Un argumento muy frecuente contra la propuesta de dolarización oficial dice así: “con equilibrio fiscal, no hay emisión monetaria; sin emisión, se acaba la inflación. Entonces, ¿para qué dolarizar?” Este argumento se funda en un error económico y en otro de conducta política.
El primero consiste en suponer que un nivel de precios estable puede coexistir pacíficamente con el avanzado proceso de dolarización de facto que afecta a la economía argentina si el país equilibrara sus cuentas fiscales. Este tema fue desarrollado y el argumento fue rechazado en un documento de trabajo de UCEMA (agosto 2021).
El segundo error consiste en suponer que el Estado argentino no revocará, repudiará o revertirá sus propias normas, leyes o instituciones. La historia argentina abunda en ejemplos en sentido opuesto. ¿Por qué actúa así el Estado argentino? Porque el costo de revocación, repudio o reversión de las reglas internas de la jurisdicción argentina es bajo. Quiero decir que el costo de abandonar la política laboral, la tributaria, la de gasto o todas juntas es bajo porque el gobierno nacional no rinde cuentas a nadie. El cuadro N°1 sintetiza el argumento.
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