Los Nuevos Liberales plantean que Friedrich Hayek cometió un serio error cuando recomendó a los académicos alejarse de la política. Explica Alberto Mansueti:
Así es desde hace más de 60 años, cuando el genial Friedrich von Hayek fundó la Sociedad Mont Pelerin en Suiza, aconsejando a los liberales no ensuciarse los zapatos en campañas electorales, y predicar el libre mercado «a los socialistas de todos los partidos». Hayek ganó en 1974 el Nobel de Economía, pero de política no sabía ni la «P». El estatismo no es sólo cuestión de ideas, es asunto de negocios turbios, y de frijoles. Si a los socialistas les va muy bien con su pensamiento, ¿por qué habrían de cambiarlo? ¿Sólo por estar equivocados? Ni se molestan en leer los ríos de palabras de los liberales, que suelen ser de pura crítica acerba y quejosa. Por eso la gente tampoco los lee; quiere algo más «positivo», propuestas concretas, y los liberales lucen muy «negativos». ¡Se oponen a todo!
Me interesaría que los lectores comenten cuál piensan es la mejor estrategia para hacer realidad el sueño liberal -independientemente de las diferencias que tengamos por dicho ideal-. Por mi parte, me planteo cuatro estrategias, pero seguramente surgirán otras más:
1. ¿Debemos crear un nuevo partido político que defienda la libertad individual, la economía de mercado, los derechos de propiedad y el gobierno limitado?
2. ¿Debemos integrar un partido político existente, y «desde adentro» intentar cambiar el rumbo de las propuestas económicas y políticas?
3. ¿Debemos crear un think tank, plantear cuál debiera ser el camino a tomar con un paquete de reformas integrales concretas y acercarnos a un gobierno que surja victorioso en las elecciones para que lo implemente?
4. ¿Debemos salir de la política, y encaminarnos al aula para crear en los jóvenes la consciencia de responsabilidad y libertad que luego harían posible una reforma?
Depende de cada país y de cada circunstancia, no hay una respuesta universal. Por lo demás, las estrategias no son excluyentes, puede haber partidos liberales, publicaciones liberales, universidades liberales, think tanks liberales y ninguno de esos caminos se excluye con los demás… Igualmente, el «sueño liberal» aún está muy lejos y pasará mucho tiempo antes de que las ideas liberales arraiguen. Por lo demás, ese proceso, si es que se produce, no será lineal, sino que estará sujeto a avances, retrocesos, marchas, contramarchas, desviaciones, vacilaciones, acelaraciones, desaceleraciones, detenciones, y mil vicisitudes más…
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http://diariocorreo.pe/columna/73689/liberales-con-plan-politico/
El Plan Político está incluido en el MANIFIESTO LIBERAL,
en http://liberalismoclasico.org
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Pero, hilando más fino, creo que hay un requisito que es esencial para que el liberalismo arraigue, que es lograr que la gente comprenda sus fundamentos que, en definitiva, no son tan difíciles de entender para quien piense con criterios racionales. Por lo tanto, respondiendo a la pregunta original, creo que el camino pasa por tratar de ganar la batalla intelectual. No es fácil de lograr, por supuesto, pero pienso que esa es la clave
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Lo que ud dice se cura leyendo a Gustave Le Bon.
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Vaya desafìo !! Pero como lo pedìs tratare de dar mi opiniòn. Yo trabajarìa sobre las variables 1 y 3 poniendo màs enfasis en la actual circunstancia a lo mejor en la tercera,dado que para tener influencia y peso con votos propios seguramente necesitariamos màs tiempo,ademàs con tal de remover la actual lacra deberiamos no ceñirnos a cuestiones ideologicas profundas.-
Si en el devenir ya de un gobierno nuevo sin duda y hacia adelante un partido bien estructurado alrededor de una coherencia liberal darìa a n/paìs el salto cualitativo que se merece.-
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Creo que sí, que fue un error de Hayek haber demonizado a los partidos políticos.
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Creo que tiene que haber un ala liberal dentro de cada partido (en la medida que sea posible, hay partidos y partidos). No creo que un partido liberal sea una opción de gobierno, por lo menos en Argentina. Pero sí imagino que haya liberales dentro de los partidos políticos (dentro del partido Radical, dentro del partido Justicialista, u otros), así poder evitar la exclusión representativa. Lo que quiero decir es que las propuestas del gobierno de turno o de legisladores no liberales generalmente se enfrentan al debate con el espectro de fuerzas opositoras donde los liberales tienen mala prensa. En cambio, si hubiera un ala liberal dentro de cada partido una propuesta como por ejemplo la eliminación de las AFJP se hubiera prestado a un debate previamente interno a cada partido. Quizás no sea el mejor de los ejemplos, pero sirve como tal.
De todas maneras, como dijo uno de ustedes, las propuestas 1, 2 y 3 no son en sí mismas excluyentes, todas suman. Solo que me parece que la 1 y la 3 cambian el modo de ver de las cosas desde afuera y la 2 puede influir en el modo de ver de las cosas desde dentro de los partidos.
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«Divide et impera» es la estrategia del éxito… si se aplica al campo enemigo. Nada positivo puede salir del justicialismo y el radicalismo, sólo algunas victorias parciales de corto plazo que serán derrotas absolutas en el futuro.
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Mte inclino a creer que influir dentro de los partidos politicos actuales es tarea inutil y perdida de tiempo…solo si la opiniòn publica advierte los beneficios y ventajas del sistema liberal puede que obligatoriamente tengan que tener en cuenta la propuesta liberal…ademàs n/propia experiencia ,marca que se puede adquirir un piso respetable con gravitaciòn en la cosa publica…eso si con cuidado de no rifar como ya lo hicimos la idea detras de la concepciòn caudillesca.-
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Yo también considero que Hayek se equivocó. La opción de infiltrar un partido conservador, cristianodemócrata, socioliberal, demócrata más o menos centrista, o ir en coalición con estos y ser intergrados finalmente en un superpartido en España ha demostrado ser un fracaso histórico, la mejor forma de neutralizar las iniciativas políticas y el discurso liberal. Ahí tenemos al PP subiendo impuestos y a UPyD purgando a los liberales que se les acercaron, pidiendo más estado centralista. Hay que formar partidos políticos liberales-libertarios y dar guerra política diaria, y en la medida que los sistemas lo permitan, participar para atraer la minoría liberal y condicionar las agendas de los grandes. Luego, creo que no es excluyente el activismo de think tanks, medios afines y otras instituciones educativas más o menos formales. Sobre todo, creo importante perder el complejo, defender alto y claro en todas las plataformas lo que creemos y pensamos y saberlo vender desde nuestro marco y desde el marco interpretativo contrario. Con esto quiero decir, los liberales, lejos de comernos a los niños crudos, nos preocupa, además de la economía sana y productiva, el planeta, la justicia social, la paz, etc. Hacer entender que el libre mercado es la solución verdadera para obtener esos objetivos loables, morales y éticos. Que la tragedia de los comunes que está esquilmando bosques y mares se debe a que no hay títulos de propiedad claros, que la mejor forma de luchar contra la pobreza es creando riqueza y facilitando el emprendimiento con un sistema estable, poco interventor e impuestos bajos. Que todos los conflictos sociales se solucionan de modo pacífico cuando se respetan los derechos de propiedad de cada uno sobre su cuerpo, vida y posesiones, etc.
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1. ¿Debemos crear un nuevo partido político que defienda la libertad individual, la economía de mercado, los derechos de propiedad y el gobierno limitado?
No, inevitablemente tendrá peleas internas y fracasará, y el nombre de ese partido estará pegado al fracaso.
2. ¿Debemos integrar un partido político existente, y “desde adentro” intentar cambiar el rumbo de las propuestas económicas y políticas?
Si, ese es el camino más seguro.
3. ¿Debemos crear un think tank, plantear cuál debiera ser el camino a tomar con un paquete de reformas integrales concretas y acercarnos a un gobierno que surja victorioso en las elecciones para que lo implemente?
Si, como fuente de equipos técnicos de la lìnea interna del partido en el que entremos.
4. ¿Debemos salir de la política, y encaminarnos al aula para crear en los jóvenes la consciencia de responsabilidad y libertad que luego harían posible una reforma?
Encaminarnos al aula, sì, pero si salimos de la polìtica, nos ponemos en una posición anti-sistema e intrínsecamente revolucionaria, con tentación de violencia.
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¿Un partido liberal tendrá peleas internas y un partido estatista con entristas liberales…no? ¿No es al revés?
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Para explicarme un poco mejor: tampoco aconsejaría a los productores agropecuarios en aglutinarse o formar un partido agrícola para bajar las retenciones; me parece que sus intereses debieran estar representados en la mayor cantidad de partidos políticos. De la misma y con mayor razón pienso en los principios liberales, que debieran estar presentes en la mayor parte de los partidos políticos. No creo en un partido liberal, porque en el ir venir pendular hoy es liberal el gobierno de turno y mañana socialista. Creo en las ideas y en los principios que pueden defenderse desde dentro de los partidos que sí lo permitan. Es mi humilde opinión, de la cual algunas veces creo que puede ser equivocada y por eso no me animo a entrar en un partido de los tradicionales……
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Sí Hayek se equivocó, pero no considero que sea totalmente influyente en el actuar de muchos liberales, ya que por su formación o fisolofía, él mismo liberal tiene «APATÍA» a la intervención desde muchos campos de enfoque. Así mismo los liberales consideraban que el gobierno no es del todo malo, Mises por ejemplo decia que el gobierno en sí, no sólo no es un mal, sino que es la institución más necesaria y benéfica…… ya que este de cierta forma podría establecer instituciones para el desarrollo del mercado…»
Con respecto a la pregunta, ésta es muy profunda, considero que deberiamos de empezar con la propuesta 2 y luego de establecer ciertas bases en entes legislativo y judicial iniciar con las propuestas 1 y 3, ya que como decia Maquivelo » En general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven», por lo tanto, considero que debe de iniciar a influir desde adentro, para luego realizar grandes cambios…
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Veo dos cuestiones que se están dejando de lado: la influencia a través de los medios de comunicación es una de ellas. Y la otra es que cualquier proyecto político debe comenzar por analizar qué grado de predisposición tiene la población del país por prestarle su adhesión a esa iniciativa. Ese es el condicionante esencial. En ese sentido, hay una analogía con la planificación empresarial, que empieza por evaluar qué precio está dispuesto a pagar el mercado por el producto que se propone ofrecer a la venta. En la política sucede algo similar, se debe comenzar por estudiar qué grado de adhesión y de parte de qué segmentos de la sociedad se puede obtener adhesión electoral y de ahí en más analizar qué producto se puede ofrecer…
Creo que, en líneas generales, la posición de Gabriel expresa bastante de los métodos que yo aplicaría, agregándole las consideraciones que incluí acá arriba
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Yo soy del combo 1… crear un nuevo partido… le sirve incluso a los que por diferentes razones escogen el combo 2.
Sin embargo creo que el combo 3 hay que hacerlo siempre… no se necesita ganar una elección para influir en el nivel de libertad que se gana en un tema determinado.
Así no haya mayorías o gobiernos de corte liberal… en temas como por ejemplo el sistema monetario es fundamental ampliar el nivel de influencia. Especialmente porque en estos casos los aprendizajes de las mayorías son generalmente por el camino más doloroso… así que estar preparando la transición hacia la libertad en temas especificos es fundamental.
Como fundamental y mucho más estrategico el combo 4. Ahí está la verdadera estrategia, de ella es que las otras tres se nutren. Entiendo que a veces los contextos nos hacen sentir desesperanzados y frustrados… pero hay que tener cuidado en no hablar desde la angustia.
Mansueti se equivoca. Hayek sabía de Política… y había una cosa que tenía clara… que se puede olvidar… a los socialistas no les va bien con su pensamiento. Si por lo menos sabía algo de política Hayek, sabía eso.
Pd. Un videito que ayuda en medio de la sensación de lentitud: http://www.youtube.com/watch?v=9UE3JeowaaE
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Por dios…son casi todas estrategias socialistas. Creía que estaba leyendo un blog de izquierda, y tuve que volver a mirar la url nuevamente…
Sobre las propuestas de Adrían Ravier:
1. Es la óptima. Principalmente porque el último partido liberal argentino que estuvo en el poder fue el PAN, antes de 1916 y cayó luego de la Ley Saenz Peña. Los intentos posteriores fracasaron como la Ucede, Recrear, etc. y ninguno pudo lograr ni siquiera un 20% de los votos en toda la historia democrática argentina. Tamaña tarea para los políticos liberales…aunque podrían empezar por no repetir los errores del pasado.
2. El entrismo (estrategia trostkysta) fracasó en todo el siglo pasado. Desde Alsogaray con Frondizi hasta López Murphy en la UCR, ninguno pudo generar los cambios estructurales que proponían por falta de apoyo político. Y terminaron siendo funcionales a la siguiente fase de estatismo posterior. Es una estrategia que utilizaría para destruir un partido enemigo, no positivamente ya que presenta demasiadas contradicciones y principalmente está basada en la traición futura (ej, La Kampora está aplicando esta estrategia como montoneros, y ya empezaron a traicionar a todo el PJ que los había apoyado en el pasado).
3. Fue la estrategia de Fundación Mediterránea en los 90s, de la mano de la city y el CEMA. Es una línea tecnocrática, ya que además tuvieron cuadros que formaron parte del menemismo. Pero en el largo plazo presenta las mismas dificultades que el entrismo, principalmente si el partido objetivo no pertenece a la rama liberal.
4. Es una estrategia gramsciana, pero creo que en la era de internet es anacrónica.
Aunque falta la línea estratégica que llevó a cabo la generación del ’37 y la del ’80…dejo al lector su análisis.
Saludos.
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Four strategies for libertarian change. Rothbard
http://www.libertarian.co.uk/lapubs/tactn/tactn006.pdf
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Como miembro del Partido de la Libertad Individual de España (www.p-lib.es) me parece que renunciar a la política, que es donde se pueden decidir los cambios efectivos, donde se han de implementar las ideas liberales, es una pésima decisión que ha dado unos pésimos resultados en los últimos años.
Todas las alternativas son posibles, todas se pueden realizar al mismo tiempo, y es bueno que cada liberal colabore en el campo que mejor sepa y pueda por sus ideas.
Pero sí que hay que tener muy claro que los cambios no se consiguen de la noche a la mañana todo, que son pequeños avances, cambios marginales. Si se puede introducir los temas liberales en el debate político (caso de Ron Paul) ya es un cierto éxito; si se consigue voz en el debate público es un gran éxito, si se consiguiese debatir algunas de nuestras ideas también, y luego vendrán los pactos de gobierno, algunas medidas, y así poco a poco.
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Yo quiero defender a Hayek, especialmente cuando recomendó a los académicos de la MPS que se concentren en la Academia.
Muchos han enfatizado que estos cuatro puntos no son incompatibles. A mi modo de ver, si realmente queremos cambiar el curso de la historia, tenemos que trabajar en todos ellos. A corto plazo, intentando participar con propuestas de libre mercado en el debate público, sea con think tanks que estudien las mejores propuestas, y también con propuestas a los actuales partidos políticos. Participar en la prensa activamente es vital.
A largo plazo, formando jóvenes, participando en congresos e introduciendo en los debates académicos las ideas modernas de la Escuela Austriaca. Es importante que los profesionales conozcan los argumentos más profundos del libre mercado. Tampoco veo nada mal crear un nuevo partido político que permita en el mediano plazo insertar algunos legisladores que en el Congreso levanten la voz de la libertad. Ron Paul ha sido de inspiración y los esfuerzos para copiarlo son bienvenidos.
Pero es importante destacar que el académico y el político juegan roles distintos. Y es muy difícil… quizás imposible… que una misma persona pueda contribuir a ambos campos.
Alberto Benegas Lynch (h) siempre enfatiza en esto. El Académico tiene que correr el eje de debate, imaginar nuevos mundos posibles, sin pensar necesariamente en lo viable que una política sea hoy. El político, por el contrario, necesariamente debe pensar en lo viable, y cualquier política que consiga correr un poco más allá la línea de la libertad, estará ya contribuyendo a un mundo mejor.
Hayek era un académico y creó la MPS precisamente para discutir ideas. No era su rol discutir de política. Es cierto que empresarios y políticos, también participan de las reuniones. Y es importante que académicos y políticos trabajen juntos.
Pero hay diversos espacios para el debate. La MPS y la legislatura de cada país no pueden concentrar el mismo debate. Y los actores en cada campo, deberán trabajar y especializarse en cada uno.
Por último, me parece muy importante lo que plantea Wenceslao. Quizás debamos trabajar para acercarnos a cada partido político y crear una ala liberal que discuta otros proyectos que hoy lamentablemente no están en la agenda. Esto no quita que haya un partido libertario. Volviendo al inicio: todo esto no es incompatible.
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Hay que implementar las acciones por la fuerza, la democracia es solamente el camino al socialismo puro. La gente (comun, o sea mayormente pobre e ignorante o ingenua) por naturaleza es cortoplazista, y nunca estará conforme solo hasta que se le imponga contra su voluntad los buenos resultados. No creo que Hayek se halla equivocado, solo fue racional y moralmente correcto al aceptar que los políticos viven por la política o de la política, no a favor de resultados sostenibles a largo plazo para la población. No por ignorancia quizás, sino por que el mismo electorado lo cree así, y es en ultima instancia este quien condiciona al político, no al revés. Esto no es general claro, pero al menos en Argentina funciona así.
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Sos de la Kampora, no?
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Para nada, soy racional al promover ejercer la violencia contra los violentos estatistas. Konkin III, Hayek , Mises, Alberdi y Friedman les sigo en preceptos. Hasta ahora, nadie me hizo saber de una manera mas realista de capitalizar un país.
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Me shockea que hablen de crear un partido liberal en abstracto cuando muchos de ustedes conocen la iniciativa del Partido Liberal Libertario: http://liberallibertario.org
La mejor pregunta para los académicos creo que seria, cómo podemos asistir y potenciar los esfuerzos políticos de los liberales que hoy día intentan incursionar en la argentina.
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Cecilia, muchos conocemos las iniciativas de EEUU, España y Argentina, pero hablamos en abstracto porque muchos de los participantes son del exterior y no necesariamente conocen el nuevo partido. De lo dicho por los lectores deduzco que la gran mayoría apoya la iniciativa.
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Creo que 1 y 2 funcionan sólo si existe un clima que a nivel de think tanks (3) apoye la libertad como proyecto general en la política, algo así como la relación Thatcher-Institute of Economic Affairs. Sin embargo, creo que 3 es imposible sin 4, porque de algun lugar tienen que salir los intelectuales pro-libertad individual.
Ahora bien, un camino alternativo a la política partidaria es el proyecto free cities. Si bien requiere de un proceso político, lo requiere sólo en lo negativo: una promesa creíble de que se les permita existir. Además, lleva las ideas liberales a una plataforma superior que por lo menos a mí me devolvió el entusiasmo, ya que al menos en la teoría (no tanto Hayek pero sí de Buchanan en adelante) el camino político lo veo muy difícil.
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Creo falta una 5ta opción al estilo quebrada de Galt. La de Fredy Kofman en Honduras o Patri Friedman en alta mar (y también en Honduras ahora). Pero solo unos pocos con mucho capital podrían emprenderla, el resto solo seguiríamos el camino.
También una 6ta estilo movimiento no partidario, como podría ser QUENOTEPISEN (http://quenotepisen.net) apuntando a la juventud pero no tanto aula sino activismo callejero como son los stickers en subte, pintadas al BCRA, stencils a la AFIP, etc.
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Sobre la opción 1 hay nuevos proyectos en el mundo.
En Brasil el LIBER (http://pliber.org.br). Estuve con el presidente del Mises Brasil la semana pasada que también participa y los ví bien preparados, pero con una tarea gigante dadas las trabas legales.
En Argentina el Partido Liberal Libertario (http://liberallibertario.org) donde participo, que continúa juntando avales y ya ahora tiene un discurso e identidad bien definidas.
En España el Partido de la Libertad Individual (http://p-lib.es) que ya logró presentarse en algunos distritos. En el PL tenemos mutua libertad de uso de contenidos con ellos fruto del contacto de su presidente, Juan Pina. Su identidad me parece totalmente idéntica a los 2 anteriores.
Son partidos a largo plazo, con tareas educativas por delante más que poder inmediato. Yo los veo como un canal de difusión adicional que puede tener mucha más llegada que un think tank al ciudadano común.
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En cuanto a la 2da opción, conozco el caso de una persona del PL que se alejo un tiempo para intentar algo así en el PRO. Probó con Ritondo y Larreta, pero siempre encontró debajo una estructura muy cerrada.
Ahora hay un grupo que apunta a Pinedo, pero es el mismo de la «ley Pinedo» para controlar internet. A mi gusto tiene demasiado de contrasentido todo como para invertir el tiempo allí. Es peligroso, al final uno puede terminar colaborando en lo contrario de lo que promueve.
En lo personal me gusta la 1 con un mensaje sincero, al menos puede educar un poco sobre qué es la libertad individual como un todo.
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Las ideas liberales se encuentran con dos problemas importantes: 1) la falta de traducción al lenguaje llano y emocional de los contenidos filosóficos e intelectuales a los que adherimos; y 2) la cosa pública no es negocio. Aquellos liberales que actúen de manera congruente con su línea de pensamiento, y decidan volcarse al terreno político, deben ser -ineludiblemente- vocacionales servidores públicos.
El punto 1 responde a la contracara del discurso socialista-peronista-kirchnerista (y colectivista, en general) que con sus premisas hunde el estileto en lo más profundo de las emociones, burlando alegremente la racionalidad (o falta de, mejor dicho) de las mismas. Salen impunes y gananciosos, porque el discurso es apasionante, épico, motivador y convocante. ¿Qué «persona de bien» estaría en contra de «ayudar a los que menos tienen»? El problema grave está, claro, en que esa «ayuda» significa violentar el valor humano más importante a los fines de la evolución social: la libertad. Pero esto es algo que ya demanda raciocinio, meditación e intelecto.
En cuanto al segundo punto, siendo que el eje del liberalismo pasa por la búsqueda -en lo inmediato- del propio beneficio (del «bien común» se encargará la mano invisible), ¿cuáles serían los resortes motivacionales para dejar de perseguir ese bien propio en el sector privado, sustantivamente mejor en cantidad y calidad que el bien propio que la acción política podría significar? Y esto así ya que, cualquier liberal verdadero, no tendría la falta de escrúpulos suficiente como para enriquecerse con el erario público. Al fin y al cabo, nuestra columna vertebral está en el reconocimiento de la propiedad privada de los millones de individuos que -coercitivamente- aportamos todos los días a la formación de ese erario. La idea es alcanzar el poder para disolverlo. Para que ese erario público sea cada vez más chico, de manera que el erario privado del que se nutre engordé nuevamente.
Entonces… no quedaría más remedio que encontrar liberales verdaderos, con una sólida vocación por el apostolado que la acción pública demanda, para alcanzar el poder, luchar contra quienes lo ostentan desde hace 60 años, desbancarlos y diluirlo entre los millones de individuos que vivimos sojuzgados al señor feudal del peronismo de turno.
En lo personal, y consecuentemente, le hago caso a Hayek, que la tenía mucho más clara que yo, y sigo dando clases en la UBA, lo que no es poco heróico, eh!
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Hay 3 planos distintos, de allí no solo la compatibilidad, sino también la necesaria complementariedad.
En la medida que los partidos políticos canalizan valoraciones y posiciones sociales, es muy difícil para el partido en sí cambiar la mente del ciudadano (y posiblemente tampoco sea su tarea).
Si bien es simple, los dividiría de la siguiente manera:
1-. Largo plazo: Actividad educativa/académica/investigación
2-. Mediano plazo: Think-tanks que estudian los efectos y resultados de las políticas públicas.
3-. Corto plazo: Partidos políticos
Comparto la preocupación de Gabriel del posible efecto negativo que se tenga si se forma un partido «liberal» y sufre un desgaste que se traslada a la idea de libre mercado. Pero lo contrario no es imposible.
También veo es interesante el comentario de Wenceslao sobre liberales a lo largo del espectro político como una red más amplia que un solo partido; pero el «trabajo liberal» que se hace per capita es menor, y las concesiones mayores.
No hay solución perfecta, y todas tienen sus ventajas y desventajas.
Es bueno saber que hay profesores que hacen el esfuerzo del apostolado de dar clases en ciertas universidades! Como una inversión en capital (humano), es un proyecto a largo plazo!
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El problema es que es simple de entender pero difícil de hacer:
1- Hayek no se equivocó hace 60 años, porque hace 60 años el liberalismo estaba tan disperso y arrinconado en la academia como ajeno y demonizado en la mentalidad del común de los votantes. Como 60 años después hay muchos más liberales y las ideas liberales se discuten más ampliamente en la academia e incluso en el mundo político, al tiempo que ahora sí hay potenciales votantes liberales que van del 1 o 2 al 10% del electorado según el caso, podemos considerar que su estrategia fue razonablemente exitosa.
2- La opinión pública se forma mediante la popularización de ideas de académicos de primera línea, por intelectuales en sentido amplio, desde periodistas y autores literarios, hasta artistas y productores de entretenimiento (noticias, literatura popular, cine, televisión, etc.).
3- Los políticos (salvo que intenten seguir una estrategia realmente leninista, incluyendo conspiración, golpe de estado e implantación del terror de una minoría armada organizada y férreamente disciplinada sobre una mayoría desorganizada y mayormente desarmada) muy poco pueden hacer para formar la opinión de los votantes, lo que pueden hacer es orientar la opinión existente a votar por ellos presentando su oferta en los términos más adecuados para el target especifico.
4- Así las cosas:
a- Lo de los tanques de pensamiento y el resto del esfuerzo académico debe continuar y seguirse expandiendo.
b- Si es posible y necesario formar corrientes pro-liberales (que no es lo mismo que liberales) dentro de los partidos existentes, pero también en otras organizaciones políticas que influyen sobre ellos cada vez más efectivamente.
c- Si es posible y necesario formar partidos liberales en donde no existan, o apoyarlos dónde existan, excepto donde el número de votantes potenciales sea aún ínfimo.
d- Más importante que todo lo anterior es producir y distribuir información, arte y entretenimiento con un mensaje moral liberal emocional, atractivo y poderoso porque eso es lo único que tiene el potencial de influir sobre la opinión al punto de permitirle a partidos políticos liberales llegar a ser mayoritarios eventualmente.
Por lo demás:
Primero. Un mensaje político realmente liberal en las condiciones actuales aún es revolucionario, y por serlo pudiera en ciertas condiciones llegar a inspirar acción violenta, y en otras acción no violenta; pero es demasiado contrario a los intereses establecidos para no ser revolucionario.
Segundo. Todo mensaje cercano a favorable, pero no integralmente liberal es ventajoso en ciertos aspectos y negativo en otros, y se requiere cierto grado de cinismo para entender cómo aprovechar lo primero y neutralizar lo segundo. Los políticos profesionales en la mayoría de los países latinoamericanos llaman a esa habilidad “burdel” lo que es acertado.
Y Finalmente: El problema de llegar a gobernar, el cual para los liberales en las condiciones actuales es puramente teórico (ya que no se ha solucionado el de cómo llegar al poder, cosa aún lejana) es a pesar de todo muy importante, porque si no se diferencia el resumir en tres consignas y unos pocos puntos un programa político para efectos partidistas prácticos; de la complejidad de desmontar intereses creados poderosos en el mundo real sin perder el poder en el intento, un gobierno liberal de repetidores de consignas caería en muy poco tiempo. Por eso es necesaria la formación económica y política real, el estudio de los problemas complejos como realmente son, el “burdel” político ahora y en el futuro, y sobre todo un gran número de “intelectuales” en sentido amplio, más importantes aquellos que están en el entretenimiento, el arte, la publicidad, etc. Porque en la academia, aunque en minoría, se ha avanzado y mucho desde la situación de hace 60 años, en la política menos, pero también algo por consecuencia indirecta de lo anterior. Pero en eso de transmitir el mensaje por medios emocionales indirectos, poco, casi nada, comparativamente.
En resumen: Hay que hacerlo todo y no perder tiempo peleando como idiotas sobre lo que hay que hacer y lo que no porque ya hay suficientes liberales para hacer todo, lo que no había hace 60 años. Y ya que casi todos los liberales son, o creen ser, expertos en economía, se puede concluir con que es simplemente cosa de aplicar la Ley de las ventajas comparativas de Ricardo a un esfuerzo altruista conjunto. Pero lo más importante y urgente en las condiciones actuales es que se necesitan liberales que sean intelectales en sentido amplio transmitiendo el mensaje moral del liberalismo por medios culturales indirectos a las masas.
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Yo coincido con mi amigo Guillermo y es una discusión que he tenido con Alberto Mansueti. Hayek entendió muy bien en su tiempo que la política iba a la zaga de las ideas, y que era necesario mover las ideas (en el largo plazo) si queríamos mover la política (en el corto plazo).
Esta idea del cambio de la cosmovisión de la sociedad la entendieron muy bien socialistas como Antonio Gramsci, quien entendió que para poder transformar a la sociedad había que dominar la educación, la cultura y los medios. Algo que ya venían haciendo los esposos Webb y los socialistas fabianos desde la London School of Economics y es la práctica extendida en toda latinoamérica (todas las universidades públicas son dominadas por el pensamiento socialista, y en las privadas, con honrosas excepciones, domina la combinación socialista-mercantilista-democrático).
Tal como dice Guillermo, si ponemos en perspectiva el tiempo en que se fundó la MPS, cuando las ideas liberales pro-mercado estaban completamente execradas de la arena política y minimizadas en el mundo académico, y peor aún se aceptaban algunas concesiones y postulados del socialismo y del intervencionismo (siempre recuerdo la anécdota que cuenta Milton Friedman sobre Mises, que llamaba a algunos miembros fundadores de la MPS, «bunch of socialists»), cuando en el siglo XXI las ideas se discuten, tienen fuerte oposición en los socialistas de todos los partidos y llegamos a tener figuras políticas públicas (Ron Paul), es un avance, aunque no suficiente.
Qué hacer? Pues creo que las cuatro opciones que plantea Adrián al principio no son excluyentes. Tal como decía Hayek en Camino de Servidumbre, no hay nada más difícil que poner a la gente en torno a un programa positivo (y así como es fácil poner a la gente de acuerdo en torno a un programa negativo), las pugnas entre los liberales siempre se afincan en esas islas de diferencia que nos separan (minarquistas, liberales clásicos, randistas, ancaps), sin ver el ancho mar que nos une, que es la reducción del poder y de la influencia del estado.
En caso de seguir el camino político, ahí le doy toda la razón a Hayek. Los liberales debemos ser dogmáticos en la defensa de la libertad, aún cuando no sepamos ni podamos preveer los escenarios futuros, y eso nos lleva a ser firmes en los principios. Y creo que hacer política de esa manera se puede, aunque lleva tiempo. El mejor ejemplo lo tenemos en Ron Paul, quien se ha mantenido firme en los principios del liberalismo, utilizando la estrategia de infiltrarse en un partido conservador, que en algunos momentos puede ser aliado. Probablemente Ron Paul no llegue ni a ganar la nominación del partido Republicano ni llegue a ser presidente, pero le está allanando el camino a Rand y a cualquier otro político liberal-libertario.
Otro aspecto que hay que atacar es la educación. Y no sólo la educación universitaria. Llegar a los niveles básicos que es donde se siembran los primeros paradigmas socialistas y pro-estatistas. Y hay que estar también en el mundo del movimiento ciudadano (Tea Party en USA o Libertad querida en Argentina). Que la gente entienda con sencillez los principios liberales.
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