La actividad económica en 2018 cayó un 2,6 %, pero su composición puede resumirse en cuatro trimestres caracterizados por fundamentos bien diferenciados: arrastre en el trimestre I; sequía en el trimestre II; crisis cambiaria en el trimestre III; contracción monetaria en el trimestre IV.
El 2019 debería mostrar una dinámica exactamente opuesta a la observada en 2018. Un trimestre I de arrastre con mayor recesión producto de la devaluación y la contracción monetaria; un trimestre II de mejores cosechas, donde el motor del campo permite recuperar algo de actividad; un trimestre III donde ya la economía rebota tras la crisis cambiaria de un año atrás; y un trimestre IV que estará signado por el escenario electoral.
Aquí el Informe No. 1 del Monitor Económico Mensual.