político, al que dedicó casi 4 décadas”, en 1986 obtuvo el premio Nobel en economía. “No esperaba recibirlo” (Buchanan, 1987a). “Para muchos, que se lo otorgaran fue una completa sorpresa, cuando no un shock… Sus trabajos son más apreciados en Europa que en Estados Unidos” (Mueller, 1998). “Si el premio Nobel fuera decidido por economistas americanos, estoy seguro que nunca me lo hubieran dado” (Buchanan en Steelman, 2004). “Desde que me lo otorgaron dejé de ser un `extraño’ entre los economistas. Haberlo sido durante 4 décadas aumentó mi autoestima. Mi sorpresa no es haber sido ignorado, sino que otros economistas que trabajaron sobre las mismas cuestiones, no hubieran descubierto lo simple y lo obvio, que es lo que siempre pienso de mi trabajo. Me avergüenza que me ubiquen en el rol del niño que dijo que el rey estaba desnudo” (Buchanan, 1992). “Juré que como consecuencia de la demanda periodística por mis opiniones, no me convertiría en un ‘experto instantáneo’ en materia política… Me convertí en un símbolo de quienes piensan que ‘si Jim Buchanan puede ganar un premio Nobel, cualquiera lo puede obtener’… Fue la reivindicación de quien no pertenecen al eje principal del análisis económico” (Buchanan, 2001).

“No soy, y nunca fui, un `economista’ en el sentido estricto del término… Tampoco me considero un `científico puro’ ni a mi trabajo `ciencia pura’” (Buchanan, 1986). “Me veo a mi mismo más cerca del espíritu del artista, que crea sobre la tela o sobre una piedra, que del del científico que descubre eso que acepta que existe independientemente de sus acciones” (Buchanan, en Breit y Spencer, 1995). “Al análisis económico le falta pasión. En las últimas décadas adoptó un formato cientificista, econometrista y formalista. Como consecuencia de lo cual atrae a estudiantes que sólo están motivados para usar la ciencia económica como si fuera una herramienta y un ejercicio intelectual” (Buchanan, 1987a). “Necesitamos más [Frederic] Bastiats, que tengan ganas de hablarle al público en general. Por ahora los economistas estamos perdiendo la batalla” (Buchanan en Steelman, 2004).

“No firmo peticiones, no formo parte de ninguna organización política, no asesoro a ningún partido, no colaboro con ningún esfuerzo de lobby. Soy democrático e igualitarista, y no –como muchos piensan- antidemocrático, antiigualitario y anticientífico… Pero soy apasionadamente individualista. Lo que muchos de mis colegas no me perdonan es haber desarrollado una disciplina que expuso y analizó seriamente la operación de instituciones políticas colectivistas” (Buchanan, 1992). “Prefiero, en buena medida, la torre de marfil” (Buchanan, 1995). “Debe hacerse una importante distinción entre asumir una posición ideológica y luego intentar construir argumentos para defenderla, y por otro lado desarrollar las consecuencias de ideas y llegar a una posición ideológica” (Buchanan, 1987a).

“Espero ser lo que pienso que soy: un economista especializado en economía de la constitución, que aprecia la herencia judeocristiana que produjo los valores de la cultura y las instituciones occidentales, en particular la visión de Madison sobre Estados Unidos” (Buchanan, 1995).

¿Por qué los economistas nos acordamos de Buchanan? “Su contribución fundamental se apoya en 2 ideas básicas: no se puede considerar a la economía pública independientemente de la política, es decir, sólo con categorías económicas; y la política puede analizarse con los métodos de la economía… Es un autor política y académicamente incorrecto” (Bara, 2002). Porque “es el fundador de la teoría del decisión pública (public choice)” (Blaug, 1985). “Además escribió sobre la teoría de los clubes, el federalismo fiscal, los impuestos que financian gastos específicos, la tarifación de pico y valle, las pérdidas de bienestar debidas a los monopolios, la educación, la redistribución, y la economía y el derecho… En Buchanan (1949) aparecen varias de las ideas que reaparecen en sus escritos a lo largo de mucho tiempo” (Mueller, 1984). “Su trabajo muestra una significativa consistencia a lo largo del tiempo” (Romer, 1988). “Su trabajo es de lo más riguroso desde el punto de vista académico. Desde el comienzo mostró gran erudición, probando que tal conocimiento no es innecesario ni constituye una barrera para la originalidad” (Atkinson, 1987).

“En Buchanan es clave que el individualismo es la norma ética central” (Mueller, 1984). “Una cuestión constante en su pensamiento es que todos los costos son básicamente subjetivos, y que los costos de oportunidad sólo existen en la cabeza de los seres humanos” (Blaug, 1985). “A fines de la década de 1960 perdí mi `fe’ en la efectividad del gobierno, al observar la explosión del gasto público. Sentí entonces la necesidad de cavar más hondo en la filosofía política básica” (Buchanan, 1986). “Baso todo mi análisis en que cada persona tiene igual importancia… No me interesa investigar las estructuras donde la interacción social no se basa en individuos” (Buchanan, 1992). “Al pasar del estudio del individuo al del agregado, los economistas suponen implícitamente que los agregados sociales pueden ser analizados como si se tratara de entidades que funcionan como si fueran decisores individuales… `La economía’ no maximiza nada, lo mismo que `el Estado’. No hay `decididores’ supraindividuales” (Vanberg, 1998).

“Escritor muy prolífico, [hasta 1987] escribió alrededor de 20 libros y más de 300 monografías técnicas” (Atkinson, 1987). Es autor, entre otros libros, de El cálculo del consenso: fundamentos lógicos del constitucionalismo democrático, en colaboración con Tullock, publicado en 1962; Costos y elecciones, publicado en 1969; Los límites a la libertad, que viera la luz en 1975; La libertad en el contrato constitucional, publicado en 1978; El poder para gravar impositivamente, en colaboración con G. Brennan, publicado en 1980; Revisión de las reglas, en colaboración con Brennan, publicado en 1985; Vuelta a aumentar las revisiones, en colaboración con Y. Yoon, publicado en 1994; Etica y progreso económico, también publicado en 1994; Economía política post socialista. Ensayos seleccionados, publicado en 1997; y Política a través de principios, no de intereses: hacia una democracia no discriminatoria, publicado en 1998. La totalidad de sus trabajos fue publicada en 20 volúmenes por Liberty Fund.

“Sigo trabajando porque me da placer” (Buchanan, 1992). “De Earl J. Hamilton aprendí que una de las claves para el éxito en la academia es `pegar el culo a la silla’, regla que seguí, y que pasé a varias generaciones de estudiantes” (Buchanan, 1986).

Decisión pública. “En la década de 1950, en el ambiente académico predominaba el concepto `pigouviano’ de las finanzas públicas, según el cual la autoridad se ocupa del `interés general’ o `del bien público’… Buchanan centró su crítica en lo que denomina `la romántica creencia’ de que el Estado trata solamente de hacer un `bien’ vagamente definido y que, incluso, puede cumplir con todo lo que se propone… Así como la economía del bienestar pigouviana se convirtió en una teoría de las `fallas’ del mercado, la teoría de la decisión pública se convirtió en una teoría de las `fallas’ del Estado… La contribución de Buchanan consistió en modificar el paradigma con el cual se analizan las relaciones de la economía y la política, y dentro mismo de la política… Su desacuerdo con las corrientes predominantes en materia de hacienda pública lo fueron llevando a integrar el campo de la economía con el de la política e incluso con la filosofía” (Bara, 1987).

“Decisión pública es el término que describe la aplicación del análisis de los mercados, al de las alternativas políticas” (Buchanan, en Breit y Spencer, 1995). “En la teoría de la decisión pública el votante es considerado un comprador y los políticos son considerados empresarios/administradores… Por pensar así, a Nicolás Maquiavelo se lo consideró sospechoso desde el punto de vista moral, y un mal ejemplo más que un analista profundo” (Tullock, 1987). “La gente piensa que mi trabajo es una defensa de la libertad, pero éste es un resultado de mis investigaciones, no un objetivo” (Buchanan, 1987a). “Es completamente erróneo pensar que el enfoque de elección pública está ideológicamente motivado” (Buchanan en Steelman, 2004).

“A través de su redescubrimiento de los matemáticos Condorcet, Borda, Laplace y Lewis Carroll, Black (1958) puede ser considerado el padre de la moderna teoría de la decisión pública” (Tullock, 1987). “La teoría de la decisión pública, o al menos mi versión, es una consecuencia casi natural de la absorción del mensaje de Wicksell (1896)” (Buchanan, 1992).

“Tullock llegó a Virginia en 1958, luego de haber trabajado en el departamento de Estado de Estados Unidos” (Buchanan, 1995). “La colaboración con Tullock comenzó alrededor de 1959” (Atkinson, 1987). “A mediados de 1959 Tullock y yo decidimos escribir el libro que terminó siendo El cálculo…. Cada uno, por separado, había escrito algunas monografías sobre la cuestión. La versión preliminar la terminamos entre setiembre de 1959 y abril de 1960… Aunque no nos dimos cuenta en ese momento, encaramos el proyecto desde perspectivas diferentes… Mi objetivo era principalmente justificatorio, el de Tullock exploratorio… Lo que teníamos en común era que estaba fundamentado en el individualismo metodológico… Mi diario personal sugiere que nos preocupaba que el libro fuera ignorado” (Buchanan, 2012). “La primera página de El cálculo… clarifica que el propósito de la obra fue puramente normativo. Es decir, plantear lo que el Estado debería ser, no lo que es” (Mueller, 1984). “Es el primer trabajo de lo que ahora se denomina `economía de la constitución’ o `economía política de la constitución’. Pensamos, con Tullock, que estábamos escribiendo cosas obvias, y no abriendo nuevas áreas de investigación. Estábamos equivocados… Pasamos de la regla de la unanimidad de Wicksell, al acuerdo constitucional… El cálculo… fue desarrollado independientemente del trabajo de John Rawls (1971)” (Buchanan, 1986). “Es un hito en la materia, pero tal como era de esperar no satisfizo a todos los lectores” (Atkinson, 1987). “Está entre las obras más influyentes del análisis económico moderno… La clave del libro está en la perspectiva sugerida, según la cual la economía está formada por un conjunto de instituciones, cuya estructura está determinada en parte por la participación voluntaria de los individuos” (Romer, 1988). “Comenzamos a escribir cuando nos dimos cuenta de que mucha gente que se suponía debía saber, no sabía en qué consistía la democracia” (Buchanan, 1995). “A los cientistas políticos, naturalmente, no les gustó. A los economistas simplemente no les interesó. Invitando, con gastos pagos, a un semanario preliminar, conseguimos alrededor de 20 personas” (Buchanan, 1995). “Es un ataque intelectual a la votación por mayoría, una crítica al sistema parlamentario de gobierno y una defensa de los sistemas republicanos” (Buchanan, 2000). “Mereció buenos comentarios bibliográficos, tanto de parte de los economistas como de los cientistas políticos… Tullock es muy hábil para transformar experiencias personales en ideas” (Buchanan en Steelman, 2004). “El impacto más importante de Buchanan y Tullock (1962) fue plantear una (re) integración teórica de las diferentes ciencias sociales, que cuestiona la fragmentación y revigoriza la idea de economía política como fue pensada originalmente” (Vanberg y Vanberg, 2012). “El análisis económico se ha adentrado en esferas que previamente estaban desiertas, analítica e intelectualmente. La ciencia política se encontraba analíticamente vacía antes de que empezáramos a hablar de la elección pública” (Buchanan, 1987a).

“En Los límites… Buchanan defiende al status quo, pero no con argumentos éticos sino existenciales” (Mueller, 1984). “En Los límites… el acuerdo sobre el contrato constitucional resulta de un estado previo de anarquía. Lo que genera la unanimidad sobre el referido contrato es la miseria existente bajo la anarquía, y el consiguiente beneficio de vivir en una sociedad civil” (Mueller, 1998).

Sobre la economía de la constitución cabe consignar lo siguiente: “La elección entre reglas es en rigor la elección entre restricciones, y por consiguiente implica un cálculo decisorio más importante que el que analizan los economistas… En el plano constitucional, nadie puede saber si una regla preferida lo va a beneficiar o a perjudicar. La decisión se realiza bajo un `velo de ignorancia’… El análisis económico tiene que ver con el intercambio, y por consiguiente con el acuerdo entre las partes… De ahí la teoría contractualista de la interacción política… Cualquier economista que mantiene el individualismo como principio, cuando analiza el proceso político debe ser contractualista… Y el contractualista se vuelve constitucionalista” (Buchanan, 1986). “El mensaje de Wicksell es claro, elemental y evidente. Los economistas deben dejar de aconsejar, como si fueran asesores de un déspota benevolente, para prestarle atención a la estructura en la cual se adoptan las decisiones políticas… Durante siglos la teoría y la filosofía políticas fueron dominadas por el enfoque del dictador benevolente… Pero no existe la contrapartida política de la mano invisible de Adam Smith… La diferencia en las predicciones que surgen de la interacción del mercado y de la política, tiene que ver con la diferencia en la estructura de esas 2 instituciones, más que con cambios en la motivación de las personas, al pasar de un contexto a otro… La constitución de la política, más que la política en sí misma, es lo que hay que reformar… James Madison, como Wicksell, se ocuparon de la eterna cuestión del orden social: ¿Cómo podemos vivir juntos en paz, prosperidad y armonía, manteniendo nuestras libertades como individuos autónomos que pueden, y deben, crear sus propios valores?” (Buchanan, 1987). “Distinguió entre la política constitucional y la política posconstitucional. La primera tiene que ver con el diseño de la Constitución, la segunda con el funcionamiento político dentro de la constitución aprobada… Hubo que superar la regla de la unanimidad [planteada por Wicksell], porque inducía comportamientos estratégicos de los entusiastas de `hacer dedo en el camino´, y de amenazar con no votar para conseguir beneficios individuales” (Wagner, 2008). El término economía constitucional fue acuñado por Richard B. Mc Kenzie, cuando en 1982 organizó una conferencia sobre el referido tópico.

“La política es una relación de intercambio, pero se trata de un intercambio complejo, porque las decisiones tienen carácter colectivo e involucran a todos los integrantes del grupo… La teoría de la decisión pública tiene 2 ramas: la teoría económica de las constituciones o economía política constitucional, y la teoría de las instituciones políticas. Una tercera rama se ocupa de la oferta de bienes públicos… La reforma de la economía es la reforma de las instituciones políticas” (Bara, 1987). “Instituciones como los `mercados’ y el `gobierno’ no tienen funciones objetivo. Lo que en realidad sucede es que, a través de ellas, individuos o grupos de individuos logran sus objetivos personales o grupales… Si las decisiones colectivas son adoptadas por una minoría, los costos decisorios son pequeños pero hay grandes chances de que el peso de dichas decisiones recaiga sobre la mayoría. Por el otro lado si se requiere unanimidad los costos decisorios son inmensos, pero nadie soporta personalmente efectos no queridos. Resolver el conflicto entre estos costos es la esencia del `calculo constitucional’” (Romer, 1988). “El contractualismo considera que las normas de convivencia social con valor normativo, las reglas justas o convenientes, son las que acuerdan las personas de manera voluntaria y consensuada, y en condiciones de imparcialidad… A lo largo de los años propuso 4 tipos principales de limitaciones institucionales para mejorar el funcionamiento de los procesos políticos, vinculadas al tamaño del sector público, al déficit fiscal, al poder fiscal y a la discriminación de las medidas de política pública” (Bara, 2002). “Samuelson transformó el análisis económico en una disciplina matemática, donde se maximiza algo sujeto a restricciones. El paradigma basado en la cataláctica y la coordinación arranca de individuos que desean intercambiar… Las contribuciones vendrán de la teoría de los juegos… Durante más de 20 años vengo diciendo que veremos más colaboración entre los economistas y los psicólogos. Esto está apareciendo” (Buchanan en Steelman, 2004).

“Buchanan es autor de una influyente crítica al teorema de imposibilidad de Kenneth Joseph Arrow, a quien criticó por pretender buscar un proceso de decisión colectivo que cumpliera con ciertos requisitos” (Mueller, 1984). “Durante 3 años me asombró que los analistas del teorema de Arrow no plantearan la obviedad de que toda su construcción era inapropiada para una sociedad democrática” (Buchanan, 1986). “Su critica no aludió a los aspectos técnicos, sino a sus implicancias más generales” (Atkinson, 1987). “Su lectura del teorema es que muestra precisamente la viabilidad de la regla de la mayoría, cuando la sociedad está compuesta por miembros heterogéneos. Que las coaliciones sean inestables garantiza que sobre cada cuestión el voto mayoritario será transitorio” (Romer, 1988).

Bibliografía

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6 comentarios en “JAMES MC GILL BUCHANAN (1919 – 2013) – Por Juan Carlos de Pablo

  1. EN ARGENTINA . NINGUN MODELO ECONOMICO FUNCIONA CORRECTAMENTE, POR LA TREMENDA CORRUPCION QUE EXISTE EN LOS GOBIERNOS Y EN MUCHAS EMPRESAS,, SI ARGENTINA NO CAMBIA SU MORAL Y ETICA, SERA UN PAIS CADA VEZ MAS DECADENTER E INJUSTO,, CON POLITICOS SUPERRICOS Y ALGUNOS GRANDES EMPRESARIOS NACIONALES E INTERNACIONALES HIPERRICOS,, Y LA CLASE MEDIA Y LA POBRE CADA VEZ CON MAS BRECHA,,

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  2. Gracias Adrían. Lectura obligatoria el post… “Necesitamos más [Frederic] Bastiats, que tengan ganas de hablarle al público en general. Por ahora los economistas estamos perdiendo la batalla” (Buchanan en Steelman, 2004).

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  3. Interesante artículo, pero para el autor, qué exceso de citas textuales!!! Hace que la forma sea fea, porque son pegotes de citas, y lo hace además difícil de leer. =/

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