La Fuerza Empirica de la Teoria del Valor Trabajo (Shaikh)

En el intercambio online sobre teorías del valor, uno de los asistentes referenció a un trabajo de Anwar M. Shaikh que mostraría la fuerza empírica de la teoría del valor trabajo. Si bien estrictamente hablando los datos empíricos no pueden probar ni refutar teoría de manera inconclusa, si son instrumentos de persuasión científica.

Me tomé el trabajo de leer el documento (varias veces). Siendo probablemente tema de interés para los que han seguido el debate, dejo algunas impresiones de por qué no encuentro este trabajo muy persuasivo.

Debo decir que encontré al trabajo un tanto difícil de seguir. El autor hace uso de álgebra matricial sin explicar en detalle como deben interpretarse sus variables y ecuaciones, lo que hace la lectura difícil y requiere de uno el tener que conjeturar qué es lo que el autor entiende por cada expresión matemática. Los economistas debemos tener siempre presente que es la prosa, no la matemática, la que da claridad a los argumentos. Shaikh también se refiere en varias ocasiones a la tesis doctoral de Ochoa, la cual no se encuentra publicada según las referencias del propio texto. Las referencias a un trabajo no publicado sin una aclaración de cómo interpretar los resultados limitan la claridad del paper a quienes están familiarizados con este trabajo.

En síntesis, lo que Shaikh hace es estimar una fórmula de precios marxistas de producción. Luego Shaikh hace uso de los datos de insumo-producto de Ochoa para ver si los precios y el trabajo se correlacionan tal cual es predicho por la ecuación de precios de producción marxista. Resumidamente (p. 230), el precio de producción (p) es igual al valor trabajo (v) por el salario (w) más la rentabilidad (r) del capital invertido (k):

p = w.v + r.k(r)

Hay dos puntos donde creo el paper se queda corto en su poder argumentativo. Es decir, la fuerza empírica no me parece que sea tal.

En primer lugar es la unidad de medida en lo que respecta al trabajo. Es la fuerza de trabajo socialmente necesaria para producir, no el trabajo, lo que tiene valor. Pero la fuerza de trabajo socialmente necesaria no es observable, los salarios son observables. El paper hace uso de coeficientes de trabajo (horas por dolar de producción) [a0], salarios [w], y valor del trabajo [v]. No me queda claro como deben interpretarse cada una de estas variables. ¿Son las horas una unidad de medida para medir el valor de la fuerza de trabajo socialmente necesario o simplemente estamos midiendo horas de trabajo? Si es así no me parece un buen proxy. ¿En qué se diferencia el «salario» del «valor del trabajo»? Si hora de trabajo por unidad de producto es la fuerza de trabajo, en que se diferencia del «valor del trabajo»? ¿Por qué en la fórmula el salario multiplica al valor del trabajo? Personalmente no encontré este desarrollo muy claro.

Luego el paper utiliza el desarrollo del precio de producción junto a datos tomados de tablas insumo producto para comparar el valor trabajo, el precio de producción marxista y el precio observado de mercado. Los dos primeros se encuentran muy cerca de los precios observados de mercado. Casi todos los resultados son muy similares. El siguiente es el gráfico de dispersión entre valor del trabajo y precio de mercado con una relación casi perfecta.

Shaikh 1Shaikh ofrece otras combinaciones, pero el resultado y el espíritu del mensaje es el mismo. La conclusión de Shaikh es que esta aproximación lineal (que tiene en cuenta la integración vertical de precios en el Tomor III de El Capital) es un muy buen predictor de los precios de producción y de los precios de mercado. ¿Cuál es la prueba de esto? Otro gráfico (15.7) de dispersión.

Shaikh 2Los problemas de esta linea de argumentación deberían ser claros. En primer lugar, no está claro qué se está midiendo. Las horas trabajo no tienen valor, es la fuerza de trabajo socialmente necesaria. No veo referencia clara a cómo se esta midiendo esto. El desarrollo matemático es difícil de seguir debido a la falta de aclaraciones y resultados de correlación casi perfectos suelen ser dudosos (¿se está midiendo lo mismo en ambos lados del gráfico?). De hecho, el trabajo tiene que hacer referencia a horas de trabajo o salario. En segundo lugar, no es aceptable presentar correlaciones como «prueba» de causalidad. Correlación no implica causalidad. Los gráficos de dispersión tienen nulo poder de convicción en lo que respecta a causalidad.

Voy a abstraer de la terminología y álgebra matricial para resumir el argumento en lo siguiente. Al hacer un gráfico de correlación entre el valor del trabajo y el precio del bien (o del precio de producción) vemos una correlación casi perfecta. Esto no quiere decir que el trabajo «cause» el precio más de lo que quiere decir que el «precio» causa el costo de producción (valor del trabajo.) Bien podría ser el caso que la correlación se espúrea, un problema bien conocido en estadística y econometría. Que dos variables se muevan juntas no quieren decir que estén causalmente conectadas.

Hay un problema al no considerar el factor tiempo el cual a su vez requiere considerar expectativas. Al período cero, por ejemplo, el empresario espera vender a un precio de $100 en el período 1. El empresario quiere una tasa de ganancia del 10%. El empresario, entonces, está dispuesto a pagar de su bolsillo 90$ en trabajo. El factor trabajo cobra los $90 indistintamente de que el precio de venta sea o no $100. Si el mismo empresario espera vender a $110, entonces va a estar dispuesto a pagar hasta $100 al factor trabajo. Es más sino lo hace la competencia le quitará empleados al ofrecer mejores salarios que él. Es decir, este proceso produce el mismo resultado que el ofrecido por Shaikh. Mismo tipo gráfico podrían utilizarse para argumentar en favor de una teoría del valor subjetivo donde el valor de los factores de producción depende de la utilidad marginal asignada a los bienes finales y de los precios esperados por el productor.

Tengo la impresión que Shaikh ofrece una herramienta inválida para argumenta causalidad que a su vez se encuentra viciada por la falta de la consideración al factor tiempo.

36 comentarios en “La Fuerza Empirica de la Teoria del Valor Trabajo (Shaikh)

  1. De lo que escribiste acá, lo que menos me cierra es lo siguiente:

    «el precio de producción (p) es igual al valor trabajo (v) por el salario (w) más la rentabilidad (r) del capital invertido (k)».

    No hay ninguna relación entre el precio de producción y la rentabilidad del capital porque la rentabilidad depende de las decisiones de los consumidores en el mercado, no de cuanto se invirtió en producir el bien…

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  2. Es posible que alguna medida derivada de la productividad del trabajo sea utilizado como proxy de «trabajo socialmente necesario.» Pero eso no implica que sea el trabajo el que tiene valor, bien puede ser que el valor del trabajo es inputado del valor de los bienes finales.

    El problema es que al ser observable se requiere una unidad de medida. Esta no puede ser el valor de los bienes dado que eso es lo que se debe explicar.

    Me da la impresión que le texto ofrece como muestreo empírico un caso que admite la misma interpretación por la «teoría opuesta.»

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  3. Cuando decís que «al ser observable se requiere una unidad de medida» ¿estás diciendo lo que pensás vos o estás tratando de interpretar el pensamiento del autor del paper? Porque hasta donde yo se, el valor no es cardinalmente mensurable…

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    • Bueno ese es parte del problema. Pero por lo que entiendo dado que para el marxismo el valor del trabajo es objetivo, entonces debería ser medible. Pero hasta donde he podido ver, la unidad de medida no es sobre la fuerza del trabajo socialmente necesario, sino sobre «horas de trabajo» o «salario», etc. Pero no la fuente originaria de valor.

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      • A ver, yo no leí directamente a Marx. Pero todos los comentaristas explican que para él la fuente originaria del valor es el trabajo, medido en «horas tipo», incluso con una cierta escala comparativa para los trabajos más productivos (por ejemplo, una hora de médico equivale a dos horas de enfermera). Entonces, todo se reduce a ese valor básico que es la hora de trabajo del obrero no calificado. Y de ahí se deduce el valor de los bienes, según cuantas horas de trabajo tengan incorporadas. Cuando se incorpora tecnología y se reduce el tiempo de producción, hay que contabilizar también el tiempo empleado en producir los bienes de capital aplicados para reemplazar la mano de obra humana… En este esquema, naturalmente, el valor es mensurable, pero la utilidad de los bienes finales está completamente ausente.

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    • Así es.

      (Nicolás: Ezequiel tiene razón. Acá confundiste «fuerza de trabajo» con «tiempo de trabajo», pero igual me parece que lo que planteás sigue estando bien sólo cambiando ese término.)

      Igual me parece evidente, Ezequiel, que el término él lo utilizó pensando en el concepto «tiempo de trabajo socialmente necesario» y no en la aporía conceptual de «fuerza de trabajo socialmente necesaria», cosa que, tenés razón, no existe (no sólo en el marxismo, tampoco tendría mucho sentido fuera de él) y que con cierto esfuerzo linguistico podría aludir al precio del trabajador, esto es, al salario, o bien a lo que tendería a reflejar, esto es, al «tiempo de trabajo socialmente necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo».
      En este caso para mí está claro: Nicolás se está refiriendo a lo primero, o sea: al «tiempo de trabajo socialmente necesario».

      En fin, cabría corregir este término usado en el artículo, y ya está. Creo que no es un problema conceptual sino terminológico, y es una confusión más que entendible siendo que, por lo general, se requiere cierto acostumbramiento que deriva del uso regular de estos términos marxianos (costumbre que, es cierto, ayuda a pensarlos mejor) al que los austríacos tendrán que adaptarse para este debate.
      En cualquier caso, el hábito no hace al monje 😉

      Saludos a todos.

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  4. No sé cómo interpreta usted el texto, Pablo, pero a mí se me hizo imposible la lectura del artículo a partir de aquel error. Simplemente no sé de qué está hablando, y creo que el propio autor debería corregirlo, en lugar de tenernos adivinando a ciegas.
    No es tan fácil como a usted le parece, Pablo, el reemplazar en el texto a «FdeT soc nec.» por «tiempo de trabajo soc nec», pues el propio autor le atribuye al primer concepto, características propias de la FdeT, y que no tiene el trabajo. Por lo tanto, no está pensando en «tiempo de trabajo» mientras escribe «F de T.» Simplemente está mezclando conceptos en una fusión incomprensible. Lo demuestro con una cita:

    «Es la fuerza de trabajo socialmente necesaria para producir, no el trabajo, lo que tiene valor.»

    Si tiene valor, en términos marxistas, es fuerza de trabajo, y no trabajo, por lo tanto el autor está pensando en «fuerza de trabajo». Por lo tanto no podemos simplemente reemplazar FdeT por Tiempo deT, si queremos mantener la coherencia.

    Creo que ningún artículo debería dar lugar a estas confusiones. Por ejemplo en el mismo párrafo se lee la expresión «valor del trabajo» que no tiene sentido en términos marxistas.

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    • Ezequiel: me equivoqué en mi aclaración por leerlo a las apuradas. Lo que habría que cambiar es «fuerza de trabajo socialmente necesaria» por «fuerza de trabajo». Fijate, Ezequiel, que tal vez así podrías entender el argumento de fondo. Simplemente basta con quitar «socialmente necesaria». No es el uso más adecuado de los términos, pero creo que con un poco de buena intención, Ezequiel, se puede entender.
      Y, en rigor, no es el artículo el que da lugar a confusiones, sino a la inversa. Es el farragoso lenguaje creado por Marx el que ayuda a esto. Basta con ver que hasta vos te confundís. Decís: «Si tiene valor, en términos marxistas, es fuerza de trabajo, y no trabajo», y te equivocás. En términos «marxistas», cabría decir, en cambio, algo como: «Si tiene valor, es una mercancía que porta una cantidad de trabajo abstracto (objetivado o materializado en la misma).». Luego «dicha mercancía puede ser tanto la fuerza de trabajo como un bien cualquiera». O sea: la fuerza de trabajo no es lo único que tiene valor en Marx. Sobra decir que no te tengo que aclarar esta obviedad, porque imagino que ya lo sabrás de memoria. Y sin embargo, vos, Ezequiel, que estás más que al corriente de la jerga marxiana, armaste mal una oración muy simple. O en apariencia muy simple.

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      • Tal vez se pueda hacer su experimento con éxito, Pablo, pero me gustaría que me explicara según su interpretación, qué quiere decir esta frase: «Si hora de trabajo por unidad de producto es la fuerza de trabajo, en que se diferencia del “valor del trabajo”» y qué tiene que ver esta frase con el marxismo.
        Después, su intento de disculpar las imprecisiones del autor por lo «complicado» del vocabulario, si depende sólo de mi supuesto error, va mal encaminado, pues es de lógica elemental que el hecho de afirmar que la FdeT tiene valor, no implica en ningún momento que SÓLO la FdeT tiene valor. Del mismo modo se puede decir que Messi es un gran jugdor de fútbol sin que sus colegas se vean ofendidos por ser supuestamente excluidos de esa categoría, etc.
        Lo que yo dije es que, entre FdeT y Trabajo, sólo la primera tiene valor. Lo que usted agrega no tiene necesidad lógica. Es como si yo no pudiera decir que los automóviles tienen valor, y tuviera en cambio que aclarar, cada vez, que las mercancías tienen valor y que los automóviles, en tanto mercancías, tienen valor, etc.

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      • ¿Cómo que no te referiste al argumento de fondo, Ezequiel? Dijiste: «A mí se me hizo imposible la lectura del artículo a partir de aquel error. Simplemente no sé de qué está hablando». Y agregaste: «Simplemente está mezclando conceptos en una fusión incomprensible.»
        Si el argumento de fondo no depende de la esencia y uso de todos los conceptos vertidos para fundamentarlo, luego tuviste que haber podido, Ezequiel, leer y entender al menos algo de este artículo. Pero si no lo entendiste, luego el argumento de fondo es afectado por el uso erróneo del término «fuerza de trabajo socialmente necesario» y entonces es falso que no te estés refiriendo o incluyendo en tu crítica al argumento de fondo del post. O lo uno o lo otro.

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      • Si dije claramente que no pude leer la parte del artículo que sigue a los errores mencionados, mal puedo pretender opinar sobre argumentos que no conozco, y que supongo que hacen al fondo de la cuestión -supongo.
        Su afirmación de que el criticar un aspecto parcial de una nota afecta indirectamente al fondo, implica suponer un grado alto de dependencia del núcleo de la nota respecto a los temas parciales mencionados. Ésa puede ser su opinión, pero yo nunca dije nada por el estilo ni arriesgué opinión sobre el fondo de la cuestión.
        Si usted cree que éste se ve afectado por los errores mencionados, entonces tendrá que discutirlo con el autor, que parece no darle importancia al asunto.

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  5. Me quedé pensando en los conceptos de «fuerza de trabajo» y de «valor», y en una curiosidad respecto a éstos que siempre me llamó la atención y que creo vale la pena comentar acá. La adopción coherente de la idea de «valor» en el sistema marxiano implica una visión interesante y bastante extraña de lo que es un trabajador asalariado (presupuesto único trabajador y por ende único creador de valor). La teoría de la explotación de Marx nos dice que el salario tiende a equivaler al costo de la fuerza de trabajo. O sea: ceteris paribus, si el salario en tanto precio refleja tendencialmente el valor que el asalariado necesita «comandar» con sus compras para poder hacer su trabajo, esto es, el valor de su fuerza de trabajo (recuérdese: «valor» en una mercancía = «cuantía de trabajo abstracto socialmente necesaria» involucrada en la producción de la mercancía), todo lo que consume el asalariado, por muchos bienes que sean, sirve sólo para «producir» al obrero en tanto, a su vez, “máquina” de producción. En principio ¿se puede demostrar? Una forma de intentarlo sería analizar, por ejemplo, a través de cada uno de los aumentos de salario: ver los nuevos bienes de consumo comprados con ese nuevo salario, y analizar cuáles no son útiles para su función laboral. Pero la tautología lo prohíbe: si los consume con el dinero del salario, por mucho que aumenten en cantidad o calidad, estarán destinados a su reproducción como obrero. Su ocio, sus salidas al boliche, al cine, sus hobbies, los regalos a su novia, el coche, la PS4 para sus hijos (futuros proletarios que necesitan el último Killzone para cultivar su capacidad para vender una cajita feliz o diseñar la última impresora de órganos), en fin, absolutamente toda su existencia enajenada está dirigida, necesariamente, a su reproducción como fuerza de trabajo. Si alguna parte de su consumo no lo estuviera, luego el obrero estaría consumiendo plusvalor. Y si consumiera plusvalor el mercado de trabajo dejaría de cumplir su función, que es la de destilar en una medida común la cantidad de trabajo en la forma de «valor social» (no confundir con «utilidad social») expresado en el precio, ya que el valor de la mercancía sólo puede reflejar la cantidad de trabajo (socialmente necesaria) para hacer la mercancía, y esto incluye el trabajo directamente realizado, más el trabajo necesario para la creación de las máquinas, incluyendo al obrero mismo (obrero que, según Marx y su extraña ley de conservación de energía, es la única cosa capaz de crear más valor que el que porta; más trabajo que el necesario para crearlo, etc.). El precio natural al que los precios de mercado tienden, no puede ser ni más ni menos que eso, gracias a lo cual el mercado coordina gracias al «valor» toda la producción. Si así no fuera, o sea, si el asalariado consumiera más de lo necesario para su reproducción social, luego el propio valor no sería posible. No hay valor sin plusvalor y viceversa (Rubin).
    En resumen, y para terminar este divague: para Marx todo lo que consume (o sea, compra) en su vida el obrero son necesariamente piezas necesarias para su propia regeneración física e intelectual en tanto fuerza de trabajo, y nada más. Insisto: si así no fuera, el valor portado en el salario no podría tender a equivaler al valor de la fuerza de trabajo. En consecuencia, para que el salario con el cuál subiste el obrero equivalga y no supere en valor a su fabricación en tanto operario (o sea, al tiempo de trabajo utilizado en ÉL), todo el obrero debe ser existencialmente reductible a su fuerza de trabajo. Y cabe hilar más fino: la creación de un proletariado revolucionario comunista no es, por ende, un accidente, una contingencia, resultado de una liberación, sino parte necesaria del consumo del obrero y parte funcional al proceso de desarrollo del capital.
    Detalles 🙂

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    • Para que siga pensando:
      «Por oposición a las demás mercancías, pues, la determinación del valor de la fuerza laboral encierra un elemento histórico y moral. Aun así, en un país determinado y en un período determinado, está dado el monto medio de los medios de subsistencia necesarios.» (capítulo 4 de El Capital)
      La demostración del concepto FdeT se desarrolla en los primeros capítulos (con leer hasta el cap 4 le bastará) de El Capital, culminando en la demostración de la existencia del plusvalor. Sin conocer el desarrollo de los argumentos, no se puede objetar alegremente «¿esto se puede demostrar?». Está escrito, más bien lo que tiene que hacer es leer y refutar.

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      • Ezequiel: leí El capital casi completo, y no por eso tengo que coincidir con vos en que Marx haya demostrado nada. A lo sumo «muestra» el concepto, pero no lo «demuestra».
        La cita que me pasás no sé en qué ayuda a pensar el asunto, ya que refuerza lo que afirmé antes sobre la explicación de Marx del valor de la fuerza de trabajo: es tautológica e indemostrable.

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      • Pablo, leer El Capital no da ningún pergamino para hacer afirmaciones no demostradas sobre el mismo. Le repito que la definición de FdeT surge de un argumento que se desarrolla en esos capítulos, y que usted no menciona.

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      • Ezequiel: yo no dije que la definición de FdeT no surgiera de la argumentación que se desarrolla en esos capítulos. De hecho mencioné dicha argumentación. Lo que dije es que la argumentación no es propiamente tal: es circular e indemostrable (lo que no implica que sea falsa y que no pueda sostenerse con el desarrollo que Marx hizo en El capital tomado por entero).

        Voy a aprovechar para explorar un poco más la cuestión. Se afirma que los bienes de consumo que consume el proletario con su salario son todos los necesarios para su autorreproducción como obrero en una cultura determinada* y no más que eso (o sea: el trabajo muerto socialmente necesario para mantener al proletario y nada más). Luego, habría que demostrarlo: buscar entre los bienes de consumo (desde los alimentos que come hasta la música que escucha), cuáles son aquellos que de hecho sirven a tal propósito y cuáles no, de forma de ver que todos sean funcionales a su existencia laboral (véase: ¿es necesario realmente que vea x película para que pueda operar una computadora?). Pero resulta que la respuesta marxiana es circular: si se consumen con el salario no pueden ser otra cosa que eso, ya que si no fuera así estaría consumiendo parte del excedente en términos de valor.
        O sea: hay que buscar razones por las cuáles todo lo que el proletario consume sea funcional o requerido para su subsistencia de una forma u otra, de forma que sean un elemento tan vital que termine reflejándose en el precio de mercado de la fuerza de trabajo. Marx habla de «hábitos y aspiraciones vitales». ¿Vitales por qué? ¿Por qué los hábitos culturales de un irlandés son vitales para su subsistencia en tanto operario y cómo es que puede ser que se requieran «hábitos y aspiraciones» diferentes de parte de un operario coreano haciendo exactamente la misma labor?
        Se me ocurren ahora muchísimas posibles racionalizaciones (que sin esos hábitos preferirían morirse de hambre, para elegir la más burda), pero ninguna posible de demostrar y hacer inteligible dentro de una teoría. Más todavía, hay que explicar por qué esos «hábitos y aspiraciones vitales» aumentan en vez de disminuir. De hecho, se puede «explicar», por ejemplo se podría decir que la fuerza de trabajo, como parte de las fuerzas productivas en desarrollo, implican mayores capacidades físicas e intelectuales dirigidas y alienadas en nuevas formas de trabajo, y que esas capacidades se cultivan y alimentan de nuevos y mejores (sic) bienes de consumo culturales. Pero, de vuelta, sería sólo «explicar» una hipótesis: no se puede demostrar o corroborar.

        [*] ¿No eran los elementos «morales» y los «niveles culturales» parte de la superestructura ideológica de la sociedad burguesa en vez de condiciones infraestructurales para su existencia? De pronto parece, en esta cita, que tienen una vida propia tan independiente y hasta rígida (a lo Herder) que requieren agregar valor a la fuerza de trabajo en vez de que sea el trabajo social realizado el que determine su moral y su cultura.

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      • Pablo, la cita que acerqué justamente desmiente su afirmación de que todo lo que constituye el valor de la FdeT es exclusivamente lo que va a constituir la capacidad productiva del obrero. Sin esta afirmación suya, nada de lo que está diciendo tiene sentido. Marx lo explica muy extensamente, así que si quiere seguir afirmando lo mismo, demuestre su opinión con algún rigor.
        Y usted no mencionó en ningún momento la argumentación de la que se deduce la FdeT. Acaso usted crea que la mencionó, pero en tal caso, es que no la conoce.

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      • Ezequiel: tu cita no desmiente absolutamente en nada mi afirmación de que, para Marx, todo lo que constituye el valor de la fuerza de trabajo es exclusivamente lo que va a constituir la capacidad productiva del obrero. ¿Cómo podría ser de otra forma? Si hay una sola cosa prescindible en el consumo del proletario, entonces eso ya es consumo de plusvalor, superando así el valor de la fuerza de trabajo, esto es: del tiempo de trabajo «socialmente necesario» para la reproducción social del obrero. Repito, para que no quede la menor duda: si el salario paga algo más que lo que es necesario para la capacidad productiva del obrero, entonces automáticamente eso ya no forma parte del valor de la fuerza de trabajo. Que la capacidad productiva requiera gastos en la subsistencia biológica y en ciertos requerimientos sociales y culturales, es una verdad de Perogrullo que ya está implícita en mi afirmación. La cuestión es que esos requerimientos sociales y culturales no pueden ser ajenos -ni independientes- a la reproducción de la fuerza de trabajo. O sea: cualquier cosa que no vaya a constituir finalmente la capacidad productiva del obrero, sino que termine en «otro lado», no puede ser parte constituyente del valor de la fuerza de trabajo. Está en la propia definición: es tautológico. Si, como vos afirmás, Marx explica muy extensamente lo contrario, realmente se escapa a mis conocimientos, pero me sorprendería mucho ya que sería contradictorio con el concepto de fuerza de trabajo que el mismo Marx explicita no sólo en el capítulo 4 sino a lo largo del Das Kapital. ¿Podrías decirme en qué lugar de su obra afirma que parte del valor de la fuerza de trabajo no pasa a constituir la capacidad productiva del obrero? Porque, que yo sepa, en El capital, Marx afirma exactamente lo que yo describo pero con otras palabras:

        «El aspecto de la cosa cambia, sí en vez de fijarnos en un capitalista y en un obrero aislados enfocamos la clase capitalista y la clase obrera en su totalidad; si, en vez de examinar el proceso aislado de producción de una mercancía examinamos el proceso capitalista de producción, en su flujo y en toda su extensión social. Cuando el capitalista convierte en fuerza de trabajo una parte de su capital, lo que hace es explotar su capital entero. Mata dos pájaros de un tiro. No saca provecho solamente a lo que el obrero le entrega, sino también a lo que él da al obrero. El capital de que se desprende a cambio de la fuerza de trabajo se convierte en medios de vida, cuyo consumo sirve para reproducir los músculos, los nervios, los huesos, el cerebro de los obreros actuales y para procrear los venideros. Así, pues, dentro de los límites de lo absolutamente necesario, el consumo individual de la clase obrera vuelve a convertir el capital abonado a cambio de la fuerza de trabajo en nueva fuerza de trabajo explotable por el capital. Es producción y reproducción del medio de producción indispensable para el capitalista, del propio obrero. El consumo individual del obrero es, pues, un factor de la producción y reproducción del capital, ya se efectúe dentro o fuera del taller, de la fábrica, etc., dentro o fuera del proceso de trabajo, ni más ni menos que la limpieza de las máquinas, lo mismo si se realiza en pleno proceso de trabajo que si se organiza durante los descansos. No importa que el obrero efectúe su consumo individual en su propio provecho y no en gracia al capitalista. El cebo del ganado de labor no deja de ser un factor necesario del proceso de producción porque el ganado disfrute lo que coma. La conservación y reproducción constante de la clase obrera son condición permanente del proceso de reproducción del capital.» (Marx, Carlos, El capital, T. I, Fondo de Cultura Económica, México, 1973, p. 481)

        Por lo demás, si se entiende un sistema de pensamiento por entero, no debería bastar con apelar a citas de meras afirmaciones su autor para corroborar o refutar una forma de entender al mismo, ya que éstas bien podrían ser contradictorias. Con mucho cabría citar a Marx si tiene una forma mejor que la criticada de hacer que el propio sistema marxiano cierre. En este caso (lo que te acabo de pasar) se da que lo citado concuerda con lo que se puede deducir del resto de su noción de «capital» y de «fuerza de trabajo». Que esto está implícito en la noción marxiana del capital se deriva de su interpretación del mismo como sujeto social que genera a todos sus objetos sociales, que son las clases que lo constituyen: «Por tanto, el proceso capitalista de producción, enfocado en conjunto o como proceso de reproducción no produce solamente mercancías, no produce solamente plusvalía, sino que produce y reproduce el mismo régimen del capital: de una parte al capitalista y de la otra al obrero asalariado» (Marx, Carlos, ibíd, p. 487)

        Por si acaso, te paso otra cita: «[…] Por eso el capitalista y su ideólogo, el economista, sólo consideran productiva la parte del consumo individual del obrero necesaria para perpetuar la clase obrera, es decir, aquella parte que el obrero tiene forzosamente que consumir para que el capital devore la fuerza de trabajo; todo lo demás que el obrero pueda consumir por gusto suyo es consumo improductivo. 10 Si la acumulación del capital produjese un aumento del salario y, por tanto, un incremento de los medios de consumo del obrero, sin que aumentase el consumo de la fuerza de trabajo por el capital, el capital adicionado se consumiría improductivamente. 11 En efecto, el consumo individual del obrero es improductivo para él mismo, pues no hace más que reproducir el individuo necesario; sólo es productivo para el capitalista y para el estado, puesto que produce la fuerza productora de riqueza para otros. 12 Por tanto, desde el punto de vista social, la clase obrera, aun fuera del proceso directo de trabajo, es atributo del capital, ni más ni menos que los instrumentos inanimados. Hasta su consumo individual es, dentro de ciertos límites, un mero factor en el proceso de reproducción del capital.» (Marx, Carlos, ibíd, p. 482)

        Sobre lo último: la argumentación que mencioné era en la que se deduce cómo se forma el valor de la fuerza de trabajo. Pensé que a eso te referías. La «deducción» de la que vos hablás, de que la fuerza de trabajo existe, por qué existe, y cuáles son sus condiciones de existencia, que también la conozco, la dí por sobreentendida, y no entiendo por qué debería mencionarla, ya que en nada afecta al punto.

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    • Releo su primer comentario sobre este tema de la FdeT.
      La FdeT es intercambiada por un salario, y se trata de un intercambio de equivalentes, la mercancía FdeT de valor x por el salario de valor x. El valor de la FdeT se determina igual que el de las demás mercancías, por el tiempo de trabajo etc. y esta determinación se hace efectiva mediante los mecanismos del mercado, que ajustan las variaciones coyunturales respecto a la norma.
      Digo todo esto para ir a su caso. Si la FdeT en algún momento es pagada por debajo de su valor «normal», ceteris paribus, los mecanismos de mercado actúan deprimiendo la oferta de esa FdeT, y a la inversa, si se paga por encima, cae la demanda. Por lo tanto no se puede afirmar que toda variación salarial pasa a representar inmediatamente el nuevo valor de la FdeT. Tal afirmación equivaldría a igualar valor y precio. Sólo un cambio histórico de magnitud puede alterar el valor de la fuerza de trabajo, ya sea por cambios en el modo de producción o por la lucha de clases. Por todo lo anterior, no se puede afirmar que los cambios de precio coyunturales del salario, afecten de tal modo al valor de la FdeT, de modo que anulen de hecho su valor y cancelen la regulación mercantil.

      Tampoco se puede atribuir a Marx la idea de que «todo lo que consume el asalariado, por muchos bienes que sean, sirve sólo para “producir” al obrero en tanto, a su vez, máquina de producción». Aunque esto es una aproximación a su pensamiento, no es correcto simplificarlo de esta manera, ante la evidencia en contrario que usted mismo presenta. En la última cita de su último comentario, se dice claramente que el obrero puede tener gastos que para el capitalista sean improductivos, y Marx aclara que el carácter productivo del consumo obrero es CASI absoluto «dentro de ciertos límites», lo que indica que fuera de esos límites hay un espacio para otro tipo de consumo. Esto no se entiende desde su perspectiva, pero sí desde las aclaraciones que he acercado, y que amplío abajo:

      «Por lo demás, hasta el volumen de las llamadas necesidades imprescindibles, así como la índole de su satisfacción, es un producto histórico y depende por tanto en gran parte del nivel cultural de un país, y esencialmente, entre otras cosas, también de las condiciones bajo las cuales se ha formado la clase de los trabajadores libres, y por tanto de sus hábitos y aspiraciones vitales [53] j. Por oposición a las demás mercancías, pues, la determinación del valor de la fuerza laboral encierra un elemento histórico y moral. Aun así, en un país determinado y en un período determinado, está dado el monto medio de los medios de subsistencia necesarios.»

      Las aspiraciones vitales de los obreros pueden dirigirse a un consumo no enteramente productivo para el capitalista, en alguna medida.

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      • Ezequiel: entiendo perfectamente la diferencia entre precio y valor en Marx. Tal vez te pareció que no porque cuando hablaba del salario me refería a que éste equivale al valor en condiciones normales, y que tiende a ser equivalente al valor continuamente. Precisamente, ahí está la clave que te puede ayudar a entenderlo. Las citas de Marx que te pasé son bastante claras. Y, como mencioné en el mensaje anterior, lo más importante no es que las diga Marx –que podría contradecirse–, sino que son citas coherentes con el planteo general de su obra y con el sistema que intenta ofrecernos y que se supone deberíamos poder entender sin su ayuda.

        A ver, voy a extenderme, pero sólo para reiterar lo mismo de diferentes formas. Para empezar, te comento que cuando comencé a plantearme estas implicancias ni siquiera conocía las últimas citas que te pasé. Lo deduje como una necesidad de la misma noción de valor de la fuerza de trabajo. Y lo corroboré luego al conocer a ciertas escuelas marxistas, o mejor dicho, marxianas, a través de ciertos representantes de las mismas con quienes estuve dialogando (y con otras, peleando, desgraciadamente).

        Veamos. Empecemos por algo que me reconocés: el carácter productivo del consumo obrero es casi absoluto. Si quitás las diferencias despreciables del precio concreto (del valor de cambio) con respecto al valor, todo el consumo del obrero necesariamente debe ser productivo para el capitalista (y decir esto todavía no sería totalmente correcto: debería hablarse de que es productivo para el capital). Ese pequeño espacio para «otro tipo de consumo» no es cualitativo sino cuantitativo: es el plusvalor que consume el obrero si el precio salarial supera coyunturalmente al valor de su fuerza de trabajo y comanda más valor en bienes de consumo para el proletario. Vos mismo dijiste: «Por lo tanto no se puede afirmar que toda variación salarial pasa a representar inmediatamente el nuevo valor de la FdeT.». Precisamente. Traducí esto a su consumo: no toda variación con respecto al consumo productivo para el capital pasa a representar inmediatamente una nueva necesidad de consumo por parte de dicho obrero, ni tampoco el carácter del mismo.

        Usaste las palabras correctas cuando dijiste «el tipo de consumo», ya que el carácter del consumo está signado –y no podría ser de otra manera– por la coordinación mercantil de la producción, hecha posible a su vez por el valor. Si la fuerza de trabajo es pagada por encima de su valor lo hará en forma inconstante y por ende no servirá para que ésta genere con dicho desfasaje una demanda constante de un nuevo bien (si así fuera, la ley del valor no tendría sentido). Luego, no queda nada en el consumo del obrero que no sea cualitativamente funcional al capital, y si lo hay tiende a desaparecer por efecto del mercado en tanto el valor reflejado en el salario se acerca al de la mercancía relativa que es la fuerza de trabajo. Los desfasajes entre el valor comandado por el salario concreto y el valor de la fuerza de trabajo, sólo repercutiría cuantitativamente: el proletario podría comprar más bienes, tal vez, pero que fueron creados para ser productivos para el capital y no para el obrero. No es que podría comprar otro tipo de bienes. Pero ni aun esta situación es lo que aparece en la cita que me repetís. Lo dicho por Marx en tu cita está contemplado por lo dicho por Marx en las que yo te pasé. Pero antes de llegar a eso supongamos lo siguiente: si el precio del salario se pagara exactamente de acuerdo al valor en todos los casos, nada de lo que la fuerza de trabajo consume podría no ser productivo para el capitalista. Está en la propia definición: el valor de la fuerza de trabajo es sólo el tiempo de trabajo socialmente necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo, y dicha reproducción se concretiza en los bienes que consume. Si uno solo de dichos bienes no cumple esta función, entonces ya no entra en la parte pagada del salario que corresponde al valor de la fuerza de trabajo, y necesariamente implica consumo de plusvalor.

        Ahora volvamos a la cita que pasás de Marx. El elemento «histórico y moral» no puede ser otra cosa que un costo de reproducción del proletario, y no un excedente cultural apropiado por el mismo (si existe un excedente consumido por el obrero, no es parte del valor de la FdT). Como dice Marx con la intención de ser cruel para con el proletario cosificado: «no importa que el obrero efectúe su consumo individual en su propio provecho y no en gracia al capitalista. El cebo del ganado de labor no deja de ser un factor necesario del proceso de producción porque el ganado disfrute lo que coma.». El cebo no deja de ser cebo porque sea el requerido “histórica” o “moralmente”. Y todavía más, esto implica, si se lee literalmente a la historia y a la moral locales del obrero como elementos culturales independientes del capital, que, como dije en el otro mensaje, la superestructura le pone “condiciones” y “costos” a la infraestructura. Y esto es un problema en el modelo marxiano. Pero aun si así fuera, aun estos “costos extra” que se deben pagar en el salario, caen en el valor de la fuerza de trabajo. O sea: sólo puede haber consumo constante de otro tipo si el salario, por efecto de la competencia, tendiera a reflejar dos valores: el valor de la fuerza de trabajo (por definición 100% productivo para el capital) y el valor de la “la historia y la moral” del obrero (que, según tu definición, sería consumo productivo para el obrero, o cuanto más no sea, improductivo par el capital). Pero tal cosa no tendría sentido. No al menos en Marx.

        Finalmente, vos bien decís: «Aunque esto es una aproximación a su pensamiento, no es correcto simplificarlo de esta manera, ante la evidencia en contrario que usted mismo presenta.». Pero, precisamente, la evidencia que yo muestro en contrario, es evidencia para vos y yo. O sea: cuando yo mencioné del obrero «su ocio, sus salidas al boliche, al cine, sus hobbies, los regalos a su novia, el coche, la PS4 para sus hijos», lo hice para mostrar lo que, a mi parecer, era el absurdo implicado en la hipótesis marxiana respecto a que el salario tienda a reflejar el valor de la fuerza de trabajo. No hay muchas opciones: o es absurdo esto y con él el axioma de Marx, o no lo es. ¡Tal vez no lo sea! No lo es para muchos marxianos coherentes (coherentes al menos en esto), y por ello hay que tener muy en cuenta su explicación de que todos esos bienes son en realidad parte del desarrollo de las fuerzas productivas encarnadas en el obrero y necesarias al mismo en tanto fuerza de trabajo, esto es, en tanto el proletario es reductible a ser un mero atributo del capital (siempre según Marx).

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      • Pablo, no me interesa juzgar si usted conoce la diferencia entre valor y precio, lo que dije en cambio, es que atendiendo a tal diferencia, no se puede sostener que los aumentos salariales por encima del valor de la FdeT anulen obligatoriamente la determinación del valor de la mercancía. Usted identifica cualquier componente no productivo del salario con tal aumento del salario por encima del valor de la FdeT, lo cual es una deformación de la explicación marxiana del asunto, esto demostrado por las citas. Ahora, para salvar este abismo interpretativo y mantener su postura, usted dice que la definición citada de Marx no debe ser tenida en cuenta -porque podría contradecirse-, sino que debe ser tenida en cuenta la definición de usted, que sería más coherente con el sistema marxiano, que la del propio Marx.
        Su definición del valor de FdeT toma la idea de Marx de que su variación está sujeta a los ciclos del capital, y la simplifica, haciéndola mecanicista y absoluta (del mismo modo usted simplifica el marxismo al decir que la superestructura no podría influir en la infraestructura, y se sorprende cuando encuentra que Marx no se ajusta a la idea que usted tiene de su teoría).
        En el Cap 23 se explica extensamente (tanto, que sería imposible citarlo aquí) que el valor de la FdeT está determinado y sujeto a la acumulación del capital, es decir que la prioridad explicativa del mismo debe buscarse en el capital antes que, por ejemplo, en la variación demográfica del proletariado. Pero esto no implica, según explica Marx, que el valor de la FdeT esté atado al mínimo salarial que incluya sólo los gastos que para el capital son productivos. Al contrario, con los ciclos del capital y sus necesidades, el valor de la FdeT puede aumentar, siguiendo tal ciclo y tal necesidad objetiva, pero teniendo como efecto un aumento de la masa salarial que crece por encima del nivel que hasta ayer era el valor normal de la FdeT. Este crecimento tiene como límite superior, el punto en el que la tasa de ganancia no puede ya disminuir más sin afectar a la reproducción del capital, y por supuesto tiene como límite inferior a los medios de subsistencia indispensables para la reproducción física del obrero.
        Como se ve, el valor de la FdeT está determinado por lo que es (no por una definición ad hoc), de aquí mi insistencia en la explicación de la deducción previa del concepto. Este valor está determinado entonces por la necesidad del capital de usar una mercancía cuyo valor sea inferior (en una medida dada a su propósito) al valor que ésta pueda producir. Dada la naturaleza viva de tal mercancía, esto define un rango de valor. El límite inferior es la supervivencia física del ser vivo, y el límite superior es, dicho rápidamente, la tasa de ganancia media que pueda obtenerse.

        Usted sigue diciendo que el valor de la FdeT «por definición» es sólo productivo para el capital, pero con esto habla de «su» definición, y no de la definición que hace Marx (la citada), creo que es necesario que en el futuro se aclare esta diferencia, y que usted mismo se haga consciente de que hace referencia a una cosa no en sus propios términos, sino en en otros, creados por usted.

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      • Ezequiel: estás haciendo un hombre de paja de mis palabras. A ver:

        Yo no dije que los aumentos salariales por encima del valor de la fuerza de trabajo anulen obligatoriamente la determinación del valor de la mercancía. ¿Cuándo dije tal cosa? Lo que sí dije es que lo anularían si dichos aumentos son constantes reflejando una tendencia durante el proceso de competencia, o sea, que el precio natural al que tendiera el salario superara dicho valor.

        Yo sí identifico cualquier componente del salario que se salga del valor de la fuerza de trabajo como no productivo para el capital. Pero eso es evidente. No veo ninguna deformación respecto a la explicación marxiana.

        Tampoco dije que la definición citada de Marx no debe ser tenida en cuenta porque pueda contradecirse, sino que no basta con ella. Por ende, menos puedo decir que deba tenerse en cuenta una definición mía. Lo que dije es que hay que buscar las definiciones que sean coherentes con el sistema marxiano por entero. De cualquier manera, insisto, las definiciones de Marx favorecen mi punto, no el tuyo. Creo que las citas al respecto que le pasé han sido bastante claras. Al principio literalmente descartabas mi descripción, hecha por deducción, de que dada la definición de fuerza de trabajo todo el consumo del proletario debía de ser productivo para el capital, y que por ende el obrero era un atributo del capital. Luego la afirmaste conmigo, pero hiciste una pequeña y nimia excepción. Tu primer comentario claro sobre este punto fue: «la cita que acerqué justamente desmiente su afirmación de que todo lo que constituye el valor de la FdeT es exclusivamente lo que va a constituir la capacidad productiva del obrero.». El que le siguió luego de que copié las citas de Marx fue: «Marx aclara que el carácter productivo del consumo obrero es CASI absoluto».

        Yo no simplifico al marxismo. Tengo muy en cuenta que la superestructura puede «influir» en la infraestructura, pero aun para Engels queda claro que la dinámica del desarrollo de la superestructura es, con respecto a su equivalente en la infraestructura, como las nubes de tormenta respecto de la evolución del suelo hasta el centro de la tierra. Aun cuando posea cierta independencia, siempre la superestructura dimana de la infraestructura, y es determinada en última instancia por esta última (a diferencia de lo que acontece en Weber).
        Ahora bien, en la lectura que vos hacés de la cita de Marx (que a mi juicio de cualquier manera es errada) las condiciones «históricas» y «morales» se aparecen como independientes de la infraestructura. ¿Cuál es el problema si Marx se pudo haber equivocado en una frase? Tal vez se contradijo en un punto y su sistema sigue estando bien a pesar de eso. ¿Contemplás dicha posibilidad?

        Otro punto. Tampoco tomo la idea de que en Marx el valor de la fuerza de trabajo está sólo sujeta a los ciclos de capital, porque no los tomo como algo separado. Lo que digo es que, en Marx, todos los demás factores se subsumen en el capital, y por ende deben determinarse en última instancia por éste. Y esto se deduce de que el proletario es, para Marx, un atributo del capital.

        Respecto a tu interpretación del capítulo 23: las variaciones del valor de la fuerza de trabajo no pueden ser independientes de lo que es productivo para el capital. El crecimiento del salario de acuerdo al valor de la FdT es siempre producto de una necesidad del capital mismo. El mínimo salarial del que vos hablás no es la reproducción física del obrero en tanto ser vivo, sino la reproducción del obrero en tanto obrero, en tanto fuerza de trabajo. No se trata de que, como parece que estás diciendo, todo lo que supere la supervivencia biológica del obrero es consumo improductivo para el capital, y que por ende el mínimo necesario fuera éste. Esto contradice completamente a Marx y parece remitir a Ricardo. El límite inferior del que hablás es un límite en abstracto, pero no productivo para el capital en cualquier circunstancia. Cuando el valor de la FdT sube por encima de la mera reproducción física del obrero (en rigor: siempre, ya que la mera supervivencia física no basta para saber hacer un trabajo), es porque el capital mismo necesita una fuerza de trabajo superior en valor.

        Yo sigo repitiéndote que el valor de la FdT es, por definición, sólo productivo para el capital, cosa que no te atreviste a debatir salvo intentando refutarlo con una breve cita de apenas una oración, aun cuando te pasé párrafos de Marx reafirmando lo que digo. O sea: no hablo sólo de mí definición, sino de la definición de Marx (la que te cité). Y corroboro ambas definiciones (la de Marx y la mía, y la de otros tantos autores), a partir del propio concepto de fuerza de trabajo, con lo cuál no hago referencia a una cosa en mis propios términos (como me endilgás), sino en los de Marx (equivocados a mi parecer, pero coherentes) que es lo que estamos intentando poner en claro. ¿Acaso no es suficientemente claro Marx? ¿Tengo que repetir la cita? Ok, lo hago:

        «Si la acumulación del capital produjese un aumento del salario y, por tanto, un incremento de los medios de consumo del obrero, sin que aumentase el consumo de la fuerza de trabajo por el capital, el capital adicionado se consumiría improductivamente. En efecto, el consumo individual del obrero es improductivo para él mismo, pues no hace más que reproducir el individuo necesario; sólo es productivo para el capitalista y para el estado, puesto que produce la fuerza productora de riqueza para otros. Por tanto, desde el punto de vista social, la clase obrera, aun fuera del proceso directo de trabajo, es atributo del capital, ni más ni menos que los instrumentos inanimados. Hasta su consumo individual es, dentro de ciertos límites, un mero factor en el proceso de reproducción del capital.»

        Vos intentás anular todo el peso de esta afirmación de Marx en base a otra cita y a las palabras «dentro de ciertos límites», y estaría bien que lo hicieras si admitieras que estás contradiciendo sus afirmaciones en las citas que yo te paso. Pero no lo hacés: pretendés que las palabras «dentro de ciertos límites» y una cita mal comprendida (por vos) son suficientes para negar que, en lo sustancial e importante, para Marx prácticamente todo el consumo del obrero es productivo para el capital. Y que dicha afirmación no sólo es coherente con el concepto de fuerza de trabajo, sino que se deduce de la misma, por lo cuál yo, sin haberla leído, pude llegar a la misma conclusión. Por ende, el que debería tomar consciencia de estar contradiciendo al autor citado, sos vos.

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      • Algo más. En un momento vos decís: «el valor de la FdeT está determinado y sujeto a la acumulación del capital, es decir que la prioridad explicativa del mismo debe buscarse en el capital antes que, por ejemplo, en la variación demográfica del proletariado.», como si se tratara de cosas separadas. Pero, de hecho, Marx no sólo busca en la variación demográfica del proletariado la explicación del valor de la fuerza de trabajo, sino que, para no contradecirse, explica dicha variación también como una necesidad del capital. De la misma forma que, si es coherente, todavía más debe hacerlo cuando se refiere a las condiciones «históricas» y «morales» que vos citaste, ya que si el capital impone sus propias leyes a la reproducción biológica, tanto más debería hacerlo a los caracteres históricos y morales del proletariado industrial moderno. Por tanto, reitero, tu cita no desmiente en nada a los otras citas que te pasé.
        Respecto a este tema casi malthusiano de la sobrepoblación en Marx (que Mises cita y algunos autores intentan ocultar), cito al propio Marx, ya que su palabra es para vos infalible, y no quiero correr el riesgo de que lo descartes porque no lo oís de la boca de Karl:

        «Por tanto, al producir la acumulación del capital, la población obrera produce también, en proporciones cada vez mayores, los medios para su propio exceso relativo. 14 Es ésta una ley de población peculiar del régimen de producción capitalista, pues en realidad todo régimen histórico concreto de producción tiene sus leyes de población propias, leyes que rigen de un modo históricamente concreto. Leyes abstractas de población sólo existen para los animales y las plantas mientras el hombre no interviene históricamente en estos reinos.
        Ahora bien, si la existencia de una superpoblación obrera es producto necesario de la acumulación o del incremento de la riqueza dentro del régimen capitalista, esta superpoblación se convierte a su vez en palanca de la acumulación del capital, más aún, en una de las condiciones de vida del régimen capitalista de producción. Constituye un ejército industrial de reserva, un contingente disponible, que pertenece al capital de un modo tan absoluto como si se criase y mantuviese a sus expensas. Le brinda el material humano, dispuesto siempre para ser explotado a medida que lo reclamen sus necesidades variables de explotación e independiente, además, de los limites que pueda oponer el aumento real de población. Con la acumulación y el consiguiente desarrollo de la fuerza productiva del trabajo, crece la fuerza súbita de expansión del capital, no sólo porque crece la elasticidad del capital en funciones y la riqueza absoluta, de que el capital no es más que una parte elástica, no sólo porque el crédito, en cuanto se le ofrece un estímulo especial, pone al alcance de la producción, como capitales adicionales, en un abrir y cerrar de ojos, una parte extraordinaria de esta riqueza, sino porque, además, las condiciones técnicas del propio proceso de producción, la maquinaria, los medios de transporte, etc., permiten, aplicados en gran escala, transformar rapidísimamente el producto excedente en nuevos medios de producción. La masa de riqueza social que al progresar la acumulación desborda y es susceptible de convertirse en nuevo capital, se abalanza con frenesí a las viejas ramas de producción cuyo mercado se dilata de pronto, o a ramas de nueva explotación, como los ferrocarriles, etc., cuya necesidad brota del desarrollo de las antiguas. En todos estos casos, tiene que haber grandes masas de hombres disponibles, para poder lanzarlas de pronto a los puntos decisivos, sin que la escala de producción en las otras órbitas sufra quebranto. Es la superpoblación la que brinda a la industria esas masas humanas. El curso característico de la industria moderna, la línea interrumpida sólo por pequeñas oscilaciones– de un ciclo decenal de períodos de animación media, producción a todo vapor, crisis y estancamiento, descansa en la constante formación, absorción más o menos intensa y reanimación del ejército industrial de reserva o superpoblación obrera. A su vez, las alternativas del ciclo industrial se encargan de reclutar la superpoblación, actuando como uno de sus agentes de reproducción más activos.
        Este curso peculiar de la industria moderna, que no se conoce en ninguna de las épocas anteriores de la humanidad, no hubiera sido concebible tampoco en los años de infancia de la producción capitalista.» (Marx, Carlos, El capital, T. I, Fondo de Cultura Económica, México, 1973, pp. 534-535)

        Y tengo otra cita más:

        «En tales condiciones, el crecimiento absoluto de esta fracción del proletariado reclama una forma que incremente su número aunque sus elementos se desgasten rápidamente. Reclama, por tanto, un relevo rápido de las generaciones obreras. (Para las demás clases de la población, no rige la misma ley.) Esta necesidad social se satisface por medio de matrimonios prematuros, consecuencia necesaria de las condiciones en que viven los obreros de la gran industria, y mediante la prima que la explotación de los niños obreros brinda a la procreación.
        Tan pronto como la producción capitalista se adueña de la agricultura, o en el grado en que la somete a su poderío, la acumulación del capital que aquí funciona hace que aumente en términos absolutos la demanda respecto a la población obrera rural, sin que su repulsión se vea complementada por una mayor atracción, como ocurre en la industria no agrícola. Por tanto, una parte de la población rural se encuentra constantemente abocada a verse absorbida por el proletariado urbano o manufacturero y en acecho de circunstancias propicias para esta transformación. (La palabra “manufacturero”, tal como aquí se emplea, engloba a toda la industria no agrícola.) 22 Como vemos, esta fuente de superpoblación relativa flota constantemente. Pero, su flujo constante hacia las ciudades presupone la existencia en el propio campo de una superpoblación latente constante, cuyo volumen sólo se pone de manifiesto cuando por excepción se abren de par en par las compuertas de desagüe. Todo esto hace que el obrero agrícola se vea constantemente reducido al salario mínimo y viva siempre con un pie en el pantano del pauperismo.
        La tercera categoría de la superpoblación relativa, la intermitente, forma parte del ejército obrero inactivo, pero con una base de trabajo muy irregular. Esta categoría brinda así al capital un receptáculo inagotable de fuerza de trabajo disponible. Su nivel de vida desciende por debajo del nivel normal medio de la clase obrera, y esto es precisamente lo que la convierte en instrumento dócil de explotación del capital. Sus características son : máxima jornada de trabajo y salario mínimo. Bajo el epígrafe del trabajo domiciliario, nos hemos enfrentado ya con su manifestación fundamental. Su contingente se recluta constantemente entre los obreros que dejan disponibles la gran industria y la agricultura, y sobre todo las ramas industriales en decadencia, aquellas en que la industria artesana sucumbe ante la industria manufacturera y ésta se ve desplazada por la industria maquinizada. Su volumen aumenta a medida que la extensión y la intensidad de la acumulación dejan “sobrantes” a mayor número de obreros. Pero, esta categoría constituye al mismo tiempo un elemento de la clase obrera, que reproduce a sí mismo y se eterniza, entrando en una proporción relativamente mayor que los demás elementos en el crecimiento total de aquélla. De hecho, no sólo la masa de los nacimientos y defunciones, sino también la magnitud numérica de las familias se halla en razón inversa a la cuantía del salario, es decir, de la masa de medios de vida de que disponen las diversas categorías de obreros. Esta ley de la sociedad capitalista sonaría a disparatada entre salvajes, e incluso entre los habitantes civilizados de las colonias. Es una ley que recuerda la reproducción en masa de especies animales individualmente débiles y perseguidas.» (Marx, Carlos, ibíd, pp. 544-545)

        Vos dijiste que desde los «cambios en el modo de producción» hasta «la lucha de clases» entran dentro del valor de la fuerza de trabajo. Y lo dijiste bien: no en el valor de cambio concreto momentáneo de la fuerza de trabajo, esto es, del salario, sino en el valor mismo al que este salario tiende. Ergo, en Marx, el aumento de los salarios por obra de la lucha sindical entra, también, dentro de la ley del valor, como un acto de fuerza extramercantil que sería parte funcional al proceso de mercado (yo rechazo esta posición como contradictoria, y por eso en esto veo más coherente la posición de Karl Polanyi). Siendo así, el mayor consumo del obrero por obra y gracia del sindicalismo, cae en la esfera también de lo que es productivo para el capital. O sea: la lucha de clases es parte del desarrollo del capital, y no una forma de liberación de algo que estaría fuera de los atributos del capital. Esto implica que, si tomamos el sistema marxiano en forma coherente, la propia lucha revolucionaria es una expresión necesaria y contradictoria del propio desarrollo del capital, que este mismo requiere. Que es lo que afirmé antes.
        Así que repito lo que puse en mis mensajes anteriores, resumido no sea cosa de que tus reproches a cuestiones puntuales nos distancien de la cuestión que deberíamos tratar.
        Si, como bien decías antes, «Marx aclara que el carácter productivo del consumo obrero es CASI absoluto» ¿qué quedaría fuera de ese «CASI»? Lo que quede fuera del mismo no puede corresponder al valor de la fuerza de trabajo. Y si tal cosa sucede, si hay consumo fuera de ciertos límites, si hay espacio para otro tipo de consumo, no sólo hay que agregar que ese consumo requiere apropiación de plusvalor por parte del proletario, sino además que dicho consumo debe ser producido y no tender a desaparecer por efecto de la competencia, y por ende, si no tiende a desaparecer ¿en qué consiste ese tipo de consumo y cómo se hace posible según la ley del valor?

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  6. Ezequiel: los conceptos clave de un artículo no pueden ser un aspecto parcial. Ahora bien: yo no considero que se haya tratado de un error conceptual, como aclaré. Como sea: si entiendo bien tu última respuesta, entonces, aceptás que el error conceptual que mencionaste refiere sólo a un aspecto parcial del artículo que tranquilamente podría no hacer al fondo del mismo (aunque si no lo entendiste debido a dicho aspecto, no entiendo cómo podría ser para vos parcial). O bien que el error no es parcial pero tampoco es conceptual sino meramente terminológico. O sea, en cualquiera de los dos casos: que se podrían corregir dichos errores en la corteza del mismo y el núcleo permanecer intacto. Que es exactamente lo que yo decía. Saludos.

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    • Es parcial en tanto no conforma por sí mismo la totalidad, lo que es obvio, después el grado de dependencia del núcleo argumentativo respecto al aspecto parcial, no es algo que yo haya juzgado.
      Finalmente, repito que no dejé de entender el artículo por esos errores conceptuales, tras haberlo leído completo, sino que no pude continuar la lectura del artículo a partir del punto en que se volvía incoherente.
      Espero que quede claro, pues no me interesa mucho esta discusión lateral.

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      • A mí tampoco me interesa mucho repetir tantas veces lo mismo. Ya dije: los conceptos clave de un artículo no pueden ser un aspecto parcial, y si son un aspecto parcial, no son clave para la argumentación. Y acá la termino con esto.

        Yendo a tu comentario más arriba, esa frase de Nicolás es cierto que está mal planteada, pero en cualquier caso no se deriva del uso equivocado del término FdTSN. Por eso creo que se puede seguir leyendo el artículo interpretando dicho término como FdT a secas. Aunque cabría reformularlo y replantear la cuestión, porque es importante.

        Sobre tu error lógico, te lo explico, pero en realidad ahora me doy cuenta que no tiene mayor importancia. Vos afirmaste que “Si tiene valor, en términos marxistas, es fuerza de trabajo, y no trabajo”, que es como decir «Si tiene motor, es motocicleta, y no bicicleta». Al hacerlo estás afirmando que todo lo que tiene motor es una moto (ya que no dijiste «Si es fuerza de trabajo tiene valor»). Pero igual, no viene al caso buscarle el pelo al huevo, porque en el contexto se entendía lo que quisiste decir, a pesar de ese leve error lógico a nivel formal. Sin querer (estoy con poco tiempo y leo demasiado por arriba) hice una lectura demasiado fina de tu oración, que no venía al caso, ya que era claro lo que querías decir. Entiendo ahora qué era lo que querías afirmar, que sería algo como: «Si tiene valor, en términos marxistas, no puede ser el trabajo, a lo sumo sería la fuerza de trabajo». Ya está. Cerremos este tema porque fue de mi parte un reproche quisquilloso que no venía al caso.

        Te contesto ahora arriba tu último mensaje.

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  7. Pablo, me obliga a hacer algo que me aburre en extremo, que es corregir detalles por un intento de disimular lo que usted mismo ha escrito. Como no tengo acceso continuado a una computadora hasta, supongo, pasado mañana, lo haré por partes y en orden.

    «Si alguna parte de su consumo no lo estuviera, luego el obrero estaría consumiendo plusvalor. Y si consumiera plusvalor el mercado de trabajo dejaría de cumplir su función, que es la de destilar en una medida común la cantidad de trabajo en la forma de “valor social”»

    Esto dijo usted, y en ningún momento aclaró, ni en la cita ni fuera de ella, que los aumentos salariales de los que usted habla fueran aumentos «constantes reflejando una tendencia» como ahora quiere que creamos.
    Yo puedo trabajar con lo que usted dice, no con lo que tengo que adivinar que dijo, o con lo que usted pueda agregar luego ad hoc (lo mismo que respecto al post bajo el que estamos escribiendo).

    Y le aclaro, por si quisiera volver sobre sus pasos, que de todos modos, si esta es ahora su postura, no lo beneficia en nada, pasaría de sostener un error a sostener otro, hijo de la incomprensiòn de que el valor de la FdeT puede aumentar, dentro de ciertos límites que ya anoté. Pero por ahora lo dejo acá.

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    • A mí me aburre en extremo tener que lidiar con alguien que no tiene buena voluntad para discutir y quiere encontrar el pelo al huevo. ¿Qué importa si no aclaré antes algo que luego había aclarado? Para cuando a vos te empezó a preocupar este punto, ya lo había aclarado. Y si así no hubiera sido, lo aclaré después. So what? No hay ningún problema. Y no, no es que cambié mi postura (vengo aclarándola y repitiéndola desde el mensaje del 1 de abril, pero parece que no es suficiente; aun cuando no debí haberlo hecho porque ya se sobreentendía). Decís: «como ahora quiere que creamos». Si lo que pretendés es insinuar que soy deshonesto para ocultar pretendidos «errores», que de cualquier forma no cambian nada, bueno, hacete cargo. Porque si es así, te aclaro que no tengo tiempo para cizañas baratas.

      La realidad es que no estás enfrentando la cuestión de fondo: que en lo sustancial, para Marx prácticamente todo el consumo del obrero es productivo para el capital. Y que las citas de Marx que te pasé afirman exactamente lo mismo que se puede deducir del concepto de fuerza de trabajo (si no se tiene demasiado orgullo para reconocerlo), y que vos seguís negando tozudamente.

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    • Terminemos con esto de una buena vez.

      Cuando te hablé de los aumentos de salario venía referiéndome a un aumento constante, no a una variación en el precio respecto del valor. Y no hay forma de que lo que yo dije no te haya quedado claro siendo que había reforzado mi comentario con la cita de Marx, y venías entendiendo todo hasta a entonces:

      «Si la acumulación del capital produjese un aumento del salario y, por tanto, un incremento de los medios de consumo del obrero, sin que aumentase el consumo de la fuerza de trabajo por el capital, el capital adicionado se consumiría improductivamente.»

      ¿A Marx sí lo entendés? ¿O también te vas a quejar de que él no lo aclara y que tenés que adivinar?
      Y continúa, afirmando exactamente lo que yo digo:

      «En efecto, el consumo individual del obrero es improductivo para él mismo, pues no hace más que reproducir el individuo necesario; sólo es productivo para el capitalista y para el estado, puesto que produce la fuerza productora de riqueza para otros. Por tanto, desde el punto de vista social, la clase obrera, aun fuera del proceso directo de trabajo, es atributo del capital, ni más ni menos que los instrumentos inanimados.»

      Ésa es su conclusión, y en nada cambia que a renglón siguiente diga que el consumo individual del proletario es «dentro de ciertos límites» un mero factor en el proceso de reproducción del capital. Si lo hiciera, no afirmaría lo anterior.
      Si querés discutir algo, discutí esto. Para sacar cosas de contexto, ustedes tienen buenos maestros. No aprendas de ellos lo peor.

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    • No había prestado atención a tu primer oración, en la cuál mencionás un supuesto «intento» de mi parte de «disimular» lo que yo mismo habría escrito. Estás afirmando que intento disimular, o sea, falsificar el hecho de supuestamente haber cambiado de opinión (cosa que no hice y no tendría por qué ocultar).
      Si como recurso retórico vas a insistir en mi supuesta deshonestidad, lo único que vas a conseguir es elevar el tono de la discusión, no el nivel.

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