SUBJETIVIDAD Y EXPECTATIVAS: ENTREVISTA A G. L. S. SHACKLE

EAdesdeAdentroUna figura a menudo controversial dentro de la penumbra de la economía Austríaca, George Lennox Sharman Shackle, a través de sus libros (que incluyen Epistemología y Economía, El tiempo en Economía y Decisión, Orden y Tiempo en los Asuntos Humanos) y de sus artículos ha desarrollado un acercamiento radicalmente subjetivista hacia la economía.

Nacido en Cambridge, Inglaterra en 1903, Shackle comenzó su entrenamiento formal relativamente tarde en su vida bajo F.A. Hayek, su “descubridor” en la London School of Economics.

AEN: Cuando usted era un estudiante en la London School of Economics en los años 30, entiendo que tuvo la oportunidad de participar en el seminario de Hayek-Robbins.

Shackle: Si. Bien, en realidad fue el seminario de Hayek. Había dos seminarios, uno los lunes a la tarde que era el de Robbins, referido mayormente a los asuntos laborales diarios. El de más alto poder era el seminario de Hayek los jueves por la noche. Estos seminarios eran muy conocidos, con maravillosas disertaciones: Hayek estaba allí, Robbins vino una o dos veces, y estaba también John Hicks, Nickolas Kaldor, Abba Lerner, y Ursula Hicks.

Teníamos un flujo constante de gente de distintos niveles de conocimiento – algunos de ellos muy eminentes –que venían a la escuela. No necesariamente venían al seminario de Hayek, sino que a veces disertaban por la tarde. Muchas de estas personas eran refugiados que habían escapado de lo que estaba ocurriendo en Europa Central. Algunos de ellos eran famosos – Karl Popper, por ejemplo. Lo escuché dar su primera disertación en Inglaterra. Luego estaba también Gottfried Haberler y Fritz Machlup; Paul Rosenstein-Rodan también estuvo en Londres. Había una especie de desbordante exitación en la London School por aquellos años. Para alguien realmente enganchado con el tema, era absolutamente emocionante.

AEN: ¿Qué temas se discutían en el Seminario de Hayek?

 

SHACKLE: Bien, por supuesto, Hayek estaba escribiendo el libro que se publicó en 1941, bajo el título The Pure Theory of Capital. Un estudiante podía escribir un paper con el tema de su propia elección, aquello aceptable para Hayek sería discutido – dinero, y varios aspectos, supongo, de la teoría del capital – pero me temo no poder recordar en detalle ahora. Hayek acostumbraba a darme el manuscrito de The Pure Theory of Capital para leer, a medida que él iba reescribiendo el borrador. Leí varias versiones del mismo.

 

AEN: Sir John Hicks ha descripto los años 30 como un período de grandes batallas intelectuales entre lo que él representaba como los “Hayekianos” versus los jóvenes Keynesianos. ¿Qué es lo que usted recuerda de aquella época?

 

SHACKLE: Bien, creo que no podemos decir que realmente comenzó hasta que un pequeño grupo de nosotros viajó a Cambridge un domingo a la tarde de Octubre de 1935. Allí fue donde escuchamos a Joan Robinson y Richard Kahn y realmente conocimos la Teoría General de Keynes. Realmente yo no entendía lo que llegaría ser la Teoría General hasta que la escuché a Joan Robinson. No creo que se pueda decir que una batalla real comenzó hasta que la Teoría General hizo impacto sobre nosotros de alguna manera – tal vez, ni aún hasta su publicación. Pero hasta 1935 había una fuerte influencia Hayekiana en la LSE – la gente estaba ampliamente convencida de los puntos de vista de Hayek, como lo expresado en Prices and Production; diría que incluía a Hicks y Lerner y Kaldor.

 

AEN: Si hojea los journals de economía durante los dos años posteriores a la publicación de La Teoría General en 1936 y leyera los reviews del libro, por ej., la primer revisión de Hicks, de Frank Knight, de Joseph Schumpeter, de Jacob Viner, de Dennis Robertson, y sigue la lista, cada uno de ellos criticó el libro severamente. Y si uno recopila la lista de todas las críticas hechas a esas revisiones, queda muy poco del argumento de Keynes que no haya sido cambiado. Sin embargo, a los pocos años, el libro se convirtió en una guía para los teóricos en economía. A pesar de haber tenido la oposición de muchos líderes en la profesión,¿por qué?

 

SHACKLE: Bien, pienso que la oposición fue porque el objetivo del libro era derribar a la teoría del valor establecida, lo cual logró. Pienso que es imparcial decir que la teoría del valor y la distribución aceptada, no podía ser considerada para el desempleo involuntario ya que sus premisas incluían algo parecido al conocimiento perfecto: y, si alguien tuvo el conocimiento perfecto, por qué permitieron que sucediera el desastre en los comienzos de los años treinta? No tiene sentido. La teoría del valor y la distribución hasta los comienzos de los años treinta era la teoría del exitoso ajuste perfecto, la coordinación perfecta. Y, si las cosas están perfectamente coordinadas, no existe una razón para que alguien esté involuntariamente desempleado.

 

Keynes señaló que esta contradicción requería una explicación y él la dio. Su teoría del desempleo involuntario era perfectamente simple y podía expresarse en un párrafo o en una oración. Si lo expresa en una oración, simplemente dice que la iniciativa es el lanzamiento de recursos tras un proyecto cuyo resultado no conoce ni lo puede conocer. El negocio de un emprendimiento requiere inversión, una inversión de enormes recursos – grandes sumas de dinero – en cosas de cuyo resultado no tiene seguridad, que pueden transformarse en un desastre o en un éxito brillante.

 

La gente que realiza este tipo de inversiones son generalmente jugadores que pueden perder su temple. Y si deciden retirarse del negocio, barren sus fichas de la mesa. Si deciden que es demasiado riesgoso, si los nervios los abandonan y no pueden seguir con la inversión, dejan de dar empleo y esa es la explicación. Cuando el negocio no es para nada inestable – cuando no hay una señal de depresión – o cuando ha hecho mucha inversión y se quedaron sin ideas o cuando sus productos no se están vendiendo a la velocidad que lo hacían antes, ellos ya no saben cual es el valor marginal del producto por un hombre extra – no existe. Cómo se puede decir que un cierto número de hombres tiene una cierta productividad marginal cuando usted no conoce el valor por unidad de los productos que ellos producirían si fueron empleados para venderlos?

 

AEN: Permítame presentarle una alternativa. Tomemos a alguien como Philip Wicksteed en su libro The Common Sense of Political Economy (El sentido común de la Economía Política). Desde el principio al fin casi cada página de Wicksteed está cargada con las palabras “anticipación” y “expectativas”. Él analiza las evaluaciones de la utilidad marginal del consumidor tanto como la actividad de producción, en los términos de las perspectivas futuras de los actores. Por lo tanto, existía una tradición diferente a aquella de la competencia perfecta de Knight de ese momento que consideraba las expectativas en un sentido del proceso. Permítame señalar un punto analizando la Gran Depresión. La oferta de dinero se estaba contrayendo en los comienzos de los años 30 – un tema que parece no haber sido claramente comprendido en aquel momento, pero que ahora apreciamos. Es posible interpretar esto en el sistema Wickselliano; es decir, con respecto la tasa del dinero por arriba de la tasa natural. La estructura de producción estaba siendo artificialmente “reducida”, para decir, en lugar de “ampliada”. Usando a Wicksell de esta manera, dentro de un sistema Wicksteediano, uno puede analizar la Gran depresión como una contracción acumulativa en un contexto de expectativas incorrectas – y sin un sistema Keynesiano.

 

SHACKLE: Si, si puedo ver eso. Esto es indudablemente muy interesante. Especialmente la referencia a Wicksell. Si, yo lo veo, pero debo decir que todavía pienso que Keynes no llegó realmente a este objetivo hasta que escribió su artículo de 1937 sobre “Teoría General del Empleo” en el Quaterly Journal of Economics. Allí él puso toda la carga en la incertidumbre y sigo pensando que ese es el punto real. Ese “desempleo involuntario” simplemente significa que hay personas que no tienen suficiente fe en sus expectativas como para dar empleo.

 

AEN: Un aspecto que los Austríacos han enfatizado, particularmente en los trabajos recientes de Israel Kirzner, por ej. en su libro Competencia y Empresarialidad, es que el mercado opera a través de actividades coordinadas del entrepreneur. El entrepreneur es el que busca oportunidades, para obtener ganancias del arbitraje. El proceso de mercado con el tiempo tiende a eliminar a los “pobres” entrepreurs, quienes sufren pérdidas, mientras que los “buenos” entrepreurs cosechan ganancias y obtienen el control adicional sobre los factores de producción. Como consecuencia de esto, las personas que, en un momento de la vida estarán tomando decisiones de producción, tenderán a ser aquellos entrepreneurs confiables, es decir, que tienden a ver un futuro mejor que otros. ¿Por qué usted esperaría el repentino colapso de confianza, cuando el mercado siempre tiende a otorgar el control a aquellos que muestran la mayor confianza?

 

SHACKLE: Si, bien, pienso que tendría que decir que ellos pueden tener confianza, pero deberán siempre sortear shocks terribles. Lo que quiero decir es que siempre habrá shocks y cosas que realmente trastornan todo cálculo. No puedo realmente creer en la idea de una mejora fija. Después de todo, algunos de estos hombres, son entrepreneurs muy inteligentes, no están trabajando juntos, están tratando de destruir las posiciones de unos a otros, están trabajando contra el otro y tratando de deshacer lo realizado por el otro.

 

AEN: Hay un aspecto del análisis de Keynes que los Austríacos encuentran particularmente insatisfactorio, el que pone su énfasis en analizar el fenómeno económico primariamente en “macro” o en conjunto. Ahora parece que en ambos, tanto en Treatise on Money y en The General Theory, las micro-relaciones son los distintos aspectos que Keynes evitó cuando trató en forma pura el nivel macro. Las relaciones micro-económicas seguramente son esenciales en un análisis para determinar si una situación “macro” representa la condición de equilibrio o desequilibrio.

 

SHACKLE: Si, estoy seguro que tiene razón. Keynes, sin duda, al tratar con agregados, fue demasiado “agregado”. Estoy totalmente de acuerdo en lo que usted dice. Una vez yo usé un pequeño diagrama en el cual un montón de flechas suben verticalmente, representando el valor de la inversión en un proyecto particular, en el que se invertirá si la tasa de interés disminuyera. Entonces, existirá para cada uno de estos proyectos un nivel de costo de construcción. Su valor debe subir lo suficiente hasta estar por sobre el costo de construcción. Si la tasa de interés baja lo suficiente, llevará a algunos hasta el reino de la ganancia; si baja aún más, subirán más y así sucesivamente. No existe ningún indicio de esto en The General Theory. La eficiencia marginal del capital es justamente esto que usted compara con la tasa de interés, no es verdad?

 

AEN: El multiplicador y la función de consumo, me parece, sufren el mismo problema. Para determinados propósitos analíticos, puede ser útil referirse al nivel “total” de consumo, pero seguramente, lo que interesa es si las demandas relativas y las ofertas de los distintos productos de consumo son los “correctos”.

 

SHACKLE: Bien, como ve, pienso que una de las cosas en la que Hayek era el mejor fue en la simplificación y en el encapsulado de ideas como la función de consumo. Pienso en que él hubiera estado de acuerdo en que la economía es una materia imprecisa y que lo mejor que podemos hacer a veces, si un problema está lleno de dificultades, es el de manejarlo envolviéndolo fuertemente y diciendo “vamos a tratar esto como un todo”. Y pienso que eso es lo que hizo con la función de consumo. Creo, por supuesto, que lo hizo porque estaba muy preocupado en refutar la idea de que un aumento del crecimiento llevaría necesariamente a un aumento en la inversión. Por lo tanto, que su propia respuesta habría sido que debe continuar con esto en lugar de las ideas de la “caja negra”, ya que es la única manera de poder lidiar con la intolerable complejidad y la transitoriedad de las cosas.

 

AEN: Usted ha enfatizado la importancia de las expectativas – que las expectativas son el producto de la percepción individual subjetiva de las oportunidades que se presentan. Se argumenta que un problema con subjetivistas radicales es aquel que casi pareciera como si no estuvieran seguros si realmente existe, como si todo fuera sólo un producto de la mente, sin ninguna relación con la realidad objetiva. ¿Cómo respondería a eso?

 

SHACKLE: Pienso que ese es el punto de vista de algunos. Puedo hablar sólo por mí y yo no digo que la realidad objetiva no exista – éste es un problema filosófico fuera de mi pensamiento profundo. Pero, lo que sí pienso es que nuestras acciones se basan en lo que pasa por nuestras mentes, y una de las formas de llevarlas a cabo es que las cosas que pueda elegir, deben ser realizadas por usted mismo. Sólo usted puede elegir acciones y actos. Cuando la gente dice, estoy eligiendo un nuevo traje, o una casa, lo que realmente están diciendo es, estoy eligiendo cuál comprar. Son las acciones que están eligiendo. Pienso que las acciones deben estar formuladas en nuestra propia mente – es un trabajo de arte, es un trabajo de imaginación. Su lista de cosas elegibles debe estar armada o compuesta por usted antes de poder elegir.

 

AEN: Algunos economistas responderían diciendo que usted ha formulado este concepto tan amplio, tan general, que casi no queda determinismo en él. Usted no puede decir si esto sucederá o que sucederá aquello. ¿Cómo respondería a esto?

 

SHACKLE: Me temo que en la forma más radical. Pienso que existe una completa indeterminación, he gastado mucha energía tratando de ver si podía formular alguna teoría de cómo se forman las expectativas y llegué a la conclusión de que las expectativas están demasiado esquivas y etéreas como para descubrir cualquier principio o regla que explique su aparición. Están basadas en sugerencias y se obtienen sugerencias de cualquier cosa mortal que suceda – que usted pueda leer, o que pueda escuchar. Usted recibe sugerencias desde cualquier lugar. Ningún mortal puede decir de dónde proceden. Como usted ve, ese es el problema.

 

La economía comenzó como una tentativa de imitar a la física. La física de Newton, creo que empezó así, arrancó con el pie equivocado. Puede pedirle a un historiador que explique las instituciones en Inglaterra del siglo dieciocho, pero ¿intentaría preguntarle qué va a suceder en el próximo siglo? Él le contestaría, “mi Dios, hombre, por supuesto que no le puedo contestar ello!!” Él negaría absolutamente la noción de ese tipo de predicción. Bueno, si un historiador no lo puede hacer, ¿por qué lo podría hacer un economista?

 

AEN: Esto está ligado a su punto de vista de lo que “elección” significa en la economía neoclásica o principal.

 

SHACKLE: Realmente desciende al fundamento filosófico porque si reclamamos que cada elección debe ser explicada completamente o tenida en cuenta en un todo según las circunstancias y gustos y, si usted quiere, por el conocimiento, entonces usted está viviendo en un mundo determinista. Puede ser que el determinismo no excluya a la ignorancia. La cantidad de ignorancia que una persona sufre puede estar determinada por su historia, su historia educativa, y sus circunstancias. Pero creo que si usted puede explicar cada elección totalmente, entonces realmente usted es un determinista asumiendo un punto de vista determinista. Encuentro difícil ver el punto de llamar a ello elección, si está completamente determinado.

 

Si realmente pudiéramos explicar cualquier elección completamente, estamos diciendo que podemos señalar las causas que hicieron esta elección inevitable. Es lo único que podría haber sucedido en esas circunstancias. Nosotros realmente estamos diciendo que la persona que ha hecho la elección es sólo un eslabón en la maquinaria, él es solamente el hilo conductor, lo que significa que no está haciendo historia en cualquier sentido real. Bien, podría ser que es una ambición tonta tratar de pensar que la historia humana pueda ser hecha por seres humanos, pero yo veo al Hombre como el “comienzo”, un elector que no puede ser totalmente explicado. Él es una causa sin causa. Pienso que realmente no se puede decir más.

 

AEN: Lo tomo como que usted no tiene mucha confianza o fé en las tentativas hacia las predicciones económicas a través de técnicas econométricas.

 

SHACKLE: No, francamente no. Sería expulsado de la profesión aún más de lo que ya lo he sido, esto sería el fin de mi carrera, si es que no ha terminado hace muchos años atrás. Sin embargo, seré honesto y le diré que no creo que la economía pueda sostener constantes del tipo que lo hace el físico. Los físicos tienen constantes, por ej., la aceleración debido a la gravedad, la tabla de pesos atómicos. No creo que la economía tenga constantes como estas. Usted puede tener mediciones que están bien para el presente. Pero existen infinidad de personas cuyo interés es hacer tonterías con esas mediciones el día de mañana. Bueno, ahora sí he sido totalmente honesto.

 

AEN: Si uno toma esa posición, entonces se podría preguntarle: Tomando lo que usted ha dicho, qué deberían hacer los economistas?

 

SHACKLE: Pienso que deben abandonar el hecho de dar consejos, excepto en el campo más dudoso, el más amplio. Pienso que deben presentar un elemento ético, un elemento más que ético. Si a un hombre se le pregunta si el gasto público debe ser o no reducido, tal vez debería decir, “Bien, si lo reducimos, causaremos una gran pobreza; si no lo hacemos, no sabemos cuáles serán las consecuencias, pero al menos, no tendremos esta pobreza sobre nuestras conciencias”. Este tipo de argumento no es económico, es el argumento de nuestra propia conciencia”.

 

Durante muchos años no he creído en la economía del bienestar como una construcción científica. Mi idea de la economía del bienestar es que usted puede elegir un administrador, un hombre con su propia conciencia, compasión amplia, mente generosa y entonces usted dirá, “Déjenlo a él”. No creo que usted pueda hacer nada mejor. Aquellos economistas que van a dar consejos, o que van a ser consejeros del gobierno o de negocios, tienen que tener su entrenamiento sobre la base de la historia económica, y sólo necesitarán la teoría que puede encontrarse en un libro de segundo año.

 

AEN: ¿Cómo respondería usted a la refutación que, de lo que, en cierto sentido, usted estaría sugiriendo que la economía se transforma en historicismo? La teoría general puede existir, en un nivel muy simple o básico, por ejemplo, el concepto de utilidad marginal, pero, más allá de eso, todo lo que nosotros alguna vez tuvimos es el registro histórico y lo que fue relevante en el pasado puede no serlo en nuestro período.

 

SHACKLE: No, no puede. Y no lo será. Bien, es una posición muy nihilista y me doy cuenta de ello.

 

AEN: En un sentido, lo que usted está sugiriendo es que una gran medida de lo que ha sido construído durante más de doscientos años en economía como una disciplina, necesita ser dejado a un lado, lo cual lo lleva a preguntarse qué es lo que los economistas consideran que la economía requiere para ser considerada una ciencia?

SHACKLE: Lo que yo he estado diciendo durante más de cuarenta años es que la economía no es una ciencia, y no debemos llamarla ciencia.

* Entrevistado por Richard Ebeling en la primavera de 1983. Publicado en la Austrian Economic Newsleteter, Vol. 4, No. 1. Permiso otorgado por el Ludwig von Mises Institute para traducir al español y reproducir en el volumen III del libro La Escuela Austriaca desde Adentro. Traducido al español por Hilda Walfisch. Revisión técnica de Adrián Ravier.

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