Las ciudades modelo: ¿El ideal anarco-capitalista?

Ya hemos tratado el debate entre liberalismo clásico y anarco-capitalismo, aunque por supuesto volveremos en reiteradas ocasiones a él. En esta oportunidad, planteamos tratar el tema de las ciudades modelo.

¿Puede este proyecto convertir en realidad el ideal anarcocapitalista?

Comencemos con una cita de un artículo de Hans Hermann Hoppe, uno de los más reconocidos defensores del anarcocapitalismo:

«En vez de integración política supranacional, gobierno mundial, constituciones, tribunales, bancos, y dinero, los liberales anarquistas proponen la descomposición del estado-nación. Como sus antepasados clásicos, los nuevos liberales no buscan el gobierno para apoderarse de él. Lo ignoran y quieren que los deje en paz, y quieren también aislarse de su jurisdicción para organizar su propia protección. A diferencia de sus precursores que simplemente procuraron sustituir un gobierno más grande por uno más pequeño, los nuevos liberales persiguen la lógica de la secesión para ponerle fin. Proponen una secesión ilimitada, es decir, la proliferación sin restricción de territorios libres independientes, hasta que el rango de la jurisdicción del estado finalmente se marchite con el tiempo. ¡Con este fin – y en total contraste con los proyectos estatistas de ‘Integración Europea’ y de un ‘Nuevo Orden Mundial’ – los nuevos liberales promueven la visión de un mundo con decenas de miles de países, regiones, y cantones libres, de cientos de miles de ciudades libres – como las singularidades actuales de Mónaco, Andorra, San Marino, Liechtenstein, (el anterior) Hong Kong, y Singapur – y distritos aún más libres y vecindades económicamente integradas por el mercado libre (mientras más pequeño sea el territorio, mayor es la presión económica para optar por el libre comercio!) y por el estándar del oro como base monetaria internacional.»

Ahora, ¿en qué consite el proyecto de ciudades libres que hoy puede ser posible en Honduras y otros países?

Mary Anastasia O´Grady nos ofrece una explicación en un artículo publicado en The Wall Street Journal, traducido al español por el Independent Institute bajo el título: Honduras y su Ciudad Modelo. Básicamente plantea que en Honduras se espera que el Congreso apruebe una enmienda constitucional que permite experimentar con este proyecto.

«La idea es simple: una considerable porción de terreno del gobierno inhabitado es designada para ser usada como una ciudad modelo. Se redacta un estatuto para gobernar la ciudad y el Congreso lo aprueba. El gobierno designa una autoridad de desarrollo del territorio, que firma contratos con inversionistas dispuestos a desarrollar infraestructura. La ciudad se abre a los negocios bajo reglas que actúan como un imán para la inversión.»

El debate queda abierto, aunque por supuesto la literatura se va extendiendo en la web. No podemos dejar de citar la síntesis que ofrece el Centro de Estudio del Capitalsmo, de la UFM, así como la conferencia que Roberto Blum ofreció sobre «free cities» en la misma universidad.

23 comentarios en “Las ciudades modelo: ¿El ideal anarco-capitalista?

  1. Adrián:

    Qué tal. Hoy justo ví en twitter que se está hablando bastante sobre este Paul Romer y sus charter cities, y ví mensajes de varios anarcocapitalistas entusiasmados… Tengo algunos comentarios para compartir.

    En primer lugar, me parece que estas ciudades modelo no representan el ideal anarcocapitalista. No lo representan, porque el ideal anarcocapitalista es terminar con el estado. La ciudad modelo es un estado. Un estado más chico, un estado supuestamente más respetuoso de la propiedad privada, un estado impulsado seguramente por muchas empresas dispuestas a invertir grandes capitales y atraer muchas inversiones (bancos, desarrolladores, construtoras, etc.), pero un estado al fin.

    Es una pena que, al asociarlo con un supuesto ideal anarcocapitalista, se distorsione el concepto de esta noble y malinterpretada corriente de pensamiento que, además, ya de por sí no es fácil de digerir debido a todos los prejuicios que imperan.

    Me resulta parecido a las situaciones que se dieron hace unos años, cuando los socialdemócratas asociaban con el ideario liberal a Singapur y demás países del bloque de los tigres asiáticos. Cuando estos países sufrieron crisis, debidas a burbujas inmobiliarias, a sistemas de créditos mal diseñados y fomentados por sus respectivos estados, y otras causas, los socialdemócratas no le echaron la culpa a las malas políticas de sus estados, sino al liberalismo. Lo mismo ocurrió con algunos emiratos árabes libres de impuestos. Y también ocurre con la visión generalizada actualmente sobre los ’90 en la Argentina. Se confunde privatización (monopólca) con liberalismo, etc.

    Si nos atenemos al artículo citado de HHH, el 90% de su artículo se refiere a que «el error central del liberalismo radica en su teoría del gobierno». Y explica muy detalladamente que el problema del estado es su condición de ser monopólico y compulsivo, con capacidad para cobrar impuestos, y que todos los frenos que se han diseñado (constitución, etc.), y los que se pudieran diseñar, son vanamente ilusorios, porque el estado siempre tendrá incentivos para y capacidad de burlarlos, una vez que le hemos dado el poder inherente a su condición de estado.

    Dicho ésto, pienso que no tiene mucho sentido afirmar que la ciudad modelo sea un ideal anarcocapitalista. Si HHH lo hace, es muy contradictorio de su parte. Pero si prestamos atención al 90% inicial, restante, de su artículo, es decir, al contexto en el que está escrito el párrafo de HHH transcripto, ese párrafo, a mi juicio, no dice que las ciudades modelo sean un ideal anarcocapitalista, ni mucho menos que las ciudades enumeradas -Mónaco, Hong Kong, Singapur, …- lo sean. Simplemente afirma que el camino anarcocapitalista debiera tener un sentido inverso al de la democracia social.

    HHH propone que en lugar integrar gobiernos, políticas, bancos centrales, etc. -el camino europeo-, los anarcocapitalistas propongan la secesión ilimitada, la proliferación de territorios libres independientes, ciudades autónomas, cantones libres, etc. Es decir, el camino inverso: desintegrar los estados. Mientras más pequeños los gobiernos, menos poder tendrán, más fácil será para sus habitantes ponerles algún freno, más posibilidad de que haya respeto por la propiedad y la libertad.

    Personalmente, me parece peligroso que se distorsione el concepto. Es muy obvio que si creamos una ciudad autónoma, con impuestos bajos, y con alto respeto por la propiedad privada, en comparación con el resto de los países, ésta se convertirá rápidamente en un polo de atracción de inversiones. Hay emiratos árabes que son un buen ejemplo de ésto. Ciudades literalmente construidas de la nada, en el desierto. Pero si esa ciudad modelo está gobernada por un ente monopólico y compulsivo compuesto por seres humanos, es decir, por un estado, no importa cuán liberal sea, éste tenderá a agrandarse y a corromperse a lo largo del tiempo. En sus comienzos será un lugar muy bueno para invertir, como lo fue por ejemplo la República Argentina cuando se proclamó libre, creó su constitución y logró pacificar su territorio. Pero no era anarcocapitalista. Tenía todos los defectos que tiene todo gobierno, inclusive los gobiernos liberales, los mismos defectos que los anarcocapitalistas denuncian con tanta precisión.

    Es por eso que tengo serias dudas sobre el entusiasmo que están generando estos proyectos. Me parece más propio de la publicidad de los lobbies involucrados (posiblemente bancos y desarrolladores) que de un sincero análisis anarcocapitalista. Y quizás algunos anarcocapitalistas se entusiasman porque lo ven como la posibilidad de lograr un ansiado reconocimiento por algún sector de la sociedad, de dejar de ser outsiders, de poder decir: «mirá, ahí tenés un lugar anarcocapitalista, y se vive bastante bien», y que no sean esos ejemplos de tribus africanas que se matan entre ellos…:)

    Y es cierto, igualmente, que mientras más chico el territorio del estado en cuestión, menos posibilidades tendrá el polítco en cuestión de realizar grandes ganancias a costa de repartir pequeños costos entre mucha gente anónima e ignorante. Pero el anarcocapitalismo es otra cosa, como bien lo señala ese mismo artículo de HHH.

    Anarcocapitalismo no es:
    – zona de promoción industrial
    – zona de impuestos bajos
    – country o barrio privado
    – un pool de 10 empresarios que compran una isla o un pedazo de tierra y lo administran en forma eficiente y moderna
    – indiferencia por los demás
    – la idea de que se puede vivir sin cooperar por los demás, cada uno por su lado
    – anarquía y caos
    – sociedad sin leyes
    – mucha gente, cada uno por su lado, todos desorganizados y violentos
    y tantos otros mitos.

    Yendo al caso de Honduras, desde el momento en que «el gobierno designa una autoridad de desarrollo del territorio, que firma contratos con inversionistas dispuestos a desarrollar infraestructura.», me queda muy claro que no se trata de anarcocapitalismo sino de un buen negocio para la «autoridad de desarrollo del territorio», para los «inversionistas», y posiblemente para unos cuantos políticos, de la mano del gobierno de Honduras.

    En resumen: quizás en esa ciudad modelo haya mayor capital per cápita que en el resto de Honduras, al menos por un tiempo, pero eso no significa que sea anarcocapitalista.

    Neeeeeeeeeeext

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  2. Muchas gracias Alvaro! Muy ilustrativo tu comentario! No dudo que hay muchos mitos en torno al anarco-capitalismo.
    No soy un fiel lector de HHH, pero dudo que él mismo proclame el caso Honduras como el ideal anarcocapitalista. Quizás la confusión la creo yo mismo con el post, pero lo hago con la intención de abrir debate, más que criticar a HHH.
    Independientemente de lo cerca o lejos que este «experimento» está del ideal anarco-capitalista, me parece que estas «ciudades modelo» pueden ser un caso de estudio extraordinario para los investigadores del desarrollo económico. Si en poco tiempo, las islas reciben inversiones millonarias, sus PIB per cápita serán altísimos, el desarrollo será un hecho, lo cual invitará a copiar esas instituciones o reformas constitucionales en otras tierras inexploradas, y quizás también en países completos que quieran convertirse en «ciudades modelo». Se trata en definitiva de liberar la energía creativa de los empresarios para que al menos en ciertos territorios sean libres de la intervención estatal.
    Ahora, en relación con el anarco-capitalismo, me pregunto: ¿no es algo como esto lo más cercano que podemos estar del ideal? Si quisiéramos diagramar una transición hacia el ideal, ¿qué pasos deberíamos seguir?
    Al respecto, dejo los tres links de la presentación de Martín Krause en el III Congreso Internacional «La Escuela Austriaca del Siglo XXI», bajo el título «Estado y Utopía en la Escuela Austriaca».
    Parte I: http://www.youtube.com/watch?v=qfbptDNstjE&feature=related
    Parte II: http://www.youtube.com/watch?v=dtGyOCA74yQ&feature=related
    Parte III: http://www.youtube.com/watch?v=RARbXiun7Pc&feature=related

    En particular la tercera parte de su presentación tiene relación con esta problemática que tratamos aquí. Una vez que nos convencemos del anarco-capitalismo, ¿qué debemos hacer? ¿cómo se produce la revolución? Y esto excede a la EA. Martín cita una extensa literatura que sería necesaria para una investigacón de este tipo.

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  3. Adrían: Creo que la confusión la crea o la deja picando HHH en ese artículo, y también creo que casi todos los artículos de anarcocapitalistas se centran más en los argumentos y en las razones, y muy poco hay escrito sobre cuál es el camino. Normalmente ocurre como con ese artículo de HHH: casi todo se centra en los argumentos, y al final, agrega algún párrafo que sugiere más o menos vagamente cuál es el camino, o qué cosa es mejor que otra.

    No lo digo como crítica, ni a HHH ni a nadie. Ni él ni nadie tiene la obligación de tener todas las respuestas, y cada uno escribe sobre lo que más le gusta. Pero señalo un hecho.

    Creo también que ésto mismo ocurre entre los liberales clásicos. Hay muchas más palabras escritas sobre los argumentos del liberalismo, y sobre las consecuencias del estatismo, y mucho menos sobre cómo hacemos para pasar de un régimen socialdemócrata a un régimen liberal.

    La escuela del Public Choice ha realizado grandes aportes en este sentido. Y Martín Krause es un experto en eso. Recuerdo sus clases sobre Políticas Públicas en el ESEADE, que eran brillantes. También sus escritos en la revista Libertas, y algunos libros que publicó. La respuesta sobre la transición se encuentra ahí.

    En realidad, la respuesta sobre cómo se alcanza el anarcocapitalismo es la misma respuesta a cómo alcanzar el liberalismo. Tan difícil (o tan imposible para algunos) una como otra. En el caso del anarcocapitalismo, solo hay que desmantelar un par de funciones más…

    Para ponerlo más gráfico, digamos que el camino anarcocapitalista tiene 100 km, y el camino liberal tiene 99.5 km… Pero los anarcocapitalistas piensan que el camino liberal es imposible, porque solamente alguien que realmente quiere llegar al km 100 va a tener la determinación para llegar al km 99.5…

    ¿Es una paradoja? Lo que pasa es que el liberal considera que puede llegar al km 99.5, con el estado, mientras que el anarcocapitalista dice que mientras se acepte al estado, el camino recorrido va a ser en el sentido opuesto, porque el estado, por sus características intrínsecas (monopólico y compulsivo), siempre va a tender a crecer… El anarcocapitalista ve al camino liberal como si fuera un paso para adelante y tres para atrás…

    Cuando tenga un poco de tiempo veré esos videos de youtube que pasaste y te comento.

    Un abrazo y gracias por los comentarios.
    Alvaro

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  4. Adrián,
    Creo que para ser justos y completos habría que hablar de Paul Romer y sus charter cities (http://www.chartercities.org/). Creo que el tema de Honduras del que habla el artículo del WSJ bebe bastante de Romer, quien se ha movido mucho promocionando su idea por países en vías de desarrollo.
    Encuentro totalmente recomendable escuchar la conversación entre Russ Roberts y Paul Romer sobre este tema, donde Roberts le plantea algunas objeciones y Romer responde con gran sensatez:
    http://www.econtalk.org/archives/2010/04/romer_on_charte.html
    Debe apuntarse que Paul Romer ha sido uno de los teóricos estrella en la teoría del crecimiento económico endógeno de los 90, un economista mainstream top. En los últimos tiempos se dio cuenta del papel fundamental que juegan las reglas e instituciones, y de ahí parte su idea de las charter cities. Tampoco él es un anarcocapitalista.

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  5. Decía Alvaro: «Hay muchas más palabras escritas sobre los argumentos del liberalismo, y sobre las consecuencias del estatismo, y mucho menos sobre cómo hacemos para pasar de un régimen socialdemócrata a un régimen liberal.» Coincido plenamente. La transición es un desafío a tratar.

    Y en este sentido hay algunos trabajos de Peter Boettke que pueden ser un punto de partida:

    Haz clic para acceder a CC_REVISES.PDF

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  6. Respecto al comentario de Angel Martín, es cierto, el post inicial debió hacer alguna referencia explícita a Paul Romer. De hecho, basta googlear su nombre para encontrarlo relacionado con las ciudades modelo en Honduras.
    Pero mi intención en este post fue relacionar las ciudades modelo con el anarcocaptialismo, lo que no significa que la idea original de las primeras, tenga origen en Rothbard, Ayn Rand o HHH.
    Pero sería muy interesante que se traduzca al español la defensa de Romer sobre las Charter Cities.

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    • Entendido el punto!
      Romer creo que no tiene escrito nada así muy formal sobre las charter cities. Lo que tiene en la web es una descripción breve del concepto, cosa que estoy seguro ya ha aparecido en español por muchos sitios…

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  7. Quizás las chartered cities puedan ser un instrumento de transición. Dado que no se puede dar el salto, ¿qué pasa en el medio a medida que se va desmantelando el estado? Estas ciudades pueden ser un paso intermedio. Si la administración es exitosa, entonces su crecimiento económico le va a dar mayor poder de negociación frente al gobierno central que le va a ayudar a mantener su grado de autonomía. Después de todo las ciudades no son independientes del gobierno central, no son ciudades-estado-, sin distritos federales independientes de un estado o provincia. Como Washington DC o Ciudad de Buenos Aires, pero con mayor autonomía política y legal. Al menos es lo que entiendo del proyecto. Quizás un caso de un conglomerado de «chartered cities» pueda ser la costa de China, es decir, la parte que actualmente ha visto desarrollo y progreso en China.

    No lo interpreto tampoco como el estado ideal o final de un escenario anarco-capitalista, sino como un potencial paso intermedio. Creo que es un punto en que liberales clásicos y anarco-capitalistas pueden coincidir en promover como un proyecto interesante. Después de todo la idea es que esto traiga mayores libertades individuales, etc. Creo que los que favorecen el 99.5% y el 100% pueden tener la misma determinación, simplemente apuntan a puntos que no son iguales.

    Es difícil tener una buena medida de libertad económica que pueda mostrarnos si los estados tienen a expandirse o no. El indice de la Heritage FouNdation muestra que para los últimos 16 años el promedio mundial se ha mantenido relativamente constante, pero dentro del promedio los que más se han mejorado su puntaje son países en regiones que no se caracterizan por su libertad económica y política. Es decir, las puntas se han acercado y el promedio se ha movido muy levemente para arriba.

    El índice Freedom in the World del Fraser Institute/Auburn University en cambio muestra un resultado mucho más favorable con un rango mayor de años. En 1975 el 27% de los países tenían la categoría de «Free» y un 41% de «Not Free.» Para el 2010 el porcentaje de «Free» subió a 46% y el de «Not Free» cayó a 24%. Si ampliamos le horizonte, ¿podemos decir que hoy el mundo vive con mayor opresión e intervencionismo que lo que se vivía en la Edad Media? La historia de Inglaterra puede ser en caso interesante sobre como los reyes fueron perdiendo, en lugar de ganar, esferas de poder.

    Las chartered cities pueden dar lugar a un fenómeno más del estilo de Mancur Olson, donde se generan incentivos internos para que el gobierno proteja, en lugar de depredar a sus habitantes. Si esto avanza en Honduras va a ser interesante ver que tanta autonomía el gobierno central da a las ciudades y cómo estas se desarrolla y organizan internamente.

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  8. Precisamente. Pero las ciudades modelo no sólo son una transición hacia el ideal liberal clásico y el anarcocapitalismo (con sus obvias diferencias), sino que implican una aceleración enorme en esa transición. En lugar de ir desmantelando al Estado, quitándole la moneda, la educación, la salud, eliminando las barreras al comercio internacional, etc. que implicaría un enorme costo «político» de transacción, estas ciudades modelo nos permite hacerlo de un sólo paso. Una enmienda constitucional en Honduras que elimine todas las barreras a la creatividad empresarial, es un nuevo renacer.
    Es cierto lo que dice Alvaro sin embargo. Estas ciudades estarán atadas a una enmienda que en el futuro se podrá modificar. Si en un futuro, en Honduras, cayera un Castro o un Chávez, claramente la enmienda quedará en el olvido, y el Estado depredará lo que la creatividad empresarial ha creado. Pero aun en este caso, el experimento dejará una gran lección en los modelos del crecimiento económico y en los debates de filosofía política.

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  9. Con todos los peros que se le puedan poner, el experimento merece la pena probarlo, y verlo!
    No creo que haga falta ser un libertario (incluyendo aquí a minarquistas y ancaps) para abrazar este proyecto. Solo hace falta creer que las malas reglas e instituciones son las principales culpables del atraso económico, y que unas mejores reglas pueden cambiar mucho los resultados… Creo que Paul Romer es relativamente liberal, pero no creo que sea ningún libertario…

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  10. Leí el link chartercities.org y me terminé de convencer: nada que ver con anarcocapitalismo. Pero atención: tampoco tienen mucho que ver con el liberalismo. De hecho, ni siquiera hay propiedad privada de la tierra.

    Una vez más, los norteamericanos han generado toda una teoría de algo que no tiene nada de nuevo: poner reglas en un pedazo de tierra que hagan atractivas las inversiones. Hablan de 1.000 km2 como terreno ideal, que supuestamente salió de un cálculo inalcanzable de algunos genios inabarcables.

    Paul Romer lo pone como una solución para la pobreza mundial, le armó una teoría marco (de la nada, como dije antes) y el tema da para que un tipo con chapa como él, de la Universidad de Stanford, dé conferencias caras por el mundo, posiblemente edite libros que serán best-sellers, genere un grupo de trabajo patrocinado por grandes bancos y desarroladores, y por qué no, algunas organizaciones internacionales y ongs varias, que harán grandes negocios en países subdesarrollados donde propondrán crear estas charter cities, eg en Honduras, y finalmente la gilada local los comprará como el gran paradigma del liberalismo.

    No son más novedosas que zonas de promoción industrial, o Nordeltas o conceptos similares. Ni siquiera proponen normas demasiado liberales.

    La parte buena es que… aún así, posiblemente sean más liberales o, en otras palabras, más respetuosas de la propiedad privada que los países donde son creadas. Posiblemente la charter city que ahora están tratando de hacer en Honduras sea más liberal que el resto de Honduras.

    Además, si de la nada hacés una ciudad nueva, y conseguís, con la garantía del estado en cuestión, unos créditos infernales para tremendas inversiones, es muy probable que esa ciudad sea muy moderna, tenga buena infraestructura, e impresione a toda la gilada. Pero para realizar un buen análisis de esa ciudad, lo importante es saber qué instituciones son las que funcionarán en esa ciudad. ¿Habrá estado (ente monopólico y compulsivo)? ¿Habrá policía y jueces estatales? ¿Habrá moneda estatal, compulsiva y manipulada por el estado? ¿Impuestos? ¿Leyes sociales? ¿Libertad de comercio interno e internacional? Lo importante es eso. Quiero decir, lo importante desde el punto de vista que estamos considerando.

    La República Argentina, en 1853, cuando proclamó su constitución, que era esencialmente liberal, no era muy distinto a una charter republic… Y ya sabemos cómo estamos ahora.

    Cuanto futuro tendrán estas ciudades modelo, dependerá de esa charter fundacional (una especie de constitución), es decir, de la calidad institucional de esa constitución. En el largo plazo, el componente estatal de esas charter cities crecerá, como crecieron los estados de USA, de Argentina y de todo el mundo, y la decadencia crecerá… (esto último es la visión anarcocapitalista).

    Las charter cities no son generadas en forma espontánea, ni parecen dejar posibilidades para que ciudadanos normales puedan armar charter cities en forma sencilla y espontánea, como un mecanismo para eludir o para combatir o limitar a los estados… Por el contrario, son negocios gigantes armados por los estados mismos… imposibles de replicar para inversores aislados o pequeños grupos de inversores.

    De nuevo: no parece tener mucho que ver con el anarcocapitalismo, ni con el liberalismo, sino simplemente con una especie de promoción de un lugar nuevo, fomentado y garantizado por un estado, supuestamente atractivo para nuevas inversiones.

    Decía en mi primer post que me parece peligroso confundir los conceptos, porque cuando aparezca algún escándalo relacionado con alguna de estas ciudades, le van a echar la culpa al liberalismo y al capitalismo. De hecho, ya pasó con Dubai, después de que explotó su burbuja inmobiliaria y los precios se fueron a pique: hace poco, cuando el m2 en Dubai cayó a la mitad, y había quedado más o menos igual que el m2 de Puerto Madero, la prensa mundial le echó la culpa al capitalismo.

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  11. Las charter cities podrían ser un instrumento para una transición liberal si algún estado aceptara donar o vender tierras a grupos de ciudadanos que las soliciten para fundar ciudades o poblados o zonas con distintas leyes, separadas del estado, basadas en la libertad y el respeto por la propiedad privada.

    Pero los estados nunca van a aceptar eso. Sería abrir las puertas a la secesión ilimitada que mencionaba HHH. Las charter cities son negocios gigantescos, como decía en mi post anterior, armados por los estados mismos.

    Liberales: desconfiemos.

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  12. Alvaro, es muy interesante tu comentario, pero del modo en que lo resumís las ciudades modelos serían barrios cerrados de mayor extensión, y nada más.
    Por lo que leí del caso de Honduras, sin embargo, se espera que una enmienda constitucional aprobada por el Congreso permita que un terreno determinado sea cedido al proyecto, y descuento que en tal caso, las instituciones, las normas, la constitución, etc. cambian. Yo lo entendí prácticamente como la secesión de ese territorio, respecto del país en que se origina, con el deber de escribir una nueva constitución, formular nuevas leyes (que hasta podrían ser no escritas), etc.
    Habrá que investigar!

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  13. Amigos, como estoy viendo el tema de las ciudades modelos de Honduras de cerca (desde la vecina Guatemala, donde el tema fue instalado en Honduras), quizá les pueda hacer algunas aclaraciones sobre el proyecto.
    En primer lugar, por supuesto que el tema no es nada novedoso, y no tiene nada de malo que no lo sea, el propio Romer, que es un tipo bastante humilde en ese sentido, sostiene todo el tiempo que no inventó nada. El primer caso exitoso de charter city fue Pennsilvania, especialmente la zona adyacente a Philadelphia, producto de un acuerdo entre William Penn y el Rey para organizar una región según sus propias reglas. Los casos de Hong Kong y Sigapoure, si bien son los más conocidos, están lejos de ser los únicos.
    Pero me parece que no tiene mucho sentido discutir ese aspecto, sino ver qué se están haciendo concretamente en Honduras. La situación al día de hoy es la siguiente: en enero se aprobaron la reforma constitucional y el marco legal para la creación de las ciudades modelo. La idea es avanzar todo lo que el plafón político permita. En ese sentido es sumamente encomiable que el presidente Lobo, que tiene muy escasa legitimidad internacional (ni Argentina ni Brasil ni la OEA reconocen su gobierno) a pesar de ser el producto de elecciones libres, con el fantasma de Zelaya detrás, haya tomado la decisión de avanzar en ese sentido, y rápidamente consiguió una modificación constitucional que fue aprobada por todos los legisladores, excepto uno (es decir, consiguió el apoyo de prácticamente todos los partidos políticos).
    Según el acuerdo, la idea es que se crearán ciudades de 1000 kilómetros cuadrados, en una primera etapa serán cuatro ciudades, en tierras fiscales. Se quiere tener armada la primera en los próximos seis meses, las otras se irán armando con el tiempo. Según la ley original la idea es que dentro de estas ciudades no rija la ley común de Honduras, es decir, tendrán sus propias normas jurídicas, sus propios tribunales, su propia administración. No habrá impuestos, sólo un canon anual a pagar al Estado por el uso de la tierra y lo que se estipule de gastos de adminstración de los servicios, a ser definida por los desarrolladores. Podrán hacer acuerdos comerciales con países extranjeros e incluso, como deducción de todo esto, elegir su propia moneda. El gobierno quiere que haya un tercer estado garante, como garantía no para Honduras sino para los dueños de las ciudades (es decir, que si regresa Zelaya dentro de algunos años, no quiera anular todo esto). Se está hablando de Suiza. Mi propuesta al respecto es acordar con un consorcio de las principales empresas de seguros internacionales, que serían más eficientes para garantizar los acuerdos. Es cierto que la propiedad de la tierra no estará en juego en un primer momento, pues se hará en tierras públicas y el gobierno piensa que no hay plafón para entregar la propiedad, pero un usufructo a 99 años, con opción a adquisición no parece algo muy diferente (hay una discusión paralela al respecto, muy interesante, que tiene que ver con el replanteo del concepto jurídico de derechos de propiedad). El gobierno está actuando con mucha mesura, no quiere dar pasos en falso, respecto de algo tan conflictivo, sobre todo en Centroamérica. Por eso es que las puertas estarán abiertas para que, en caso de que esto resulte exitoso, en el futuro se pudieran proponer nuevas ciudades modelo privadas o en tierras públicas, con derechos de propiedad desde el principio, etc.
    Hay fundamentalmente dos alternativas para organizar la ciudad: distribuir la tierra entre adjudicatarios (algunos proponen que los 1000 K2 se distribuyan en 100 sectores de 10K2, y que los adquirentes se junten a establecer libremente sus reglas. o bien que se otorguen los 1000 k2 a un desarrollador, y éste establezca las reglas y el mecanismo de su modificación. personalmente prefiero esto último. Es muy romántico ser dueño de un pedazo de tierra y discutir con los vecinos las reglas, pero los que viven en countries saben que eso tiene muy poco de liberal a fin de cuentas. Yo no me iría a vivir a un lugar así. Prefiero conocer las reglas de antemano y saber que no podrán ser cambiadas por una mayoría. De todos modos, si esto prospera, habrá todo tipo de ciudades con todo tipo de reglas de organización diferentes, y la gente podrá elegir dónde prefiere ir.
    Me parece que saltan a la vista las diferencias entre esto y Nordelta. Nordelta no tiene legislación propia, jueces propios, derecho de exclusión del gobierno de su territorio, moneda propia, libre de impuestos, libre para hacer convenios con quien quiera, y todo lo que ello implica.
    Personalmente, me parece que, si se lo analiza desde el punto de vista de alguien que vive en el planeta tierra, es el mejor esfuerzo que se ha hecho eh Latinoamérica en el último siglo en pro de la libertad. Si lo analizamos desde la lógica de disneylandia, seguramente tiene defectos.
    Saludosl

    Ricardo.

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  14. Qué tal, Ricardo. Gracias por los datos de buena fuente. Son muy interesantes.

    Ratifica lo que mencioné antes: lo importante no es el concepto en sí, que no es nuevo, sino cuáles son las reformas en la ciudad en cuestión, y cuáles son las instituciones y las leyes que regirán en la ciudad en cuestión.

    Las ciudades modelo, como lo dice el propio Paul Romer, son simplemente:
    «Charter cities are special reform zones. They let governments quickly adopt innovative new systems of rules. A charter city’s formal rules, and the norms that they encourage, can differ markedly from a country’s prevailing system of rules [NOTA: Esto es lo que lo convierte en una herramienta poderosa, en la medida en que permite en forma instantánea cambiar las leyes para un pedazo de tierra designado]. The concept is very flexible [NOTA: Es decir, que permite crear ciudades modelo muy liberales, y también ciudades modelo socialistas o lo que fuera], but three elements are common to all charter cities:
    . An uninhabited piece of city-sized land, provided voluntarily by a host government.
    . A charter that specifies the rules that will govern the new city.
    . The freedom for would-be charter city residents to move in or out of the reform zone.»
    [NOTA: Queda muy claro que la herramienta en sí no es ni liberal ni socialista. Dependerá de, como decís vos, lo que se haga concretamente en Honduras, en cada una de las ciudades o REDs que se están planeando]

    Es muy alentador saber que hay una intención liberal, o al menos, como dije antes, más liberal que el resto de Honduras. Y también, por definición, un estado chico (chico en su extensión), siempre será menos peligroso que un gran estado centralizado, el cual normalmente está más alejado de la gente y tiene más impunidad. Uno tiende a pensar que la impunidad es menor en un estado más chico que en un estado más grande.

    Pero también hay otros aspectos que me generan luces de alarma, quizás por ser demasiado liberal. Siempre desconfío del poder, y muy especialmente de algo tan poderoso y tan grande, que es orquestado por el propio estado, y aprobado por una mayoría casi absoluta en el Congreso (126/128).

    Por ejemplo:

    – No es lo mismo moneda propia, que moneda libre. En el primer caso pasamos de un monopolio a otro, quizás más chico y más sano que el anterior, pero con todos los incentivos para corromperse a largo plazo. En el segundo, bueno, no hace falta mucha explicación en este foro.

    – Está muy bueno que no haya más impuestos que un simple canon por el uso de la tierra y los gastos por los servicios centrales… siempre que el canon y los gastos no sean muy altos, y no puedan incrementarse en forma desmedida. Pero, ¿cuánto es desmedido? Finalmente el canon será un precio político, no un precio de mercado. Y el precio de los servicios, dependerá de cuán monopólicos sean estos, es decir, de la forma de contratación diseñada para su provisión.

    – Lo mismo podemos decir de los jueces propios, la legislación propia, la posibilidad de realizar acuerdos con otros países. No es lo mismo que decir: libertad para contratar jueces, libertad para realizar acuerdos según distintas leyes, libertad para comerciar con personas y empresas de otros países. En realidad, todo dependerá de si los jueces nuevos son menos corruptos que los jueces del resto de Honduras, de si las leyes nuevas son mejores, etc. Para poner un ejemplo cercano, cuando se creó la nueva policía en BA, la policía metropolitana, antes de sacar un solo policía a la calle, los dos capos nombrados por el gobierno ya estaban acusados de corrupción.

    Y algunas características que menciona el sitio web de Romer también son detectados por las alarmas liberales y libertarias:

    – To create an RED [NOTA: así llamarán a cada ciudad modelo en Honduras] and establish its basic system of governance, the amendment requires that the Congress pass a piece of enabling legislation that they call a Constitutional Statute. This requires a two-thirds majority to pass. A subsequent Congress can change this enabling legislation only with the same two-thirds majority and approval by referendum from the citizens living in the RED.
    [NOTA: con métodos como estos se han modificado y corrompido las constituciones más liberales del mundo a lo largo del tiempo]

    – The REDs would be areas with their own legal personality and jurisdiction, their own administrative systems and laws. An RED can also negotiate international treaties with partner countries or organizations. Congress would need to ratify these international treaties with a simple majority.
    [NOTA: Son muy independientes para realizar acuerdos internacionales… siempre que el congreso los ratifique. Es difícil imaginar al congreso ratificando leyes que autoricen a importar lo que ellos prohiben en el resto de Honduras, etc. Veremos…]

    – Judges for its judicial system will be nominated by the governing authority in the RED but subject to approval by a 2/3rds majority in the Congress. The judicial arrangement would allow the use of an external body that acts as the court of final appeal for judicial decisions from the zone.
    [NOTA: Nombrarán sus propios jueces… siempre que sean ratificados por 2/3 del congreso… Pero si los 2/3 del congreso son tan buenos tipos, con tan buenas intenciones, ¿cómo es que no pueden reformar el resto de Honduras, y requieren hacer las charter cities?]

    – Laws developed by the governing authority of the RED require a ratifying vote by the Congress. This vote would be a simple vote to approve or reject. Approval requires only a simple majority. (This is similar to the BRAC rules that govern military base closures in the United States.)
    [NOTA: Nuevamente, tendrán sus propias leyes… que deberán ser ratificadas por el congreso, que tendrá facultad para vetarlas]

    ==> RESUMEN de mi pensamiento al respecto:
    . Estado más chico es mejor que estado más grande. Es un avance.
    . Moneda propia, leyes propias, jueces propios, tratados propios…. no es lo mismo que moneda libre, libertad para contratar, etc. Serán monopolios más chicos… que además deben ser aprobados por el gran monopolio del estado de Honduras… del cual querían independizarse…
    . Veremos qué resulta. Ojalá sea un avance en pro de la libertad. Personalmente no lo veo tan claro. Los liberales siempre han desconfiado del poder, en todas las épocas. Esta iniciativa viene del poder.

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    • Hola Alvaro, qué tal? Entiendo perfectamente tus temores, que son los que tenemos todos, por eso estamos monitoreando permanentemente el avance del proyecto en Honduras, y tratando de influir como podamos para que vayan en la mejor dirección posible.
      Romer no es libertario, es cierto, y a duras penas podría decirse que es un poco liberal. De hecho, en una discusión con él y su gente surgió la duda de que ellos hablaban de las instituciones de las ciudades modelo, y les planteábamos que en lugar de hablar tanto de institucones, deberían hablar más de reglas, eso es lo que marca la diferencia, el modo en que las reglas se elaboran, como decía Hayek, y ahí se mostró sorprendido y admitió que no había leído a Hayek. Es decir, Romer tiene una muy fuerte formación en otros temas, más matemáticos, pero no es un libertario, y nunca pretendió serlo. Pero la idea de las free cities en s{i no tiene ideologia.
      Entre los temas que más me preocupan, que coinciden con los que vos planteás está, en primer lugar, el del canon a pagar al gobierno. Esto es algo que indefectiblemente se tiene que dar, pues de lo contrario sería imposible poder usar tierras fiscales, o incluso privadas, para hacer un emprendimiento como este. La idea del gobierno de Honduras es tratar de fijar un canon bajo, vinculado con el valor actual de la tierra fiscal que se usará (que es casi nulo, pues son zonas desiertas). El tema es cómo negociar que ese canon no aumente desmesuradamente cuando las ciudades comiencen a prosperar.
      Mi referencia a la moneda no tiene que ver con que el tema esté en discusión en la ley, sino por una cuestión práctica. Si no rige la legislación ni los tribunales hondureños, cualquiera podrá utilizar la moneda que quiera, probablemente se inclinenen al principio por las existentes más aceptadas, como el dolar o el euro, pero en el futuro puede ser cualquiera, o incluso podrá ser moneda propia, en la medida en que sea aceptada, pues no habrá restricciones al respecto.
      En cuanto a la legislación interna y los criterios judiciales propios, es algo que es imposible de prever. Conincido en que puede ser bueno o malo según como se organice. Imagino que si las reglas y los jueces no son razonables, la gente no irá a vivir allí. Lo bueno es que si se crean muchas ciudades, habrá una competencia de reglas jurídicas que hará que las mejores reglas atraigan a la mayor cantidad de gente.
      Un cálculo rápido: hoy Honduras tiene 7 millones de habitantes. Si se crean 4 ciudades que sean altamente productivas, en un par de décadas podrán tener unos 2 millones de habitantes cada una, absorbiendo al menos un par de millones de habitantes de la actual Honduras, y con el resto proveniente de otras partes. Esto significa que quizá en veinte años más del 60% de la población de Honduras viva en comunidades organizadas libremente, cada una con sus reglas propias.
      Yo le apuesto a eso, porque nada de lo que he visto en la realidad en el mundo de los últimos tiemos (en la realidad, no en los libros), se acerca siquiera a un experimento concreto de sociedad libre.

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  15. Ricardo:

    Gracias por los comentarios. Ciertamente, hay motivos para tener esperanza, y más aún si vos estás trabajando en el proyecto y tenés posiblidad de influir en su organización inicial, que es la base de todo. No lo sabía. Muy bueno.

    Te deseo lo mejor, y ojalá en unos años el proyecto se consolide como una fuente de libertad, e inspire a su vez nuevos proyectos similares y con libertad creciente.

    Un abrazo desde BA.
    Alvaro

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    • Gracias Alvaro, te cuento que la idea fue exportada a Honduras por el esfuerzo fundamentalmente del rector de la UFM, Giancarlo Ibarguen. El influyó mucho en gente que luego se convirtió en el equipo de gobierno del presidente Lobo.
      Hay una idea de crear un Centro de Estudios sobre las Ciudades Libres aquí en la Marroquín. El tema es muy estudiado, incluso hace un mes se organizó un seminario en Roatán, Honduras, para discutir varios aspecto de este tema.
      Yo tengo ganas de armar algo en Argentina, que incluso pueda estar asociado a la iniciativa de la UFM, para ver si algo de esto se podría aplicar algún día por allá.
      Slds.
      Ricardo.

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  16. Ricardo,
    Desde un español interesado en la cuestión del desarrollo económico, le agradezco muchísimo todos estos datos e informaciones de primera mano que ha aportado! Son interesantísimos.
    Curiosamente, sobre lo que dice respecto a reglas vs instituciones en Romer, en la conversación de EconTalk que mantuvo éste con Russ Roberts, llegó a decir que prefería hablar de REGLAS en lugar de instituciones !! Es justo lo que señalaba en su comentario… ¿es posible que le convencieran?
    Respecto al seminario sobre las Ciudades Libres, ¿se refiere al de Free Cities en el que intervino (entre muchos otros, claro está) Gonzalo Melián (colega en el Instituto Juan de Mariana) ? Es por ubicarlo. Si no voy mal encaminado, ¿no hay diferencias entre el enfoque de ese seminario y las Charter Cities de Romer?
    Gracias de nuevo, Ricardo!

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    • Hola, un gusto saludarte, ojalá que la referencia de Romer haya sido como consecuencia de las charlas en Honduras, quedò muy interesado en las refrerencias a Hayek, es posible que luego de ello lo haya leìdo. Serìa muy importante para entender el tema.
      Gonzalo estuvo aquì el año pasado, y tambièn hace un mes en el evento de Roatàn, que es el mismo tema del que estamos hablando. Los videos de algunas de las participaciones allì creo que ya estàn disponibles en la pàgina de la UFM. Gonzalo es muy activo con el tema. Incluso como profesor visitante en la Facultad de Arquitectura de la UFM organizò el año pasado un concurso entre los alumnos para que cada uno diseñara còmo se le ocurrirìa una free city.
      El tema realmente cambia el eje de las discusiones polìticas habituales.
      Saludos,
      Ricardo.

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      • En caso de que no lo haya escuchado, recomiendo este podcast con Russ Roberts, quien le menciona a Romer a Hayek creo que un par de veces: http://www.econtalk.org/archives/2010/04/romer_on_charte.html
        Roberts le sale con algunas objeciones a las que Romer responde convincentemente en mi opinión…
        La idea de las charter cities para mí una de las virtudes que tiene es que pone en el centro de la discusión del desarrollo el punto clave: las malas reglas que sufren los países pobres. Al menos para el debate teórico es un punto!
        Saludos

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  17. Es un tema intersante de tratar. Les doy dos ejemplos en Panamá:
    El primero es la Zona Libre de Colón (http://www.zonalibredecolon.com.pa) fundada en 1948; tiene régimen propio y como lo dice, es una zona libre de impuesto donde se reexporta mercancias al extranjero. Esta zona no es más que privilegios que se dan a quienes operan. ¿Por qué no quitar todos esos impuestos a todas empresas del pais? Lo irónico es que la ciudad de Colón, que queda alrededor la zona, es una de las ciudades con más desempleo y delincuencia.
    El otro ejemplo es Panamá Pacífico (http://www.panamapacifico.com/), antigua base militar norteamericana llamada Howard. Es un enclave creadocon leyes especiales para el establecimiento de grandes empresas.
    Esos ejemplos me recuerda mucho a lo que quieren hacer en Honduras y que finalmente terminan siendo zonas subsidiadas por los demás ciudadanos.

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