Sobre el «escrache», y sus reacciones, a Zannini en Argentina

En los últimos días Carlos Zannini, alto funcionario del kirchnerismo en Argentina y candidato a Vice-Presidente de Daniel Scioli por este movimiento, sufrió diversos repudios sociales rápidamente calificados de «escrache». Esta actitud fue a su vez ampliamente rechazada.

Viendo las reacciones al «escrache» en un limitado Tweet the 140 caracteres (y similar breve post en Facebook) donde hice mención a que el «escrache» no era por diferencias de opinión política, sino por su actitud en el gobierno de mentir, usar el monopolio de la fuerza para intimidar al ciudadano, etc. Entiendo como se puede haber interpretado a una justificación al escrache, lo cual no era el objetivo del Tweet, sino llamar la atención al problema de fondo que se está ignorando. Salvo notas como la de Dardo Gasparre, en general se sobre simplifica el problema al punto de obviar el problema de fondo.

En primer lugar, el término «escrache», ya de por sí notablemente denostado, está mal aplicado. Escrache es cuando un grupo de personas se dirige al domicilio, o localidad de una persona, con el fin de presionarlo o humillarlo públicamente. Un escrache reciente es, por ejemplo, lo que hicieron los taxistas en Buenos Aires con los conductores Uber al salir a buscarlos con una actitud violenta. En los dos casos de Zannini, los manifestantes no fueron a buscarlo a su domicilio u oficina, sino que lo encontraron y se manifestaron «espontáneamente» en contra. Escrache sería también, entonces, el rechazo social que perciben los ex-funcionarios kirchneristas que no pueden salir de sus casas. Estos son dos problemas distintos y el rechazo (correcto o no) al repudio público a Zannini debe ser por los motivos correctos.

En segundo lugar, los casos como el de Zannini reflejan un mecanismo social de auto-defensa. El rechazo a Zannini no fue por meras diferencias políticas o de opinión, fue por ser un autoritario disfrazado de demócrata que uso al poder del estado en contra del ciudadano. Cuando el Poder Legislativo y Judicial, cuyo rol republicano es limitar y controlar el Poder Ejecutivo no cumplen su rol, al ciudadano le quedan dos opciones. Someterse al autoritario por no «rebajarse» a «escrachar», o defenderse cómo y cuánto puede.

Tomemos un ejemplo geográficamente alejado y más extremo para resaltar el problema de fondo. Supongamos que mañana cae el régimen dictatorial de Castro. ¿Podemos condenar categóricamente al cubano que insulta a Raúl Castro si se lo encuentra mañana en la calle, quiere que se baje de su avión con destino a un país del primer mundo mientras en el gobierno Castro disfrutaba de todos los lujos a costa de explotar a este vecino? ¿Quien le devuelve al Argentino sus 12 años de vida bajo el autoritarismo K?

¿Que responsablidad le cabe, entonces, al Poder Legislativo y Poder Judicial cuando se observan casos como el de Zannini? Cada uno podrá tener su opinión sobre si está bien o mal el repudio público a quienes llevan adelante gobierno autoritarios que no responden en tiempo y forma ante el Poder Judicial, pero lo importante es entender el problema de fondo para que el «correctismo político» no nos lleve a repetir un proyecto populista al eludir el problema de fondo. Cuando las instituciones republicanas no funcionan, queda en la sociedad defenderse o someterse. De allí mi insistencia personal por enfatizar las lecturas institucionales de las decisiones de gobierno (como lo hice, por ejemplo, en el caso de Uber o la bancarización forzosa) por sobre el puro análisis económico de costo-beneficio.

5 comentarios en “Sobre el «escrache», y sus reacciones, a Zannini en Argentina

  1. Objetiva y sensata la opinión del articulista.
    Como defensor de la libertad y derechos del individuo en sociedad no puedo menos que preocuparme ante opiniones de censura a las espontaneas manifestaciones de repudio de parte no solo de la hipócrita corrección política, sino también de prestigiosos periodistas como Nelson Castro, quien dedicó mas de la mitad de su programa televisivo a denostar el «escrache» de Zanini porque «el también lo había padecido por grupos de la campora. Y no es esta una comparación equivocada de alguien sabidamente culto y racional, sino la sesgada opinión de quien sobre todo depende profesionalmente para su aceptación masiva (rating) de esa hipocresía moral del político.
    Nelson sabe muy bien que su intimidacion no fue de la civilidad espontanea, sino de un grupo político con su monopolio de la fuerza. Una patota que imponía la caprichosa voluntad del único poder de nuestra falsa » República», el omnímodo ejecutivo monárquico de los Kirschner.
    No, no estoy de acuerdo con la filosofía populista anti discriminación progre que parece hoy, contaminar no solo la opinión publica conservadora sino , peligrosamente, todos los estratos culturales del pais.

    Me gusta

  2. «Escrache es cuando un grupo de personas se dirige al domicilio, o localidad de una persona, con el fin de presionarlo o humillarlo públicamente.»

    Eso no es otra cosa que totalitarismo y fascismo. Violencia. Intimidación que afecta al «escrachado», a su familia, vecinos.

    Lamentablemente los «escraches» y la palabra «escrache» ya han sido exportados a España.

    Un escrache no es mejor por que lo haga la «civilidad espontanea»… aunque poco de espontaneo puede tener un escrache.

    Me parece una vergüenza tratar de justificar el escrache, cualquier escrache. Y me causa estupor que alguien que cita a Bastiat pueda entender, comprender o justificar el escrache, cualquier escrache.

    Me gusta

    • En primer lugar, la aclaración al termino «escrache» es para no criticar los hechos por los motivos equivocados (esquivar el problema de fondo). Creo que eso fue claro.

      En segundo lugar, en ningún momento defiendo el «escrache». Justamente al inicio del post explico que por esa confusión es que escribo esa lineas. Me parece que en el segundo párrafo soy bastante claro.

      Me gusta

    • Iker Garcia Pariente
      Debería aclarar que dentro de mi libertad natural esta el derecho a expresarle a alguien mi disconformidad con sus actos, aun estando en un lugar público,
      Creo estas confundiendo mi expresión «civilidad espontanea» en su claro contexto (encontrarme a alguien accidentalmente en lugar público) que no es realmente “alguien” sino un político con todo su poder monopólico de cohesión y trascendencia de sus actos , y manifestarle mi disconformidad con sus actos como funcionario público. . No se porque insistes con tu palabra «escrache», slogan del socialismo progre, que trasluce su temor a la “no regulada” espontanea critica publica de sus actos por el ciudadano que lo padece.

      Me gusta

  3. Es indudable que en ciudadanos republicanos y defensores de ideales liberales siempre, remarco siempre, van a sentirse sensaciones y opiniones encontradas respecto a los llamados escraches, sean éstos espontáneos o previamente organizados y no es menor para ello el hecho de que habitualmente se involucra un grupo de personas -patota- para atacar verbalmente a una sola o pocas personas lo cual también tiene una buena cuota de cobardía. Y la tolerancia debe ser nula si se pasara a la agresión de hecho.
    Creo que si las causas de esas manifestaciones agraviantes a determinada/s persona/s fueran exclusivamente fundadas en sus ideas serían absolutamente rechazables.
    Es mucho más opinable cuando lo son por repudio a sus actuaciones previas reñidas con la libertad de los ciudadanos y/o por el aprovechamiento de su poder circunstancial para esquilmar al erario público. Para esos casos y aún cuando no sea lo deseable porque siempre los hechos de violencia terminan generando más hechos de violencia, es muy difícil impedir que la indignación pública se manifieste en determinadas ocasiones.

    Me gusta

Los comentarios están cerrados.