A mediados de la década del 90 en Argentina surgió el fenómenos social del piquetero. Este fenómeno creció significativamente con la crisis del 2001. Los piqueteros pertenecen a un grupo político que con signos de violencia (capuchas, palos, etc.) cortan callos, avenidas, o incluso autopistas como medio de diversos reclamos al gobierno.
El método es claramente extorsivo, al consistir en violar la ley y libertad de tránsito de terceros y especular con que el gobierno no desee utilizar la fuerza pública (la policía) para despejar el piquete. La imagen violenta de los piquetes envía la señal al gobierno de que no van a levantar el corte de caminos de manera pacífica. En más de una ocasión se han reportado muertes cuando alguna ambulancia no ha podido llegar a buscar a un paciente grave o llevarlo al hospital en tiempo y forma. No obstante, los sucesivos gobiernos argentinos han optado repetidamente por dar un «status» especial al piquetero al no aplicarles el principio de igualdad ante la ley. Si a mi personalmente se me ocurriese cortar una calle el gobierno no vacilaría en llevarme esposado a la comisaría.
Recientemente, el gobierno de Mauricio Macri, denominado Cambiemos, analiza un acuerdo con los movimientos piqueteros según el cuál no sólo van a recibir una obra social, sino que también tendrán una especia de representación sindical. De implementarse esta iniciativa, el gobierno de Macri estaría no sólo formalizando el delito, sino que lo estaría financiando con el dinero bien habido del contribuyente. El mismo ciudadano de bien que trabaja para pagar una cara impositiva récord a nivel mundial se encuentra ahora pagando los ingresos de los mismos piqueteros que le impiden llegar a su lugar de trabajo, entregar mercadería, y también, trasladar personas en urgencia médica por las avenidas de la ciudad.
El incentivo a este acuerdo es que los piqueteros y movimientos afines no realicen saqueos en diciembre complicando el panorama político del gobierno al final de su primer año de mandato. Lo que este análisis no parece considerar es que, al menos que la elasticidad de la oferta de piquetes sea cero, una mayor caja a la «actividad piquetera» resulta en más piquetes (o más piqueteros). Esto no es otra cosa que la ley de oferta:
Salvo que haya algún efecto que contrarreste este principio, no debería sorprender un aumento de cortes y actividades piqueteras en el corto y mediano plazo (como está sucediendo estos días).
Agrego la imagen de un piquete donde se aprecia el tipo de actividad que es un piquete en Argentina. Sólo en este país esta imagen es plausible de recibir obra social financiar con el impuesto del ciudadano en lugar de ser considerado un delito.
Punto de Vista Economico 
Hace 20 anhos en Venezuela los gobiernos empezaron a financiar grupos al margen de la ley que se dedicaban a «asesinar a delincuentes» en las zonas mas populares del país (este financiamiento era para que desarrollaran áreas deportivas y dejaran de cometer sus crímenes)… Con la legada del chavismo al poder este financiamiento aumento aun mas y hoy estos grupos son conocidos como COLECTIVOS, los cuales se convirtieron un un grupo para-policial que se dedica a asesinar personas que protesten en contra del gobierno.
Por lo que entendí, en argentina están cometiendo el mismo error que aquí en Venezuela.
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Hay un punto en este análisis que no está contemplado, que es el hecho de que, para estar dispuesto a negarse a ceder a las presiones de los piqueteros, el gobierno tiene también que estar dispuesto a emplear la fuerza cuando los activistas recurran a los cortes de calles, saqueos y otro tipo de métodos similares. Y eso puede derivar en una escalada de violencia que podría resultar muy costosa para el gobierno. Yo comparto el argumento de Nicolas, pero creo que el razonamiento contenido en este artículo es incompleto. ¿Cuál sería el costo de una escalada de violencia si el gobierno no cede, al menos parcialmente, a las exigencias extorsivas de estos delincuentes? Creo que entonces lo que busca el gobierno es resolver de alguna manera el trade off entre neutralizar las presiones y evitar que la sociedad desemboque en el caos, con el consiguiente costo para el propio gobierno y el beneficio para los grupos desenfrenadamente populistas de la oposición
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«El método es claramente extorsivo, al consistir en violar la ley y libertad de tránsito de terceros y especular con que el gobierno no desee utilizar la fuerza pública (la policía) para despejar el tránsito. La imagen violenta de los piquetes envía la señal al gobierno de que no van a levantar el corte de caminos de manera pacífica.»
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Y qué solución proponés??
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En este post planteo un problema que me parece se ha pasado por alto. No estoy plantenado potenciales respuestas.
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En el planteo del problema tenés razón. Yo mismo lo digo en mi comentario (copio y pego de mi posteo inicial): «Yo comparto el argumento de Nicolas».
Pero si no ofrecés una solución alternativa, no tenés fundamentos para criticar lo que se hace.
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La escalada de violencia va a suceder indefectiblemente si aumenta el número de piquetes, como todo indica que va a suceder. Todos los que financiamos a los piquetes y al gobierno no vamos a tener una tolerancia infinita frente a estos sucesos. Y el gobierno debería plantearse si es más efectivo y deseable el uso de la fuerza contra un bando o contra todos para restablecer el orden una vez que se haya roto.
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Un catoligaucho siempre te retrucará: «Es una actividad no tan intrínsecamente perversa como la que financia(ba)n los fondos federales a planned parenthood en la modélica USA».
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