Servicios Ambientales

Tal vez conozcan esta propuesta de políticas públicas que se llama «servicios ambientales». En síntesis, significa lograr un pago por las externalidades positivas que un recurso pueda dar. Por ejemplo, tengo un bosque y le doy «paisaje» o «aire», o «habitat para ciertas especies» a otros.

Me parece que existen dos visiones sobre estos servicios ambientales. Una que promueve que el Estado pague por esos servicios y otra que plantea que solamente se encargue de «crear» los mercados para que usuarios le paguen a propietarios de los recursos.

¿Qué piensan?

Saludos

8 comentarios en “Servicios Ambientales

  1. Hola Martín:

    Creo que los servicios ambientales son una propuesta interesante, ya que con ciertas condiciones se pueden llevar a la practica de manera eficiente. Un ejemplo son las Areas de Conservación Privada, que son áreas de bosque u otro espacio rico en biodiversidad que se encuentra bajo la gestión de un actor privado, que tiene derechos de propiedad bien definidos, En ese sentido, con derechos de propiedad bien definidos, este actor pone en valor los recursos, otorgando de esta manera los serviccios ambientales que genera el espacio que gestiona, servicios como: ecoturismo, investigación biológica, albergues, etc etc. En ese contexto el Estado solo debe entrar con la aplicación de políticas públicas que garanticen los derechos de propiedad y el libre desarrollo de la función empresarial. Bueno sobre ese tema estoy elaborando mi tesis de phd en economía, que se base en el trabajo de fin de master que hice en el 2011 para acabar el Master en Economía Austriaca en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Martín si tienes información sobre el tema, seria excelente. Podemos seguir discutiendo. Edwin

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  2. Un tema tan apasionantes como difícil, al menos para mí. Intentaré presentar un caso concreto a partir del cual se puede generar la discusión. Tomemos el caso de la Selva Amazónica en el Norte de Brasil. Asumamos -sólo para argumentar- que dicha Selva cumple un rol vital en la región, al proveer de oxígeno y otros servicios ambientales que reciben millones de personas en toda la región. Estas personas -residentes dentro y fuera de Brasil- reciben externalidades positivas por las cuales no pagan, constituyéndose en free riders.
    Ahora imaginemos que esta zona se privatiza. Los nuevos dueños poseen ahora plenos derechos de propiedad sobre la tierra, es decir, la Selva Amazónica. La lógica del mercado dice que querrán aplicar el uso más eficiente de dichos recursos. Los usos de la tierra son múltiples. Una opción es la tala de árboles por el valor económico que genera la madera. Otra opción es construir nuevos pueblos o ciudades a través de la deforestación. Otra opción es cobrar por el servicio ambiental que toda esta Selva produce en millones de personas de toda la región.

    La presentación de PowerPoint adjunta plantea el PSA o Pago por los Servicios Ambientales como un «mecanismo de compensación flexible, directo y adaptable, donde los proveedores de esos servicios reciben un pago por parte de los usuarios de los mismos.» Si estos pagos fueran efectivos, habría un incentivo de mercado para que no ocurra una deforestación.

    Pero acá surgen varios interrogantes: Por ejemplo la falta de información. Asumimos en el ejemplo que está clara la externalidad positiva que la gente recibe por estos servicios ambientales. Pero en el mundo real, estos beneficios no son percibidos por todos. ¿Puede cobrarse por estos servicios ambientales a personas que no comprenden claramente las externalidades postiivas que perciben? En principio no, porque el pago es voluntario.
    ¿Es esto un argumento para asegurar la zona Amazónica debe ser pública, es decir, debe estar en manos del estado? Mi opinión es que no, pues aquellos que sí perciben el beneficio de los servicios amientales (como los dueños mismos) tendrán incentivos para generar conciencia social sobre la utilidad de la Selva Amazónica, y con ello habrá mucha gente (incluyendo ONGs) interesadas en evitar la deforestación pagando a los dueños lo necesario.

    Entiendo que esto puede ser un conflicto. Abramos el debate.

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  3. A la pregunta sobre si la Amazonía debe ser Pública? mi es respuesto es NO, Sin embargo como bien lo dice Murray Rothbard en su libro La Etica de la Libertad, en Latinoamerica existe el monoplio de tierras por parte del Estado, y eso se evidencia sobre todo en la Amazonía, donde más del 60% del territorio está en manos del Estado, bajo el pretexto de que los bosques, rios y otros recursos son de «patrimonio nacional», Entonces, frente a esa realidad, debemos ir desmonopolizando esa propiedad pública que tienen algunos países (Perú, Brasil, Colombia, entre otros países amazónicos). Para empezar, se debe sanear las tierras de esa zona con derechos de propiedad bien definidos (en la actualidad existe territorios sin limites, que ni si quiera tienen planos para ubicarlos), ya que de esa manera se podra contribuir al desarrollo de la función empresarial de los diversos actores asentados ahí: madereros, indigenas, agricultores, etc etc. Segundo, Existen ejemplos que demuestran que las comunidades indígenas u otros actores asentados en la amazonia, y que han tenido derechos de propiedad bien definidos sobre bosques ricos en biodiversidad, han optado por asociarse con empresarios del ecoturismo logrando de esa forma, otorgar servicios ambientales como: ecoturismo, investigación de la biodiversidad, entre otros. Ahora bien, para ir afrontando el monopolio de tierras estatales, es necesario ir avanzando con propuestas intermedias como el modelo de concesiones (propiedades otorgadas por 40 años renovables) y de esa manera dar seguridad para que las ONG, Universidades, comunidades indigenas, colonos, científicos, empresarios, capitalistas, se unan para sacar adelante propuesta innovadoras que protegan los recursos y brinden servicios ambientales. Finalmente, frente el servicio ambiental de «Oxigeno» que proporcionan los bosques, en realidad es muy dificil que las personas pagen por un recursos que abunda, pero si pagarían por aire fresco con aromas de selva y vegetación, algo que en muchas ciudades hace falta. Ese servicio si tiene valor, pero son los empresarios eoologicos los que deben marketearlo, y eso solo se hará mientras vayamos proponiendo propuestas liberales para recuperar al ámbito privado todo ese territorio amazónico que ha sido capturado por el Estado, que bajo el pretexto de proteger la amazonía, viene generando demasiadas tierras libres que se encuentra fuera de su control y expuestas a la tragedia de los comunes. El papel del estado no es regular servicos ambientales, sino es avanzar hacia la desmonopolización de tierras amazónicas y de esa manera impulsar a los empresarios a generar verdaderos servicos ambientales.

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  4. A ver. Primero está la discusión acerca de si la selva del Amazonas brinda efectivamente una externalidad positiva. No es una pregunta sencilla porque involucra un análisis científico. Dejemos eso de lado por el momento y analicemos el interesante tema del caso en que lo fuera.
    Como bien decís, como no existe un mercado para, más técnicamente, el servicio de absorción de CO2 se nos plantea el punto respecto a qué debería proponerse.
    Rothbard, a quien cita Edwin, diría que mejor no hacer nada antes que estar metiendo al Estado que seguramente empeorará la cosa.
    Ahora bien, incluso si se formalizara claramente el derecho de propiedad sobre la tierra, al propietario puede que le convenga más talar los árboles y sembrar soja. Vende la madera y produce un bien demandado.
    No necesariamente serían tan extremos, un propietario sabe que si quita todo el suelo se puede erosionar, perder calidad la tierra y valor su propiedad. Otros pueden ser conscientes de no hacer tanto daño y limitarse. Pero tal no serían todos o incluso una mayoría.
    Imagino dos soluciones «de mercado» para este problema.
    1. La primera es más sencilla: el aporte voluntario de todos quienes estén preocupados (ONGs ambientales, sobre todo de países ricos, etc), quienes comprarían la tierra para dejarla como está o compensarían al propietario por sus «servicios ambientales». También empresas que propongan servicios como «Adopte una Selva», etc.
    2. Esta es más local: un mercado se seguros. Es decir, yo buscaría un seguro para los problemas que pudiera tener por el cambio climático. En la medida que el seguro se extendiera, las aseguradoras buscarían evitar el «siniestro», por lo que comprarían tierras para que absorva CO2.

    En cuanto a las soluciones estatales también se me ocurren dos:
    1. Pagar por esos servicios ambientales
    2. Que es casi lo mismo, ofrecer exenciones impositivas a cambio de ese servicio (mejor ésta que la primera).

    A ver si llegamos a algún lado con esta conversación
    Saludos
    Martín

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  5. El ejemplo es un tema difícil y delicado. ¿Pero que es lo que se está tratando de resolver? ¿Que existan externalidades positivas es argumento suficiente para forzar un pago desde el estado o hay algo más en el medio?

    Salvo que no aceptemos ningún rol por parte del estado, entonces los límites de qué corresponde y no hacer al estado van, indefectiblemente, a ser grises. Si, desde un punto de vista liberal clásico, el rol del estado es proteger las instituciones y seguridad para que el mercado pueda funcionar, entonces el cobro por parte del estado para mantener al amazonas es un impuesto como cualquier otro si es que (1) asumimos que el amazonas es necesario para que haya oxigeno y vida [el problema técnico-científico] y (2) consideramos que esto es parte de la seguridad que corresponde al estado [el área gris].

    Un ejemplo puede ayudar a aclarar. No es lo mismo la medicina privada que cada uno se paga, que la medicina pública que busca evitar, por ejemplo, epidemias. Si los individuos de una comunidad se sienten con el derecho a evitar que terceros que llevan una enfermedad contagiosa que puede desembocar en epidemia deambulen por su comunidad sin la vacuna correspondiente, entonces los individuos de esta comunidad pueden transmitir este derecho al estado para que lo haga cumplir de modo similar a como pueden transmitir el derecho a la legitima defensa.

    El caso de epidemias es más fácil de visualizar que el del Amazonas, pero detrás de la imagen mental el problema puede ser similar. ¿Es la externalidad «x» un requerimiento básico para que pueda existir el mercado, o es un problema de externalidades dentro del mercado? Si es lo segundo, soy escéptico de que el estado pueda ofrecer una solución superadora al mercado, por más fallas que el mercado pueda tener. Dado el ejemplo, distintas solucionas para hacer una transición a una administración privada tendrán distintas ventajas. Pero si el Amazonas no es necesario para que exista el mercado, entonces ¿por que mantenerlo y no darle otro uso alternativo que sea más rentable?

    Si en cambio es lo primero, entonces no se si el problema es tanto la externalidad en sí como el argumento de que es rol del estado mínimo mantener el medioambiente necesario para que pueda haber una civilización sana y creciente.

    De leer el post y los comentarios, creo que este es el problema de fondo.

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  6. Nicolás,
    Así eliminaste el debate, al menos el de teoría económica o políticas públicas. Es decir, solamente se trata de resolver el problema científico sobre la existencia o no de una externalidad positiva. En tus palabras, si la existencia del Amazonas es determinante para la existencia del mercado o, en otras palabras, si no existiera el cambio climático sería tal que desapareceríamos, o al menos habría grandes cambios en los mercados.
    En buena medida ésa es la discusión que plantean buena parte de los académicos y think tanks liberales que, ya sea cuestionan la existencia de cambio climático (menos ahora que antes), cuestionan que sea originado por acciones humanas en lugar de cambios naturales, cuestionan que no se considere la capacidad de adaptabilidad del ser humano, que se consideren solamente los costos y no que en algunos casos generaría beneficios y que se avance en costosas políticas sin estar seguros.
    Ahora bien, la hipótesis que estamos considerando es que así fuera. Ahí recién empieza la discusión acerca de la solución al problema. Si interpreto bien tu mail en tal caso se justifica la política pública. Yo quería plantear posibles reacciones voluntarias al problema y distintas variantes de políticas públicas.

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  7. Creo que ahora entiendo un poco mejor. No es entonces meramente un problema de externalidades, sino de externalidades + calentamiento global (lo que se asume una amenaza para la civilización).

    El caso de seguro es interesante, dado que es más amplio que una zona geográfica puntual. Quizás sea demasiado amplio si no es a nivel global. Quizás otra alternativa (no excluyente) es vender terrenos, por ejemplo del amazonas, pero habilitarlos únicamente para producción de derivados de madera. Dado que es un bien renovable, también está en el incentivo del productor no consumir totalmente los recursos.

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  8. Muy interesante la discusión, Tanto de Martin como de Nicolas rescato y comento los siguientes puntos:

    1. Estoy de acuerdo con tomar como punto de análisis el tema de externalidades positivas y su relación con el tema de Cambio Climático, pero tendriamos que dividir dos grupos y analizarlos detenidamente.

    El primer grupo abarcaría a las externalidades positivas originadas a partir del aporte de la aplicación de la función empresarial en áreas ricas en biodiversidad, que dan como resultado: albergues de ecoturismo, areas de investigación biológica, centros de aprovechamiento forestal, entre otros. Y el segundo grupo de externalidades positivas basadas serian aquellas basadas en un sustento cuestionable, específicamente aquellas relacionadas a los pronosticos del cambio climático, que consideró solo es un pretexto para promover la intervención estatal, además, recuerden que el tema de cambio climático toma fuerza a partir del Protocolo de Kyoto, protocolo cuestionable, que analizando con detenimiento fuerza a los países europeos a gastar mucho dinero con politicas públicas cuestionables. Al respecto Gabriel Calzada (Del Instituto Juan de Mariana de España) nos dice:

    “Según lo exigido por el protocolo de Kioto para el año 2012 las emisiones de los GEI de España no deberían exceder en un 15% el nivel de 1990. Sin embargo, esto implicaría la reducción de 8% de toneladas por habitante y por año, además implicaría reducir las emisiones que para el año 2000 ya eran de 33.7% superiores a las de 1990 y se calcula que para el 2004 deben haber pasado el 40%. Esta realidad significa que para comienzos del 2010 el gobierno español tendría que exigir que su industria reduzca un mínimo de 41 puntos porcentuales que supondría la necesidad de adquirir anualmente derechos de emisión por unas 125 millones de euros anuales. Para hacerse una idea de lo que supone esas cantidades astronómicas, un valor medio de dicha horquilla representaría más del doble del Fondo de Cohesión que España recibió de la UE en el año 2003 o algo más que la aportación del Estado Español al Fondo de Reservas para Pensiones”.

    “Aun aceptando a efectos dialecticos las previsiones del IPCC de un incremento de 2 grados centígrados para el año 2100 –tomando 1990 como base- los expertos calculan que si todos los países firman y cumplen el protocolo de Kyoto la temperatura media de la tierra se reduciría 0.07 grados centígrados. Esta cifra es tan pequeña que ni los termómetros terrestres pueden medirla de manera fiable. Si tenemos en cuenta la hipótesis más probable según los climatólogos, de un calentamiento hasta el año 2100 de un grado centígrado, el ahorro de calentamiento sería tan sólo de 0.04 grados centígrados y si tenemos en cuenta que no todos los países piensan cumplir con el protocolo, la reducción en la temperatura global de la tierra gracias al plan de Kioto resultaría estar muy por debajo de 0.03 grados centígrados; probablemente menos de 0.02”.

    2. Entonces frente a esa realidad en el tema de servicios ambientales apuesto por alternativas como la que propone Martin Krauze, como «adopte una selva» ó el modelo de concesiones de conservación, concesiones para ecoturismo o concesiones forestales. Que son propuestas que estarían en el grupo de externalidades positivas producidas por el desarrollo de la función empresarial. Y menciono concesiones porque estoy seguro que casi el total de Áreas ricas en biodiversidad (incluye amazonía) del mundo están en propiedad del ESTADO (monopolio de tierras), por esa razón, creo que la primera tarea liberal que debemos hacer es ir reviritiendo de manera creativa las tierras estatales hacia tierras de gestión privada. Es decir empecemos por el primer paso, que es definir derechos de propiedad e impulsemos el primero grupo de externalidades positivas que mencione al inicio, luego pasemos a otros puntos,

    Edwin

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