Políticos y economistas locales e internacionales se han hecho eco en diversos artículos periodísticos de la posibilidad de que el Mercosur, o más específicamente Argentina y Brasil, creen una moneda común. Esta propuesta se parece mucho a la dolarización en una cuestión fundamental. En los párrafos que siguen sintetizaré la idea de la dolarización, algunos aspectos de lo que ha trascendido sobre la moneda común y, por último, ordenaré los puntos básicos de un plan a tal efecto.
Una dolarización oficial ocurre cuando un país adopta de manera unilateral una moneda de primera clase. Dicha moneda puede ser el dólar de EEUU, el euro u otra dentro del acotado abanico de las monedas de reserva del mundo. La dolarización oficial conlleva, obviamente, la supresión del banco central del país y la importación de: a) la oferta de la moneda elegida vía el superávit de balanza de pagos del país; b) el nivel de precios, la tasa de inflación y la tasa de interés de corto plazo vigentes en el país emisor de la moneda elegida. Pero lo más importante de la dolarización es el hecho de que el país acepta someterse a una autoridad monetaria que está afuera de la jurisdicción nacional. Lo cual significa que no podrá influir sobre su política de emisión.
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