Nobel 2012 en Economia: Market Design (Albert E. Roth & Lloyd S. Shapley)

Este lunes 15 de octubre se dieron a conocer los galardonamos con el Premio Nobel en economía. En esta ocasión el premio recayó en Albert E. Roth (Harvard University) y Lloyd S. Shapley (UCLA) por sus trabajos en lo que se ha denominado diseño de mercados (market design). ¿En qué consiste el market design?

Lo primero a tener en cuenta es que el market design en el que han trabajado Roth y Shapley no consiste en diseñar, a modo de constructivismo o planificación centralizada, a todo el mercado. Por el contrario, el “market” hace referencia a mercados o situaciones particulares en las que no existen precios. ¿Cómo hacer para alocar de manera eficiente recursos escasos cuando no hay precios que permitan tomar decisiones eficientes? Un mercado con precios “matchea” de manera eficiente alocando los recursos a quienes están dispuestos a pagar más por ellos ¿Cómo matchear dos contrapartes de manera eficiente cuando, por el motivo que sea, las partes no pueden hacer uso de un sistema de precios? El market design consiste en encontrar qué diseño de reglas de juego permite “matchear” de la mejor manera posible. Los siguientes ejemplos pueden ayudar a ver el problema.

Supongamos un grupo de personas, 50% hombres 50% mujeres, que debemos “matchear” en matrimonio. En cada turno cada hombre se le propone a la mujer que es su primer opción. Cada mujer rechaza a los candidatos que no le resultan aceptables. En el siguiente turno los hombres que han sido rechazados se proponen a su segunda segunda mujer preferida. El proceso se repite hasta que ya no quedan “matcheos” por hacer. Al final del proceso, no es posible corregir matcheos que sean mutuamente preferibles. Es posible que un hombre o una mujer prefiera a otra persona de pareja, pero el candidato preferido no posee los mismos deseos y por lo tanto no puede haber reacomodo de matcheo.

Otro ejemplo, en este caso con efectos reales, es en el mercado de trasplante de órganos. Dado que (en USA) no esta permitida la compra-venta de riñones y por lo tanto no puede haber intercambios monetarios, un “market design” puede ayudar a que se mejoren los “matcheos.” Supongamos que hay dos pacientes que necesitan recibir un trasplante de riñón. Las parejas de estos pacientes están dispuestos a donar uno de sus riñones a sus respectivas parejas, sin embargo no son biológicamente compatibles. Sí sucede, sin embargo, que cada paciente es compatible con la pareja del otro paciente. De haber un mercado con precios monetarios, este “matcheo” se podría realizar con compra-venta. Pero al no ser esto posible, un sistema “market design/algoritmo” que permita obtener la información de cada paciente y donante de modo tal de poder hacer donaciones cruzadas contribuye a aumentar el matcheo riñones y mejorar la calidad de vida de los pacientes, y en no pocos casos incluso salvarles la vida. Esto se ha puesto en práctica en varias regiones de Estados Unidos y existen planes para llevarlo a nivel nacional.

Este tipo de procesos también se ha aplicado para problemas de “matcheo” en el mercado de trabajo o de estudiantes e instituciones educativas. En el mercado laboral de abogados y médicos y en el “matcheo” de alumnos en escuela públicas. Incluso algunas universidades están poniendo en práctica sistemas similares.

El nombre de “market design”, si bien puede ser confuso, hace referencia a reglas de juego o instituciones que intentan llevar a resultados más eficientes cuando el uso de precios de mercado no es una opción viable. Ciertamente los resultados no son perfectos, pero sí logran mejorar los matcheos resultantes, como en el caso de los transplantes de riñones.

A continuación, algunos links que discuten en mayor detalle las contribuciones de Roth y Shapley.

27 comentarios en “Nobel 2012 en Economia: Market Design (Albert E. Roth & Lloyd S. Shapley)

  1. Sigo pensando que nada iguala los precios libres para asignar eficientemente los recursos. Cualquier otra opción no pasará de ser un «second best». Además ¿eficiente para quién? ¿bajo qué criterios? Ciertamente, no los de los más interesados que estarían dispuestos a intercambiar libremente en un mercado. Lo que es más, nunca se sabrá quiénes serían las parejas marginales en un mercado real y cuáles serían las razones de intercambio ni cómo querían asignados los recursos.

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    • Es cierto… pero el problema es cuando los precios no son una opción viable. No he leído nada que indice que el «market design» en estos ejemplos sea eficiente, ni que siquiera iguale lo que puede hacer un sistema de precios.

      Pero si un mercado no es una opción posible, sí es posible mejorar el resultado mejorando la regulación.

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  2. «Es posible que un hombre o una mujer prefiera a otra persona de pareja, pero el candidato preferido no posee los mismos deseos y por lo tanto no puede haber reacomodo de matcheo.» Bueno, pero acá cuál es el problema? Me gusta una chica y a ella no le gusto… tengo que buscar alternativas, tal vez abandonar el grupo e ir a otro o sino mejorar la «calidad de mi producto»…

    Todo lo demás parece muy bien, a menos que se busquen este tipo de soluciones en situaciones donde los precios de mercado no están pero podrían estarlo de no mediar la intervención burocrática… es decir, que invoquemos a Roth y a Shapley para decir «vieron, no siempre es el mercado el que tiene que asignar los recursos».

    Los hallazgos de estos galardonados no parecen tener estas implicancias (this is one of the most boring prizes yet http://bastiat.mises.org/2012/10/nobel-prize-for-market-design/), pero ahí ya entraríamos en otro gran debate.

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    • El ejemplo del matching romántico es común para ilustrar el los problemas de matching. Posiblemente no sea el mejor. Los otros casos, al ser reales, son más precisos.

      Imagino que alguien podría intentar utilizar el trabajo de Roth y Shapley para argumentar que se pueden asignar los recursos sin uso de precios. Pero eso (1) no sería novedoso (2) ni muestra como el resultado es mejor que el sistema de precios. No vi nada en lo que leí de este tema que sugiera que esto es superador del sistema de precios, sino una potencial vía de estudio a considerar cuando los precios no son una alternativa posible.

      Ciertamente, si lo que no permite que haya precios es una regulación, posiblemente sea mejor considerar una solución «market» antes que la de «market design». Sin embargo, a veces esto no es políticamente viable.

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      • A mi me gustaria que se profundizara en la cuestion de «cuando los precios no son una alternativa posible». Porque en el ejemplo de los riñones o bien lei mal o me parecio que se aducia que no existian precios por la «prohibicion» de la compra-venta de riñones. Entonces que los precios no cuenten como opcion obedeceria una vez mas al nefasto intervencionismo estatal.

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  3. Estimados, cursé una materia sobre este tema en mi Maestría dictada por el Prof. Neme. Les recomiendo el libro «Two sided matching» de Roth y Sotomayor. Los autores contruyen un algoritmo en base a los trabajos de Shapley que permite que las asignaciones en un «mercado» en el que no existen precios por la naturaleza del mismo (residentes-hospitales, donacion de organos, formación de parejas) alcance algunas características deseables, en principio la estabilidad de la asignación final. No contradice en nada a la EA, y es algo sumamente entretenido de estudiar.

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  4. Obviamente el mercado no es entendido como un proceso, sino que se trata de un «mercado» en donde toda la información está dada. Pero en principio habrían incentivos a que todos los agentes revelasen sus preferencias, de hecho, es una de las caracteristicas deseables de la solución que se obtiene con el algoritmo desarrollado por ellos.

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  5. El problema con la asignacion de residentes y hospitales previo a la aplicación del algoritmo que menciona el libro es que por la competencia en la búsqueda de los mejores residentes los hospitales terminaban haciéndole ofertas a alumnos de segundo año. Una vez que estos alumnos acordaban su residencia, perdían los incentivos a estudiar durante los últimos años de su carrera. Los autores no proponían esperar una solución que provenga del mismo mercado.

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  6. Muy bueno Nicolás! Me parece que la mayoría estamos perdidos con los nuevos galardonados, asique estas primeras columnas nos permiten introducirnos a estos nuevos aportes que darán que hablar en la disciplina en el futuro.

    Aquí copio una columna de Federico Echenique en Foco Económico, que también explica lo esencial de este aporte [http://focoeconomico.org/2012/10/15/premio_nobel_2012/].

    Por lo demás, si bien no veo una contradicción directa entre el aporte y los postulados de la EA, me parece que estos «mercados» en donde no hay precios, podrían tener precios. Quizás se puedan buscar mejores ejemplos, que vuelvan más relevante la contribución.

    Por último, se que es apresurado, pero debo reconocer cierta decepción. Si bien todavía no veo todo el potencial de esta contribución «matemática», me habría gustado que el premio sea entregado a economistas que nos ayudan a entender un poco mejor el mundo.

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  7. Adjunto al final un paper relativamente interesante de Roth. Aunque no sea lo central su planteo toca tangencialmente un punto interesante: el tema de la «moralidad» de establecer un sistema de precios en algunos ámbitos (v. gr.: donación de órganos); no se mete con el tema de la moralidad en sí sino que asume como un faktum la sensación de rechazo (repugnance) que generaron/generan la supuesta mercantilización de algunos ámbitos (ver tabla 1). Desde esta perspectiva se entiende su interés (en buena medida pragmático) por intentar replicar ámbitos de inercambio que no exijan la asignación de precios monetarios (por la presunta reserva moral o inviabilidad en la aceptación social que ello pudiera implicar). Dejo una cita de la conclusión: «Repugnance can be a real constraint on markets. Almost whenever I have been involved in practical market design, the question of whether certain kinds of transactions may be inappropriate has come up for discussion. (… ) Although economists see very few tradeoffs as completely taboo, noneconomists often decline to discuss tradeoffs at all, preferring to focus on the repugnance of transactions like organ sales. Advocates of well-regulated markets for organ transplants could more clearly address the concern that markets are hard to regulate perfectly and that at least some repugnant transactions would likely slip through even the best regulatory barriers. Opponents could better engage the question of whether it is possible that a carefully regulated market with some inevitable abuses would, nevertheless, be an improvement over current conditions. In this view, the current situation can be viewed as a regulated market with the only legal price being zero, which makes it difficult to prevent unregulated transactions on international black markets». http://kuznets.fas.harvard.edu/~aroth/papers/Repugnance.pdf

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  8. Pingback: Blog Proceso Económico » Premio Nobel en Economía 2012

  9. El problema de los estudiantes de medicina, de la repugnancia y otros están tratados en varios blogs y en el paper del Harbard Business Review. No los conozco al super detalle pero me parecen interesantes. Quise resaltar el ámbito acotado particular al que se aplica el «market design» y no dejar la posible impresión que se pretendía manejar la economía sin precios.

    La contribución técnica puede ser interesante, el algoritmo que permite que estos «matching» sucedan. Seguramente varios (sino todos) de estos ejemplos puedan tener precios. Pero como el banco central, si el ideal no es políticamente posible, esto puede ser mejor que quedarse con los brazos cruzados. Con un poco de ironía, al no haber un sistema de precios ni ser el «market design» un orden institucional espontáneo, su contribución podría estar más al borde que en el centro del área de economía. En algún blog leí que este era el Premio Nobel de economía más aburrido de todos. Su aplicación, sin embargo, ha tenido aplicaciones reales con resultados concretos.

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  10. La cuestión que no me queda clara es la siguiente: el sistema de precios opera, esencialmente, con el propósito de proveer la información que guía la acción de los agentes económicos. Según este trabajo, la idea es reemplazar el sistema de precios por un algoritmo. Ahora bien, la razón por la cual el sistema de precios es una guía eficiente es que permite sintetizar mucha información que se encuentra totalmente dispersa. El interrogante es si el algoritmo creado por estos tipos es más eficiente que el el sistema de precios para reunir esa información que el sistema de precios sintetiza. Pero hay que recordar (descuento que esto es algo que acá todos sabemos) que lo que torna eficiente al sistema de precios es su capacidad para operar en situaciones de gran complejidad. En las situaciones simples, la planificación centralizada de la economía es posible, porque el planificador tiene toda la información necesaria a su disposición. El problema se plantea cuando la información requerida es mucha, está dispersa y además tiende a modificarse a través del tiempo. El sistema de precios registra automáticamente todas esas variaciones. Lo que a mí me resulta difícil de creer es que estos investigadores hayan sido capaces de crear un algoritmo apto para procesar toda la información que un complejo sistema de precios registra en forma automática. Y si los procesos que el algoritmo regula son sencillos, estamos ante la misma situación que si tuviéramos que planificar una economía simple, que no necesita precios…

    Esta es, en definitiva, la cuestión que no queda clara: si el algoritmo creado por estos tipos es apto para operar en las mismas condiciones de complejidad que el sistema de precios. Creo que en la respuesta a esa pregunta está el factor que determina la valía de estos trabajos.

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    • Ese no es el problema tratado por este tema. El punto no es reemplazar al sistema de precios, ni ver si un algoritmo es mejor que el sistema de precios ni nada por el estilo. El problema es distinto.

      Dentro del mercado, hay casos puntuales donde hay que emparejar dos (o más partes) y ya se por problemas morales y/o regulaciones (venta de órganos) no se puede recurrir al sistema de precios. ¿Es posible un second best, dado que los precios no son una alternativa viable? ¿Existe un algoritmo que nos permita matchear (con perdón de J. Velozo) de manera estable todas las contrapartes?

      «Market design» no hace referencia al mercado en sentido amplio, sino a casos puntuales dentro del mercado. De allí que el término market design pueda ser un poco confuso.

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      • Siempre hay alternativas posibles, por supuesto que las hay. ¿Cómo podría no haberlas? Con solo concebir en el papel cualquier mecanismo de coordinación diferente al sistema de precios, surge la posibilidad de emplear un método distinto al de los precios para asignar recursos. La discusión pertinente, por lo tanto, no es si hay o no sistemas alternativos al de los precios, sino si esos sistemas alternativos son más o menos eficientes que el sistema de precios. Creo que esa es la cuestión que hay que dilucidar, en este caso en particular, para medir la valía de los trabajos que recibieron el Premio Nobel.

        PD: Estoy de acuerdo con Javier Velozo. Los anglicismos deslucen la publicación y constituyen un factor generador de confusión en la interpretación del texto.

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      • Por más interesante que sea comparar un algoritmo con el sistema de precios, ese no es el problema en los ejemplos del «market design» que hay en el post. Es el «algoritmo vs no algoritmo» en ausencia de mercado. No «algoritmo vs precios.»

        Me parece que del que se me hayan escapado unos anglicismos al «patético» hay una brecha importante. Después de todo el «patético» o «anglicismo que desluce» no dice nada sobre el contenido del post.

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  11. No uses «matchea» ni «alocar» usa «coordina» y «asignar» o escribe derechamente tu artículo en inglés. Que patético.

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  12. No me aparece la opción «responder» más arriba, por lo tanto, contesto acá. Es obvio que el algoritmo posiblemente sea una buena solución si se eliminan del análisis las que puedan ser mejores aún como, por ejemplo, el sistema de precios. Pero, en tal caso, esa no es una buena forma de abordar el problema, al menos en el campo académico. Si del terreno académico pasamos al plano político, bueno, quizá haya que resignarse. Pero me parece que el valor académico de un trabajo no puede estar condicionado por consideraciones políticas. Por eso yo planteo el debate en términos de «algoritmo vs precios». Lógicamente, si los precios no están incluidos en el análisis, es posible que el agoritmo sea una solución satisfactoria. Pero eso implica parcializar el análisis y, por lo tanto, rebajar su valor.

    Con respecto a los anglicismos, no me parece «patético» usarlos, pero pienso que el post hubiera quedado formalmente mejor con palabras genuinamente castellanas. Es un detalle secundario y yo no lo hubiera mencionado si Nicolás no le hubiera respondido a Javier Veloso cuando posteó su respuesta a mi intervención anterior.

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  13. Me parece gratuito comentar/criticar sobre el uso de anglicismos por este medio. Además nobleza (y corrección fraterna) obliga: es un tipo de comentario que bien se puede hacer en un mensaje personal. No pretendo «defender» a Nicolás pero si alguno ha estado un tiempo viviendo, leyendo, hablando y escribiendo en un país anglosajón sabrá que hay momentos del día en que cuesta que salgan todas las palabras en un solo idioma, surge entonces «espontáneamente» un híbrido que es difícil de controlar.
    ¿Han visto el comentario de Rizzo sobre los galardonados? Siendo que lo tengo en gran estima me ha desilusionado un poco, no parece distinguir algunas cosas bastante obvias y que tan claramente destacó Nicolás (algoritmo vs. no algoritmo en ausencia de mercado, no algoritmo vs. precios, el tema de que «market design» utilizado en este contexto no es sinónimo de fatal arrogancia tecnorática e intento/justificación de generar instrumentos de ingeniería social.

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  14. Sí, lamentablemente no siempre puedo sentarme tranquilo a escribir un post y se me pueden escapar estos «anglicismos.» Los costos de escribir aprovechando una corta ventana de tiempo libre, pero preferible tener un post imperfecto que no escribir el post. Creo que el fondo del comentario, de hecho, igualmente se entiende.

    Sí, acabo de leer el comentario de Rizzo. Entiendo el espíritu de su post. La contribución, podría considerarse, es más matemática que económica. De hecho se aplican sus principios justamente cuando no hay mercados. No soy un experto en esta literatura, pero de lo que he visto no tengo la impresión que el objetivo sea ni reemplazar al sistema de precios ni hacer a la economía más parecida a la ingenieria, sino encontrar un atajo que nos permita mejorar resultados de asignación de recursos cuando el mercado, por el motivo que sea, no es una opción viable.

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  15. Mirando el medio vaso lleno, me parece que este premio puede hacer que los economistas recuerden lo importante que es que en determinados mercados haya precios, y valorar una vez más la contribución de Hayek en su artículo clásico de «El uso del conocimiento en la sociedad». Incluso podrían generarse respuestas a los mercados que analizan los nuevos premiados, y preguntarnos entonces por qué no hay precios en esos mercados. Es una forma de extender el paradigma austriaco a este «para mí» nuevo campo de estudio.

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  16. El nobel deberia haber ido para roberto galan ya que invento los matching de pareja en la television argentina. De manera bastante eficiente y con un buen rating

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  17. En un comentario arriba, Alan pregunta por qué no hay precios en los casos de market design.

    Las contribuciones de este tema se dividen en dos. Por un lado la contribución puramente matemática, el llamado algoritmo que logra juntar contrapartes de manera estable. Entendiendo por estable que hay un agente y receptor que preferirían estar juntos pero no lo están. Ante este problema de juntar contrapartes, el algoritmo demuestra que existe la posibilidad de estos resultados estables. Según tengo entendido, el ejemplo de las parejas de chicos y chicas o hombres y mujeres es el ejemplo que ilustra el problema matemático a resolver. Pero esto no es más que en ejemplo.

    Luego se encuentra el caso de sus aplicaciones. Como el de los riñones, colegios en las áreas de Boston y NY y el caso de los residentes médicos. El algoritmo en sí no dice nada sobre la conveniencia o no de que haya precios, ni el motivo por el cual no los hay. En un caso sin precios, el algoritmo puede contribuir a resolver el problema del matching de las contrapartes. Si la alternativa es precios vs algoritmo, posiblemente los precios sean preferibles. No me atrevo a decir que el market design diga lo contrario.

    El por qué no hay precios creo que depende de cada caso particular. En el de los riñones, se suele apelar a un rechazo moral profundo (vender órganos va contra los mores sociales). Creo que el post de David Henderson (link al final del post) trata bien este tema, y hasta donde ese es el caso. Pero el algoritmo no niega que de haber precios el resultado sería eficiente. La ley que prohíbe la compra-venta de riñones puede ser una intervención, o un reflejo de las preferencias morales de los individuos (aunque pueda haber otros individuos en desacuerdo).

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  18. Interesante articulo y muy buenos los comentarios y más aún con Edgar y Adrian, recordemos que el dinero es una institución que surge como medio de intercambio y para facilitarlo. Pero si no existiese el dinero, y de hecho en la época en el que no tenía una personería como hoy día, ocurrían transacciones de mercado. La acción humana está presente en todos los ámbitos y en todo momento con o sin la intervención de la institución del dinero como medio de intercambio.

    Así mismo, de alguna forma y tan solo para el proceso de intercambio, se transforman los elementos subjetivos en objetivos. Quienes manejan la misma escala de valores monetarios saben qué valor le asignan a cada medio de que se desprenden y cuánto valoran los fines que pretenden alcanzar.

    Así también hubiera preferido que el galardón de enfocara a otros supuestos…

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  19. Pingback: Anónimo

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