Inversión Extranjera y Desarrollo Económico

Estoy particpando de un congreso organizado por la Universidad Santo Tomás en la sede de Bucaramanga. La propuesta es sobre MIPymes e internacionalización, y la preocupación general es sobre las oportunidades, desafíos y amenazas que el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos que comenzará a regir muy pronto presenta para el empleo y el crecimiento de Colombia.

El tema no es nuevo, pero está claro que es un debate que sigue abierto. El diario La Nación de Argentina lo plantea también en sus páginas:

[Argentina] recibió sólo 3% más que en 2010, pero 25% menos que en 2008; en América latina creció 26,9%

Durante la década de 1990, Argentina -junto a Brasil y México- lideraba la atracción de capital o Inversión Extranjera Directa (IED). Pero el «modelo de apertura» terminó mal y hoy el gobierno intenta no cometer los mismos errores.

Colombia, por su parte, parece seguir el camino de Chile, de apertura económica.

¿Se expone Colombia a una eventual crisis americana y a un mayor impacto? ¿se protege Argentina a través del proteccionismo? Me gustaría saber qué piensan los lectores.

13 comentarios en “Inversión Extranjera y Desarrollo Económico

  1. Si la inversión extranjera es realizada en igualdad ante la ley y ausencia de privilegios, es clave para el desarrollo económico, pues es ahorro que viene directamente al país en cuestión. Es clave para eliminar la pobreza. Precisamente todo lo contrario a lo que piensa el marxismo folk latinoamericano.

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  2. No creo que el proteccionismo proteja a los consumidores. A lo sumo, protege a las empresas locales menos competitivas, cuyos productos más caros o de menor calidad tienen que ser comprados por los consumidores. La IED genera más bienes de capital, que generan más oferta de bienes y precios más baratos. Además, genera más demanda laboral, lo que implica un aumento del poder adquisitivo de los salarios.

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  3. Adrián bienvenida la inversión extranjera!!!

    Sería bueno aprovechar estos tratados para recordar que el tema funciona en doble vía y que se amplian oportunidades para invertir en otros lados. Es decir que los latinoamericanos también somos extranjeros en otras tierras… y que en ese «allá» a veces el dinero rinde más y se protege mejor. Y que incluso también, para sorpresa nuestra, con esta mentalidad de colonia resentida, también podemos competir y ganar.

    Me preocupa que la frontera más sútil y menos debatida, la monetaria, entra poco al debate cuándo se habla de libre comercio… estas temporadas a favor de la libertad fronteriza se castigan duro cuándo se olvida ese pedazo, y una de las partes eleva muros imprimendo papel.

    Me preocupa también que la gente crea que un TLC es la meta final cuándo se habla de ampliar libertades económicas… toca mostrar que efectivamente lo de hoy es un mal menor… pero mal al fin y al cabo. Que es importante ser mucho más ambicioso en la agenda de integración a nivel internacional.

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  4. Clarísimo comentario de Gabriel.

    Me surgió una duda. Si un pais distorsiona los precios relativos y por ende las decisiones de consumo-ahorro. Puede ocurrir que la inversión extranjera se «equivoque» y llene de capitales emprendimientos no rentables y que luego eso produzca un ciclo económico mas marcado?.
    Y hasta que punto la distorsion de precios internacionales puede afectar una economía pequeña como la nuestra.
    Y en el caso que la afectase, hasta que punto es preferible cerrar el comercio internacional?.

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  5. El mercado en sí no tiene porque respetar las fronteras de los países. De hecho la crisis subprime es un ejemplo de una crisis internacional, donde la política monetaria de algunos países grandes puede exportar ciclos económicos a otros países pequeños.

    Uno puede cerrarse al punto de ser Cuba y evitar los ciclos económicos, pero a expensas de quedarse en el fondo. Por otro lado, una apertura multilateral puede ayudar a diversificar la «dependencia» del país chico sobre una economía grande al tener relaciones con varios países,

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  6. Aquí hay que entender que ambas posturas son correctas si son bien defendidas. Por ejemplo, si un país posee un nivel de apertura muy alto y sobre todo diversificado, en el cual las importaciones y las exportaciones sean de un nivel semejante, ese grado de apertura en teoría impediría que las crisis internacionales afectaran en demasía a un país.A su vez una mayor IED, sobre todo en industria (y no tanto en servicios) produce un aumento de los bienes ofertados en el mercado local, reduce los precios por competencia y crea diversidad de elección. Por lo que con este punto defendería el liberalismo. Pero también debemos tener en cuenta que quienes han esgrimido las bases del libre comercio y de los organismos que lo pregonan han sido proteccionistas para poder desarrollar su industria o defender sus flancos débiles. Podemos hablar de Inglaterra y sus famosas leyes de granos, sus cartas de navegación o el caso coreano. Es mas, el economista coreano Ha-Joon Chang es uno de los que defiende esta postura. Yo soy partidario de esta ultima, siempre y cuando se haga con un plan de mediano a largo plazo y que sea paulatino, sino como han mencionado arriba es el consumidor quien asume todo el costo de las industrias deficientes locales de acuerdo a las mejores practicas internacionales que traen los campeones de otros países. Es mi humilde opinión

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  7. Puede alguien recomendarme algun artículo que muestre las ventajas de una economía abierta a las inversiones extranjeras?.
    Gracias!

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    • Muchísimas gracias Jorge, Disculpe que no pude agradecerle antes. los artículos me sirvieron mucho para un trabajo que debía realizar.

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  8. Sepan disculpar mi demora en participar de este post que yo mismo subí. Es que recién regreso a la oficina. Quiero simplemente compartir mis impresiones sobre este tema, puesto que ha sido una experiencia única.
    Hubo muchas presentaciones durante el Congreso que intentaron resumir las amenazas del TLC para la industria colombiana. El lema básico fue: «El grande siempre se come al chico». ¿Qué tiene Colombia para ofrecerle a EEUU? «Fijense de hecho», decían, «en lo que ha pasado en México y Chile!»
    Como sugiere Alejandro, la apertura no fue inmediata, sino que se tomaron un tiempo de unos 7 años, para ir preparándose, para la transición al nuevo modelo. Esa transición se está terminando, y el acuerdo está por empezar a regir.
    Durante mis cinco días allí leí los diarios económicos locales. Las páginas están plagadas de desafíos, pero también de temor.
    Mi impresión, sin embargo, es que Colombia tiene una oportunidad única y que esto que se observa es el comienzo de un «milagro colombiano». Los economistas discuten en Colombia sobre la necesidad de reducir el riesgo país, de garantizar cierta seguridad jurídica, de reducir la carga impositiva o de una desregulación del mercado laboral. Algunos piensan que se ha hecho poco durante la transición, que se debió hacer más, pero sin duda Colombia ya ha iniciado el cambio.
    Colombia es un país con una cantidad de población un poco mayor a la de Argentina y con un PIB per cápita de 8000 dólares, es decir la mitad de Argentina. Pero desde hace un tiempo comenzó un proceso de desarrollo y según el Indice de Libertad Económica ha sabido ganar grados de libertad.
    Sin duda, Colombia experimentará en los próximos años una transformación de la economía. Y si bien ella es necesaria para alcanzar un mayor desarrollo, puede traer angustia en algunos trabajadores que tendrán que desplazarse a otras industrias más competitivas.
    Quedé confundido cuando observé y leí los comentarios de lo que el TLC produjo para México y Chile. En el último caso, por ejemplo, se dice que sólo se explotó la minería, y sin embargo, lo que ocurrió en este país fue precisamente lo contrario. Chile logró diversificar la exportación de bienes y servicios de sólo Cobre a una enorme cantidad de productos.
    Colombia inició el camino de Chile. Tiene estabilidad (de hecho el peso colombiano se viene apreciando contra el dólar); busca la apertura económica; atrae capitales como medio de aumentar la inversión; y busca el equilibrio fiscal, el que se basa en una carga impositiva bastante alta.
    Durante estos días recordé más que nunca la frase de Jorge Avila: «Argentina es el problema. El mundo es la solución». Ocurre lo mismo en Colombia. Si uno quiere explicar el nivel de subdesarrollo o la pobreza, deben comprender que «El mundo es la solución».
    Chile mostró el camino. Colombia lo sigue. Muchos países latinoamericanos también se acercan a acuerdos de este tipo, siendo Argentina, Ecuador, Bolivia y Venezuela los que rechazan este plan «modelo».
    Esta es la buena noticia de lo que observo hoy en latinoamérica. Mientras unos países quieren revertir el modelo neoliberal de la década de los 90, otros aprendieron de él y revierten sólo lo que ha fallado. Mi esperanza es que en el mediano plazo, los países que no emprendieron este camino comprendan que fue un error, y por imitación sigan a los más exitosos.

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  9. Pingback: El debate moderno sobre la Inversión Extranjera « Punto de Vista Economico

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